"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 26 de marzo de 2017

La Segunda Vuelta Electoral en el Ecuador. Un manifiesto mundial.

Queridos amigos:

Las elecciones en nuestro país han convocado el interés de todas las fuerzas progresistas del mundo, que ven a Ecuador como un faro de luz que ilumina las rutas hacia la búsqueda de una humanidad más justa y equitativa. Es por eso que el notable pensador argentino Atilio Borón y la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad han redactado este Manifiesto Mundial, preocupados como están por la suerte del Ecuador y de América Latina en su conjunto.

Al momento, todo indica que el pueblo ecuatoriano dará una nueva y amplia victoria a las fuerzas de Alianza País y de la Revolución Ciudadana. Así lo muestran todas las encuestas electorales, incluidas las del bando que regularmente critica al gobierno. 

Empero, la candidatura opositora sigue adelante con su plan violento, encaminado a imponerse por la fuerza. Esta misma semana, su candidato a Vicepresidente, Andrés Páez, ha atacado al Consejo Nacional Electoral, acusándolo de fraudulento, y ha amenazado con que ellos tienen su propio centro de conteo electoral y que anunciarán los resultados ¡45 minutos antes de que se cierren las urnas! Esto muestra, a las claras, que hay un plan de golpe de Estado para desconocer los resultados electorales e incendiar el país.

En medio de este clima político, este Manifiesto Mundial es una alerta sobre los peligros y un estímulo para las fuerzas populares del Ecuador. Al enviarles este documento, les solicito difundirlo por todos los medios y les agradezco anticipadamente por su solidaridad.


Cordialmente,


Jorge Núñez Sánchez
Quito, Ecuador.

Manifiesto

Nosotros, hombres y mujeres de Nuestra América sabemos que el Ecuador se enfrentará el 2 de Abril a una batalla decisiva. 

Pensar que la derecha en Ecuador va a honrar las reglas del juego democrático para acceder al gobierno, o que una vez en él va a respetar las conquistas populares es una peligrosa ingenuidad y una muestra de que no se han aprendido las lecciones de la historia. Para quienes piensen que este talante no existe en las fuerzas de la derecha es suficiente recordar la amenaza proferida por el ex alcalde de la ciudad ecuatoriana de Baños que, ante una turbamulta que rodeaba al Consejo Nacional Electoral la noche del 19 de Febrero, dijo que incendiaría Quito en caso de que los informes de dicho organismo confirmaran la victoria en primera vuelta del candidato de Alianza País, Lenin Moreno. 

Lo ocurrido en otros países del área debería ser cuidadosamente examinado por el electorado ecuatoriano. En Argentina la restauración neoliberal produjo recortes masivos en programas sociales junto con exorbitantes aumentos de las tarifas de los servicios públicos, despidos masivos y caída vertiginosa del salario real, todo lo cual provocó un veloz resurgimiento de la pobreza en el país. En Brasil, un ajuste durísimo congelando el presupuesto del sector público hasta el año 2030 y la eliminación del pago de las horas extras a los trabajadores para, de ese modo, atraer a la inversión extranjera, tendrá un resultado similar al que ya se registra en la Argentina. 

Como se recordará, el bloque de fuerzas de derecha que hoy se presenta como la novedad o “el cambio” fue el causante en 1999 del cataclismo económico y financiero del país, con profundas secuelas en lo político y social. Gracias a la gestión de esa coalición de banqueros con oligarcas y otros grupos tradicionales -hoy impúdicamente amparados y blindados mediáticamente por la prensa hegemónica- se produjo el derrumbe de la economía y el nefasto “feriado bancario”; eufemismo que encubre lo que fue un enorme negociado del cual salieron favorecidos los grandes banqueros que hoy pretenden retornar al gobierno y que perjudicó a la enorme mayoría de la población ecuatoriana. 

Más allá de las asignaturas pendientes y los errores de concepción y aplicación que, como cualquier otro gobierno, haya tenido el de Rafael Correa, la “década ganada” en Ecuador puede y debe ser preservada. Sería ocioso detenernos en la prolija enumeración de los grandes logros alcanzados: expansión económica y diversificación de los lazos del comercio internacional todo lo cual fue puesto al servicio de la inclusión social, el combate a la pobreza, el avance de la equidad en uno de los países más inequitativos del mundo, notable expansión de la educación y la salud públicas, desarrollo de una impresionante infraestructura de caminos, transporte y comunicaciones, soberanía nacional e inserción protagónica de Ecuador en un sistema internacional agitado por profundas contradicciones. 

Como pocas veces en la historia, ahora el pueblo tiene el destino en sus manos. Para actuar con racionalidad y patriotismo tendrá que recordar, que hacer memoria y preguntarse cuáles eran las oportunidades de progreso individual y bienestar social que le ofrecía el Ecuador anterior a la “Revolución Ciudadana”; preguntarse también si tenía más derechos de los que tiene hoy y si sus hijos tendrán, bajo un gobierno de banqueros inescrupulosos que siempre despreciaron al pueblo, la posibilidad de continuar educándose, gozando de protección médica y de los derechos sociales conquistados en los últimos años. 

Todo el mundo estará pendiente de lo que ecuatorianos y ecuatorianas decidan hacer de sus vidas el próximo 2 de Abril. Confiamos en la sabiduría y la memoria del pueblo ecuatoriano y por eso estamos seguros que en la segunda vuelta se producirá la aplastante victoria de Lenin Moreno y Jorge Glas. 

Nosotros, amigos del Ecuador, tenemos confianza en que así será y que esa luz que hace diez años brilla con fuerza en la mitad del mundo seguirá encendida, para bien del Ecuador y de la humanidad. 


Atilio Boron y Red en Defensa de la Humanidad 

Segunda vuelta electoral en Ecuador. Entre logros, decepción y fractura del movimiento social

Entrevista con el sociólogo François Houtart

Sergio Ferrari*

En un continente latinoamericano mutante, la segunda vuelta electoral del domingo 2 de abril en Ecuador marcará rumbos. Aunque el tema internacional está prácticamente ausente en la campaña, los resultados marcarán tendencias y reforzarán alianzas continentales.

Si gana Lenin Moreno del oficialista partido Alianza PAIS saldría reforzado el proyecto integrador regional. Si fuera ungido presidente el banquero Guillermo Lasso, candidato de la opositora alianza CREO - SUMA, el país sudamericano pasaría a reforzar el polo continental pro-neoliberal, alineado detrás de Michel Temer en Brasil y Mauricio Macri en Argentina.

En la primera vuelta del pasado 19 de febrero, aunque Moreno obtuvo 1 millón de votos más que Lasso, por escasas décimas no logró el 40% que le hubiera abierto la puerta imperial para continuar la línea impulsada en los últimos diez años por Rafael Correa en la presidencia.

Logros cuantificables

Los resultados del próximo domingo podrán ser entendidos como un plebiscito -positivo o negativo- sobre los progresos promovidos por Rafael Correa y su proyecto de “Revolución Ciudadana”. En particular en lo social, y en el desarrollo de obras públicas -carreteras, puentes, aeropuertos etc. En un país de cerca de 14 millones de habitantes, logró reducir en un 6 % la pobreza y sacar de la miseria extrema a casi 2 millones de sus compatriotas. Se dieron avances significativos en la atención médica pública y se contabilizaron 1 millón 200 mil nuevos estudiantes.

En síntesis, “logros reales pero limitados en cuanto a su contenido. No tuvieron suficientemente en cuenta muchos aspectos, como el ritmo de las transformaciones culturales, la erosión de la soberanía alimentaria y los costos ambientales”, señala el religioso y sociólogo belga François Houtart, quien desde hace seis años reside en Quito y trabaja como profesor universitario y asesor de movimientos sociales.

A pesar de su relación de amistad con el presidente Correa, Houtart no mide sus críticas al actual modelo. “Son cifras que indican avances cuantitativos en la perspectiva de modernizar la sociedad, pero sin transformarla de fondo”, señala Houtart en entrevista telefónica.

Se dio, por ejemplo, una ausencia total de políticas agrarias: “no hubo ni reforma agraria ni políticas campesinas” enfatiza el fundador del Centro Tricontinental (CETRI) en Lovaina y de su prestigiosa publicación Alternatives Sud. Y hace referencia a un estudio del 2013 que indicaba un 44% de pobreza en las zonas rurales y un 19.5 % de pobreza extrema. El actual Gobierno impulsó, por el contrario, una agricultura moderna de monocultivos de exportación que destruye los bosques y expulsa a los campesinos de sus tierras. En síntesis, “no hubo durante estos años un proyecto de transformación fundamental de la sociedad sino una modernización del capitalismo”. Si al principio se podía pensar que se trataba de un socialismo del siglo XXI, se introdujo paulatinamente una “restauración conservadora” dentro del proyecto mismo. La crisis provocada por la caída de los precios de las materias primas aceleró la regresión, privilegiando los intereses del mercado.

Desilusión y “alineación política”

Una parte de los movimientos sociales -entre ellos organizaciones indígenas- y de fuerzas de izquierda que originariamente apoyaron al proceso, “se sienten profundamente decepcionados”.

Cuando el Gobierno vio que esos movimientos le daban la espalda decidió crear nuevas organizaciones sociales que respondían a su proyecto. Se dio así una fractura político-social muy profunda que sigue marcando la realidad social del país y que tiene una influencia en el comportamiento electoral de unos y otros, explica Houtart.

Algunos de esos sectores “prefieren ahora darle su voto a Lasso y no a Moreno. Optan por apoyar a un representante del gran capital financiero, argumentando que en todo caso la situación no cambiaría demasiado”. Al mismo tiempo, reflexiona, Lasso promovió un discurso astuto. Prometió la amnistía para algunos dirigentes sociales presos; el abandono de juicios abiertos contra líderes indígenas. Se comprometió a no autorizar la actividad minera sin consulta previa con los pueblos originarios, principio ya inscrito en la Constitución, pero no siempre respetado.

Se da una “verdadera alienación política de esos sectores sociales e indígenas que van a votar contra sus propios intereses más por argumentos afectivos que razonables”, enfatiza Houtart. Algunos piensan que va a ser más fácil luchar contra la verdadera derecha, que, contra la derecha maquillada como izquierda, enumera. Subjetivamente, son sectores que han sufrido y viven una gran decepción hacia el modelo de Correa, lo que define una situación muy compleja, por momentos inexplicable y de muy difícil recuperación o reconstrucción, sintetiza Houtart con cierto escepticismo sobre el futuro.

Y se distancia parcialmente de algunos de esos argumentos: “no estoy de acuerdo que Correa esté estableciendo el neo-liberalismo”. Su proyecto es, como sucede en otros países de la región, post-neoliberal, aunque no post-capitalista. Un capitalismo moderno que integra también como importante la lucha contra la pobreza. Pero que, incluso, aumenta los niveles de deuda externa a niveles semejantes al 2007 fecha cuando llegó al Gobierno.

Crisis conceptuales

Con el paso del tiempo Correa priorizó su rol de líder carismático. Trató de instrumentalizar los movimientos sociales-o creó otros paralelos-, impulsó una comunicación intensiva desde arriba e incluso criminalizó una parte de la protesta social.

Todo esto al tiempo que mantenía su discurso progresista original, lo que complica, muchas veces la comprensión de lo que se debate en torno al segundo turno electoral. Se presenta, argumenta Houtart, como una lucha entre la izquierda y la derecha tradicional. Cuando en realidad se trata de un combate entre la derecha oligárquica tradicional, apoyada por el imperio, -expresada en el candidato Guillermo Lasso, que busca desesperadamente recuperar el poder político- y una derecha moderna en alianza con actores de izquierda en su mayoría provenientes de los movimientos sociales de los años 70.

En paralelo, los movimientos sociales tradicionales, confrontan una crisis profunda como en otras regiones del mundo. Perdieron la visión estratégica de una transformación profunda de la sociedad y entraron de lleno en el juego político electoral a corto plazo, concluye.

* Sergio Ferrari en colaboración con el periódico suizo Le Courrier y E-CHANGER, ONG de cooperación solidaria


Sergio Ferrari
Journaliste RP/periodista RP
Tel: (00 41) 078 859 02 44

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