"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 7 de diciembre de 2015

El periodismo que somos y el que queremos ser (+Fotos)

Escrito por José Aurelio Paz, con fotos del autor
Categoría: Sociedad

Un taller regional sobre periodismo referido a las llamadas redacciones integradas o medios únicos, sesionó hoy en la provincia de Ciego de Ávila, con la presencia de profesionales de la prensa de Camagüey, Sancti Spíritus, Villa Clara y Cienfuegos, además del territorio sede.

El certamen, en su primera jornada diurna celebrada en el salón de reuniones del motel del Partido, en la ciudad capital, contó con un panel de jóvenes profesionales, quienes abordaron, desde su perspectiva, cómo ha sido su inserción en las redacciones de sus respectivos periódicos, y cuáles son sus aspiraciones en torno al periodismo que desean ejercer desde una nueva visión más emocional de la noticia, que involucre al lector y acuda más a los actuales resortes de la prensa contemporánea.

Jóvenes debaten sobre las llamadas redacciones integradas o únicas, desde sus personales experiencias

Posteriormente, Adonis Subit Lamí, director de la editora 5 de Septiembre en Cienfuegos, Daicar Saladrigas González, directora del Adelante, de Camagüey, y Roberto Carlos Delgado Burgos, titular de Invasor, abordaron, desde sus respectivas experiencias, el funcionamiento de las llamadas redacciones integradas o únicas, que no son más que asumir las ediciones digitales y las de papel con una dinámica nueva que permita la interacción y el enriquecimiento mutuo, así como la viabilidad y la exigencia de los nuevos mecanismos de trabajo.

El certamen, que pretende oxigenar los criterios en cuanto al periodismo que hoy se hace desde los territorios y el que se pretende hacer, más cercano a la agenda mediática, más incisivo en los problemas de la realidad cubana actual y más profundo en cuanto a la búsqueda de un tono íntimo y raigal, en su segunda edición tomó el acuerdo de otorgar a la cita, a partir de la próxima edición, el nombre de Migdalia Utrera Peña in Memorian, en reconocimiento a la destacada profesional ya fallecida que, durante muchos años, estuvo al frente del semanario Invasor con una labor modélica.

Luego del espacio teórico, los participantes recibieron información útil a cargo del historiador Ángel Cabrera, del Archivo Histórico Provincial, depositaron una ofrenda floral ante la tarja que recuerda la figura del mártir avileño de la Revolución, Raúl Cervantes, e hicieron un recorrido por lugares emblemáticos de la capital avileña.

El encuentro concluirá, esta noche, con la acostumbrada Tertulia cultural que celebra mensualmente Invasor, esta vez, desde la Unión Árabe de Cuba en Ciego de Ávila, con secciones variadas y de interés, y a la cual han sido invitados profesionales de la salud y artistas para interactuar de manera amena y culta con los participantes.


Alumnos de la Escuela Elemental de Arte Ñola Sahig actúan para los participantes


Participantes en el Taller regional sobre el nuevo periodismo


La esencia está en hallar la interacción entre las ediciones digitales de los periódicos y las impresas para el enriquecimiento mutuo



Roberto Carlos Delgado, director de Invasor de Ciego de Ávila, dialoga entre sus colegas Adonis Subit Lamí, del 5 de Septiembre, de Cienfuegos, y Daicar Saladrigas González, del Adelante de Camagüey

Venezuela: La trampa

Atilio Boron

ALAI AMLATINA, 07/12/2015.- Las elecciones parlamentarias en Venezuela arrojan varias enseñanzas que creo necesario subrayar. En primer lugar que, contrariamente a todas las predicciones de los lenguaraces de la derecha, el comicio se realizó, al igual que todos los anteriores, de una manera impecable.

No hubo denuncias de ningún tipo, salvo el exabrupto de tres ex presidentes latinoamericanos, que a las cuatro de la tarde (dos horas antes de la conclusión del acto electoral) ya anunciaban al ganador de la contienda. Fuera de esto, la “dictadura chavista” volvió a demostrar una transparencia y honestidad del acto electoral que más quisieran tener muchos países dentro y fuera de América Latina, comenzando por Estados Unidos.

El reconocimiento hecho por el presidente Nicolás Maduro ni bien se dieron a conocer los resultados oficiales contrasta favorablemente con la actitud de la oposición, que en el pasado se empecinó en desconocer el veredicto de las urnas. Lo mismo cabe decir de Washington, que al día de hoy no reconoce el triunfo de Maduro en las presidenciales del 2013. Unos son demócratas de verdad, los otros grandes simuladores.

Segundo, resaltar lo importante de que luego de casi 17 años de gobiernos chavistas y en medio de las durísimas condiciones prevalecientes en Venezuela, el oficialismo siga contando con la adhesión del cuarenta por ciento del electorado en una elección parlamentaria.

Tercero, el resultado desplaza a la oposición de su postura facilista y de su frenético denuncialismo porque ahora, al contar con una holgada mayoría parlamentaria, tendrá corresponsabilidades en la gestión de la cosa pública. Ya no será sólo el gobierno el responsable de las dificultades que agobian a la ciudadanía. Esa responsabilidad será de ahora en más compartida.

Cuarto y último, una reflexión más de fondo. ¿Hasta qué punto se pueden organizar “elecciones libres” en las condiciones existentes en Venezuela? En el Reino Unido debían celebrarse elecciones generales en 1940. Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial obligó a postergarlas hasta 1945. El argumento utilizado fue que el desquicio ocasionado por la guerra impedía que el electorado pudiera ejercer su libertad de manera consciente y responsable. Los continuos ataques de los alemanes y las enormes dificultades de la vida cotidiana, entre ellos el de la obtención de los elementos indispensables para la misma, afectaban de tal manera a la ciudadanía que impedían que esta ejerciera sus derechos en pleno goce de la libertad.

¿Fueron muy distintas las condiciones bajo las cuales se llevaron a cabo las elecciones en Venezuela? No del todo. Hubo importantes similitudes. La Casa Blanca había declarado en Marzo que Venezuela era “una inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos”, lo que equivalía a una declaración de guerra contra esa nación sudamericana.

Por otra parte, desde hacía muchos años Washington había destinado ingentes recursos financieros para “empoderar la sociedad civil” en Venezuela y ayudar a la formación de nuevos liderazgos políticos, eufemismos que pretendían ocultar los planes injerencistas de la potencia hegemónica y sus afanes por derrocar al gobierno del presidente Maduro.

La pertinaz guerra económica lanzada por el imperio así como su incesante campaña diplomática y mediática acabaron por erosionar la lealtad de las bases sociales del chavismo, agotada y también enfurecida por años de desabastecimiento planificado, alza incontenible de los precios y auge de la inseguridad ciudadana.

Bajo estas condiciones, a las cuales sin duda hay que agregar los gruesos errores en la gestión macroeconómica del oficialismo y los estragos producidos por la corrupción, nunca combatida seriamente por el gobierno, era obvio que la elección del domingo pasado tenía que terminar como terminó.

Desgraciadamente, el “orden mundial” heredado de la Segunda Guerra Mundial, que un documento reciente de Washington reconoce que “ha servido muy bien” a los intereses de Estados Unidos, no ha sido igualmente útil para proteger a los países de la periferia de la prepotencia imperial, de su descarado intervencionismo y de sus siniestros proyectos autoritarios.

Venezuela ha sido la última víctima de esa escandalosa inmoralidad del “orden mundial” actual que asiste impertérrito a una agresión no convencional sobre un tercer país con el propósito de derrocar a un gobierno satanizado como enemigo.

Si esto sigue siendo aceptado por la comunidad internacional y sus órganos de gobernanza global, ¿qué país podrá garantizar para sus ciudadanos “elecciones libres”? Por algo en los años setenta del siglo pasado los países del capitalismo avanzado bloquearon una iniciativa planteada en el seno de la ONU que pretendía definir la “agresión internacional” como algo que fuese más allá de la intervención armada.

Leyendo la reciente experiencia del Chile de Allende algunos países intentaron promover una definición que incluyese también la guerra económica y mediática como la que se descargó sobre la Venezuela bolivariana, y fueron derrotados.

Es hora de revisar ese asunto, si queremos que la maltrecha democracia, arrasada hace unas semanas en Grecia y este domingo pasado en Venezuela, sobreviva a la contraofensiva del imperio. Si esa práctica no puede ser removida del sistema internacional, si se sigue consintiendo que un país poderoso intervenga desvergonzada e impunemente sobre otro, las elecciones serán una trampa que sólo servirán para legitimar los proyectos reaccionarios de Estados Unidos y sus lugartenientes regionales. Y pudiera ocurrir que mucha gente comience a pensar que tal vez otras vías de acceso al -y mantenimiento del- poder puedan ser más efectivas y confiables que las elecciones.

- Dr. Atilio A. Boron es Investigador Superior del Conicet, investigador del IEALC, Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini" - www.centrocultural.coop/pled


Mas informacion: http://alainet.org

Todos los presidentes de EU negociaron con La Habana

Falsa, su frase de que no dialogarían con comunistas, aclara

El especialista en información desclasificada señala que las estrategias de los mandatarios estadunidenses fracasaban porque daban tiempo a los enemigos de la isla a derrotar esas políticas; afirma en la obra que Fidel Castro extendió una rama de olivo a 10 jefes de la Casa Blanca 
                                                             Blanche Petrich

Periódico La Jornada
Lunes 7 de diciembre de 2015, p. 14

Durante la primavera del año próximo, a más tardar, el presidente Barak Obama visitará Cuba. Eso creo, y muchos en Estados Unidos pensamos que así será. El mandatario no va a querer perder la oportunidad de convertirse en el primer jefe de Estado de Washington en pisar la isla desde la revolución, asegura Peter Kornbluth, coautor del libro Diplomacia encubierta con Cuba.

En este recuento de las negociaciones secretas entre Washington y La Habana, de autoría de Kornbluth –director del área de análisis de la organización Archivos de Seguridad Nacional, especializada en investigaciones basadas en documentación desclasificada– y William LeoGrande –catedrático de la Escuela de Relaciones Internacionales en la capital estadunidense y ex asesor del Partido Demócrata– se revela que el líder de la revolución cubana extendió una rama de olivo a cada uno de los presidentes con los que le tocó lidiar: 10 mandatarios, desde los tiempos de John F. Kennedy.

Todos los presidentes de Estados Unidos, excepto el segundo George Bush, negociaron algo con Cuba. Eso que presumieron siempre, de que nunca dialogarían con comunistas, es falso; negociaron todo el tiempo, comenta Kornbluth, que también es editor de la revista The Nation.

En entrevista con La Jornada, destaca otra de las sorpresas que encontró él, que llevaba 20 años investigando episodios del conflicto entre Cuba y Estados Unidos litigando la desclasificación de archivos secretos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Estado: Jimmy Carter nos llegó a comentar que si él hubiera tenido la oportunidad de un segundo periodo en la Casa Blanca, hubiera procedido a la normalización de las relaciones con La Habana. Precisamente como lo ha hecho ahora Obama, también en su segundo lapso presidencial.

Explica que la idea que llevó a LeoGrande y a él a escribir este libro, que cuenta con un prólogo de Jorge Domínguez, otro de los más destacados cubanólogos en la academia estadunidense, fue poner en claro que hay toda una narrativa diferente y desconocida hasta ahora en la relación entre los dos países que hasta hace poco eran enemigos. Y dejarlo sentado como un precedente que ayudara al actual mandatario en su proceso de acercamiento.

Diez lecciones y una perspectiva

El libro trata de extraer las lecciones de este pasado. Señala: “En octubre de 2014 le entregamos al presidente un texto que llamamos ‘las 10 lecciones del pasado; perspectivas para el futuro’. Asistimos a sesiones informativas en el Departamento de Estado, logramos hacerlo llegar al Consejo de Seguridad”. Un mes después de este cabildeo de los autores, se dio a conocer el comienzo del deshielo.

–¿Cuál ha sido la reacción del gobierno al libro?

–Públicamente ninguna. Pero sabemos que en un momento, después del lanzamiento, en el Departamento de Estado hubo un instante de pánico. Pensaron que de alguna manera ya estábamos sobre la pista de su negociación secreta. Cuando vieron el libro se dieron cuenta de que la narración termina justo antes de su operación.

–Si todos los presidentes de Estados Unidos tuvieron negociaciones secretas con Cuba, ¿cuál es la novedad en el acercamiento de Obama?

–Todo. Excepto Carter, Obama es el único que se propone una normalización de las relaciones. Es la primera vez que Estados Unidos da pasos unilaterales. Carter siempre actuó bajo iniciativas bilaterales, como la creación de las oficinas de intereses en Washington y La Habana. Otros presidentes tomaron medidas quid pro quo (una cosa por otra). Algunos, como Clinton, dieron pasos que él llamó respuestas calibradas o graduales. El problema es que cada una de estas estrategias dieron tiempo a los enemigos de los cambios hacia Cuba a organizar sus reacciones y derrotar esas políticas. Esta es una constante en esta historia.

“Obama entendió dos cosas: que el quid pro quo y las medidas graduales no funcionaban y que, por el propio interés de Estados Unidos, los cambios debían ser unilaterales. Una política de acercamiento fue más eficaz que una de aislamiento.

Kornbluth explicó que la idea de escribir el libro fue revelar que hay una narrativa desconocida hasta ahora en la relación entre dos países que hace poco eran enemigos Foto La Jornada

La segunda lección era más simple: dirigirse a los cubanos con respeto a su calidad de nación soberana. Y lo hicieron: les hablaron en un tono moderado, los escucharon, Obama llamó a Castro, lo validó como presidente. Eso funcionó más que toda la historia de imposición imperialista y condescendencia del pasado.

La vía secreta, desde Kennedy a la fecha

Kennedy, recuerda Kornbluth, pasará a la historia como el presidente de la crisis de los misiles, de la invasión a Bahía de Cochinos, el que implementó planes de desestabilización, como Operación Mangosta. Pero no como el mandatario que empezó a negociar en secreto con Cuba. Y este diálogo estaba en curso cuando fue asesinado.

–¿Qué fue lo que más le sorprendió en los hallazgos de su investigación?

–Dos cosas. Una, que Fidel Castro le ofreció una rama de olivo prácticamente a cada uno de los 10 presidentes de Estados Unidos con los que trató. Casi nunca trascendió públicamente. Pero vistos en su conjunto, ofrecen una imagen de Castro como un gran diplomático. Después de Bahía de Cochinos, Fidel mandó al Che Guevara a una reunión secreta en Montevideo con un personero de la Casa Blanca; después de su asesinato el presidente cubano usó a una reportera de ABC, Lisa Howard, para ofrecer a Lyndon B. Johnson continuar las negociaciones. A Nixon, como mandatario electo, le mandó un mensaje de distensión a través de un intermediario suizo, aunque ambos ya se conocían y se caían muy mal.

“Lo mismo pasó con Carter, cuando Fidel dijo a Diane Sawyer, de ABC, que Carter era un hombre honorable con quien se podría tener una buena relación. Con Reagan constan también múltiples intentos. Hay todo un registro de que Fidel Castro, una y otra vez, intentó decirle a Estados Unidos ¿por qué no podemos coexistir? Y uno tras otro lo ignoraron y desestimaron sus iniciativas.

“Vale la pena tomar en cuenta esto cuando recordamos la reacción de Fidel Castro a la noticia del restablecimiento de relaciones bilaterales. Él no se pronunció sino seis semanas después del 17 de diciembre. Incluso en Miami se rumoró que no comentaba el hecho porque ya había muerto. Y al final se conoció una carta muy larga que escribió a la Federación de Estudiantes de Cuba reconociendo su apoyo al principio internacional de la convivencia pacífica entre las naciones y a la prerrogativa del presidente de Cuba (su hermano Raúl) de tomar las decisiones en ese sentido. No fue un apoyo explícito, sino soterrado. Pero por eso importa tener a la vista el registro completo sobre sus propias gestiones en ese sentido.

Canje de presos: una carta bajo la manga

En la conversación con Kornbluth, relata cómo él, en algún momento, fue uno de los intermediarios de los contactos secretos de la negociación para la liberación del contratista estadunidense Alan Gross.

“En dos ocasiones visité a Alan Gross en prisión y llevé mensajes de un lado al otro, buscando su liberación. La última fue en 2013. Salí con la sensación de que el tiempo se acababa, que en ese punto del proceso toda posibilidad de un cambio de política pasaba necesariamente por la liberación de Gross. No había de otra.

La Habana proponía canjearlo por los cinco agentes que estaban presos en Estados Unidos. Washington no aceptaba ese canje por considerar que Gross no era un espía. Fue entonces cuando Obama metió en el paquete al espía de la CIA Rolando Saraff Trujillo. El canje de los cinco fue por él, y Gross salió como un gesto humanitario.

(Alan Gross fue arrestado en La Habana en diciembre 2009, por intentar establecer sistemas de comunicación por Internet cifradas entre Estados Unidos y sectores específicos de la disidencia cubana en la isla. Washington nunca reconoció que el contratista hubiera hecho algo ilegal).

Mensaje del General de Ejército Raúl Castro Ruz al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros.

Enviado por editor en Lun, 07/12/2015 - 19:00



Estimado Maduro: 

He seguido, minuto a minuto, la extraordinaria batalla que han dado y escuché con admiración tus palabras.

Estoy seguro de que vendrán nuevas victorias de la Revolución Bolivariana y Chavista bajo tu dirección.

Estaremos siempre junto a ustedes. 

Un abrazo,

Raúl Castro Ruz 

99 DIPUTADOS MUD Y 46 CHAVISMO Y FATAN 22 CARGOS POR ADJUDICAR. ¿ Qué significa?

Por Izmael Zuaznabar


Tal y como lo reseña la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Asamblea Nacional es el órgano encargado de ejercer el Poder Legislativo, pero ¿hasta dónde llegan las facultades del parlamento sobre la nación y sus gobernantes?

El domingo 19.496.365 ciudadanos eligieron a los 167 diputados que conformarán la Asamblea Nacional durante el período 2016-2021. La estructura del parlamento quedará definida por la cantidad de curules ganados por cada tolda política, las cuales buscan obtener la mayoría en el hemiciclo del Palacio Legislativo.

En un país polarizado y bipartidista, desde sus orígenes republicanos, la contienda electoral persigue hacerse con el control cuantitativo de este órgano, por su elevada importancia para ejercer el poder, tal es el mismo que la mayoría de los ciudadanos desconoce el alcance de la Asamblea Nacional.

La Constitución es muy clara y establece dos formas distintas para ejercer el poder: a través de la mayoría simple o mediante la mayoría calificada, esta última tiene dos formas de darse.

¿Qué es una mayoría simple? 85-82.

Conforme el artículo 89 del Reglamento de Interior y de Debates de la Asamblea Nacional, la mayoría simple, también conocida como absoluta o relativa, es la más utilizada para tomar las decisiones dentro de la AN y se encuentra constituida por la mitad más uno de los diputados electos.

En la sesión del próximo 5 de enero de 2016, la mayoría simple estará representada por 85 asambleístas. No obstante, cabe destacar, que a la hora de someter a votación alguna decisión, la Constitución no se refiere a los diputados totales, sino a los presentes. Salvo algunas situaciones particulares.

Facultades

El bando que logre la mayoría absoluta el 6 de diciembre, tendrá la potestad de impulsar y aprobar estas iniciativas políticas:

-Acordar la celebración de referendo consultivo.

-Atribuir a los Municipios o a los Estados determinadas materias de la competencia nacional.}

-Dar voto de censura al Vicepresidente Ejecutivo y a los Ministros que conforman el gabinete.

-Autorizar la salida del Presidente del territorio nacional cuando sea mayor a un lapso de 5 días.

-Elegir de su seno a la Junta Directiva cada período legislativo.

-Autorizar ante el TSJ el enjuiciamiento de diputados que se presuman cometan delitos.

-Declarar el abandono del cargo por parte del Presidente de la República.

-Decidir la prórroga por noventa días de la falta temporal del Presidente de la República.

-Aprobar la incapacidad permanente del Presidente de la República, certificada por el TSJ.

-Aprobar estado de excepción.

-Realizar la selección definitiva de los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia

-Aprobar todo proyecto de reforma constitucional.

-Autorizar el enjuiciamiento del Presidente de la República por parte del TSJ.

-Designar y remover a los titulares del órgano del Poder Ciudadano.

-Aprobar y acordar toda iniciativa y proyecto de reforma constitucional.

¿Qué es una mayoría calificada? 3/5 100/67 y 2/ 3 111/56.

La mayoría califica es la otra forma establecida en la Carta Magna para tomar decisiones dentro de la Asamblea. Este tipo de consensos va dirigido a iniciativas y medidas de mayor importancia.

Esta forma de dominio del parlamento tiene a su vez dos ramificaciones:

– Mayoría calificada de dos terceras (2/3), que a partir de 2016 será representada por 111 asambleístas.

– Mayoría calificada de tres quintas (3/5), que después de los comicios electorales del domingo será de 100 diputados.

No obstante, la Constitución no se refiere a los diputados totales, sino a los presentes en el hemiciclo para aprobar medidas. Ahora veamos que se pueden hacer con cada una de ellas.

Funciones de las dos terceras partes (2/3)

-Someter a referendo aprobatorio los proyectos de Ley que discuta la Asamblea Nacional.

-Someter a referendo los tratados, convenios o acuerdos internacionales que comprometan la soberanía.

-Admitir todo proyecto de Ley orgánica, salvo el que la Constitución.

-Modificar de las leyes de carácter orgánico.

-Remover a los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.

-Tener la iniciativa de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

Funciones de las tres quintas partes (3/5)

-Decidir que el voto de censura acordado al Vicepresidente Ejecutivo o a los Ministros implique su destitución.

-Sancionar las Leyes Habilitantes.

-Aprobar la moción de censura y remoción al Vicepresidente Ejecutivo y ministros.

-Designar o remover a los integrantes del Consejo Nacional Electoral.

-Nombrar y remover a los titulares de los órganos constitucionales

La Revolución bolivariana no está acabada


Por: Rosa Miriam Elizalde


Un grupo de opositores festejan la jornada electoral con banderas de EE.UU por las calles de Caracas este 6 de diciembre de 2015. Foto: Carlos Becerra/ Bloomberg

Es un delito regodearse con la desdicha ajena, particularmente si ocurre en medio de una tormenta perfecta de mentiras y sandeces sobre Venezuela que ha girado, un día tras otro, con la clara intención de engullirnos. Ignacio Ramonet lo explicaba muy bien anoche en Telesur, cuando todavía no se conocían los resultados de las elecciones legislativas, que dio la mayoría simple a la oposición. La Revolución bolivariana no está acabada, ni mucho menos, aunque desde arriba, de las transnacionales mediáticas y de las élites políticas, solo llueva fango sobre ella.

El director de Le Monde Diplomatique analizaba por qué. Esta fue una elección para la Asamblea Nacional, pero el sistema de gobierno venezolano es presidencial. Se puede tener una victoria simple en un Parlamento de 167 curules, que dan un margen de poder, pero limitado, como ocurre en EEUU. Los cubanos lo entendemos muy bien: el Presidente Obama tiene prerrogativas para gobernar y tomar decisiones a diario, pero derogar el bloqueo es un negocio del Congreso. Y aún así sabemos que Obama tiene facultades que no ha utilizado, cuando podría perfectamente dejar en un cascarón inútil esta política espuria. Vaya usted a saber por qué.

Quien haya seguido estas elecciones no puede ignorar que se ha legitimado al Poder Electoral y la institucionalidad venezolanos. Hubo gran tranquilidad durante toda la jornada y la nota indigna no fue del chavismo, sino del acompañamiento internacional de la oposición, que violó las normas más elementales de respeto al ejercicio eleccionario, al entrometerse en la política local.

¿Que la tiene fácil el gobierno de Maduro? Claro que no. Mantendrá ante sí el desafío constante de una derecha golpista que suele despreciar la voluntad popular, que cuenta con el respaldo político-militar de Estados Unidos y que con estas elecciones acaba de recibir una inyección de esteroides. Que intentará, con ánimo renovado, hacer retroceder no solo en Venezuela -ya sabemos el peso específico de la revolución chavista en el ámbito continental- un proceso que hizo ciudadanos a millones de pobres y que ha estado permanentemente acosado por el boicot económico y el crimen organizado al servicio del neoliberalismo trasnacionalizado y el paramilitarismo.

El temor es que, de avanzar los objetivos de esa derecha de cacerolas y bandera yanqui, el desmontaje simbólico y social de la Revolución en Venezuela se convierta en una actividad salvaje que haga retroceder lo que hasta ahora se ha conseguido. La intransigente radicalidad contra el Gobierno bolivariano, fuente de la orfandad orgánica y de liderazgo de la oposición en casi dos décadas de chavismo, tiene una doble naturaleza: por un lado posee una alta capacidad autodestructiva, pero por la otra resulta muy peligrosa dada su (no verbalizada ahora pero patente) tradicional apuesta política por la sangre.

(Tomado del blog de la autora Desbloqueando Cuba)
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