"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 12 de septiembre de 2015

“Normalización” Cuba-EEUU: la USAID seguirá conspirando



NESTOR GARCIA ITURBE -En los últimos meses, sin duda alguna, una de las palabras que más se ha escuchado ha sido normalizar.

Cuando utilizamos los diccionarios para buscar el verdadero significado de esta palabra, encontramos que la misma significa “Someter a norma. Poner en buen orden.” (Diccionario Manual Ilustrado VOX de la Lengua Española); “Regularizar o poner en buen orden lo que no estaba. Hacer que una cosa sea normal.” (Diccionario Océano Práctico de la Lengua Española).

Normalizar puede tener un efecto beneficioso o perjudicial, según la norma a que se someta el hecho.

Lo normal es que la madre sienta cariño por sus hijos. Que el maestro se preocupe por la instrucción y educación de sus alumnos.

Que una mujer en estado pueda tener un parto feliz. Que un estudiante aplicado pueda terminar su carrera universitaria.

También es normal que si usted prende un fosforo cerca de la gasolina, esta entre en combustión o explote. Si usted utiliza un auto y no se preocupa por asegurarse de que cuente con el aceite y el agua necesario, lo normal es que el motor se destruya. Si a un enfermo usted no le suministra la medicina y los cuidados necesarios, lo normal es que muera.

Considero que estos ejemplos son suficientes para establecer que la normalización de una situación puede estar determinada por la relación existente entre dos países o personas.

Lo normal es que un amigo ayude al otro. También puede considerarse normal que un enemigo trate de destruir al que considera su enemigo. En ambos casos se actúa de forma normal. Esto puede influir en el concepto de lo que uno u otro considera normal.

Estoy plenamente convencido, que la acción realizada por la USAID el día 9 de septiembre, dos días antes de que comenzaran en la Habana las reuniones de las comisiones en pro de la normalización de relaciones, ellos consideran que están dentro de la mayor normalidad.

El 9 de septiembre, la USAID anunció que está buscando administradores para sus programas contra Cuba. El salario que ofrecen está entre los 90, 823 a los 139,523 dólares anuales .

Las personas que están tratando de contratar deben tener experiencia en promoción de la democracia, derechos humanos, desarrollo de la sociedad civil, desarrollo comunitario y formación de grupos juveniles. Como es lógico pensar, estos son los programas de subversión político ideológica que piensan desarrollar en los sectores mencionados, por eso requieren los llamados “administradores.”

En el anuncio de la USAID se plantea que “Successful candidates must obtain a “secret” security clearance within nine months of accepting the position. Information deemed “secret” is defined as that which would “cause serious damage to national security” if disclosed.

Así que estos “administradores” deberán pasar el chequeo de seguridad y obtener el famoso “clearance” pues lo que realicen o conozcan, si es divulgado, puede causar serios daños a la seguridad nacional. ¿Pueden ustedes imaginarse que tenebrosas actividades desarrollará la USAID contra Cuba, que de divulgarse causaría serios daños a la Seguridad Nacional de Estados Unidos?

Entre otras cosas, en el anuncio de la USAID se plantea que Cuba es un país “sin presencia física” lo cual significa que la USAID no cuenta con una oficina en el mismo por lo que la actividad se dirigirá desde Washington, lo que nos hace pensar que estos tenebrosos planes se ejecutarán por los “diplomáticos” estadounidenses asignados a la Embajada en la Habana y el envío periódico de personas con el manto de profesores universitarios, periodistas, académicos, miembros de organizaciones juveniles y otros.

Para terminar la oferta de trabajo se plantea que las solicitudes a estos cargos deben presentarse antes del día 8 de octubre a las 9:00 am., aunque de acuerdo a los listados de la USAID estos puestos de trabajo se había informado comenzarían en septiembre del 2015.

Todo de lo más normal. La USAID haciendo su trabajo para tratar de destruir al enemigo que se ha apoderado de Cuba.

Mientras tanto, las conversaciones siguen adelante.

Obama renueva por otro año la ley que sustenta el embargo a Cuba

La prórroga implica que Obama sigue manteniendo su autoridad y "flexibilidad" para relajar las sanciones a Cuba mediante decretos ejecutivos


Barack Obama saluda a soldados estadounidenses en Fort Meade, Maryland (AP)

EL UNIVERSAL

viernes 11 de septiembre de 2015 03:28 PM

Washington.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, renovó hoy por un año más la llamada Ley de Comercio con el Enemigo, un estatuto de 1917 que sustenta el embargo económico impuesto a Cuba.

En una declaración, un alto funcionario del Gobierno explicó bajo anonimato que esa prórroga implica que Obama sigue manteniendo su autoridad y "flexibilidad" para relajar las sanciones a Cuba mediante decretos ejecutivos, destacó Efe.

El embargo contra Cuba: una partida que EE.UU ya perdió




Por Arturo L. Levy: Cuba Estados Unidos
Infolatam
Nueva York, 8 setiembre 2015 

Por ARTURO LÓPEZ LEVY

(Infolatam/CNN).- Los adversarios del actual acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos están teniendo un verano difícil. Las ceremonias de izamiento de bandera en Washington y La Habana tienen a algunos senadores rabiosamente enfurecidos. Para el senador Rubio, la cuestión es sencilla: la apertura de la embajada en La Habana es apaciguamiento de la peor clase, recompensa el mal comportamiento cubano, y alienta una actitud agresiva contra Estados Unidos.

En lugar de enfrentar una condena hemisférica contra el embargo en la VII Cumbre de las Américas en abril, el presidente Obama prefirió ingenuamente apaciguar a Raúl Castro.

Esas opiniones exageran, pero tienen alguna conexión con la realidad. Para algunos en la dirección cubana, “anti-imperialismo”, que se manifiesta en su peor momento como “antiamericanismo”, es fundamental a su identidad. Hay revolucionarios radicales en La Habana que sueñan con una Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe como plataforma de una revolución hemisférica, derrotando la supremacía estadounidense.

Pero esos radicales- estilo Juana de Arco– escuchando voces de batalla en batalla, son cada día menos en La Habana de hoy. Allí, un nuevo restaurante privado abre todos los días con la esperanza de una avalancha de turistas. Los líderes “históricos” de la generación que luchó en la revolución, no eran demócratas mal interpretados. Rebelados contra un dictador apoyado por la Administración Eisenhower, no aspiraban a ser aliados de los Estados Unidos. Querían convertir a los Andes en “la Sierra Maestra de América Latina”. Pero, todo esto ya es historia. Los “históricos” están dejando la política cubana. Tienen más de ochenta años.

El presidente Obama y el secretario Kerry han pensado una política hacia una nación, no hacia dos octogenarios – no importa lo importante que sean. El acercamiento entre Estados Unidos y Cuba desata presiones endógenas para la deliberación pública, con más transparencia y oportunidades para aquellos que piensan diferente. Raúl Castro ya ha cambiado las prioridades – y el lenguaje – de arenga revolucionaria al desarrollo económico. Para modernizar su economía, Cuba necesita un entorno propicio a la inversión; lo que significa reformar su política nacional e internacional. El papel de Estados Unidos en este contexto es esencial, ya que es el mercado más cercano y más grande de turistas, remesas, inversión y tecnología.

Hay un pluralismo creciente no sólo en la sociedad civil, sino también dentro de las élites cubanas. Para los nietos de aquellos que lucharon en la Sierra Maestra o Bahía de Cochinos, la revolución no es el comunismo, sino los negocios. Los verdaderos izquierdistas en Cuba están más preocupados por la corrupción, el autoritarismo, la falta de transparencia, y las ineficiencias en casa, que en derrotar al capitalismo extranjero, que paga mejores salarios que el estado socialista. Por lo tanto, un final súbito del embargo expondría a la sociedad cubana y sus élites a una influencia directa de los Estados Unidos a través de los intercambios comerciales, académicos, educativos, culturales, y ojala pronto el turismo.

Hay formas respetuosas por la cual Estados Unidos puede reconocer la soberanía de Cuba, mientras que Cuba muestra deferencia a la jerarquía estadounidense como gran poder. Aquí Estados Unidos debe hilar fino. Ninguna cantidad de turistas estadounidenses borrará la memoria de la humillante injerencia de los Estados Unidos en los asuntos cubanos. Los nacionalistas cubanos tienen razones para ser celosos defensores de su soberanía. Hay una larga lista de agravios históricos; desde la imposición del contrato de arrendamiento de Guantánamo y la Enmienda Platt en 1902 a la Ley Helms-Burton en 1996.

Pero un nacionalismo cubano centrado en el desarrollo económico es compatible con el actual orden mundial liderado por Estados Unidos. Una Cuba orientada al mercado abre dinámicas democratizadoras graduales, sin poner en riesgo la estabilidad y el crecimiento en la cuenca del Caribe, ni ser amenaza alguna a los EE.UU. Sólo en Miami el Congresista Mario Díaz-Balart rechaza estos argumentos con analogías entre la Cuba de Castro y la Alemania de Hitler. Por supuesto, esto es delirante. El sistema político comunista ha limitado el desarrollo económico del pueblo cubano y reprimido libertades políticas, pero no hay evidencia de que tenga impulsos genocidas.

¿Dónde cabe entonces la denuncia a la política de Obama de compromiso – o como los críticos la llaman “apaciguamiento”? Son simples berrinches ideológicos de los que fuera de la fiesta se han de quedar.




Sir Winston Leonard Spencer Churchill; (Blenheim Palace, Oxfordshire, 1874 – Londres, 1965)

Irónicamente, fue Winston Churchill, el principal oponente de apaciguar a Hitler, quien escribió en 1950: “Apaciguar a los débiles. Desafiar a los fuertes”. Según esa definición de Churchill, el apaciguamiento no sería una mala política de Estados Unidos hacia Cuba hoy. Sin embargo, el razonamiento detrás de esa palabra – como el de las sanciones contra Cuba – se perdió hace tiempo.

El pueblo cubano tiene fuertes convicciones nacionalistas pero un país de once millones de personas que representa o.12% de la economía mundial, no puede ser amenaza para una superpotencia. Lo que los nacionalistas cubanos han logrado es un empate asimétrico. A pesar de la disparidad de poder, EE.UU no puede imponer una salida imperial a su conflicto con el gobierno cubano. De allí a pensar que Cuba derrotó al orden hegemónico de democracia representativa y economía de mercado va un buen trecho.

El día que levante el embargo, Estados Unidos cerrará un juego de póker que ya tiene perdido, pero empezará otro con mejor mano. Sin condiciones de acoso externo, la descentralización de las decisiones, la transparencia en el ejercicio del gobierno, y la expansión de las libertades ciudadanas serán metas nacionalistas. Para desarrollarse, Cuba tendrá que democratizarse.

Cada gran estratega político estadounidense sabe que el embargo es contraproducente desde una lógica de gran estrategia exterior. Cada funcionario cubano razonable también sabe que el precio pagado en desarrollo y libertades por el conflicto con Estados Unidos ha sido tremendamente alto. Es por ello que Cuba está inmersa en procesos de liberalización económica y política. Es por esto que ahora es el momento óptimo para que los Estados Unidos terminen el embargo contra Cuba.
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