"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 13 de julio de 2015

Tabla de Medallas Panamericanos 2015. 10 p.m . Cuba 3er lugar.

Granma le ofrece el conteo de medallas de estos Juegos Panamericanos

Autor: Redacción Digital | internet@granma.cu

13 de julio de 2015 23:29:16

PaísesOROPLATABRONCE
CAN171410
USA121014
CUB1088
COL10610
MEX8613
BRA6612
ARG295
ECU244
CHL212
DOM103
VEN051
PER010
BER001
ESA001
PUR001

Hillary Clinton promete “luchar cada día” por una reforma migratoria


La precandidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, prometió este lunes “luchar cada día por una reforma migratoria integral con un camino a la ciudadanía” si logra ser la próxima inquilina de la Casa Blanca.

“Como presidenta lucharé cada día para lograr una reforma migratoria integral con un camino a la ciudadanía” para los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula hay en el país, aseguró la también exprimera dama en su intervención en la Conferencia Anual de El Consejo Nacional de La Raza (NCLR, por su sigla en inglés).

La exsecretaria de Estado reiteró además que defenderá las acciones ejecutivas en materia migratoria promovidas por el actual presidente, Barack Obama, y dijo que si el Congreso no actúa, hará todo lo posible “para ir más allá” y evitar las separación de miles de familias.

Tras delinear los beneficios de aprobar una reforma que solucione las fisuras del sistema migratorio estadounidense, Clinton insistió en que lograrlo no sólo es un “imperativo económico”, sino también un “imperativo moral, familiar, y estadounidense”.

“Si trabajas duro y aportas todo lo posible al país, debes tener la oportunidad de seguir aquí y continuar hacia delante”, aseveró la favorita para las primarias demócratas.

“Desde el primer al último día que esté en la Casa Blanca haré todo lo posible para dar a cada familia y cada trabajador la mejor de las oportunidades”, dijo ante la audiencia de una de las asociaciones latinas más importantes de Estados Unidos.

Clinton habló sobre las barreras creadas por la desigualdad entre hombres y mujeres, además de las minorías, y recordó que por cada dólar que gana un hombre blanco en Estados Unidos, una mujer latina solo gana 56 centavos de dólar.

Respecto a sus rivales republicanos, la exsecretaria de Estado arremetió contra las declaraciones del precandidato Donald Trump, quien calificó a los mexicanos como “violadores y criminales” y para quien dijo solo tener una palabra, y en español: “Basta”.

La demócrata criticó al resto de los conservadores que se han presentado a la carrera presidencial por no haber salido a condenar las palabras de su compañero de partido con prontitud y solo ofrecer a los latinos oportunidad “de segunda”.

“Hillary Clinton está ignorando el hecho de que un demócrata ha ocupado la Casa Blanca durante los últimos seis años y medio, un período que ha visto la recuperación económica más débil en la historia moderna, en particular para los millones de hispanos en todo el país”, dijo la directora para medios hispanos del Comité Nacional Republicano (RNC), Ruth Guerra.

“Los latinos han oído la misma historia de los demócratas durante demasiado tiempo, si se trata de economía, educación o inmigración, el libro de jugadas de los demócratas está lleno de retórica vacía y promesas incumplidas”, agregó.

Jamaica generará electricidad para 200.000 hogares con la mayor planta solar del Caribe




Que buenas noticias!. Demuestra que lo único que hace falta es voluntad política. Que bien por Jamaica y un llamado de atención a los demás países del área muchos mas ricos que no invierten en renovables.

El Gobierno de Jamaica anunció que prevé generar electricidad para unos 200.000 hogares con la construcción de una planta solar valorada en 61 millones de dólares estadounidenses y que se proyecta como “la más grande de su clase en el Caribe”.

Así lo indicó el Gobierno de la isla caribeña en un comunicado, en el que detalla que ya se ha comenzado a construir la instalación, que generará 20 megavatios y “reemplazará aproximadamente tres millones de galones de combustible fósiles comprados al año”.

La central entrará en servicio previsiblemente en junio de 2016. A cargo del proyecto, que se construye en la región de Clarendon, está la empresa WRB Enterprises.

“La inversión en una fuente no tradicional de energía responde a muchas razones. Es prueba de un nuevo negocio y atrae nueva actividad económica. Se prevé que cree hasta 600 empleos en su fase de construcción”, dijo la primera ministra, Portia Simpson-Miller.

La mandataria recordó que esta instalación acerca más a la isla a su objetivo de producir el 15 % de electricidad nacional mediante energía renovables para 2020.

“Nuestra política energética refleja nuestro compromiso de diversificar nuestras fuentes de energía y en esta administración, hemos tomado acciones concretas para implementar esta política”, añadió.

En ese sentido, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Energía de Jamaica también anunció que se instalarán paneles solares en 15 escuelas primarias y secundarias del país a finalizar este verano.

Discurso del Papa en el encuentro con los movimientos populares en Bolivia


Papa Francisco. Captura Youtube

SANTA CRUZ, 09 Jul. 15 / 07:31 pm (ACI).- El Papa Francisco pronunció un extenso discurso en el encuentro con los movimientos populares reunidos en esta ciudad boliviana. A continuación el texto completo del mismo (las cursivas indican las palabras que improvisó el Santo Padre):

Hermanos, hermanas. Buenas tardes a todos.

Hace algunos meses nos reunimos en Roma y tengo presente ese primer encuentro nuestro. Durante este tiempo los he llevado en mi corazón y en misoraciones. Me alegra verlos de nuevo aquí, debatiendo los mejores caminos para superar las graves situaciones de injusticia que sufren los excluidos en todo el mundo. Gracias Señor Presidente Evo Morales por acompañar tan decididamente este Encuentro.

Aquella vez en Roma sentí algo muy lindo: fraternidad, garra, entrega, sed de justicia. Hoy, en Santa Cruz de la Sierra, vuelvo a sentir lo mismo. Gracias por eso. También he sabido por medio del Pontificio Consejo Justicia y Paz que preside el Cardenal Turkson, que son muchos en la Iglesia los que se sienten más cercanos a los movimientos populares. ¡Me alegra tanto! Ver la Iglesia con las puertas abiertas a todos Ustedes, que se involucre, acompañe y logre sistematizar en cada diócesis, en cada Comisión de Justicia y Paz, una colaboración real, permanente y comprometida con los movimientos populares. Los invito a todos, Obispos, sacerdotes y laicos, junto a las organizaciones sociales de las periferias urbanas y rurales, a profundizar ese encuentro.

Dios permite que hoy nos veamos otra vez. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir mi voz a la de Ustedes: “Las famosas tres T”: tierra, techo y trabajo para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra.

Primero de todo.

1. Empecemos reconociendo que necesitamos un cambio. Quiero aclarar, para que no haya malos entendidos, que hablo de los problemas comunes de todos los latinoamericanos y, en general también de toda la humanidad. Problemas que tienen una matriz global y que hoy ningún Estado puede resolver por sí mismo. Hecha esta aclaración, propongo que nos hagamos estas preguntas:

- ¿Reconocemos que las cosas no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas familias sin techo, tantos trabajadores sin derechos, tantas personas heridas en su dignidad?

- ¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando estallan tantas guerras sin sentido y la violencia fratricida se adueña hasta de nuestros barrios? ¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando el suelo, el agua, el aire y todos los seres de la creación están bajo permanente amenaza?

Entonces, digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio.

Ustedes –en sus cartas y en nuestros encuentros– me han relatado las múltiples exclusiones e injusticias que sufren en cada actividad laboral, en cada barrio, en cada territorio. Son tantas y tan diversas como tantas y diversas sus formas de enfrentarlas. Hay, sin embargo, un hilo invisible que une cada una de esas exclusiones, ¿podemos reconocerlo? Porque no se trata de cuestiones aisladas. Me pregunto si somos capaces de reconocer que estas realidades destructoras responden a un sistema que se ha hecho global. ¿Reconocemos que este sistema ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza?

Si esto así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco.

Queremos un cambio en nuestras vidas, en nuestros barrios, en el pago chico, en nuestra realidad más cercana; también un cambio que toque al mundo entero porque hoy la interdependencia planetaria requiere respuestas globales a los problemas locales. La globalización de la esperanza, que nace de los Pueblos y crece entre los pobres, debe sustituir esta globalización de la exclusión y la indiferencia.

Quisiera hoy reflexionar con Ustedes sobre el cambio que queremos y necesitamos. Saben que escribí recientemente sobre los problemas del cambio climático. Pero, esta vez, quiero hablar de un cambio en el otro sentido. Un cambio positivo, un cambio que nos haga bien, un cambio –podríamos decir– redentor. Porque lo necesitamos.

Sé que Ustedes buscan un cambio y no sólo ustedes: en los distintos encuentros, en los distintos viajes he comprobado que existe una espera, una fuerte búsqueda, un anhelo de cambio en todos los Pueblos del mundo. Incluso dentro de esa minoría cada vez más reducida que cree beneficiarse con este sistema reina la insatisfacción y especialmente la tristeza. Muchos esperan un cambio que los libere de esa tristeza individualista que esclaviza.

El tiempo, hermanos, hermanas, el tiempo parece que se estuviera agotando; no alcanzó el pelearnos entre nosotros, sino que hasta nos ensañamos con nuestra casa. Hoy la comunidad científica acepta lo que hace, ya desde hace mucho tiempo denuncian los humildes: se están produciendo daños tal vez irreversibles en el ecosistema.

Se está castigando a la tierra, a los pueblos y las personas de un modo casi salvaje. Y detrás de tanto dolor, tanta muerte y destrucción, se huele el tufo de eso que Basilio de Cesarea llamaba «el estiércol del diablo». La ambición desenfrenada de dinero que gobierna. Ese es el estiércol del diablo. El servicio para el bien común queda relegado. Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común.

No quiero extenderme describiendo los efectos malignos de esta sutil dictadura: ustedes los conocen. Tampoco basta con señalar las causas estructurales del drama social y ambiental contemporáneo. Sufrimos cierto exceso de diagnóstico que a veces nos lleva a un pesimismo charlatán o a regodearnos en lo negativo. Al ver la crónica negra de cada día, creemos que no hay nada que se puede hacer salvo cuidarse a uno mismo y al pequeño círculo de la familia y los afectos.

¿Qué puedo hacer yo, cartonero, catadora, pepenador, recicladora frente a tantos problemas si apenas gano para comer? ¿Qué puedo hacer yo artesano, vendedor ambulante, transportista, trabajador excluido si ni siquiera tengo derechos laborales? ¿Qué puedo hacer yo, campesina, indígena, pescador que apenas puedo resistir el avasallamiento de las grandes corporaciones? ¿Qué puedo hacer yo desde mi villa, mi chabola, mi población, mi rancherío cuando soy diariamente discriminado y marginado? ¿Qué puede hacer ese estudiante, ese joven, ese militante, ese misionero que patea las barriadas y los parajes con el corazón lleno de sueños pero casi sin ninguna solución para sus problemas?

Pueden hacer mucho. Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» ¿De acuerdo? (trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!

2. Ustedes son sembradores de cambio. Aquí en Bolivia he escuchado una frase que me gusta mucho: «proceso de cambio». El cambio concebido no como algo que un día llegará porque se impuso tal o cual opción política o porque se instauró tal o cual estructura social. Dolorosamente sabemos que un cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes y del corazón termina a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse y sucumbir.

Por eso me gusta tanto la imagen del proceso, los procesos, donde la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, remplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos. La opción es por generar proceso y no por ocupar espacios. Cada uno de nosotros no es más que parte de un todo complejo y diverso interactuando en el tiempo: pueblos que luchan por una significación, por un destino, por vivir con dignidad, por «vivir bien». Dignamente, en ese sentido.

Ustedes, desde los movimientos populares, asumen las labores de siempre motivados por el amor fraterno que se revela contra la injusticia social. Cuando miramos el rostro de los que sufren, el rostro del campesino amenazado, del trabajador excluido, del indígena oprimido, de la familia sin techo, del migrante perseguido, del joven desocupado, del niño explotado, de la madre que perdió a su hijo en un tiroteo porque el barrio fue copado por el narcotráfico, del padre que perdió a su hija porque fue sometida a la esclavitud; cuando recordamos esos «rostros y esos nombres» se nos estremecen las entrañas frente a tanto dolor y nos conmovemos… Todos nos conmovemos, porque «hemos visto y oído», no la fría estadística sino las heridas de la humanidad doliente, nuestras heridas, nuestra carne. Eso es muy distinto a la teorización abstracta o la indignación elegante. Eso nos conmueve, nos mueve y buscamos al otro para movernos juntos. Esa emoción hecha acción comunitaria no se comprende únicamente con la razón: tiene un plus de sentido que sólo los pueblos entienden y que da su mística particular a los verdaderos movimientos populares.

Ustedes viven cada día, empapados, en el nudo de la tormenta humana. Me han hablado de sus causas, me han hecho parte de sus luchas ya desde Buenos Aires y yo se los agradezco. Ustedes, queridos hermanos, trabajan muchas veces en lo pequeño, en lo cercano, en la realidad injusta que se les impuso y a la que no se resignan, oponiendo una resistencia activa al sistema idolátrico que excluye, degrada y mata.

Los he visto trabajar incansablemente por la tierra y la agricultura campesina, por sus territorios y comunidades, por la dignificación de la economía popular, por la integración urbana de sus villas, por la autoconstrucción de viviendas y el desarrollo de infraestructura barrial, y en tantas actividades comunitarias que tienden a la reafirmación de algo tan elemental e innegablemente necesario como el derecho a «las tres T»: tierra, techo y trabajo.

Ese arraigo al barrio, a la tierra, al oficio, al gremio, ese reconocerse en el rostro del otro, esa proximidad del día a día, con sus miserias porque las hay, las tenemos y sus heroísmos cotidianos, es lo que permite ejercer el mandato del amor, no a partir de ideas o conceptos sino a partir del encuentro genuino entre personas, necesitamos instaurar esta cultura del encuentro porque ni los conceptos ni las ideas se aman; se aman las personas. 

La entrega, la verdadera entrega surge del amor a hombres y mujeres, niños y ancianos, pueblos y comunidades… rostros y nombres que llenan el corazón. De esas semillas de esperanza sembradas pacientemente en las periferias olvidadas del planeta, de esos brotes de ternura que lucha por subsistir en la oscuridad de la exclusión, crecerán árboles grandes, surgirán bosques tupidos de esperanza para oxigenar este mundo.

Veo con alegría que ustedes trabajan en lo cercano, cuidando los brotes; pero, a la vez, con una perspectiva más amplia, protegiendo la arboleda. Trabajan en una perspectiva que no sólo aborda la realidad sectorial que cada uno de ustedes representa y a la que felizmente está arraigado, sino que también buscan resolver de raíz los problemas generales de pobreza, desigualdad y exclusión.

Los felicito por eso. Es imprescindible que, junto a la reivindicación de sus legítimos derechos, los Pueblos y sus organizaciones sociales construyan una alternativa humana a la globalización excluyente. Ustedes son sembradores del cambio. Que Dios les dé coraje, alegría, perseverancia y pasión para seguir sembrando. Tengan la certeza que tarde o temprano vamos de ver los frutos.

A los dirigentes les pido: sean creativos y nunca pierdan el arraigo a lo cercano, porque el padre de la mentira sabe usurpar palabras nobles, promover modas intelectuales y adoptar poses ideológicas, pero si ustedes construyen sobre bases sólidas, sobre las necesidades reales y la experiencia viva de sus hermanos, de los campesinos e indígenas, de los trabajadores excluidos y las familias marginadas, seguramente no se van a equivocar.

La Iglesia no puede ni debe ser ajena a este proceso en el anuncio del Evangelio. Muchos sacerdotes y agentes pastorales cumplen una enorme tarea acompañando y promoviendo a los excluidos en todo el mundo, junto a cooperativas, impulsando emprendimientos, construyendo viviendas, trabajando abnegadamente en los campos de la salud, el deporte y la educación. Estoy convencido que la colaboración respetuosa con los movimientos populares puede potenciar estos esfuerzos y fortalecer los procesos de cambio.

Y tengamos siempre presente en el corazón a la Virgen María, una humilde muchacha de un pequeño pueblo perdido en la periferia de un gran imperio, una madre sin techo que supo transformar una cueva de animales en la casa de Jesús con unos pañales y una montaña de ternura. María es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Yo rezo a la virgen tan venerada por el pueblo boliviano para que permita que este Encuentro nuestro sea fermento de cambio. El cura habla largo parece ¿no? Nooo (responden todos).

3. Por último quisiera que pensemos juntos algunas tareas importantes para este momento histórico, porque queremos un cambio positivo para el bien de todos nuestros hermanos y hermanas, eso lo sabemos. Queremos un cambio que se enriquezca con el trabajo mancomunado de los gobiernos, los movimientos populares y otras fuerzas sociales, eso también lo sabemos. Pero no es tan fácil definir el contenido del cambio, podría decirse, el programa social que refleje este proyecto de fraternidad y justicia que esperamos, no es fácil de definir.

En ese sentido, no esperen de este Papa una receta. Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos. Me atrevería a decir que no existe una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón.

Quisiera, sin embargo, proponer tres grandes tareas que requieren el decisivo aporte del conjunto de los movimientos populares:

3.1. La primera tarea es poner la economía al servicio de los Pueblos: Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la Madre Tierra.

La economía no debería ser un mecanismo de acumulación sino la adecuada administración de la casa común. Eso implica cuidar celosamente la casa y distribuir adecuadamente los bienes entre todos. Su objeto no es únicamente asegurar la comida o un “decoroso sustento”. Ni siquiera, aunque ya sería un gran paso, garantizar el acceso a «las tres T» por las que ustedes luchan. Una economía verdaderamente comunitaria, podría decir, una economía de inspiración cristiana, debe garantizar a los pueblos dignidad «prosperidad sin exceptuar bien alguno» (1) Esta última frase la dijo el Papa Juan XXIII hace 50 años. Jesús dice en el evangelio que aquel que le dé espontáneamente un vaso de agua cuando tiene sed será acogido en el reino de los cielos. Esto implica «las tres T» pero también acceso a la educación, la salud, la innovación, las manifestaciones artísticas y culturales, la comunicación, el deporte y la recreación.

Una economía justa debe crear las condiciones para que cada persona pueda gozar de una infancia sin carencias, desarrollar sus talentos durante la juventud, trabajar con plenos derechos durante los años de actividad y acceder a una digna jubilación en la ancianidad. Es una economía donde el ser humano en armonía con la naturaleza, estructura todo el sistema de producción y distribución para que las capacidades y las necesidades de cada uno encuentren un cauce adecuado en el ser social. Ustedes, y también otros pueblos, resumen este anhelo de una manera simple y bella: «vivir bien». Que no es lo mismo que ver pasar la vida.

Esta economía no es sólo deseable y necesaria sino también posible. No es una utopía ni una fantasía. Es una perspectiva extremadamente realista. Podemos lograrlo. Los recursos disponibles en el mundo, fruto del trabajo intergeneracional de los pueblos y los dones de la creación, son más que suficientes para el desarrollo integral de «todos los hombres y de todo el hombre». (2)

El problema, en cambio, es otro. Existe un sistema con otros objetivos. Un sistema que además de acelerar irresponsablemente los ritmos de la producción, además de implementar métodos en la industria y la agricultura que dañan la Madre Tierra en aras de la «productividad», sigue negándoles a miles de millones de hermanos los más elementales derechos económicos, sociales y culturales. Ese sistema atenta contra el proyecto de Jesús. Contra la Buena Noticia que trajo Jesús.

La distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral. Para los cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento. Se trata de devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece.

El destino universal de los bienes no es un adorno discursivo de la doctrina social de la Iglesia. Es una realidad anterior a la propiedad privada. La propiedad, muy en especial cuando afecta los recursos naturales, debe estar siempre en función de las necesidades de los pueblos. Y estas necesidades no se limitan al consumo. No basta con dejar caer algunas gotas cuando lo pobres agitan esa copa que nunca derrama por sí sola. Los planes asistenciales que atienden ciertas urgencias sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras,coyunturales. Nunca podrán sustituir la verdadera inclusión: ésa que da el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario.

Y en este camino, los movimientos populares tienen un rol esencial, no sólo exigiendo y reclamando, sino fundamentalmente creando. Ustedes son poetas sociales: creadores de trabajo, constructores de viviendas, productores de alimentos, sobre todo para los descartados por el mercado mundial.

He conocido de cerca distintas experiencias donde los trabajadores unidos en cooperativas y otras formas de organización comunitaria lograron crear trabajo donde sólo había sobras de la economía idolátrica y vi que algunos están aquí. Las empresas recuperadas, las ferias francas y las cooperativas de cartoneros son ejemplos de esa economía popular que surge de la exclusión y, de a poquito, con esfuerzo y paciencia, adopta formas solidarias que la dignifican. ¡Y qué distinto es eso a que los descartados por el mercado formal sean explotados como esclavos!

Los gobiernos que asumen como propia la tarea de poner la economía al servicio de los pueblos deben promover el fortalecimiento, mejoramiento, coordinación y expansión de estas formas de economía popular y producción comunitaria.

Esto implica mejorar los procesos de trabajo, proveer infraestructura adecuada y garantizar plenos derechos a los trabajadores de este sector alternativo. Cuando Estado y organizaciones sociales asumen juntos la misión de «las tres T» se activan los principios de solidaridad y subsidiariedad que permiten edificar el bien común en una democracia plena y participativa.

3.2. La segunda tarea, eran 3, es unir nuestros Pueblos en el camino de la paz y la justicia.

Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su marcha hacia la justicia. No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quieren que su cultura, su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean respetados.

Ningún poder fáctico o constituido tiene derecho a privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía y, cuando lo hacen, vemos nuevas formas de colonialismo que afectan seriamente las posibilidades de paz y de justicia porque «la paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en los derechos de los pueblos particularmente el derecho a la independencia» (3)

Los pueblos de Latinoamérica parieron dolorosamente su independencia política y, desde entonces llevan casi dos siglos de una historia dramática y llena de contradicciones intentando conquistar una independencia plena.

En estos últimos años, después de tantos desencuentros, muchos países latinoamericanos han visto crecer la fraternidad entre sus pueblos. Los gobiernos de la Región aunaron esfuerzos para hacer respetar su soberanía, la de cada país y la del conjunto regional, que tan bellamente, como nuestros Padres de antaño, llaman la «Patria Grande». Les pido a ustedes, hermanos y hermanas de los movimientos populares, que cuiden y acrecienten esa unidad. Mantener la unidad frente a todo intento de división es necesario para que la región crezca en paz y justicia.

A pesar de estos avances, todavía subsisten factores que atentan contra este desarrollo humano equitativo y coartan la soberanía de los países de la «Patria Grande» y otras latitudes del planeta. El nuevo colonialismo adopta diversa fachadas. A veces, es el poder anónimo del ídolo dinero: corporaciones, prestamistas, algunos tratados denominados «de libres comercio» y la imposición de medidas de «austeridad» que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y de los pobres.

Los obispos latinoamericanos lo denunciamos con total claridad en el documento de Aparecida cuando afirman que «las instituciones financieras y las empresas transnacionales se fortalecen al punto de subordinar las economías locales, sobre todo, debilitando a los Estados, que aparecen cada vez más impotentes para llevar adelante proyectos de desarrollo al servicio de sus poblaciones». Hasta aquí la cita. (4) En otras ocasiones, bajo el noble ropaje de la lucha contra la corrupción, el narcotráfico o el terrorismo –graves males de nuestros tiempos que requieren una acción internacional coordinada– vemos que se impone a los Estados medidas que poco tienen que ver con la resolución de esas problemáticas y muchas veces empeora las cosas.

Del mismo modo, la concentración monopólica de los medios de comunicación social que pretende imponer pautas alienantes de consumo y cierta uniformidad cultural es otra de las formas que adopta el nuevo colonialismo. Es el colonialismo ideológico. Como dicen los Obispos de África, muchas veces se pretende convertir a los países pobres en «piezas de un mecanismo y de un engranaje gigantesco». (5)

Hay que reconocer que ninguno de los graves problemas de la humanidad se puede resolver sin interacción entre los Estados y los pueblos a nivel internacional. Todo acto de envergadura realizado en una parte del planeta repercute en todo en términos económicos, ecológicos, sociales y culturales. Hasta el crimen y la violencia se han globalizado. Por ello ningún gobierno puede actuar al margen de una responsabilidad común.

Si realmente queremos un cambio positivo, tenemos que asumir humildemente nuestra interdependencia, es decir, nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es sinónimo de imposición, no es subordinación de unos en función de los intereses de otros. El colonialismo, nuevo y viejo, que reduce a los países pobres a meros proveedores de materia prima y trabajo barato, engendra violencia, miseria, migraciones forzadas y todos los males que vienen de la mano… precisamente porque al poner la periferia en función del centro les niega el derecho a un desarrollo integral. Y eso hermanos es inequidad y la inequidad genera violencia que no habrá recursos policiales, militares o de inteligencia capaces de detener.

Digamos NO entonces a las viejas y nuevas formas de colonialismo. Digamos SÍ al encuentro entre pueblos y culturas. Felices los que trabajan por la paz.

Y aquí quiero detenerme en un tema importante. Porque alguno podrá decir, con derecho, que «cuando el Papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la Iglesia». Les digo, con pesar: se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios. Lo han reconocido mis antecesores, lo ha dicho el CELAM El Consejo Episcopal Latinoamericano y también quiero decirlo. Al igual que San Juan Pablo II pido que la Iglesia y cito lo que dijo Él «se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos» (6). Y quiero decirles, quiero ser muy claro, como lo fue San Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América.

Y junto a este pedido de perdón y para ser justos también quiero que recordemos a millares de sacerdotes, obispos que se opusieron fuertemente a la lógica de la espada con la fuerza de la cruz. Hubo pecado y abundante, pero no pedimos perdón y por eso pido perdón, pero allí también donde hubo abundante pecado, sobreabundó la gracia a través de esos hombres de esos pueblos originarios. También les pido a todos, creyentes y no creyentes, que se acuerden de tantos Obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz; No me quiero olvidar de las monjitas que anónimamente van a los barrios pobres llevando un mensaje de paz y dignidad, que en su paso por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor, muchas veces junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares incluso hasta el martirio.

La Iglesia, sus hijos e hijas, son una parte de la identidad de los pueblos en Latinoamérica. Identidad que tanto aquí como en otros países algunos poderes se empeñan en borrar, tal vez porque nuestra fe es revolucionaria, porque nuestra fe desafía la tiranía del ídolo dinero. Hoy vemos con espanto cómo en Medio Oriente y otros lugares del mundo se persigue, se tortura, se asesina a muchos hermanos nuestros por su fe en Jesús. Eso también debemos denunciarlo: dentro de esta tercera guerra mundial en cuotas que estamos viviendo, hay una especie de -fuerzo la palabra- genocidio en marcha que debe cesar.

A los hermanos y hermanas del movimiento indígena latinoamericano, déjenme transmitirle mi más hondo cariño y felicitarlos por buscar la conjunción de sus pueblos y culturas, eso que yo llamo poliedro, una forma de convivencia donde las partes conservan su identidad construyendo juntas la pluralidad que no atenta, sino que fortalece la unidad. Su búsqueda de esa interculturalidad que combina la reafirmación de los derechos de los pueblos originarios con el respeto a la integridad territorial de los Estados nos enriquece y nos fortalece a todos.

3. 3. Y la tercera tarea, tal vez la más importante que debemos asumir hoy, es defender la Madre Tierra.

La casa común de todos nosotros está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente. La cobardía en su defensa es un pecado grave. Vemos con decepción creciente como se suceden una tras otra cumbres internacionales sin ningún resultado importante. Existe un claro, definitivo e impostergable imperativo ético de actuar que no se está cumpliendo. No se puede permitir que ciertos intereses –que son globales pero no universales– se impongan, sometan a los Estados y organismos internacionales, y continúen destruyendo la creación.

Los Pueblos y sus movimientos están llamados a clamar, a movilizarse, a exigir –pacífica pero tenazmente– la adopción urgente de medidas apropiadas. Yo les pido, en nombre de Dios, que defiendan a la Madre Tierra. Sobre éste tema me he expresado debidamente en la Carta Encíclica Laudato si’ que creo que les será dada al finalizar. Tengo dos páginas y media en esta cita, pero (como resumen basta (verificar y falta)

4. Para finalizar, quisiera decirles nuevamente: el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los Pueblos; en su capacidad de organizar y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio. Los acompaño. Y cada uno Digamos juntos desde el corazón: ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez.

Sigan con su lucha y, por favor, cuiden mucho a la Madre Tierra. Rezo por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que los acompañe y los bendiga, que los colme de su amor y los defienda en el camino dándoles abundantemente esa fuerza que nos mantiene en pie: esa fuerza es la esperanza, y una cosa importante la esperanza que no defrauda, gracias.

Y, por favor, les pido que recen por mí. Y si alguno de ustedes no puede rezar, con todo respeto, les pido que me piense bien y me mande buena onda.

________________________

(1) Juan XXIII, Carta enc. Mater et Magistra (15 mayo 1961), 3: AAS 53 (1961), 402.

(2) Pablo VI, Carta enc. Popolorum progressio, n. 14.

(3) Pontificio Consejo «Justicia y Paz», Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 157.

(4) V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (2007), Documento Conclusivo, Aparecida, 66

(5) Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Ecclesia in Africa (14 septiembre 1995), 52: AAS 88 (1996), 32-33; Id., Cart enc. Sollicitudo rei socialis (30 diciembre 1987), 22: AAS 80 (1988), 539.

(6) Juan Pablo II, Bula Incarnationis mysterium, 11.

Concluyó el IV Pleno Ampliado de la Upec Actuar como debemos desde el periodismo y la comunicación


Más de 400 colegas participaron en esta videoconferencia. Intervinieron para los integrantes del Comité Nacional de la organización, el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y Rolando Alfonso Borges, Jefe del Departamento ideológico del CC del Partido. (Imágenes)
Lilibet Enriquez Infante y Zenaida Ferrer

Fotos: Yoandry Avila
El IV Pleno del Comité Nacional de la Upec, por primera vez desde el IX Congreso con un carácter ampliado y mediante el sistema de videoconferencia, sesionó este jueves en la capital cubana, con la participación de más de 400 periodistas, dirigentes del Partido, directores de medios, blogueros, docentes, estudiantes de periodismo e invitados de todo el país, dedicado al 52 aniversario de nuestra organización.
Antonio Moltó, presidente de la Upec, expresó que este Pleno es una convocatoria especial, que supera el número de participantes del Congreso. El espacio nos convoca a continuar pensando a Cuba y a los medios de comunicación, buscando el modo más oportuno para actuar como debemos desde el periodismo y la comunicación. Las ideas tienen que multiplicarse en el mejoramiento de la cultura comunicacional en el país.
La provechosa jornada se había iniciado con una intervención de Josefina Vidal, directora general de la Dirección General de Estados Unidos del Minrex,  acerca del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, un hecho de gran repercusión a nivel internacional.

HAY UN TALENTO EXTRAORDINARIO EN EL PAÍS
La doctora Rosa Miriam Elizalde, miembro de la presidencia de la Upec y editora del sitio web Cubadebate, informó los Resultados de la segunda Encuesta Nacional de Medios que contó con el apoyo de todas las delegaciones de la Upec en la Isla.
Al traer la comparación de esta encuesta entre los resultados del año 2013 y 2014, Rosa Miriam precisó que en ambos casos fueron revisados 140 medios de comunicación institucional cubanos.
Se tuvo en cuenta la plantilla periodística en el sector, el presupuesto, la distribución de los medios en cada territorio del país, la proporción de directivos que son graduados de periodismo y de otras carreras afines, así como la presencia de los jóvenes en nuestro sistema de medios.
Si hay una buena noticia es que contamos con un talento extraordinario. Tenemos que encontrar los modos de mostrarlo en el sistema de medios de comunicación pública del país, expresó Elizalde.
No podemos dirigir un sistema desde el sentido común, pues es preciso tener instrumentos para medir nuestra eficacia y llegar a un público meta, reiteró.
LA PRENSA CUBANA FRENTE AL 17D
Calentado el ambiente por la enjundia del tema abordado por Rosa Miriam, el también integrante de la Presidencia Nacional de la Upec, Doctor Raúl Garcés, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, fomentó el debate con la ponencia “El nuevo escenario y el papel de la prensa cubana”.
Centró su reflexión en cinco desafíos que debemos afrontar, si queremos ajustarnos a la sensibilidad y el tacto político demandados por la nueva época: la representación, la comunicación,  la interacción, la gestión y la construcción de nuevos consensos.
“No es novedad decir que se ha transformado estructuralmente el espacio público cubano. El modelo mediocéntrico, que caracterizó  a nivel global la producción y distribución de formas simbólicas, es ya historia. No digo que los medios no tengan importancia. Lo que quiero decir es que se insertan ahora dentro de un ecosistema más desestructurado y complejo, donde las jerarquías se diluyen. Si en 1980 visibilizar los efectos de un huracán dependía de las cámaras de la televisión o las fotografías de un periódico, hoy los celulares, las redes sociales, el paquete semanal pueden cumplir potencialmente los mismos propósitos”.
En otro momento de su exposición, Garcés señaló “dentro de este contexto, resulta decisivo que se respire un ambiente de innovación en la prensa cubana, que aprendamos con urgencia sobre economía de medios y formas novedosas de gestión  para hacerlos sostenibles, que retengamos a los mejores recursos humanos y a cientos de jóvenes talentosos, portadores del espíritu de renovación; que habilitemos las condiciones objetivas y subjetivas para sacudir a los mediocres y premiar a los más consagrados”.
Luego de las intervenciones, quedó abierto un debate interactivo desde el teatro de Etecsa donde se reunió el Comité Nacional de la Upec y en las subsedes en todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, desde donde casi todos los asistentes comenzaron felicitando la hondura y claridad de las conferencias escuchadas.
Una veintena de colegas de aquí, de allá, de acullá, usaron de la palabra. La ausencia de una estrategia para construir la relación de la prensa de Cuba y Estados Unidos en ese nuevo escenario, salió a colación entre otros importantes temas.
En nuestros medios, dijo Istvan Ojeda, de Las Tunas, a veces parece que Estados Unidos llegó a Cuba el 17 de diciembre, cuando hay mucho que explicar  acerca de la naturaleza de las relaciones históricas con el vecino del Norte.
Prepararnos para enfrentar estos desafíos bien conscientes de lo que significa la actual coyuntura es un reto, que hay que asumir con paciencia, osadía, profesionalidad e inteligencia, agregó el colega de la Isla de la Juventud, Diego Rodríguez.
Pero, en esta realidad, a muchos les preocupa tanto o más que la llegada de amigos y enemigos desde el exterior, la labor de ciertos enemigos internos, el desencantamiento y los espacios vacios. De ahí el reclamo de la directora de la Editorial de la Mujer, Isabel Moya, “la banalidad no solo circula por los espacios no oficiales, también por los nuestros. Si ya tenemos diagnósticos hay que hacer acciones concretas. Hacer, hacer, hacer”.
Estamos a la defensiva en la prensa cubana, sentenció José Alejandro Rodríguez, de Juventud Rebelde. Nos escamotean los públicos, las audiencias, y mientras no salgamos de una rutina perniciosa ni asumamos a Cuba con todos sus matices. Nuestros colectivos tienen que desatar la creatividad y el lenguaje propio con autorregulación, señaló otro. Todos estamos aprendiendo porque somos la cara y la voz de nuestro país.
Se puede tener la prensa y no la comunicación, había alertado Garcés, y eso nos está pasando, comentaba Juana Carrasco, porque no actuamos como sistema y no asumimos en cada órgano el papel correspondiente que permitiría una diversidad en los mensajes en correspondencia con las audiencias. Tampoco lo tenemos en los medios digitales, donde reproducimos los trabajos, sin creatividad ni uso de todas las herramientas posibles.
Las intervenciones desde la sede principal del Pleno mediante las voces de integrantes del Comité Nacional de la Upec y de invitados, intercalando argumentos de profesionales experimentados y algunos muy jóvenes desde diversos rincones del país, sumaron argumentos y razones conclusivas: la pausa es necesaria, pero aquí hace falta la inmediatez, reiteró Carrasco.
Por eso, debemos hacer sostenible económicamente nuestra producción de contenidos, y no solo en el ámbito informativo. Estamos haciendo una inversión para llevar Internet a todos, y no es así para la producción de mensajes, que pudiera incluso sostener esa propia infraestructura, explicó Iroel Sanchez, editor del blog La pupila asombrada e invitado al Pleno.
Sobre los debates de este Pleno, Moltó aseguró que fue un proceso de construcción colectiva, que no se caracterizó por la catarsis sino por la sensatez.
Todos consideramos que hay cosas en la prensa que deben cambiar y hemos tenido la capacidad para identificarlas. Estar conectados con la realidad del país nos permitirá acelerar esos cambios.
CON LOS MIEMBROS DEL COMITÉ NACIONAL DE LA UPEC

Reunido a continuación con el Pleno del Comité Nacional de la organización, el Primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros y miembro del Buró Político del Partido, dijo que tenemos una plataforma bastante abarcadora para trabajar y exhortó a desarrollar la cultura y el pensamiento de comunicar lo cotidiano de manera hermosa, y a defender y demostrar el orgullo de ser cubanos.
Destacó las estrechas relaciones de trabajo entre la Presidencia Nacional de la Upec y de los ejecutivos provinciales y ramales con la base, e hizo un llamado a asumir el alto reto ideológico con inteligencia, valentía, pasión, amor y responsabilidad.
Por su parte, el Jefe del Departamento Ideológico del CC del Partido, felicitó la excelente muestra de madurez demostrada en el debate de los temas medulares de esta reunión ampliada, y dijo que va siendo hora de romper los prejuicios y las ataduras, de lo cual este pleno es ya una muestra de cómo andar.
Cubaperiodistas.cu

Comunicación y política tras el 17D


Tomado de El Microwave, por Raúl Garcés Corra

Ayer estas palabras de Raúl Garcés, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, estaban disponibles en el sitio Cubaperiodistas, de la UPEC. Hoy llego y me recibe un parco “HTTP Error 404″ que dice que esta página ha sido eliminada, o su nombre ha cambiado, o no está disponible por el momento. Casualmente lo había dejado abierto en mi navegador, así que aún las tenía a mano. No sé las razones por las que no aparece ahora en la web el texto de Garcés, pero en lo que vuelve, acá pueden leerlo. Una serie de reflexiones que, sin estar de acuerdo con todas ellas, me parecen de los pocos análisis reposados que encontraremos sobre un tema demasiado esencial y demasiado postergado en la agenda política cubana, que trasciende por mucho el nuevo escenario de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, pero que es un buen pretexto para exponer algunas urgencias del periodismo cubano. Con o sin 17D.

Teniendo como telón de fondo las imágenes de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y el grupo de experimentación sonora del ICAIC, el dúo Buena Fe entona la emblemática canción de la nueva trova Cuba Va, acompañado del coro entusiasmado de cientos de personas. Probablemente el hecho habría carecido de mayor trascendencia, si no fuera porque ocurría en el mismísimo Miami Dade County Audiotorium.

Abril de 2015. Uno de los símbolos más representativos de la intolerancia política en Miami, Ileana Ross Lehtinen, pone cara de derrota frente a la revista Foreign Policy, como si cinco décadas de industria anticastrista se vinieran abajo de un tirón sobre sus espaldas desde una altura comparable a la del Empire State. “No podemos darle marcha atrás. Es una situación sin salida”.-confiesa, refiriéndose a la eliminación de Cuba de la lista de países terroristas.

Más o menos por esa fecha, la cantante Rihanna alborota las calles de La Habana, como lo habían hecho antes Beyoncé o Paris Hilton. Más allá de su fama, todas ellas forman parte del oleaje que trae a nuestras costas más visitantes norteamericanos, y que, hasta el nueve de mayo de 2015, había experimentado respecto al año anterior 36 por ciento de crecimiento. Las encuestas dicen claramente que el 65 por ciento de los norteamericanos, el 56 por ciento de los latinos y la mayoría de los cubanoamericanos apoyan el giro actual de las políticas de Obama. Para colmo, el New York Times ha situado a Cuba en el lugar dos entre los 50 países más atractivos para visitar, y, en ese contexto, el efecto 17D se esparce también por Europa, cuyos habitantes viajan apuradamente a redescubrir la Isla ya no en carabelas, sino en confortables aviones.

Estas son las nuevas circunstancias. Cierto que no se ha levantado el bloqueo, que Marco Rubio y su equipo de pugilato añaden enmiendas contra la Isla a determinadas leyes, que Obama no utiliza todas sus prerrogativas como Presidente para avanzar. Y cierto también que, transcurridos seis meses, estamos más cerca de la posibilidad de convivir civilizadamente y abrir caminos.

¿Qué implicaciones tienen los escenarios descritos para el trabajo de la prensa y los periodistas? ¿Cómo se reacomodarán en lo adelante los significados de la “plaza sitiada”? ¿Cederemos a la tentación de actuar como si todas las murallas se hubieran derribado?

Quisiera dividir esta reflexión en cinco desafíos que, a mi juicio, deberemos afrontar con profesionalidad e inteligencia, si queremos ajustarnos a la sensibilidad y el tacto político demandados por la nueva época.

1- El desafío de la representación

Una investigación reciente de la Facultad de Comunicación confirma que el tratamiento de las fuentes y el acceso a la información sigue siendo un problema medular entre nosotros. De 636 noticias analizadas, el 43.4 por ciento incluía una sola fuente, mientras que el 22.4 por ciento, dos fuentes representativas del mismo enfoque editorial. La presencia de diferentes puntos de vista se advirtió en apenas el seis por ciento de las notas. Y, tan preocupante como el dato anterior, es que solo el 17.4 por ciento de ellas utilizó documentos, en contraste con el 77.4 por ciento que se conformó con fuentes humanas.

Aspirar a una cobertura del acontecer internacional que desconozca estos antecedentes y prácticas sería como pedirle peras al olmo. Desde el pasado 17 de diciembre hasta la fecha, Cuba y los Estados Unidos han dialogado sobre un amplio espectro de temas, según las notas oficiales emitidas por ambos gobiernos: la lucha contra el terrorismo, la discusión sobre límites marítimos en el Golfo de México, el tratamiento de epidemias; las acciones para enfrentar la emigración ilegal, el contrabando de personas y el fraude de documentos; la conservación de especies marinas, las estrategias para contener derrames de hidrocarburos en el Estrecho de la Florida, la mitigación del cambio climático… ¿Cuáles de ellos han sido abordados por nuestros medios? ¿Qué otros géneros, además de las notas oficiales, hemos utilizado con mayor frecuencia? ¿Cuántos expertos cubanos y norteamericanos han sido entrevistados? Se habrán dado cuenta de que estas preguntas son más retóricas que reales, porque la respuesta es bien conocida por nosotros. No caeré, sin embargo, en la tentación de culpar a las fuentes, ni mucho menos en la de culparnos a nosotros mismos. La madurez de este gremio sabe, tras nueve congresos de la UPEC, que esa ruta ayuda poco a entender el problema y dilucidar sus causas.(…)

“Es preciso que se sepa la verdad de los Estados Unidos –diría José Martí-. Ni se debe exagerar sus faltas de propósito, por el prurito de negarles toda virtud, ni se han de pregonar sus faltas como virtudes”.

Lo que he llamado “el desafío de representación” tiene que ver entonces con superar estereotipos y cuños que nos han representado históricamente en el discurso público. Participar en política, fortalecer el espíritu de la nación en torno a su presente y futuro, formar ciudadanos, implica que pensemos y discutamos entre todos los dilemas de la actual coyuntura, que recuperemos sin ingenuidades el imaginario simbólico de nuestra Historia, que aprendamos la Historia antigua y contemporánea de los propios Estados Unidos, su cultura política y que distingamos entre su espíritu de libertad y de conquista.

2- El desafío de la comunicación:

Tratarse como iguales no significa, como tantas veces se ha repetido, que los Estados Unidos hayan renunciado a sus objetivos históricos respecto a Cuba. “Aprender el arte de convivir en medio de nuestras diferencias” significa cimentar y abonar un terreno donde el Imperio –entrenado vastamente en una cultura de dominación- y la Isla- obligada a desplegar por más de cincuenta años una cultura de resistencia- puedan dialogar de forma civilizada y productiva.

Ahora bien, que hayan cambiado los medios y las tácticas de conseguir los mismos fines no es marginal, ni el alcance de esos métodos debería subestimarse.(…)

Es, probablemente, la prueba más grande que haya enfrentado la institucionalidad revolucionaria en las últimas décadas. La pequeña isla, sometida y acosada históricamente por las políticas de bloqueo, privada muchas veces de diálogo con instituciones financieras internacionales, sumergida en el “vivir al día” para resolver cotidianamente problemas de sobrevivencia, tiene que reaccionar ahora a señales que provienen de todas partes, responder con agilidad propuestas, ejecutar proyectos, enfrentar la sobreexcitación global sin desconcertarse.

Es difícil, lo sé, pero la alternativa no es –ni lo está siendo- esconder la cabeza dentro de una concha de caracol. Ha llegado la hora de que el capital humano, intelectual y cultural formado por la Revolución demuestre sus potencialidades, afronte decisiones complejas, desate sus iniciativas para ponerlas en diálogo con las nuevas circunstancias. La avalancha no puede enfrentarse centralizadamente. No en todos los casos. Y menos en la prensa, que tiene y tendrá cada vez más radios, corresponsalías, periódicos comunitarios y redes sociales por todas partes.(…)

Hay que construir el tejido social de nuestro proceso de cambios comunicativamente y la institucionalidad revolucionaria debiera asegurarse de que dispone de las estructuras, los recursos humanos y la voluntad para garantizarlo. Luego de tantos años invisibles para las trasnacionales mediáticas, deberíamos aprovechar el boom del interés por Cuba, lo mismo en titulares de periódicos que en visitas de primeros ministros, congresistas y personalidades de todo tipo, para dar a conocer lo que somos y, sobre todo, lo que podríamos llegar a ser.

Estados Unidos ha dicho, como también cabía esperar, que apoyará al sector privado emergente dentro de la Isla. Y el gobierno cubano, por su parte, ha reconocido las potencialidades de ese sector como fuente de crecimiento económico. Que se visibilice, que utilice recursos de comunicación para insertarse en el mercado, incluso que necesite la publicidad para posicionarse en un ambiente de creciente competencia, no debiera extrañarnos.

(…)

El Estado tiene el desafío de ser eficiente, y el sistema comunicativo de la Revolución tiene el deber de acompañarlo en ese propósito. Pero si no hay voceros en los ministerios y otras entidades, si las estrategias de comunicación no se convierten en instrumentos de aplicación práctica cotidiana, si los funcionarios no se entienden a sí mismos como servidores públicos y carecen de entrenamiento para enfrentarse a cámaras, grabadoras y micrófonos, el camino de mostrar la sostenibilidad y prosperidad de nuestro socialismo se hará más empedrado y difícil.

3- Un problema de interacción

No es novedad decir que se ha transformado estructuralmente el espacio público cubano. El modelo mediocéntrico, que caracterizó a nivel global la producción y distribución de formas simbólicas, es ya historia. No digo que los medios no tengan importancia. Lo que quiero decir es que se insertan ahora dentro de un ecosistema más desestructurado y complejo, donde las jerarquías se diluyen. Si en 1980 visibilizar los efectos de un huracán dependía de las cámaras de la televisión o las fotografías de un periódico, hoy los celulares, las redes sociales, el paquete semanal pueden cumplir potencialmente los mismos propósitos.(…)

Cualquiera de nosotros podría, al analizar estos temas, llamar la atención sobre las dimensiones de la encrucijada cultural en la que estamos. (…)

Por más que nos pese, este es el mundo en que vivimos y el Paquete Semanal, aún en medio de las singularidades del contexto cubano, se parece mucho a lo que Direct TV ofrece a millones de espectadores en todas partes, que no paran de hacer zapping frente a cientos de ofertas audiovisuales simultáneas. La televisión a la carta es una tendencia irreversible e imparable del escenario comunicativo contemporáneo. Y la reacción frente a ella no puede ser la censura, ni los ojos ciegos, ni los oídos sordos.

Lo que en realidad debiera preocuparnos es que nuestros centros de enseñanza no dispongan aún de programas de recepción crítica frente a la televisión, que la crisis de valores desestructure los mecanismos sociales disponibles para discernir lo ético de lo que no lo es, que los medios reproduzcan impunemente la misma banalidad y norteamericanización que le cuestionamos al Paquete, que la crítica a todo lo anterior no siempre cristalice en un potente movimiento cívico, de defensa de la cultura de la nación.

(…) Entendamos de una vez que se puede tener la prensa y no tener la comunicación.

4- Un desafío de gestión

Si me preguntaran una de las prioridades que la subversión ideológica adoptará en las nuevas condiciones, afirmaría que es cavar un abismo entre la capacidad de creación e innovación del pueblo cubano, y la supuesta intransigencia de sus instituciones.

Como sugerí antes, no nos asombremos de que el adversario apueste a contrastar las formas de gestión no estatal con las públicas, que intente enfrentarlas, o presentarlas en el imaginario social como dos polos opuestos: de un lado, presuntamente, la modernidad, el emprendimiento, la habilidad para desatar hasta el infinito las fuerzas productivas. De otro, una imagen de inercia, lentitud y burocracia por parte de los aparatos del Estado.(…)

Dentro de este contexto, resulta decisivo que se respire un ambiente de innovación en la prensa cubana, que aprendamos con urgencia sobre economía de medios y formas novedosas de gestión para hacerlos sostenibles, que retengamos a los mejores recursos humanos y a cientos de jóvenes talentosos, portadores del espíritu de renovación; que habilitemos las condiciones objetivas y subjetivas para sacudir a los mediocres y premiar a los más consagrados.

Es un hecho que, en algunos casos, las audiencias caen como de un despeñadero o se desplazan desde los medios tradicionales hacia otras plataformas de comunicación más atractivas y dinámicas. Lo anterior debería preocuparnos y obligarnos a evaluar soluciones puntuales, sin esperar a una transformación general del sistema comunicativo. Hay que concentrar los mayores recursos donde más frutos rindan. Como mismo chequeamos con sistematicidad los lineamientos de la política económica –y generamos en torno a ellos propuestas experimentales-, deberíamos intentar llegar a la II Conferencia del Partido con experimentos sòlidos y consistentes, que se constituyan para nuestros medios en locomotoras del cambio.

En las aulas de nuestras universidades, y en la experiencia acumulada por los medios revolucionarios está la arcilla para modelar la nueva prensa. Hay cientos de jóvenes periodistas, con sólida formación académica y modernas habilidades profesionales, dispuestos a fundar. No es incomprensiones y trabas burocráticas lo que ellos buscan, sino libertad de creación, ambientes innovadores, oídos abiertos a formulaciones osadas, iniciativas que los hagan crecer y no desmovilizarse profesionalmente. En todo caso, es lo mismo que buscábamos nosotros en otra época y en otras circunstancias, cuando teníamos 20 años.

5- El desafío de la construcción de nuevos consensos

Desde el pasado diciembre, y más recientemente a propósito del anuncio de la apertura de embajadas en ambos países, los presidentes Raúl Castro y Barack Obama han dado muestras ejemplares de que es posible entenderse y dialogar. En su misiva al mandatario cubano, Obama invocó términos como “relaciones respetuosas y cooperativas” y ratificó principios de la Carta de Naciones Unidas como “igualdad soberana”, “respeto por la integridad territorial e independencia política de los Estados” y “no injerencia en los asuntos internos”. Hemos tenido que esperar 113 años y recorrer una larga ruta de independencia para desterrar el espíritu plattista de las declaraciones de un gobernante norteamericano. Si la política necesita del discurso para expresarse y hacerse entender, el próximo 20 de julio estaremos abriendo no solo embajadas, sino también una nueva dimensión comunicativa.

Le toca a la prensa en el nuevo contexto encontrar los tonos apropiados para cada momento, ecualizar el lenguaje, profundizar en los argumentos de acuerdo con la complejidad de las circunstancias. Recuperar la iniciativa del debate y la policromía del discurso público. No es una prioridad solo para la nueva era en las relaciones Cuba-Estados Unidos, sino también para el fortalecimiento permanente del consenso nacional.

(…) Estos tiempos no son los años 60, ni Cuba es el país de analfabetos que registró el último censo previo al triunfo de la Revolución. Si algo produjeron las últimas cinco décadas fueron hombres y mujeres pensantes, jóvenes informados, ciudadanos capaces. Todos ellos forman parte del presente y el futuro de la República, y ninguna de sus críticas debiera ser motivo de exclusión. En todo caso, fue la Revolución la que les aseguró el derecho de pensar con cabeza propia y expresar sus convicciones.

(…) Ahora que los Estados Unidos no estarán solo a 90 millas, sino, probablemente, en opulentos aviones de American Airlines posados en nuestros aeropuertos, o en lujosos ferrys con sus narices asomadas al Puerto de La Habana, ninguna escaramuza de coyuntura debiera ser más fuerte que la unidad nacional. Y aunque parezca paradójico, la unidad nacional será más sólida mientras más flexibles y abiertos a la diferencia resulten los límites de la cultura política compartida. (…)

(…) Este pueblo terco y perseverante que somos los cubanos está entrenado en dar la pelea. Casi doscientos años de lucha por el camino de la independencia nos han hecho llegar hasta aquí y vivir la expectativa de los días que corren. Por nosotros, por nuestros hijos, por Cuba, nos toca ahora, con prudencia y al mismo tiempo con osadía, asumir los riesgos.

Presentan plataforma digital CUBA


El portal forma parte de las acciones que se realizan para la informatización de la sociedad cubana

Yurisander Guevara 
13 de Julio del 2015 13:08:48 CDT


Como un regalo para la familia cubana, especialmente dedicado a los jóvenes con motivo de la celebración del X Congreso de la UJC, se presentó este lunes la plataforma digital de Contenidos Unificados para Búsqueda Avanzada, o como prefieren llamarle sus creadores: CUBA.

Disponible en la dirección web www.redcuba.cu, el portal forma parte de las acciones que se realizan para la informatización de la sociedad cubana, destacó Silvano Merced, decano de la Facultad 1 en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), institución que desarrolló el proyecto.

El creciente número de sitios web bajo el dominio .cu, explicó Merced, ha generado una serie de productos y aplicaciones nacionales en línea que se encuentran dispersas. Así, la intención de CUBA es unificarlas bajo un solo portal para facilitar el acceso ciudadano a sus diversas prestaciones.

El sitio es, en síntesis, un buscador que permite recuperar información publicada solo en el dominino .cu, una alternativa para las personas que hoy solo tienen acceso a la intranet nacional, comentó luego Ariagna González, directora del Centro de Investigación y Desarrollo de Internet en la UCI.

La plataforma CUBA opera con el motor de búsqueda ORION, desarrollado por la UCI hace dos años, y será administrada por los Joven Club de Computación y Electrónica.

Según Kirenia Fagundo, directora general de programas, en este momento la principal labor de los Joven Club con CUBA consiste en divulgar su existencia para que los usuarios se familiaricen con ella y aprendan a utilizar todos los servicios que integra.

Como plataforma aglutinadora de contenidos, CUBA posee una serie de categorías predefinidas para facilitar las búsquedas. Entre ellas, destacan en su página de inicio accesos directos a sitios de deportes y recreación, entretenimiento, noticias, salud, arte y humanidades, entre otros.

De este modo los usuarios de CUBA no solo poseen un buscador para encontrar contenidos, sino que se convierte en una herramienta educativa. Pensemos, por ejemplo, el potencial que tiene para los profesores, especialmente desde que el pasado abril autoridades del Ministerio de Educación anunciasen que para el próximo período lectivo 295 preuniversitarios y los 329 politécnicos del país serían conectados a la web, un plan que prevé extenderse a las secundarias básicas, de Enseñanza Especial y círculos infantiles en 2017, y llegar a la red de enseñanza primaria un año después.

Para ese entonces, CUBA debe haber aumentado significativamente su cantidad de páginas indexadas. En el momento de su lanzamiento contiene más de 500 000 de entre los 6 695 sitios web bajo el dominio .cu, algo que sus desarrolladores esperan crezca exponencialmente.

Para eso, alentaron a los creadores de sitios web en el país a cumplir con los estándares requeridos, cuidar elementos de posicionamiento y diseño, en aras de que la plataforma CUBA pueda indexar las páginas rápidamente y brinde resultados de mejor calidad a los usuarios.

Esta plataforma, comentó Ariagna González, cuenta con un diseño que se adapta a los diferentes terminales (ordenadores, tabletas, teléfonos móviles), creado por el grupo Casa 4. Su desarrollo se realizó en tres meses, dos de los cuales sirvieron para indexar páginas cubanas.

CUBA utiliza, además, tecnologías libres, lo cual garantiza soberanía tecnológica a la nación, abundó González. En esta primera etapa de su lanzamiento, la plataforma enlaza a otros interesantes servicios, como la cartelera cultural La Papeleta, la plataforma de blogs Reflejos, la enciclopedia Ecured, el sitio noticioso Cubadebate y el Andariego, una aplicación de mapas interactivos desarrollado por la Empresa de Cartografía y Soluciones Geomáticas.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...