"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 24 de septiembre de 2016

Con fuertes críticas a Donald Trump, The New York Times respaldó a Hillary Clinton

Para el prestigioso diario, Clinton es la candidata mejor calificada y "el país debería ponerla a trabajar"

SÁBADO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2016 • 14:52


Así presentó The New York Times su respaldo a Hillary Clinton.

NUEVA YORK.- El diario estadounidense The New York Times respaldó hoy enun contundente editorial la candidatura presidencial de la demócrata Hillary Clinton, y pidió a los estadounidenses que la voten, en medio de duras críticas contra su rival republicano, el magnate Donald Trump.

El editorial, difundido hoy en la edición digital y que será publicado mañana en la impresa, califica a Trump como "el peor candidato elegido por uno de los principales partidos en la historia moderna de los Estados Unidos".

El texto, que anticipa otro editorial posterior dedicado exclusivamente a Trump, explica por qué uno de los diarios más influyentes de Estados Unidos ha renovado el respaldo que ya prestó a Clinton durante las elecciones primarias demócratas.

Clinton aporta "un récord de servicio y de ideas pragmáticas", mientras que Trump "no muestra nada concreto sobre sí mismo o sobre sus planes, mientras promete la luna y ofrece las estrellas como garantía", dice el Times.

En los 40 años de servicio público, agrega el diario, Clinton ha demostrado ser "una de las políticas más tenaces de su generación, cuya voluntad para estudiar y corregir el curso de las acciones es rara en una época de partidismo inflexible".

Recordó sus gestiones como primera dama, sus ocho años en el Senado y sus cuatro años como secretaria de Estado, y resaltó propuestas en temas como la lucha contra el crimen, las relaciones radicales o la ayuda financiera a los estudiantes universitarios.

El diario dice que el voto a favor de Clinton no debiera ser exclusivamente por descarte de parte de quienes no quieren votar a Trump.

"El mejor argumento en favor de Hillary Clinton no puede ser, y no lo es, que no es Donald Trump", dice el periódico, y destaca que Clinton es la más capaz para hacer frente a los desafíos del país y colocarse a la altura de ellos.

"Un compromiso de toda una vida para resolver problemas en el mundo real es lo que califica a Hillary Clinton para esta misión, y el país debería ponerla a trabajar", agrega el Times.

Clinton se enfrentará a Trump el lunes en el primero de tres debates presidenciales de cara a las elecciones de noviembre. Los sondeos de opinión han mostrado que la considerable ventaja de la ex senadora del estado de Nueva York sobre el magnate se está acortando, en medio de continuas dudas sobre su credibilidad.

The New York Times dijo que los errores de Clinton han distorsionado las percepciones sobre su personalidad, pero elogió su trabajo para restaurar la credibilidad de Estados Unidos en asuntos internacionales cuando fue secretaria de Estado.

"La señora Clinton ha mostrado ser una persona realista que cree que Estados Unidos no puede simplemente atrincherarse detrás de sus muros, sino que debe comprometerse confiadamente en el mundo para proteger sus intereses y ser fiel a sus valores", agregó el diario, en otra crítica a Trump.

El medio neoyorquino sostuvo además que la decisión de Clinton de usar un servidor de correo electrónico privado mientras era secretaria de Estado merecía el escrutinio público que ha tenido el tema durante la campaña.

Para las elecciones primarias, el diario apoyó a Clinton en el bando demócrata y al gobernador de Ohio, John Kasich, en el republicano.

The New York Times ha venido respaldando ininterrumpidamente a candidatos demócratas en las elecciones presidenciales que ha habido desde 1956, cuando expresó su respaldo al republicano Dwight D. Eisenhower, a quien también apoyó para su primer mandato, en 1952.

Agencias EFE y Reuters

Dar espacio al buen periodismo


La lectura del artículo “Medios públicos y privados: tres preguntas de Julio García Luis” de la colega Rosa Miriam Elizalde, recientemente publicado por Cubaperiodista y reproducido por Granma, me hizo volver una vez más sobre el pensamiento hoy más vigente que nunca de quien fuera decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y un paradigma para sus compañeros de profesión.

Inspirado en la manera en que Rosa Miriam estructuró su trabajo para que fuera la voz de Julio la que hablara, también me remití a la del entrañable profesor, en este caso a la que cautivó al auditorio de una conferencia que impartió en una de las jornadas del IV Encuentro Nacional de la Crónica Miguel Ángel de la Torre, celebrado en la ciudad de Cienfuegos, en 2011.

No obstante, me tomaré la licencia de hacer algún que otro señalamiento a lo expuesto por Julio en aquella ocasión, con el ánimo de contextualizar el tema a cuyo debate nos ha convocado Cubaperiodistas.cu y la organización profesional a la que pertenecemos, la Upec.

A lo primero que quiero hacer referencia es a lo que Rosa Miriam definió como “esa pelea que no es nueva entre los que apuestan por la privatización de los medios y quienes intentan demostrar que nuestra profesión, desde la práctica del socialismo, puede hacer frente a los desafíos que tiene por delante”, y a los puntos de vista de Julio al respecto, que ella deja que se expresen en las propias palabras del fallecido colega.

En Cienfuegos, Julio García Luis apeló a referencias académicas para demostrar cómo operaban ya entonces procesos hegemónicos como los que hoy enfrentamos también en el ámbito de los medios y de qué artilugios, expeditos o solapados, se valían para aislar, y eventualmente eliminar, a las identidades que no fueran domesticables o digeribles para sus proyectos de globalización.

“La diversidad puede ser nutritiva para la globalización, que es esencialmente etnófaga”, decía Julio, apelando a un concepto del sociólogo y etnólogo mexicano Héctor Díaz Polanco.Y continuaba citándolo: “La etnofagia no busca la negación absoluta o el ataque violento a las identidades, sino su disolución gradual mediante la atracción, la seducción y la transformación. Descansa sobre todo en los imanes socioculturales y económicos, dirigidos a atraer, desarticular y disolver los grupos diferentes. Responde a una lógica de integración y absorción. Puede incluir políticas “participativas” y el aliento a una “comunicación alternativa”, controladas por fundaciones y otros medios de los centros de poder”.

Cualquier parecido de estas referencias a lo que Rosa Miriam define en su artículo como recomposición de “los viejos instrumentos propagandísticos de Estados Unidos para el cambio de régimen en la Isla”, no es mera coincidencia.

Estoy convencido de que en un mundo signado por la confabulación de los medios hegemónicos con los grandes centros de poder político, económico y financiero, somos nosotros, la experiencia socialista cubana y todas sus manifestaciones, medios incluidos, lo alternativo y diferente.

Como sostengo también que un Estado o gobierno en representación de toda la sociedad puede cumplir con eficacia su papel como dueño y administrador de medios, si se apoya en una gestión profesional directa de estos, ejercida con plena capacidad y autonomía, un reto que no dejamos de asumir los periodistas cubanos de cara a la sociedad de nuestros días y a sus instituciones.

En este punto, traigo de nuevo a Julio, desde la distancia de cinco años, para que lo avale con sus propias palabras:

“Los medios pudieran generar un discurso que ate a muchos cubanos en un diálogo menos institucional, más genuino y estimulante que el propiciado por otras agencias sistemáticas de socialización como la escuela, las organizaciones, las instituciones culturales y otras. Que mantenga abierto un canal de influencia hacia ellos”.

Y a continuación, acotaba:

¿Se riñe eso con la necesidad simultánea de que la sociedad sostenga en nuestras páginas un diálogo institucional con el Partido, con el Gobierno, con la sociedad organizada? A mi juicio, en absoluto. Pero ese diálogo hay que organizarlo también. No existe, ni puede ser un monólogo. Ambos niveles de encuentro pueden y deben coexistir.

Me detengo en otro punto abordado por Rosa Miriam Elizalde en su trabajo sobre aspectos del pensamiento de Julio García Luis, cuando ella señala que un sistema de medios estatales y privados, anclados fundamentalmente en Estados Unidos se disputa la atención de las audiencias cubanas, “… con muchísimo dinero y violando las leyes y el sentido común, a pesar de sus nulas posibilidades de éxito”.

Para que esas “nulas posibilidades de éxito” sigan siendo nulas, deberíamos atender más a aquella advertencia que Julio García Luis nos hiciera en Cienfuegos, cinco noviembres atrás:

“No nos engañemos: nuestras capacidades de influencia son limitadas y están sometidas a una competencia feroz en la lucha por las audiencias.A veces nuestro propio monopolio nos impide ver la competencia que tenemos en las audiencias. Pero estamos peleando las audiencias todos los días.Y a veces las estamos peleando con armas melladas”

Y que conste, a manera de apreciación personal, que a estas alturas nuestra capacidad de influencia está más retada, el monopolio más resquebrajado y las armas no del todo afiladas para enfrentar tamaño desafío.

Avanzar más en estas consideraciones, me llevaría a sobrepasar, en espacio e intención, el tema al que se me ha invitado a ceñirme. Termino con la promesa de volver en algún momento sobre otras consideraciones expuestas por Julio en aquella conferencia del 2011 en Cienfuegos, porque en definitiva, todo lo que hagamos, debatamos y reflexionemos será para, y termino citándolo: “Darle todo el espacio posible al buen periodismo, que es realmente el único que debiera existir”.

(Tomado de Cubaperiodistas)

SOCIOS Y AMIGOS


Jorge Gómez Barata

En Cuba es común escuchar a una persona decir: “Voy a ver a un socio”. En la Isla esa categoría es sinónimo de amigo. Ello no significa, como en otros lugares, tener negocios comunes. Algo parecido le ocurre al país. Cuba como nación y la Revolución como proceso político, cuentan con millones de amigos, aunque con pocos socios. 

¿Por qué si Cuba tiene amigos en todo el mundo y entre las personas de todas las categorías incluidos empresarios y emprendedores, y es un lugar maravilloso para vivir, trabajar, producir, sembrar o comerciar, salvo excepciones, no hay en la Isla negocios manejados por ciudadanos o residentes mexicanos, europeos, venezolanos, centroamericanos, rusos, chinos, españoles, argentinos e incluso cubanos radicados en cualquiera de esos países?

La explicación, en gran medida estriba en la doctrina y las prácticas económicas vigentes. Del mismo modo que los operadores de la economía cubana no favorecen el fomento de pequeñas y medianas empresas nacionales, tampoco les interesa, al menos por ahora, promover la inversión extranjera en esas escalas ni existe un marco jurídico que lo facilite.

Si usted es mexicano, español o cubano residente en cualquiera de esos países, dispone de un capital pequeño o mediano y desea montar un negocio mediano o pequeño de cualquier tipo; no lo intente en la Isla. Es preferible que viaje como turista, y con solo caminar por las calles, conversar y convivir con los cubanos, en poco tiempo, tendrá muchos socios, aunque ningún negocio.

Para los extranjeros que a título individual pretenden ejercitar la iniciativa empresarial, no les será fácil comprar a su nombre una vivienda, un local para instalar comercio, un solar para construir una instalación; tampoco una parcela para cultivar, un auto o vehículo de carga para desplazarse. Abrir cuentas bancarias puede resultar engorroso e instalarse como residente llevará tiempo y difíciles trámites. Cuba sabe hacer amigos, pero adquirir socios para emprendimientos económicos, es una asignatura pendiente.

Por razones doctrinarias, los rectores de la economía cubana dan la espalda al hecho de que, en las escalas y la situación de la economía local, y en concordancia con las potencialidades del país, sobre todo por la vigencia del bloqueo norteamericano, la inversión de extranjeros en pequeña y medianas empresas es una opción legítima y viable, y no contradice la proyección socialista del sistema político.

Abrirse al mundo y a la economía global es asimilar todo lo que puede ofrecer. Además de recibir y atender a turistas, promover las presentaciones de artistas, ser anfitriones de personajes famosos y asimilar modas y tecnologías foráneas, también pudiera ser recomendable facilitar el acceso a emprendedores que aprecian perspectivas económicas en nuestro país, creen posible insertarse en el mercado interno, encuentran ventajoso beneficiarse con la calificación de la mano de obra y el nivel de los salarios y las políticas tributarias locales.

Además de bienes y servicios para el consumo y la exportación, las pequeñas y medidas empresas nacionales y extranjeras crean empleos y promueven soluciones a cuestiones productivas que por su escala no son atractivas para los grandes inversionistas o transnacionales. Al actuar a título individual, al margen de sus gobiernos y de condicionamientos políticos, los inversionistas extranjeros, medianos y pequeños, son inmunes al bloqueo estadounidense y a sus absurdas proyecciones extraterritoriales.

También bajo disposiciones legales apropiadas, sería provechoso promover que académicos y profesores extranjeros enseñen en nuestras universidades, organicen cursos de posgrado y diplomados, introduzcan ideas nuevas, incluso en los campos de las humanidades, la sociología y las ciencias económicas y políticas, así como que periodistas foráneos escriban en nuestras revistas y periódicos, y se involucren en nuestros procesos económicos, sociales y culturales.

Una proyección así, favorecidas por políticas y legislaciones meditadas y calibrados: “Sin prisa, pero sin pausa”, como aconseja el presidente Raúl Castro, pudiera ser parte de los procesos mediante los cuales el país se libera del aislamiento a que ha sido sometido, y se sacude de la mentalidad de plaza sitiada. La inversión en las escalas mencionadas puede integrarse como una forma de ejercer la solidaridad. Allá nos vemos.


La Habana, 22 de septiembre de 2016

Todo por Cuba y la voluntad de conquistar un mismo sueño

Jóvenes se congregan en su espacio escolar para denunciar expresiones e intentos de subversión política ideológica desde el seno del gobierno norteamericano


24 de septiembre de 2016 13:33:50

Acto de denuncia de los jóvenes cubanos ante expresiones de subversión política-ideológica Foto: Yander Zamora


“Juntos, unidos, todos por Cuba,la voluntad de conquistar un mismo sueño”, así a viva voz, reunidos en el patio del preuniversitario Manolito Aguiar de la capital, cantaban los estudiantes y profesores esta composición de la autoría de Abel Ramos, en un acto político-cultural de defensa de la historia y la cultura cubana.

Cuando ya hace más de un año que se comenzó a desandar el largo camino de restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos —un periodo en el que se han aprobado varias medidas, pero durante el cual el bloqueo económico, comercial y financiero ha permanecido intacto— los jóvenes se congregan en su espacio escolar para denunciar expresiones e intentos de subversión política ideológica desde el seno del gobierno norteamericano.

Esta vez, el subterfugio utilizado, explicó Yailin Orta Rivera, directora del periódico Juventud Rebelde, dirigido precisamente a este grupo etario, han sido un programa que oferta becas de verano para estadio e intercambio juvenil en el país anglosajón, que promueve la Organización no Gubernamental (ONG) Word Learning.

—¿Acaso viajar a los EE. UU. es malo?, preguntó a los jóvenes.

— Pues claro que no, continuó.


Yailin Orta, directora del periódico de la juventud cubana, dialoga con los jóvenes sobre los trasfondos y resortes de las becas de verano de Word Learning Foto: Yander Zamora

La postura del gobierno cubano no es negarse al intercambio, el conocimiento y la superación de su juventud, aclaró. Solamente “el año pasado 1300 estudiantes accedieron a becas de intercambio académico”. Lo que sucede, advirtió, es que Word Learning se ha sabido está conectada con Usaid (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), una agencia vinculada a la CIA y algunas fundaciones. Argumentó que la desconfianza hacia esta ONG parte de que recibe financiamiento de la USAID y de diferentes instancias del Departamento de Estado de EE.UU; no reconoce la legitimidad la institucionalidad cubana al ignorar el papel rector para estas actividades de los ministerios de Educación y Educación Superior; viola las leyes internacionales y nacionales para el intercambio académico y de normalización de las relaciones. El trabajo final, enfatizó, de las becas es la realización de un proyecto práctico no apegado a principios éticos nacionales que incita a chequear, vigilar y desestabilizar el orden interno.

Refirió que todos estos elementos permitían aseverar que el verdadero resorte de estas seductoras becas, propuestas a espaldas del gobierno cubano, era captar y contratar jóvenes cubanos,especialmente líderes de opinión, para provocar un cambio de status quo.


Los jóvenes firman en un mural como muestra de denuncia ante expresiones e intentos de subvertir y desestabilizar políticamente la nación cubana Foto: Yander Zamora

Por su parte, los estudiantes coincidieron en la necesidad de profundizar en las historias nacionales y de relaciones de ambos países, en hurgar en la cultura, los valores, la filosofía y modos de vida que dominan en uno y otro contexto, porque fundamentalmente el conocimiento de nuestro pasado, nuestros héroes, el apego a nuestras raíces, el nacionalismo, dijo Marta Rivera Valiente, estudiante de duodécimo grado, nos mantiene afianzados y estables al ideal socialista y a nuestro país y alertas ante este nuevo tipo de colonización.

Raúl Rodiles y Felicia Libén, profesores del preuniversitario con una trayectoria pedagógica de más de tres décadas reconocen que hoy hay que afilar más las armas de la educación. Los jóvenes son más despiertos, dice ella, tienen acceso a la internet, a las redes, a todo tipo de información y eso no es malo, nuestra labor ahora es enseñarles a usar esa información, a leer, a ver, a pensar más allá de lo literal. 

En un mural, en medio del patio del preuniversitario, que profiere a nombre de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media: “Tendría el imperialismo yanqui que ofrecernos mucho más de los que la Revolución Cubana nos ha proporcionado en estos 58 años”, los jóvenes firman como para sellar su resuelta decisión y acuerdo en no olvidar sus raíces.
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