"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 26 de noviembre de 2016

Rafael Correa: “Latinoamérica está de luto por muerte de Fidel Castro”

Publicado en noviembre 26, 2016 por el comunista en AMÉRICA LATINA,


”Latinoamérica está de luto. Fidel Castro fue probablemente el latinoamericano más influyente del siglo XX”, afirmó hoy el presidente de Ecuador, Rafael Correa, sobre el deceso del líder histórico de la Revolución cubana.

El mandatario comenzó la emisión 503 del programa sabatino Enlace Ciudadano informando al pueblo el fallecimiento del revolucionario, a quien describió como ‘extraordinario latinoamericano y líder mundial’.

Correa explicó que Fidel Castro fue su ‘querido amigo personal’.

El mandatario hizo un resumen de la coyuntura histórica que vivía el archipiélago caribeño cuando ocurrió el triunfo de ‘los barbudos’, en 1959, bajo el liderazgo de Fidel Castro.

Algunos no entienden bien la historia, pero en esa época, los 50, posguerra, Estados Unidos, vencedor, la Guerra Fría, el anticomunismo (…), especificó.

‘Fue algo increíble. Eso cambió la historia de América Latina. Se demostró que la insurrección popular puede tumbar al ejército más poderoso’.

’50 a uno, pero cada uno con convicción, con moral, con la verdad. Los otros tenían corruptela, no sabían por qué luchaban’, precisó el dignatario.

‘Esos pocos derrotaron a esos muchos. Se liberó Cuba y fue un viento fresco, un ejemplo en América Latina’, explicó.

‘Fidel Castro no fue un Pinochet que derrocó un gobierno democrático. Derrocó una dictadura sangrienta y liberó a Cuba de ese yugo (…) y Cuba es un eje en muchos indicadores, especialmente sociales’, insistió.

‘Un abrazo al presidente de Cuba y hermano de Fidel, Raúl Castro, a Dalia su esposa, sus hijos y a todo el pueblo latinoamericano, porque es una pérdida para toda Latinoamérica, para el mundo y, con más fuerza que nunca: ÂíQue viva Cuba!’, concluyó.

El jefe de Estado ecuatoriano fue uno de los primeros líderes en expresar solidaridad con el pueblo y gobierno cubanos tras el fallecimiento de Fidel Castro, ocurrido anoche, a los 90 años de edad.

A través de su cuenta en la red social Twitter, el mandatario escribió: ‘Se fue un grande. Murió Fidel. ¡Viva Cuba! ¡Viva América Latina!’.
PL

Unesco resalta a Fidel Castro como ejemplo de solidaridad en el mundo

Publicado en noviembre 26, 2016 por el comunista en CUBA, EL COMUNISTA // 


La directora general de la Unesco, Irina Bokova, resaltó hoy a Fidel Castro como un símbolo de la solidaridad a nivel internacional, al expresar su profunda tristeza por el fallecimiento del líder cubano.

‘Gracias a los esfuerzos de Fidel Castro Ruz, Cuba constituye un ejemplo mundial en materia de solidaridad y cooperación’, sostuvo Bokova en un mensaje enviado al presidente cubano, Raúl Castro.

‘Quiero expresarle en nombre de la Unesco y en el mío propio, nuestra profunda tristeza y más sentido pésame’, escribió la directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

De acuerdo con Bokova, con la desaparición de Fidel su país y el mundo pierden a un defensor incasable de los desheredados y de la educación como factor clave en el crecimiento cultural, social y humano de los pueblos.

‘Su concepción sitúa la formación del hombre en un proceso continuo y complejo, que tiene en cuenta las particularidades de cada individuo, consolidando lo mejor de este, lo esencial para el desarrollo de sí mismo y de la sociedad’, estimó.

Asimismo recordó el programa cubano Yo sí puedo, que ha permitido alfabetizar a millones de personas en todo el mundo, y lo catalogó además como una muestra de la cooperación entre La Habana y la Unesco.

‘También Fidel Castro fue un impulsor decidido del arte y de la cultura para que lleguen a ser un verdadero patrimonio del pueblo’, agregó.

Bokova subrayó que Fidel ‘quedará en nuestra memoria como una gran figura del mundo contemporáneo y un símbolo de solidaridad’.

PL

Ignacio Ramonet: El Fidel que conocí

Ignacio Ramonet

ALAI AMLATINA, 26/11/2016.- Fidel ha muerto, pero es inmortal. Pocos hombres conocieron la gloria de entrar vivos en la leyenda y en la historia. Fidel es uno de ellos. Perteneció a esa generación de insurgentes míticos – Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Amilcar Cabral, Che Guevara, Camilo Torres, Turcios Lima, Ahmed Ben Barka – que, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron, en los años 1950, a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualdades y de discriminaciones, marcado por el comienzo de la guerra fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos.

En aquella época, en más de la mitad del planeta, en Vietnam, en Argelia, en Guinea-Bissau, los pueblos oprimidos se sublevaban. La humanidad aún estaba entonces, en gran parte, sometida a la infamia de la colonización. Casi toda África y buena porción de Asia se encontraban todavía dominadas, avasalladas por los viejos imperios occidentales. Mientras las naciones de América Latina, independientes en teoría desde hacía siglo y medio, seguían explotadas por privilegiadas minorías, sometidas a la discriminación social y étnica, y a menudo marcadas por dictaduras cruentas, amparadas por Washington.

Fidel soportó la embestida de nada menos que diez presidentes estadounidenses (Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo). Tuvo relaciones con los principales líderes que marcaron el mundo después de la Segunda Guerra mundial (Nehru, Nasser, Tito, Jrushov, Olaf Palme, Ben Bella, Boumedienne, Arafat, Indira Gandhi, Salvador Allende, Brezhnev, Gorbachov, François Mitterrand, Juan Pablo II, el rey Juan Carlos, etc.). Y conoció a algunos de los principales intelectuales y artistas de su tiempo (Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Arthur Miller, Pablo Neruda, Jorge Amado, Rafael Alberti, Guayasamín, Cartier-Bresson, José Saramago, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Noam Chomsky, etc.).

Bajo su dirección, su pequeño país (100 000 km2, 11 millones de habitantes) pudo conducir una política de gran potencia a escala mundial, echando hasta un pulso con Estados Unidos cuyos dirigentes no consiguieron derribarlo, ni eliminarlo, ni siquiera modificar el rumbo de la Revolución cubana. Y finalmente, en diciembre de 2014, tuvieron que admitir el fracaso de sus políticas anticubanas, su derrota diplomática e iniciar un proceso de normalización que implicaba el respeto del sistema político cubano.

En octubre de 1962, la Tercera Guerra Mundial estuvo a punto de estallar a causa de la actitud del gobierno de Estados Unidos que protestaba contra la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Cuya función era, sobre todo, impedir otro desembarco militar como el de Playa Girón (bahía de Cochinos) u otro directamente realizado por las fuerzas armadas estadounidenses para derrocar a la revolución cubana.

Desde hace más de 50 años, Washington (a pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas) le impone a Cuba un devastador embargo comercial -reforzado en los años 1990 por las leyes Helms-Burton y Torricelli- que obstaculiza su desarrollo económico normal. Con consecuencias trágicas para sus habitantes. Washington sigue conduciendo además una guerra ideológica y mediática permanente contra La Habana a través de las potentes Radio “Martí” y TV “Martí”, instaladas en La Florida para inundar a Cuba de propaganda como en los peores tiempos de la guerra fría.

Por otra parte, varias organizaciones terroristas – Alpha 66 y Omega 7 – hostiles al régimen cubano, tienen su sede en La Florida donde poseen campos de entrenamiento, y desde donde enviaron regularmente, con la complicidad pasiva de las autoridades estadounidenses, comandos armados para cometer atentados. Cuba es uno de los países que más víctimas ha tenido (unos 3 500 muertos) y que más ha sufrido del terrorismo en los últimos 60 años.

Ante tanto y tan permanente ataque, las autoridades cubanas han preconizado, en el ámbito interior, la unión a ultranza. Y han aplicado a su manera el viejo lema de San Ignacio de Loyola: “En una fortaleza asediada, toda disidencia es traición.” Pero nunca hubo, hasta la muerte de Fidel, ningún culto de la personalidad. Ni retrato oficial, ni estatua, ni sello, ni moneda, ni calle, ni edificio, ni monumento con el nombre o la figura de Fidel, ni de ninguno de los líderes vivos de la Revolución.

Cuba, pequeño país apegado a su soberanía, obtuvo bajo la dirección de Fidel Castro, a pesar del hostigamiento exterior permanente, resultados excepcionales en materia de desarrollo humano: abolición del racismo, emancipación de la mujer, erradicación del analfabetismo, reducción drástica de la mortalidad infantil, elevación del nivel cultural general… En cuestión de educación, de salud, de investigación médica y de deporte, Cuba ha obtenido niveles que la sitúan en el grupo de naciones más eficientes.

Su diplomacia sigue siendo una de las más activas del mundo. La Habana, en los años 1960 y 1970, apoyó el combate de las guerrillas en muchos países de América Central (El Salvador, Guatemala, Nicaragua) y del Sur (Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina). Las fuerzas armadas cubanas han participado en campañas militares de gran envergadura, en particular en las guerras de Etiopia y de Angola. Su intervención en este último país se tradujo por la derrota de las divisiones de élite de la Republica de África del Sur, lo cual aceleró de manera indiscutible la caída del régimen racista del apartheid.

La Revolución cubana, de la cual Fidel Castro era el inspirador, el teórico y el líder, sigue siendo hoy, gracias a sus éxitos y a pesar de sus carencias, una referencia importante para millones de desheredados del planeta. Aquí o allá, en América Latina y en otras partes del mundo, mujeres y hombres protestan, luchan y a veces mueren para intentar establecer regímenes inspirados por el modelo cubano.

La caída del muro de Berlín en 1989, la desaparición de la Unión Soviética en 1991 y el fracaso histórico del socialismo de Estado no modificaron el sueño de Fidel Castro de instaurar en Cuba una sociedad de nuevo tipo, más justa, más sana, mejor educada, sin privatizaciones ni discriminaciones de ningún tipo, y con una cultura global total.

Hasta la víspera de su fallecimiento a los 90 años, seguía movilizado en defensa de la ecología y del medio ambiente, y contra la globalización neoliberal, seguía en la trinchera, en primera línea, conduciendo la batalla por las ideas en las que creía y a las cuales nada ni nadie le hizo renunciar.

En el panteón mundial consagrado a aquellos que con más empeño lucharon por la justicia social y que más solidaridad derrocharon en favor de los oprimidos de la Tierra, Fidel Castro - le guste o no a sus detractores - tiene un lugar reservado.

Lo conocí en 1975 y conversé con él en múltiples ocasiones, pero, durante mucho tiempo, en circunstancias siempre muy profesionales y muy precisas, con ocasión de reportajes en la isla o la participación en algún congreso o algún evento. Cuando decidimos hacer el libro “Fidel Castro. Biografía a dos voces” (o “Cien horas con Fidel”), me invitó a acompañarlo durante días en diversos recorridos. Tanto por Cuba (Santiago, Holguín, La Habana) como por el extranjero (Ecuador). En coche, en avión, caminando, almorzando o cenando, conversamos largo. Sin grabadora. De todos los temas posibles, de las noticias del día, de sus experiencias pasadas y de sus preocupaciones presentes. Que yo reconstruía luego, de memoria, en mis cuadernos. Luego, durante tres años, nos vimos muy frecuentemente, al menos varios días, una vez por trimestre.

Descubrí así un Fidel íntimo. Casi tímido. Muy educado. Escuchando con atención a cada interlocutor. Siempre atento a los demás, y en particular a sus colaboradores. Nunca le oí una palabra más alta que la otra. Nunca una orden. Con modales y gestos de una cortesía de antaño. Todo un caballero. Con un alto sentido del pundonor. Que vive, por lo que pude apreciar, de manera espartana. Mobiliario austero, comida sana y frugal. Modo de vida de monje-soldado.

Su jornada de trabajo se solía terminar a las seis o las siete de la madrugada, cuando despuntaba el día. Más de una vez interrumpió nuestra conversación a las dos o las tres de la madrugada porque aún debía participar en unas “reuniones importantes”…Dormía sólo cuatro horas, más, de vez en cuando, una o dos horas en cualquier momento del día.

Pero era también un gran madrugador. E incansable. Viajes, desplazamientos, reuniones se encadenaban sin tregua. A un ritmo insólito. Sus asistentes – todos jóvenes y brillantes de unos 30 años – estaban, al final del día, exhaustos. Se dormían de pie. Agotados. Incapaces de seguir el ritmo de ese infatigable gigante.

Fidel reclamaba notas, informes, cables, noticias, estadísticas, resúmenes de emisiones de televisión o de radio, llamadas telefónicas... No paraba de pensar, de cavilar. Siempre alerta, siempre en acción, siempre a la cabeza de un pequeño Estado mayor – el que constituían sus asistentes y ayudantes – librando una batalla nueva. Siempre con ideas. Pensando lo impensable. Imaginando lo inimaginable. Con un atrevimiento mental espectacular.

Una vez definido un proyecto. Ningún obstáculo lo detenía. Su realización iba de sí. “La intendencia seguirá” decía Napoleón. Fidel igual. Su entusiasmo arrastraba la adhesión. Levantaba las voluntades. Como un fenómeno casi de magia, se veían las ideas materializarse, hacerse hechos palpables, cosas, acontecimientos.

Su capacidad retórica, tantas veces descrita, era prodigiosa. Fenomenal. No hablo de sus discursos públicos, bien conocidos. Sino de una simple conversación de sobremesa. Fidel era un torrente de palabras. Una avalancha. Que acompañaba la prodigiosa gestualidad de sus finas manos.

La gustaba la precisión, la exactitud, la puntualidad. Con él, nada de aproximaciones. Una memoria portentosa, de una precisión insólita. Apabullante. Tan rica que hasta parecía a veces impedirle pensar de manera sintética. Su pensamiento era arborescente. Todo se encadenaba. Todo tenía que ver con todo. Digresiones constantes. Paréntesis permanentes. El desarrollo de un tema le conducía, por asociación, por recuerdo de tal detalle, de tal situación o de tal personaje, a evocar un tema paralelo, y otro, y otro, y otro. Alejándose así del tema central. A tal punto que el interlocutor temía, un instante, que hubiese perdido el hilo. Pero desandaba luego lo andado, y volvía a retomar, con sorprendente soltura, la idea principal.

En ningún momento, a lo largo de más de cien horas de conversaciones, Fidel puso un límite cualquiera a las cuestiones a abordar. Como intelectual que era, y de un calibre considerable, no le temía al debate. Al contrario, lo requería, lo estimulaba. Siempre dispuesto a litigar con quien sea. Con mucho respeto hacia el otro. Con mucho cuidado. Y era un discutidor y un polemista temible. Con argumentos a espuertas. A quien solo repugnaban la mala fe y el odio.


- Ignacio Ramonet es Director de "Le Monde diplomatique en español", autor de Fidel Castro: biografía a dos voces.


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Agencia Latinoamericana de Informacion

Los moscovitas depositan flores cerca de la Embajada de Cuba en Moscú en...

Fidel en las fotos de Cubadebate



Cubadebate comparte con sus lectores un grupo de imágenes del Comandante en Jefe que guardamos en nuestros archivos, tomadas por nuestro fotorreportero Ismael Francisco. Si usted las quiere descargar en alta resolución, son suyas. Tómelas de nuestra página en Flickr


Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel y Raúl. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel y Raúl. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel, Raúl y Nicolás Maduro el 13 de agosto de 2016. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel y Raúl. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

En la Mesa Redonda, denunciando a la revista Forbes Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel en la Mesa Redonda muestra el libro de Ignacio Ramonet, “Cien horas con Fidel”. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

CUBA, La Habana.- 04 09 12 Por el inminente peligro que representa el Huracan Ivan para nuestro pais, se efectua con la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, Mesa Redonda Informativa sobre las orientaciones y los preparativos para enfrentar este fenomeno natural. Foto: Ismael Francisco Gonzalez/ Cubadebate

Con Arleen Rodríguez Derivet en la Mesa Redonda de la TV Cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Con el director de la Mesa Redonda y de Cubadebate, Randy Alonso. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel y estrellas del deporte cubano, junto a Maradona. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro en la Mesa Redonda. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel con el machete de Maceo, acto en el 35 aniversario de la Revolución. Santiago de Cuba. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate (1/1/1994)

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Con Carlos Alberto Cremata en el monumento dedicado a la víctimas del crimen de Barbados. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Con Abel Prieto, Ministro de Cultura. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel en el VII Congreso del Partido. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel y José Ramón Machado Ventura, en el VII Congreso del Partido. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel en el VII Congreso del Partido. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Chávez, Fidel y Evo en la Plaza de la Revolución. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Fidel Castro. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Decreta el Consejo de Estado Duelo Nacional


26 noviembre 2016 


Fidel en la Sierra Maestra

Con motivo del fallecimiento del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, el Consejo de Estado de la República de Cuba declara nueve días de Duelo Nacional, a partir de las 06:00 horas del 26 de noviembre hasta las 12:00 horas del 4 de diciembre de 2016.

Durante la vigencia del Duelo Nacional cesarán las actividades y espectáculos públicos, ondeará la enseña nacional a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares. La radio y la televisión mantendrán una programación informativa, patriótica e histórica.

Consejo de Estado de la República de Cuba

Nota de Prensa de la Comisión Organizadora

La Comisión Organizadora del Comité Central del Partido, el Estado y el Gobierno para las honras fúnebres del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, informa a la población que a partir del 28 de noviembre, desde las 09:00 hasta las 22:00 horas, en el Memorial “José Martí”, la población de la capital podrá acudir a rendirle merecido homenaje a su líder, el cual se extenderá hasta el 29 de noviembre en el horario comprendido entre las 09:00 y las 12:00 horas.

Los días 28 y el 29 de noviembre, entre las 09:00 y las 22:00 horas, en los lugares que se informarán oportunamente en cada localidad, incluida la capital, todos los cubanos tendremos la posibilidad de rendir homenaje y firmar el solemne juramento de cumplir el concepto de Revolución, expresado por nuestro líder histórico el primero de mayo del 2000, como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y a nuestro socialismo.

El día 29 de noviembre, a las 19:00 horas, se realizará un acto de masas en la Plaza de la Revolución “José Martí” de la capital.

Al día siguiente se iniciará el traslado de sus cenizas por el itinerario que rememora La Caravana de la Libertad en enero de 1959, hasta la provincia de Santiago de Cuba, concluyendo el día 3 de diciembre.

Este propio día, a las 19:00 horas, se realizará un acto de masas en la Plaza “Antonio Maceo”.

La ceremonia de inhumación se efectuará a las 07:00 horas del día 4 de diciembre en el cementerio de “Santa Ifigenia”.

Igualmente se informa a nuestro pueblo que la Revista Militar y marcha del pueblo combatiente por el 60 aniversario del desembarco de los expedicionarios del yate Granma, día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, se pospone para el 2 de enero de 2017.

Comisión Organizadora

Raul Castro anuncia la muerte de Fidel Castro ( VIDEO)

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