"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 6 de junio de 2017

Con profundo dolor

Queridos amigos, 

El Tercer Mundo ha perdido un ser excepcional, como es François Houtart, irremplazable mentor de las causas justas y humanistas. ¿Quién podrá, de ahora en adelante, cumplir su inigualable papel de orientador y defensor de los intereses populares? 

Sé que no solo yo, sino todos los que nos sentimos abrazados por su calor humano, su inigualable inteligencia y sabiduría, hemos quedado huérfanos de un imprescindible guía en nuestras tareas y labor.

Los abrazo a todos ustedes quienes, de una u otra manera, compartieron conmigo sus charlas, sus reflexiones y sus demostraciones de afecto y solidaridad.

Mi vida - y sé que la de ustedes - nunca será la misma ahora, cuando ya no podremos contar con sus consejos, su apoyo y su excepcional talento. Nos queda su ejemplo, sus lecciones de vida y sus aportes intelectuales que nos enriquecieron y que nos hicieron avanzar en nuestros caminos.

Con afecto y dolor,

Gloria Gaitán


François Houtart (Bruselas, 1925- Quito, 2017) fue un sacerdote católico y sociólogo marxista belga, fundador del Centro Tricontinental (CETRI) que funciona en la Universidad Católica de Lovaina y de la revista "Alternatives Sud". Fue una figura reconocida del movimiento altermundista.

Sacerdote católico e intelectual marxista. Nieto del conde Henry Carton de Wiart (1869-1951) –- que fue uno de los dirigentes del Partido Católico y pionero de la democracia cristiana, Houtart se formó inicialmente en el seminario de Malinas.

Fue ordenado sacerdote en 1949. Licenciado en ciencias políticas y sociales de la Universidad Católica de Lovaina y diplomado del Instituto Superior Internacional de Urbanismo aplicado de Bruselas, es también doctor en sociología de la Universidad lovaniense, donde él fue profesor desde 1958 hasta 1990.

Vida profesional

Entre 1958 y 1962, François Houtart coordina el trabajo de la Federación Internacional de Institutos de investigación socio-religiosa que realiza un análisis extenso de la situación del catolicismo en el contexto demográfico, social y cultural de América Latina, publicada en 43 volúmenes.

Cuando Juan XXIII anuncia el Concilio Vaticano II, Dom Hélder Câmara, entonces vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) conjuntamente con Monseñor Larrain, obispo chileno, pide a Houtart sintetizar ese estudio para distribuirlo a todos los obispos en el momento de la apertura del Concilio, con la idea de dar a conocer la problemática del catolicismo latinoamericano al episcopado mundial. Desde entonces, Houtart participó como asesor de estos y otros obispos en la organización de planes de pastoral y de documentos de trabajo para las conferencias episcopales (CELAM III, CELAM IV.

Houtart tuvo también la oportunidad de participar en la formación de una generación de sociólogos latinoamericanos que estudiaron en la Universidad de Lovaina entre los años 1960 y 1980 sentando las bases de los estudios de sociología de la religión en este continente.

Houtart estuvo fuertemente ligado al movimiento de la Teología de la liberación, de la cual se lo consideró uno de sus más radicales exponentes, al punto de haber estado ligado a la revolución sandinista de Nicaragua. Por ello, Houtart no escapó a la controversia que en los años 1980 y 1990 se generó ante la condena y sanción que la Santa Sede llevó a cabo hacia esa corriente de pensamiento.

Se radicó en Ecuador los últimos años de su vida, país en el cual colaboró con la Fundación Pueblo Indio, fundada por Monseñor Leonidas Proaño. Hasta el día de su fallecimiento fue profesor del Instituto de Altos Estudios (IAEN)y docente de la Maestría de Sociología Política de la Universidad Central Ecuador. Tuvo una posición crítica propositiva del proceso de los llamados "gobiernos progresistas" de América Latina preguntándose, desde el 2015, sobre el “cierre de ciclo” de este proceso, la crisis y decadencia del capitalismo, y la necesidad de abrir nuevas alternativas.

Napoleón Saltos, sociólogo y catedrático ecuatoriano cercano a Hourtart, dijo sobre él que: "Su voz ha acompañado las luchas de los pueblos desde la década de los 50 del siglo pasado. Ninguna lucha le era extraña. En una misma semana podía estar en Vietnam, en reuniones con el Partido Gobierno, y luego en Siria, para buscar acuerdos de paz. Luego en América Latina podía pasar por las mesas de negociación de las FARC, hablar con el PT sobre la crisis en Brasil. Una conferencia en Argentina, un curso en la Escuela de Formación de los Sin Tierra, una reunión en La Habana. Trotamundos incansable, en búsqueda de la palabra, de las semillas de los de abajo, desde el Sur, portador de la palabra de esperanza desde la ciencia, la reflexión, la teología."

Obras

Houtart ha escrito más de 70 libros y centenas de artículos especializados y de prensa. Entre ellos están (en ocasiones junto a otros autores) los siguientes:

"Les paroisses de Bruxelles" (1952)
"El cambio social en América Latina" (1964)
"The Church and Revolution, Religion and Ideology in Sri Lanka" (1974)
"Religion and Development in Asia" (1976)
"Religion et modes de production precapitalistes" (1980)
"Hai Van, Life in a Vietnamese Commune" (1984)
"Sociología de la religión (1992 y 2006)
"L'Autre Davos" (1999)
"Haïti et la mondialisation de la Culture" (2000)
"Mondialisation des Résistances. L'Etat des luttes" (2000)
"La tiranía del mercado" (2001)
"Mercado y religión" (2002)
"Délégitimer le capitalisme; Reconstruire l'espérance" (2005)
"Comercio Mundial: ¿incentivo o freno para el desarrollo?" (2005) (escrito junto a Carlos Tablada, Faustino Cobarrubia, Laura I. Pujol, Eugenio Martínez, Roberto Smith y Osvaldo Martínez).
"África codiciada. El desafío pendiente" (2007) (escrito junto a Carlos Tablada y Roberto Smith).
"La ética de la incertidumbre en las Ciencias Sociales" (2006)
"Africa codiciada. El desafío pendiente" (2007)
"De los bienes comunes al bien común de la humanidad" (2012)
"El bien común de la humanidad" (2013)
"El camino a la utopía y el bien común de la humanidad" (2014)
"El camino a la utopía desde un mundo de incertidumbre" (2015).
"Memorias" (2017) (publicación póstuma)

Venezuela necesita mediación honesta, no injerencia de la OEA

Mark Weisbrot


La OEA no tiene papel positivo alguno que desempeñar en la resolución de la crisis política en Venezuela, del mismo modo que tampoco lo tendrían el senador Marco Rubio u otros políticos del estado de Florida que buscan un cambio de régimen en ese país. A estas alturas, debiera quedarle claro a cualquier observador informado que la organización es hoy día un instrumento de quienes simplemente procuran apoyarse en la crisis actual para derrocar al gobierno venezolano.

Lo afirmo sin exageración ni hipérbole. Aquellas personas que quieran evitar la escalada de violencia o una guerra civil en Venezuela no deben imaginarse lo contrario, independientemente de cuánto odien al actual gobierno o deseen ver a la oposición en el poder. Debieran abstenerse de apoyar la iniciativa de la OEA, tan descaradamente ilegítima, malintencionada y peligrosa.

En los círculos aburbujados de Washington, los grandes medios de comunicación y el gobierno de Estados Unidos pretenden ser los árbitros finales de la legitimidad política. Dado que dichos actores y sus aliados están dispuestos a aparentar que la OEA es actualmente neutral, ciertas personas bien intencionadas tal vez también quieran asumir que de hecho sea así. Podrán imaginarse que una intervención como la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA celebrada el 31 de mayo, a pesar de estar controlada por actores partidistas, aumentaría la presión sobre el gobierno venezolano para motivarlo a negociar.

Pero resulta mucho más probable que esta tenga el efecto contrario, haciendo que el gobierno y sus partidarios se atrincheren en contra de la intervención, la cual puede describirse con exactitud como dirigida por Washington (Rubio incluso amenazó públicamente a la República Dominicana, El Salvador y Haití con castigos si estos países no cooperaban con los esfuerzos por parte de EE.UU. contra Venezuela en el seno de la OEA). Podría alentar al gobierno a rechazar las concesiones que debería hacer con respecto a las demandas legítimas planteadas por la oposición. Para quienes no lo saben, porque casi nunca se menciona en este tipo de discusiones, cualquier estrategia dirigida por Washington se considera sospechosa porque el gobierno estadounidense ha estado intentando socavar, desestabilizar y deshacerse del gobierno venezolano durante más de 15 años.

Nadie se deja engañar por el hecho de que algunos de los gobiernos más importantes de Suramérica, incluyendo Brasil y Argentina, se encuentran respaldando dicho esfuerzo. Sus nuevos gobiernos derechistas (con un Temer cuya presidencia ilegítima cuelga de un hilo) están estrechamente alineados con el gobierno de Trump.

Desde el punto de vista de la oposición, esta estrategia de manipulación de la OEA con fines partidistas probablemente alentará a los elementos más extremos y violentos de la oposición venezolana a perseguir una estrategia de derrocamiento del gobierno por medios extralegales.

Para algunos miembros de la gestión de Trump, es esta precisamente la intención, y así se ha hecho antes. El renombrado humanitario Paul Farmer, quien fue enviado especial adjunto de Bill Clinton de la ONU en Haití, testificó ante el Congreso de los EE.UU. sobre los esfuerzos de cambio de régimen en ese país durante la década del 2000: "Asfixiar la cooperación al desarrollo y el suministro de servicios básicos también le restó oxígeno al gobierno, lo cual fue siempre la intención. con el propósito de desalojar el gobierno de Aristide".

La OEA desempeñó un papel vital en la justificación del trato brutal de Haití y, por lo tanto, en el derrocamiento de su gobierno elegido democráticamente. La organización coincidió originalmente con otros observadores electorales al anunciar que las elecciones de 2000 fueron "un gran éxito para la población haitiana", pero luego cambió su posición en la medida que EE.UU. hiciera avanzar su esfuerzo de cambio de régimen. Este viraje fue clave para deslegitimar al gobierno, el cual fue posteriormente desnutrido y derrocado en un golpe de estado respaldado por Estados Unidos en 2004. Ha sido casi siempre parte del manual de cambio de régimen: antes de que un gobierno pueda ser derrocado necesario es deslegitimarlo.

Existen otros ejemplos recientes en los que la OEA ha sido manipulada por Washington a tal efecto. En el 2011, en Haití, la misión de la OEA hizo algo inédito en la historia del monitoreo electoral: simplemente anuló los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en ese país, sin un recuento, ni siquiera una prueba estadística. El gobierno estadounidense amenazó a Haití con cortar la ayuda que desesperadamente necesitaba luego del terremoto si no aceptaba los resultados de la comisión, eligiendo de este modo quién podría competir por la presidencia de Haití. En sus memorias, Hillary Clinton describe cómo manipuló exitosamente a la OEA para evitar que el presidente democráticamente electo de Honduras, Mel Zelaya, retornara al país luego del golpe militar de 2009.

Ahora la OEA cuenta con un secretario general, Luis Almagro, cuya postura es más abiertamente partidista y hostil hacia un gobierno miembro (Venezuela) que cualquier líder de la organización, probablemente durante décadas. Entre otras intervenciones, encabezó una campaña vigorosa en 2015, en un intento fallido de deslegitimar las elecciones a la Asamblea Nacional de diciembre en Venezuela.

Venezuela sigue siendo un país políticamente polarizado. Cualquier tercero que intente mediar en el conflicto debe contar con la confianza de ambas partes. Existen actores políticos que podrían desempeñar este papel, tal y como lo intentó el Vaticano el año pasado. Quienes sinceramente deseen promover el diálogo y la negociación en función de una resolución pacífica de la crisis en Venezuela están llamados a apoyar una mediación honesta. Se requiere con urgencia, y sabemos que no vendrá de la OEA.

Mark Weisbrot es codirector del Centro de Investigación en Economía y Política (Center for Economic and Policy Research, CEPR) en Washington, D.C. y presidente de la organización Just Foreign Policy. También es autor del libro “Fracaso. Lo que los ‘expertos’ no entendieron de la economía global” (2016, Akal, Madrid).

Traducción por George Azariah-Moreno.

Trump se enfrenta a la tarea difícil desenrollar la política de Obama Cuba




ARCHIVO - En este mes de marzo 21 de, el año 2016 foto de archivo, el presidente cubano Raul Castro, a la derecha, levanta el brazo del presidente Barack Obama en la conclusión de su conferencia de prensa conjunta en el Palacio de la Revolución, en La Habana, Cuba. La actual administración de EE.UU. Trump está cerca de anunciar una nueva política que prohibiría negocios con los militares cubanos, manteniendo las relaciones diplomáticas restauradas por Obama, según un funcionario de la administración Trump y una persona involucrada en la revisión de la política en curso. (Ramon Espinosa, Archivo / AP)

Por Michael Weissenstein y Vivian Salama

LA HABANA - apertura del presidente Barack Obama 2014 con Cuba ayudó a canalizar dólares estadounidenses de viaje en conglomerados de turismo-militares vinculados incluso como agentes de seguridad del Estado libró una feroz represión contra la disidencia.

El acercamiento también vierte cientos de millones en gasto de Estados Unidos en las empresas de propiedad privada en la isla, la sobrealimentación el crecimiento de una clase media independiente empresarial del estado comunista. Se abrió un nuevo mercado para las empresas estadounidenses, con JetBlue y American Airlines opera desde flamantes oficinas Habana y decenas de miles de alojamiento y desayunos privados que aparecen en Airbnb.

El acceso a Internet se convirtió en una realidad asequible para cientos de miles de cubanos como el presidente Raul Castro recibió la promesa de Obama y se abrió cerca de 400 puntos de acceso Wi-Fi públicos en todo el país. Mientras tanto, enemigos de toda la vida separados por 90 millas de acuerdos océano golpeado a cooperar en cuestiones que van desde el tráfico de seres humanos a los derrames de petróleo.

Este es el complejo escenario frente Presidente Donald Trump como legisladores cubanoamericanos y los grupos de presión ejercer presión sobre él para cumplir su promesa de campaña para deshacer el acuerdo de Obama con Cuba. La administración está cerca de anunciar una nueva política que prohibiría negocios con los militares cubanos, manteniendo las relaciones diplomáticas restauradas por Obama, según un funcionario de la administración Trump y una persona involucrada en la revisión de la política en curso.

“A medida que el Presidente ha dicho, la política actual Cuba es un mal negocio. Que no hace lo suficiente para apoyar los derechos humanos en Cuba “, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Michael Short. “Anticipamos un anuncio en las próximas semanas.”

Siendo objeto de debate: nuevas restricciones a los viajes de placer estadounidense a Cuba, que ha más que triplicado desde el anuncio de Obama, a cerca de 300.000 el año pasado.

Anticastristas cubano-americanos odian la idea de los viajeros estadounidenses que disfrutan de mojitos en el estado policial que llevó a los exiliados de sus hogares y negocios. El turismo a Cuba sigue siendo prohibido por la ley de EE.UU., y los viajeros estadounidenses a Cuba todavía debe caer en una de las 12 categorías de justificación de su viaje, que van desde religiosa a las actividades educativas destinadas a llevar al viajero en contacto con los cubanos.

Cuando Obama asumió el cargo, “pueblo a pueblo” los viajeros sólo podían ver el país como parte de tours organizados - una medida destinada a garantizar que los estadounidenses experimentaron sólo las actividades educativas, tales como visitas a talleres de impresión o de granjeros orgánicos.

En realidad, el requisito gira garantiza que los viajeros estadounidenses gastaron casi cada segundo de su tiempo en Cuba bajo el control directo del gobierno, lo que obliga a los operadores turísticos de Estados Unidos de utilizar los autobuses y guías de turismo del gobierno y permanecer casi en su totalidad en los hoteles estatales.

Como llegó a su fin su segundo mandato, Obama eliminó ese requisito y abrió la puerta a decenas de miles de viajeros a reservar sus propios viajes independientes a Cuba.

Los oponentes de retroceso de Obama dicen que ha permitido a muchos a participar en el turismo prohibida, pasar unos días de ocio en la playa y los hoteles todo incluido.

Pero los viajes individuales también ha servido como combustible de cohetes para el sector privado floreciente de Cuba. Decenas de miles de estadounidenses están reservando vuelos directos de las aerolíneas estadounidenses a La Habana, reservando alojamiento privado a través de Airbnb y el gasto de miles de dólares en guías privados, taxis y restaurantes.

Un ex ingeniero industrial, de 31 años de edad Adyarin Ruiz dirige una de cuatro dormitorios cama y desayuno en una sección restaurada de La Habana Vieja que está viendo un número creciente de estadounidenses dispuestos a pagar hasta $ 100 por noche en un país donde los salarios estatales promedio de $ 25 al mes.

“En los últimos dos años, ya que las relaciones con los EE.UU. fueron restaurados, he visto el crecimiento del turismo estadounidense, y más aún ya que los vuelos directos comenzaron”, dijo Ruiz. “Los estadounidenses que han venido aquí son VIPS. Se puede ver que tienen dinero y que aprecian la calidad y la demanda, y la demanda de que la casa se ve muy bonito “.

También hay ahora empleo en Estados Unidos que dependen de los viajes a Cuba. El grupo pro-estadounidense distensión Participar Cuba publicó un estudio Jueves afirmando que una reversión completa de la política hacia Cuba de Obama costaría líneas aéreas y de cruceros $ 3.5 mil millones en los próximos cuatro años y dar lugar a la pérdida de 10.154 puestos de trabajo de viaje.

Funcionarios de la administración que hablaron bajo condición de anonimato para discutir las negociaciones políticas en curso dicen preocupaciones políticas internas son el principal motor de cualquier reversión en Cuba.

Durante la transición, Trump y la secretaria de Estado Rex Tillerson expresado en privado el apoyo a la política hacia Cuba de Obama, los funcionarios estadounidenses de las administraciones anteriores y actuales a The Associated Press.

Las principales personas todavía buscan una inversión de la abertura son senador Marco Rubio y Rep. Mario Díaz-Balart, ambos cubanoamericanos. El gobierno Trump quiere mantener buenas relaciones tanto con Rubio, que forma parte del comité del Senado que investiga las relaciones de Trump con Rusia, y Díaz-Balart, un miembro del poderoso Comité de Asignaciones.

Algunos asesores superiores Trump también creen que una victoria de reelección 2020 descansará en mantener la lealtad de los cubano-americanos en Florida quienes ven como esencial para ganar el estado clave fundamental.

Muchos se oponen al gobierno cubano de ver algún beneficio de las relaciones con los EE.UU., se opuso a miles de viajeros estadounidenses alojados en hoteles a cargo de GAESA, una vez más poderoso conglomerado de empresas con vínculos militares profundas. Los cubano-estadounidenses han sido particularmente ofendido por Obama permite a las empresas de Estados Unidos para tratar directamente con las empresas militares vinculados, lo más prominente en un acuerdo de Stamford, Connecticut-basada Starwood para administrar al menos dos hoteles de La Habana. Las fuerzas anti-Castro también han estado demandando acción sobre los derechos humanos: arrestos y detenciones a corto plazo de manifestantes pasaron de 8.899 en 2014 a 9.940 años pasado.

Funcionarios cubanos dicen que muchas de esas detenciones son provocados deliberadamente por disidentes que son financiados y respaldados por grupos anticastristas con el objetivo deliberado de la conducción de estadísticas de detención.

Pero los funcionarios dicen que no hay otra razón para ajustar la política de Estados Unidos Cuba: presionar a Venezuela. La administración Trump ha estado buscando maneras de forzar Venezuela para hacer frente a las protestas casi diarias y la violencia tratando de sacudir mano de hierro del presidente Nicolas Maduro en el poder. Cuba es estrecho aliado y partidario de Maduro y las medidas contra los militares cubanos enviaría al menos la apariencia de que los EE.UU. está tomando medidas.

Mientras tanto, Cuba se prepara para su propia transición. Castro está planeando dejar la presidencia de Cuba en febrero de 2018 y se espera que entregar el rol a un vicepresidente de 57 años de edad que ha dicho muy poco acerca de su visión para el país.

La oficina de Rubio describe los objetivos del senador como sentar las bases para una nueva generación de líderes cubanos capacitar a los ciudadanos ordinarios de la isla.

“Confío en que el presidente mantendrá su compromiso en la política hacia Cuba, haciendo cambios que están dirigidos y estratégicos, y que hacen avanzar las aspiraciones del pueblo cubano por la libertad económica y política”, dijo Rubio en un comunicado difundido por su oficina el jueves.

Lorenzo Canizares
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