"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 8 de marzo de 2015

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La batería con la mayor autonomía del mundo, lleva funcionando 175 años

La batería con mayor autonomía del mundo lleva funcionando mas de 175 años de forma continua en la Universidad de Oxford. La Oxford Electric Bell se ha inscrito en el libro record de los Guiness como la batería más duradera del mundo.


 
 Actualmente se encuentra en el Laboratorio Clarendon de la Universidad de Oxford, un experimento que consta de dos campanas de bronce debajo de una batería de pila seca, con una esfera de metal oscilante que se mueve de atrás a adelante entre ellas, emitiendo un leve sonido que se ha producido del orden de 10 mil millones de veces. Actualmente el voltaje que produce la batería es tan insignificante después de 175 años que apenas produce sonido. Aunque todavía se puede observar el casi imperceptible movimiento de la bola.

Y es que actualmente hay productos que no duran ni un solo uso, todo lo contrario que pasa que han llegado a nuestras manos de hace unas décadas o siglos, como ejemplos podéis ver el primer panel solar moderno que aún sigue funcionando 60 años después.

Su primera aparición fue en 1840, construida por los fabricantes de instrumentos Watkin y Hill, y comprada por el profesor de física Robert Walker. La esfera suspendida entre las dos campanas tiene 4 mm de diámetro, perpetuamente alternando entre las campanas por medio de una fuerza electrostática y la producción de una frecuencia de oscilación de 2 Hercios.

Lo más interesante y misterioso del aparato es la composición interna de las baterías de pila seca. Se sabe que se han recubierto con una capa aislante de azufre fundido con el fin de protegerla contra el daño atmosférica (es decir, humedad), y se conectan en serie en el extremo inferior de las dos campanas. Pero poco se sabe de su interior. El mecanismo que desvela el secreto de esta proeza podría averiguarse fácilmente abriendo la pila, pero la Universidad no se decide a hacerlo debido a que podría impedir que la batería siguiera funcionando al menos medio siglo más.

Su interior se sospecha que es similar a la pila Zamboni (una batería eléctrica inventada por Giuseppe Zamboni en 1812), ya que se han encontrado experimentos similares del mismo período. Esto indica que las baterías de pila seca probablemente están compuestas de capas de hojas metálicas y papel recubierto con dióxido de manganeso que puede ser de varias miles de capas, o discos, gruesas alternas.

El timbre eléctrico todavía suena en Oxford, aunque apenas audible ya que ahora esta encerrado en un frasco de vidrio para su protección, en el vídeo podéis ver en detalle el experimento:
 
 
 
 

¿Qué es el desarrollo humano?

Por El departamento de Comunicación de la Oficina del Informe sobre el Desarrollo Humano

En 2015 se cumplirán veinticinco años desde que el primer Informe sobre Desarrollo Humano diera a conocer una nueva forma de abordar el progreso y bienestar humano. Y aunque ya es habitual el uso de la expresión "desarrollo humano", la comprensión del concepto es diferente en diversas partes del mundo. Así pues, con motivo del vigésimo quinto aniversario de los informes sobre desarrollo humano, nos gustaría destacar qué idea de desarrollo humano es la que promueve nuestra Oficina.

El concepto de desarrollo humano surgió de los debates globales desarrollo que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XX sobre de la relación entre crecimiento económico y . A principios de los años 60, empezaron a surgir voces que reclamaban "destronar" al Producto Interior Bruto (PIB): el crecimiento económico se había convertido en un objetivo que cumplir y en un indicador del progreso nacional en muchos paísesi, y ello a pesar de que el PIB no fue concebido para medir el bienestarii. En los 70 y los 80, los debates sobre el desarrollo plantearon un enfoque alternativo que trascendiera al PIB, primero poniendo un mayor énfasis en el empleo, luego en el crecimiento redistributivo, y por último en la satisfacción de las necesidades básicas de las personas.

Estas ideas allanaron el camino para el enfoque del desarrollo humano, que busca el aumento de la riqueza de la vida humana en lugar de la riqueza de la economía en la que los seres humanos viven. Se trata de un enfoque centrado en crear mejores oportunidades y posibilidades de elección para todas las personas. 
 
Veamos cómo confluyen estas ideas en el enfoque del desarrollo humano:

  • Los individuos: el enfoque del desarrollo humano se centra en mejorar la vida de las personas, en lugar de creer que el crecimiento económico llevará de forma automática a mejores oportunidades para todos. El crecimiento económico es un importante medio para el desarrollo, pero no un fin en sí mismo.

  • Las oportunidades: el desarrollo humano consiste en dar a las personas más libertad y más oportunidades para vivir una vida que valoren. En la práctica, esto significa desarrollar las capacidades de las personas, y darles la oportunidad de poder usarlas. Por ejemplo, educar a una niña le proporcionará habilidades, pero de poco le servirán si no tiene acceso al empleo en el futuro, o si dichas habilidades no son las requeridas en el mercado laboral local. En el siguiente diagrama se muestran los aspectos del desarrollo humano que son esenciales (es decir, que son una parte fundamental del desarrollo humano), y aspectos que son más contextuales (es decir, que ayudan a crear las condiciones para que las personas prosperen). Tres aspectos esenciales del desarrollo humano son vivir una vida sana y creativa, adquirir conocimientos y tener acceso a los recursos que proporcionan un nivel de vida digno. Hay muchos más aspectos importantes, sobre todo los que crean las condiciones necesarias para desarrollo humano, como son la sostenibilidad medioambiental y la igualdad entre hombres y mujeres.

 
Los elementos básicos del desarrollo humano, una vez conseguidos, ofrecen oportunidades para progresar en otros aspectos de la vida.

  • Las posibilidades de elección: el desarrollo humano consiste, fundamentalmente, en tener más posibilidades de elección. Se trata de ofrecer oportunidades a las personas sin insistir en que las aprovechen. Nadie puede garantizar la felicidad humana y las elecciones que hacen las personas son sus propias decisiones. El proceso de desarrollo (desarrollo humano) debería proporcionar al menos un ambiente en el que las personas, individual y colectivamente, desarrollen plenamente sus potencialidades y tengan una oportunidad razonable de vivir unas vidas productivas y creativas que les satisfagan.

El enfoque del desarrollo humano, desarrollado por el economista Mahbub Ul Haq, se apoya en el trabajo de Amartya Sen sobre las capacidades humanas, a menudo formulado en términos de si las personas cuentan con las opciones de “ser” y “hacer” aquello que desean en su vidaiii. Veamos algunos ejemplos:

Ser: contar con una buena alimentación, protección, salud.

Hacer: trabajo, educación, voto, participación en la vida en comunidad.

La libertad de elección es pues central: alguien que elige pasar hambre (durante un ayuno religioso, por ejemplo) es muy diferente del que está hambriento porque no puede comprar comida.

En un momento en el que la comunidad internacional está intentando definir una nueva agenda de desarrollo que entrara en vigor después de 2015, el enfoque del desarrollo humano sigue siendo útil para articular los objetivos de desarrollo y mejorar el bienestar de las personas asegurando un planeta equitativo, sostenible y estable.

Notas:

i Kennedy, Robert. (1968). AConferencia en la Universidad de Kansas, Lawrence, Kansas, el 18 de marzo de 1968. www.informationclearinghouse.info/article27718.htm
ii Simon Kuznets, creador del PIB, se opuso expresamente a que se lo usara para medir el bienestar. Kuznets, Simon. National Income, 1929–1932. Congreso de EE.UU. Doc. del Senado nº. 124–73, en 7 (1934).
iii El profesor Sen recibió el Premio Nobel de Economía en 1998 por su trabajo sobre la economía del bienestar.

Foto: PNUD Mongolia's #GivingTuesday

Cuba y el Club de París aceleran negociaciones

Por Carlos Pereyra

LA HABANA. En los últimos meses Cuba viene acaparando titulares. No son gratuitos. Tampoco desfavorables la mayoría de ellos. El trasiego de personalidades gubernamentales y altos funcionarios, así como de hombres del mundo de los negocios, el comercio y las inversiones, no ha parado.

Pero los hechos más importantes han venido sucediendo de manera que fuesen difícilmente destapados antes de tiempo. Nadie pasaba de olfatear “algo” y punto porque han sido negociaciones de alto vuelo discurridas en los subterráneos de la política.

Casi a la par de que Cuba y EE.UU. durante más de un año negociaban con suma discreción pasos para restablecer relaciones diplomáticas, algo similar en el tiempo y en calidad (discreción) ocurría con el Club de París.

Bruno Bezard, presidente del Club que integran los 19 países acreedores más importantes del mundo, se reunió en la capital cubana con especialistas en finanzas de la isla. Sin dudas esta visita es la primera de un líder de dicho Club.

La deuda cubana oscila entre 15 mil y 18 mil millones de dólares y el principal acreedor es Francia, cuyos bolsillos los maneja también el Sr. Bezard, quien preside la Tesorería francesa.
 
 
El hecho de que las autoridades de La Habana lleven un tiempo renegociado su deuda implica que tienen por objetivo la integración a la realidad financiera global, insertarse en ella claramente. Por inevitable que fuese para La Habana entrar en estas negociaciones -paralizadas en el año 2000- y hasta previsibles para los observadores políticos debido a las propias exigencias de su proceso de reformas económicas, que demandan fuerte inversión de capitales, credibilidad financiera y renegociación de la deuda, el destape claro llegó ahora dicho como la cosa más natural del mundo por el Sr. Bezard.

Uno de los trabajos iniciales para este empeño no es otro que determinar la cuantía exacta de la deuda cubana. A partir de ella se renegocia, tal y como ha sucedido ya con China, México, Rusia y Japón.

“Hemos avanzado muy rápidamente. Hay una gran voluntad por parte de Cuba y por parte de los acreedores para comenzar este trabajo”, dijo Bezard en una conferencia de prensa en La Habana, reportó la agencia Reuters. “Dentro de unas semanas vamos a cerrar la reconciliación. Y unas semanas o meses después tendremos una negociación”, citó la misma fuente.

De concretarse acuerdos, la isla obtendría beneficios importantes como recuperar credibilidad financiera y acceso a nuevos préstamos y otras facilidades financieras.

Sin estas negociaciones, el proceso de apertura económica sería más lento, la ambición por obtener un Producto Interno Bruto (PIB) que oscile de manera estable entre un 5 y 7 %, resultaría difícil. Esta meta requiere de una fuerte inversión de capitales.

Anote el lector que la visita de Bruno Bezard antecede a la ya anunciada del presidente galo Fracois Hollande.

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Las mujeres más ricas del mundo - 2015

Por Aurelio Jiménez

 
Para terminar la secuela de posts que hemos estado realizando durante la última semana en torno a la lista Forbes de las personas más ricas del mundo, toca turno de las féminas: veamos cuáles sonlas mujeres más ricas del mundo en 2015.

El ranking lo lidera Christy Walton, viuda de John T. Walton, uno de los hijos de Sam Walton, fundador de Wal-Mart, la mayor cadena de supermercados del mundo, con una riqueza de 41,7 millones de dólares, que además le vale para colarse en el puesto ocho del top ten de las personas con mayor riqueza del planeta.

En segunda posición encontramos a Liliane Bettencourt, una de las principales accionistas de L´Oréal, con una fortuna estimada de 40,1 millones de dólares. Tras ella se sitúa Alice Walton, también vinculada a Wal-Mart, con una fortuna de 39,4 millones de dólares.

El top ten de las mujeres con más riqueza del planeta lo completan Jacqueline Mars, María Franca Fistol, Laurene Powell Jobs (hija de Steve Jobs), Anne Cox Chambers, Susanne Klatten, Johanna Quandt y Iris Fontbona. La primera y única española de la lista la encontramos en la posición número 20. Se trata, como no podía ser de otra manera, de Sandra Ortega Mera, hija de Amancio Ortega, fundado de Inditex.

Nicolás Maduro facilita detalles inéditos sobre la muerte de Hugo Chávez (VIDEO)


El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha revelado algunos detalles de cómo ocurrió y se manejó la muerte del exmandatario Hugo Chávez el 5 de marzo de 2013.

En una conversación sostenida con la primera dama, Cilia Flores, y Elías Jaua, el ministro para las Comunas y los Movimientos Sociales, Maduro recordó cómo llegó de una reunión en el palacio Miraflores al hospital militar en donde había ingresado Chávez.

"El médico de emergencia volvió dentro de 15 o 20 minutos y nos dijo que había una situación difícil, que tenía [Chávez] un paro y van a hacer todo por recuperarlo, por levantarlo, y después se fue", relató en la conversación televisada.

Estaban conversando y haciendo llamadas -sostuvo- "cuando entró el doctor Castellanos y abrió la puerta y vi el rostro supe que había pasado algo muy grave".

Según Maduro, entró en la sala y a las primeras personas que vio -Cilia y Elías- les comunicó: "Me dice el doctor Castellanos que el comandante partió".

"Elías gritó, Cilia gritó, nos abrazamos, lloramos, y, bueno, recibimos aquel golpe tan fuerte", agregó.

El mandatario venezolano describió que lo que hicieron primero fue llamar a los compañeros, luego salir a informar al pueblo que "era lo más duro".

"El pueblo se fue para las calles, fue lo que sentí. Después cayó una garúa, una lluvia que refrescó todo. Los camarógrafos casi todos arrumbaron a llorar dejando sus cámaras. Y bueno, luego nos tocó afrontar con el dolor más grande, pero con el compromiso también de todas las vicisitudes de esta batalla y hoy todavía todos lloramos a Chávez", comentó el presidente.

THE GUARDIAN / Regresar a Cuba o morir

THE GUARDIAN – Julian Wilson Esnart necesita tomar medicamentos costosos todos los días para mantenerse con vida, pero no está cubierto por Medicaid. Ahora, espera el crowdfunding para un vuelo de regreso a La Habana.

“Le aconsejamos regresar a Cuba si no quiere morir”. Ese fue el mensaje a Julian Esnart Wilson, un refugiado cubano que vive en Estados Unidos, dado por una empleada del Congreso a la que había llegado en busca de ayuda. Una enfermedad debilitante y la falta de cobertura de salud estaban a punto de acabar con su sueño americano, menos de un año después de haber llegado al país.

Conocí a Esnart el pasado fin de semana, a través de una conexión familiar, y lo entrevisté sobre su experiencia. Me dijo que no había sido displicente acerca de sus problemas de salud, cuando decidió abandonar Cuba en julio de 2014. Él había revelado al entrevistador en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana que había sido diagnosticado con cirrosis en 2007, y que había recibido un trasplante de hígado. Él se aseguró de puntualizar su condición.

Preguntó cómo trabajaba el sistema de salud de Estados Unidos, diciendo que en Cuba recibió chequeos trimestrales y medicamentos gratuitos. “El oficial me miró con una dulce sonrisa y dijo que la medicina sería cara. Le pregunté si podía tomar mis medicinas conmigo y me dijo que tenía que hablar con el cónsul. Salió de la habitación. Cuando regresó, tomó mis huellas y me felicitó: “Usted va a los Estados Unidos”, me dijo Esnart.

Nunca obtuvo una respuesta a su pregunta de ese día.

Cuando llegó a Miami el pasado verano, las cosas no tuvieron un buen comienzo. El día que aterrizó, su esposa le dijo que quería poner fin a su relación. En su primera noche en los EE.UU., Esnart se encontró llamando a una amiga de su hermana, pidiendo un favor: ¿Pudiera pasar la noche en su casa?

No pasó mucho tiempo antes de que la medicina que trajo de Cuba se agotara. Medicaid cubrió sus recetas nuevas en la Florida, pero pronto chocó con otro obstáculo: después de haber aprovechado la bondad de los conocidos que lo dejaron dormir en sus camas y sofás, Esnart tuvo que mudarse a Port Arthur, Texas, el único otro estado donde conocía a alguien que le podría acoger. Eso fue en noviembre pasado.

Cuando fue a reponer sus medicamentos en una farmacia local, se enteró de que no estaban cubiertos por el seguro en Port Arthur. “El farmacéutico me dijo que el sistema de cada estado es totalmente independiente; mi seguro de Florida no funcionaría en Texas “. Esnart presentó una solicitud para Medicaid en su nuevo estado, pero se le negó.

Esnart contaba los días sin medicación. Uno, dos, tres, hasta llegar a 43. Su hermana en Cuba logró encontrar a alguien para enviarle una de sus cuatro píldoras desde casa, pero eso fue sólo una solución temporal. “Sabía que era cuestión de tiempo antes de que mi cuerpo empezara a colapsar”, me explicó.

¿Cómo podría un país con tantos recursos cobrar $ 5,000 o más al mes por los medicamentos cuando la empobrecida Cuba los dispensa de forma gratuita?

Esnart no se dio por vencido fácilmente. Escribió pidiendo ayuda a la Cruz Roja, al Departamento de salud local, al presidente Obama, a la Primera dama, al vicepresidente Biden, a un presentador de televisión y a tres representantes en el Congreso pidiendo ayuda. Dianna Kile, asistente del congresista Randy Weber, fue la única que respondió. Ella le aconsejó que regresara a Cuba.

Esnart podía sentir cómo su cuerpo comenzaba a deteriorarse. Sabía que no tenía más remedio que renunciar a sus sueños si quería vivir.

Esnart no tiene el dinero para comprar un boleto, por lo que ha recurrido a una solución americana: el crowdfunding. Haciendo uso de su teléfono celular, creó un perfil en Crowdrise, subió una selfie sobreexpuesta, estableció su meta de recaudación de fondos en $ 1.500, y explicó su situación: “Necesito dinero para comprar un billete de vuelta a Cuba … Yo no tengo dinero para mi medicamento, cada día estoy peor, yo no hablo Inglés, utilicé el traductor del teléfono celular, necesito pedir ayuda “.

Él es uno de los millones de personas en los EE.UU. que no tienen seguro médico y cuyas vidas están en riesgo de arruinarse como consecuencia de una asistencia sanitaria inaccesible e inasequible.

A diferencia de muchos otros inmigrantes, Esnart tiene un país para regresar que proporciona atención médica gratuita. Él sólo tiene que reunir suficiente dinero para volver a casa, antes de que sea demasiado tarde.

“No tendremos las ciencias sociales que siempre necesitaremos si no propiciamos un clima cultural heterodoxo”



Palabras de Agradecimiento de Juan Valdés Paz al recibir el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2014, en la Feria Internacional del Libro de La Habana el 14 de febrero 2015.
Buenas Tardes. Como hoy es el Día de los Enamorados diré que les quiero a todas y a todos.

Debo comenzar por agradecer la presencia de tantos amigos y también a los ausentes quienes me han hecho llegar sus mensajes por diferentes vías. Quiero también felicitar al Jurado ya que mi experiencia como miembro de jurados es que su labor es siempre difícil; conozco a los candidatos finalistas y cualquiera de ellos merecería al igual que yo este reconocimiento.

Quisiera me permitiesen dedicar este premio a la memoria de mi hermano quien siempre encontró interesante las cosas que yo hacía.

Como siempre que se escuchan palabras de Elogio como las de Aurelio, uno no alcanza a reconocerse en la sarta de hechos y virtudes que se cuentan de nuestras vidas. En realidad, fui maestro voluntario, pero nunca pude ocupar un aula en las montañas; fui un dirigente de la agricultura que cometió muchos desafueros como confundir la caña con el maíz y que probablemente, carga alguna culpa en que nunca tuviéramos mucho que comer; los colectivos de investigadores de que formé parte fueron, cuando menos, devaluados, etc. De manera que se podría hacer una historia semejante pero en negativo sobre lo que les ha contado Aurelio. Ha sido tan bondadoso en su elogio, que debo hacer algunos obligados comentarios y los haré de una manera muy puntual, tratando de poner en contexto lo que él ha dicho y lo que está contenido en el dictamen del Jurado.

Ante todo quisiera recordarme a mí mismo el honor de haber sido un maestro; mi formación autodidacta me permitió ser maestro antes que investigador. He ejercido la docencia en todos los niveles, desde Maestro Voluntario hasta La Universidad de La Habana y otras muchas. Con ello he cumplido en parte el compromiso martiano de enseñar a los demás, pero también me he enriquecido con la experiencia de enseñar aprendiendo. De hecho, los jóvenes continúan siendo mis interlocutores privilegiados. Enseñando aprendí que nunca nuestros conocimientos se hacen más consistentes que cuando logramos trasmitirlo a otros, pero también comprendí la importancia de la docencia en el desarrollo de las ciencias sociales en general y de las cubanas en particular. No nos olvidemos que todos los alumnos son, como diría un sociólogo, “observadores participantes”.

Mi pequeña obra aparece en mi vida vinculada a mi trayectoria laboral y responsabilidades de trabajo, a saber:

-Mi inclinación por la teoría fue tanto el resultado de mi vocación frustrada por la filosofía, como de mis amistades y de mi posterior incorporación, al antiguo e inolvidable Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana.

-Mis estudios agrarios se vincularon a mi larga vida como funcionario en la industria azucarera y en la agricultura cubana.

-Mis estudios internacionales estuvieron vinculados a mi condición de investigador, por casi dos décadas, en el también memorable Centro de Estudios sobre América

-Y mis estudios sobre la transición socialista cubana y su sistema político se correspondieron con mi condición de actor consciente y comprometido con el proyecto nacional promovido por la Revolución de 1959.

Esta diversidad de ocupaciones, es las que explica esta diversidad de temáticas. No siempre abordé tales ocupaciones o temas por mi propia elección sino como resultado de diversos acontecimientos, algunos queridos y otros no tanto; pero en todos ellos encontré alguna arista que me enriqueció. A lo largo de mi trayectoria adquirí algunas convicciones que quisiera compartir con ustedes:

Primero, que siempre reflexionamos con una información incompleta lo cual obliga a los autores a atemperar sus validaciones.

Segundo, que todo debe ser permanentemente repensado; no hay criterio de autoridad suficiente para suplantar la propia reflexión.

Tercero, que como dijeran los empiristas, los kantianos, los materialistas sistémicos, y el sentido común, el conocimiento se tiene que basar en la experiencia, aunque no solamente.

Cuarto, acogernos al principio marxista de dudar de todo y al leninista de que la verdad es revolucionaria.

Por último, acogernos al principio ético que nos dejó Aristóteles acerca de que “la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero”.

Esto me trae a otro comentario sobre el lugar de las ciencias sociales cubanas. En estas décadas en las que hemos logrado sobrevivir, en las que hemos visto aparecer y desaparecer disciplinas e instituciones, he observado el creciente desarrollo de las ciencias sociales cubanas, aunque de unas disciplinas más que de otras; ha sido al menos, una experiencia gratificante. Al final observo que tenemos muchas instituciones que respaldan a las ciencias sociales cubanas (CSC); más importante es que tenemos muchos investigadores destacados y personalidades notables en cada uno de los campos de las ciencias sociales cubanas; y más aún, que tenemos una importante producción en muchos de estos campos. Dicho esto, parecería una razón suficiente para estar optimista sobre las ciencias sociales cubanas, pero entiendo que este desarrollo es insuficiente, tanto en términos relativos como absolutos, y que en todo caso alcanzar un mayor desarrollo nos plantea un enorme desafío a todos nosotros. Agregaría que esta visión puede ser polémica y no dispongo de tiempo para argumentar mi punto de vista, pero como relaciono esta insuficiencia precisamente con el papel que se le debería otorgar a las ciencias sociales cubanas en el desarrollo de nuestra sociedad y de nuestro proyecto nacional socialista, es que rescato las siguientes ideas:

-Marx se refirió al socialismo como el resultado de una construcción consciente de una nueva sociedad; eran los actores sociales quienes iban a crear conscientemente el nuevo orden social no capitalista.

Bastaría recordar esta propuesta de los clásicos para entender lo relevante e imprescindible del papel de las ciencias sociales y humanísticas en esta labor de construcción; pero también existe la propuesta del funcionalismo que ha insistido en ver a las ciencias sociales como parte de la entrada (input) y como retroalimentación (feedback) de los procesos de decisión y de implementación, de las políticas públicas. Si no tenemos un suficiente desarrollo de las ciencias sociales, no tendremos nunca una entrada suficiente a estos procesos y lo que es más complicado, no dispondremos de una retroalimentación para enmendar a tiempo nuestras deficiencias.

-Otra idea que no quería dejar de resaltar es que no tendremos las ciencias sociales que siempre necesitaremos si no propiciamos un clima cultural heterodoxo, abierto críticamente a todas las corrientes, escuelas y formas de pensamiento. Esto no lo digo por razones teóricas sino como resultante de mi experiencia de vida y mi condición de testigo de esta historia revolucionaria. Al respecto, me parece determinante el llamado del Presidente Raúl Castro desde Santiago de Cuba a principios del año 2014, convocando a los intelectuales y profesionales cubanos a participar en la reflexión y elaboración de algo tan difícil como “una creativa conceptualización teórica del socialismo posible en las condiciones de Cuba….”

Esto me lleva a otro tema, no solamente necesitamos unas ciencias sociales suficientemente desarrolladas, sino que estas deberán tener como tema central el estudio de la sociedad cubana en todos los campos; no serán nuestras ciencias sociales suficientemente maduras, si no alcanzamos una mínima masa de conocimientos sobre nuestra sociedad, la cual reclama una atención urgente por parte de todas las disciplinas. Bastaría hacer un listado de todos los alucinantes temas y desafíos a enfrentar en los próximos años, para tener una cabal idea de la emergencia a la cual se convocan las ciencias sociales cubanas.

No quiero dejar de decir que tanto de los resultados que deberemos alcanzar como aquellos de los que ya disponemos, necesitan ser socializados; que es necesario que las científicos sociales vean sus resultados suficientemente debatidos en la comunidad científica; que éstos tengan presencia plena en la esfera pública; y que sean un componente obligado de la agenda por la cual se construyen las políticas públicas del país.

Cuando se habla de ciencias sociales o de cualquier otra disciplina que no sean las ciencias sociales, aparecen rápidamente los temas de las condiciones objetivas (la prensa cubana dixit) de políticas, recursos, prioridades, conectividad, etc. y las subjetivas, de orientaciones ideológicas, nivel de conocimiento alcanzado, filiación teórica, etc. Al respecto quisiera hacer dos observaciones:

-Si no hay desarrollo del país no lo habrá de las ciencias sociales; es bueno que los científicos cubanos sepamos que el desarrollo del país es el horizonte del desarrollo de las ciencias sociales cubanas; también, que es cierto lo inverso: que no habrá un desarrollo del país si no alcanzamos el necesario desarrollo de las ciencias sociales cubanas. Por eso insisto en la idea de que las CS deben ser vistas como un “círculo virtuoso” o una “causalidad circular”, del desarrollo.

-Al Partido y al Estado no les corresponde tener una “filosofía” o unas “ciencias sociales” que les sean propias, sino un programa y una estrategia bien fundamentados. Es función de las ciencias sociales colaborar críticamente en la fundamentación de ese programa y de esa estrategia.

Mi trayectoria desde mozo de la tintorería, “El Buen Gusto” (por supuesto) hasta Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas no habría sido posible sin las oportunidades que me ofreció la Revolución; no hubiese bastado mi voluntad. A ella debo la oportunidad de contribuir a un mejor conocimiento de nuestra realidad, tarea en la que sigo empeñado y en la que trabajaré hasta mi último aliento; de ser útil a mi país; y no me apena decirlo, la de tener una permanente motivación para ser mejor persona, más patriota y mejor revolucionario.

Por tanto, espero haberles sido algo provocador pero ¿qué menos debe hacer un Premio Nacional de Ciencias Sociales?

Muchas Gracias.

Juan Valdés Paz es un reconocido y destacado sociólogo cubano, miembro del Consejo Editorial deSinPermiso.

Sinpermiso electrónico se ofrece semanalmente de forma gratuita. No recibe ningún tipo de subvención pública ni privada, y su existencia sólo es posible gracias al trabajo voluntario de sus colaboradores y a las donaciones altruistas de sus lectores

La mujer a través de la historia

Por Jesús Gonzalez Fonseca

Siglos enteros de civilización, guerras, hambrunas y epidemias, el nacimiento de las ciudades o la vida campesina bajo el feudalismo se han contado sin incluir a las mujeres: la historia de los varones era extensiva a la historia de la humanidad. Las mujeres podrían considerarse como las grandes olvidadas de la historia

Las mujeres han estado aparentemente ausentes en muchos ámbitos de la ciencia y de la cultura a lo largo de la Historia. Aparecen escasamente en la Historia, en la Literatura, en el Arte, en la Ciencia... Por un lado, porque han tenido muchos obstáculos para poder desarrollar sus intereses y capacidades, y por otro lado, porque a las que han conseguido hacerlo no se les ha reconocido y ni siquiera han sido nombradas en los libros o en las enciclopedias.




La invisibilidad histórica que han sufrido las mujeres, a menudo apartadas de la "historia oficial", hace que desconozcamos a muchas que utilizaron su imaginación, su voluntad, sus fuerzas y a veces su vida para contribuir en la construcción de una sociedad más justa para mujeres y hombres. En contra de múltiples barreras las mujeres en todas partes del mundo han participado en nuestro desarrollo social desde el amanecer de la civilización hasta nuestros días. Muchas mujeres sobre todo las que osaron a salirse de la norma tuvieron que luchar contra la incomprensión de la sociedad de su tiempo, o contra el fascismo o el racismo, o simplemente contra una absurda discriminación basada en el sexo, la clase social o la identidad étnica. Algunas como Marie Curie con sus dos premios Nobel han pasado a la posteridad pero muchas otras han caído en el olvido convirtiéndose en las grandes olvidadasde nuestra historia.


La consecución de los derechos de que disfrutan en la actualidad las mujeres del mundo occidental se ha debido a los esfuerzos de muchas de ellas que a lo largo de los siglos han trabajado para conseguirlos. A lo largo de la historia han sido muchas las mujeres que se han intentado hacer un hueco en un mundo de hombres. Las costumbres con el paso de los años fueron cambiadas gracias a muchas de ellas (también gracias a algún hombre), para poco a poco irse acercando a la sociedad que conocemos a día de hoy, que si bien es cierto que aún hay mucho que avanzar, se ha ganado mucho terreno.

¿Cuál ha sido el papel de la mujer en las distintas épocas históricas y civilizaciones?

Desde la prehistoria, las mujeres, como los varones, han asumido un papel cultural particular. En sociedades de caza y recolección, las mujeres casi siempre eran las que recogían los productos vegetales, mientras que los varones suministraban la carne mediante la caza. A causa de su conocimiento profundo de la flora, la mayor parte de los antropólogos creen que fueron las mujeres quienes condujeron las sociedades antiguas hacia el Neolítico y se convirtieron en las primeras agricultoras.

Nuestras primeras antepasadas aprendieron a preparar barro y hornear cerámica; trabajaron los esmaltes y mezclaron cosméticos origen de la ciencia química. Al encargarse de la agricultura y la recolección, también descubrieron las propiedades medicinales de las plantas y aprendieron a secar, almacenar y mezclar las sustancias vegetales.

En el antiguo Egipto las mujeres tuvieron gran libertad de movimientos. Podían ejercer multitud de oficios, andar libremente por las calles, comprar y vender, recibir herencias y tener acceso a la educación, aunque las campesinas desarrollaban un trabajo extremadamente duro. En Mesopotamia las mujeres no estaban sometidas a los hombres, sino que gozaban de un cierto estatus de igualdad. En el famoso Código de leyes de Hammurabi las mujeres disfrutaban de importantes derechos, como poder comprar y vender, tener representación jurídica o testificar libremente. Muchas mujeres actuaron como escribas en el palacio del rey y las reinas eran respetadas como tales llegando incluso a ejercer la regencia de sus hijos menores de edad, formaban los documentos y vivían en un palacio con esclavos y siervos. Podían asimismo ejercer diversos empleos y participar en la vida pública de las ciudades.




La posición de la mujer en la antigua Grecia no fue muy positiva. Para el filósofo Aristóteles, que ejerció gran influencia en la Europa medieval, la mujer no era más que un hombre incompleto y débil, un defecto de la naturaleza. La mujer fue considerada como un ser sin terminar al que había que cuidar, proteger y guiar, lo que implicaba su sometimiento total al varón y su alejamiento de la vida pública, en la que no podía participar. Las muchachas se casaban a los 14 años con hombres mucho mayores que ellas. Era el padre quien le encontraba marido y discutía la dote. Ella pasaba a ser propiedad del marido como antes lo había sido de su padre y en caso de enviudar de su hijo. La educación de las mujeres estaba orientada a su función como esposa. Las niñas aprendían a hilar y tejer, música y a tocar la lira. Su educación terminaba con el matrimonio. Una vez casada, el marido recluía a su esposa en una parte de la casa apartada del exterior o la vida social que él llevaba. Allí vivía con sus hijos y sirvientas tejiendo sus propios vestidos y preparando los alimentos para el esposo. Nunca salía de la casa, pues al mercado iban las esclavas. Las ciudadanas de Atenas se dedicaban exclusivamente a la casa y al cuidado de los hijos. Por su parte, las mujeres más libres eran las prostitutas, que no estaban sometidas al régimen riguroso de las demás mujeres. La división de la sociedad griega era muy clara: el mundo de la política y la libertad estaba reservado a los hombres y el de la casa a las mujeres. En algunas ciudades como Esparta, dado su carácter guerrero y la ausencia prolongada de los hombres, las mujeres gozaron de mayor libertad: estudiaban música, hacían gimnasia, competían como atletas e incluso algunos casos de adulterio les estaban permitidos. El mundo intelectual estaba casi vedado a la población femenina, pero aun así algunas mujeres destacaron en poesía.

Cuando la niña tenía alrededor de los 13-15 años, los padres concertaban un matrimonio, eligiendo al pretendiente más adecuado. La chica iba con una dote, destinada a protegerla en caso de que el matrimonio fracasara por cualquier motivo, y el novio debía a su vez comprar hacer regalos a la familia. Tras la boda, tocaba estar encerrada en la zona de la casa para mujeres o gineceo y criar hijos, y por supuesto llevar la casa. Cuanto más alta la clase social de los esposos, más rígido era este régimen.




Las mujeres romanas disfrutaban de mayor libertad que las griegas, pero la participación política y ciudadana les seguía estando vetada. Su condición social seguía siendo la de un ser inferior al que había que tutelar, dirigir y utilizar. No tenían nombre propio, pues adoptaban el del padre en femenino, y las niñas no deseadas eran abandonadas al nacer y condenadas a la esclavitud si conseguían sobrevivir. Hasta los 12 años, cuando contraían matrimonio, asistían a la escuela pública las hijas del pueblo, mientras que las de la clase patricia tenían sus preceptores en casa. La enseñanza que se les facilitaba estaba encaminada a hacer de ellas buenas esposas: aprendían canto, matemáticas, recitado de poemas y costura. En el campo trabajaban igual que los hombres en las labores agrícolas y en la ciudad podían ser incluso comerciantes y llevar sus propios negocios, aunque bajo la tutela de los hombres. Mientras que a las griegas les estaba prohibida la vida social, las romanas andaban libres por las calles, aunque acompañadas, acudían a los banquetes junto con los hombres, iban al mercado, participaban en juegos y asistían a los espectáculos, pero debían llevar siempre la cabeza cubierta como señal de recato. En una sociedad de economía esclavista como la romana las esclavas no tenían valor alguno. Podían ser compradas, vendidas, maltratadas o dedicadas a la prostitución.


Una vez casadas, podían incluso salir a la calle sin necesidad de ser acompañadas por un hombre, acudir acompañadas al teatro o algún banquete y ocasionalmente visitar a las amigas. En el plano sentimental, los romanos compartían la distinción griega entre el afecto por la esposa por una parte y las bajas pasiones por otro. El matrimonio tenía como objetivo perpetuar el linaje, y en las clases altas, forjar alianzas políticas y sociales. En ese aspecto, el amar a la esposa era algo que estaba fuera de lugar, pocos se lo tomaban en serio. Las mujeres, para merecer el título de “madres de familia”, debían estar en condiciones de dar a su marido hijos legítimos. El matrimonio era tan importante en la sociedad romana que Augusto impuso sanciones para aquellos que no lo realizasen. La media de vida era de unos 30 años, así que el matrimonio se celebraba a partir de los 12 en las chicas. La anticoncepción y el aborto eran frecuentemente utilizados por las mujeres. Como en Grecia, las romanas estaban excluidas de la vida política: no podían votar ni acceder a las magistraturas. En varias ocasiones las mujeres tomaron las calles de Roma para defender sus derechos manifestándose violentamente contra algunas leyes que limitaban el uso de determinados vestidos o la posesión de oro y joyas.

La edad media

La mujer en el periodo medieval mayoritariamente era campesina y trabajaba en el campo. Su papel económico era muy importante: realizaban las tareas agrícolas como los hombres y tenían que trabajar para mantenerse ellas y a sus hijos. A la mujer le correspondían las labores del hogar, el cuidado de los hijos, de los enfermos, la asistencia a los partos.

Protagonizaban las labores agrícolas de siembra y recolección, el cuidado de los rebaños, y todo ello con salarios muy inferiores a los de los hombres. Las mujeres jóvenes podían encontrar trabajo como criadas y sirvientas de damas nobles por un mísero salario o, como ocurría la mayoría de las veces, a cambio de la comida y el alojamiento, lo que para los agobiados hogares campesinos que tenían que mantener muchas bocas era una liberación. Entre las sirvientas existía una gran diversificación de labores: las que atendían personalmente a los señores, las encargadas de la cocina y las que trabajaban en los talleres. Algunas podían aprender un oficio en los talleres de hilado y tejido de las haciendas y castillos. De todas formas la importancia de las mujeres campesinas, junto con la de sus maridos, era fundamental para el mantenimiento de la economía agrícola.




La boda la pactan los padres de la muchacha, que fijan la dote y reciben una cantidad estipulada por parte del novio en concepto de la “compra” del poder paterno. Si no se casa con la novia pactada, se paga una multa estratosférica a la familia afectada. Si se finge un secuestro, la muchacha pasa a ser oficialmente adúltera.

El aumento demográfico en la Baja Edad Media propició la aparición de núcleos urbanos en torno a lugares fortificados. En estos núcleos creció una nueva clase social, la de los burgueses, que basaba su economía en el comercio y la industria. Hombres y mujeres acudían a las ciudades, donde se realizaba un trabajo especializado y donde era cada vez más necesaria la mano de obra barata. La proliferación de numerosos oficios dio entrada a las mujeres en el mundo laboral, pero siempre en precario, pues el trabajo estaba controlado por los hombres y el salario de las mujeres se mantenía en inferioridad con respecto al de los hombres. Aunque las mujeres trabajaban en casi todos los gremios, era en la industria textil y elaboración de vestidos donde lo hacían mayoritariamente. También copaban los trabajos relacionados con la alimentación, como la elaboración del pan o la cerveza. Asimismo dirigían pequeños negocios y tiendas de comestibles vendiendo frutas, pescados, carnes.

Si bien la mujer se encontraba en una situación jurídica muy adversa, ya que estaba subordinada al hombre, su papel, en este tiempo, es más activo que en periodos posteriores. De hecho, en algunos países la mujer podía tener tierras, contratar trabajadores, demandar y ser demandada, hacer testamento y le correspondía otra tarea de gran responsabilidad: la representación del marido ausente. Los conventos cumplieron una función de gran utilidad durante la edad media ya que eran refugio de las hijas que no contraían matrimonio, único camino para otras de acceder a la cultura y solución para las mujeres que no encontraban salida a una mala situación económica.

A pesar de todo la discriminación femenina era notoria: se les fueron cerrando las puertas de acceso a los gremios y sólo en el caso de ser viudas de un maestro o tener un hijo mayor que se hiciera cargo del negocio se les permitía continuar con él. A finales del siglo XV y dada la creciente crisis económica, las mujeres fueron expulsadas de los gremios y se hizo todo lo posible para impedir que siguieran trabajando.

La Edad Moderna

La Edad Moderna supone un periodo de profundas transformaciones que van a constituir las bases del mundo contemporáneo: el descubrimiento de América, con el encuentro de diferentes culturas, el aumento del poder del estado, la pérdida de poder de la Iglesia y la aparición de nuevos valores basados en el hombre -el humanismo- y en la ciencia experimental, fueron cambios que afectaron, negativamente, la vida de las mujeres. El Renacimiento supuso un “renacer” pero sólo para los varones, que ven mejoradas en esa época sus posibilidades educativas y laborales. Para las mujeres fue todo lo contrario: no pudieron acceder a la educación humanista y los nuevos estados, centralistas y uniformadores, dictaron leyes que restringieron aún más sus posibilidades.




También la fundación de las universidades se estudia siempre como un factor positivo de desarrollo pero nunca se ha tenido en cuenta su repercusión negativa para las mujeres. La universidad excluye a las mujeres y el saber pasa a ser patrimonio del varón. La burguesía ciudadana terminó apartando a las mujeres de la herencia, que pasó a transmitirse únicamente por vía masculina y primogénita. Asimismo se excluyó a las mujeres de las profesiones que venían realizando y se las recluyó cada vez más al ámbito familiar.


En el mundo rural la mano de obra en el campo seguía basada en el trabajo de las mujeres- las labores agrícolas y las manufacturas caseras-. A partir de los siglos XVII y XVIII se ampliaron los trabajos de encajes y bordados, industria que quedó en manos femeninas por la posibilidad de realizarlas en el hogar. Las condiciones de vida de las mujeres campesinas no variaron desde la Edad Media: todo el peso del trabajo en la casa recaía sobre ellas desde la mañana hasta la noche y debían participar, además, en las tareas agrícolas y trabajar como temporeras en épocas de vendimia, aunque su salario era siempre inferior al del hombre. Los métodos anticonceptivos apenas se usaban y las mujeres tenían un hijo cada dos años, aunque la mortandad infantil era muy alta. Por ejemplo en París, un tercio de los niños de la época eran abandonados al nacer.

Las mujeres participaban en escaso número en la actividad productiva de las ciudades y las que trabajaban, en su mayoría, lo hacían como sirvientas. Con frecuencia eran objeto de explotación económica y sexual por parte de sus patronos.

En 1792 Mary Wollstonecraft escribió Vindicación de los derechos de la mujer. En ella se hacía una defensa de los derechos de las mujeres contra su anulación social y jurídica. Esta obra es tenida como el comienzo del movimiento feminista contemporáneo, pues en ella se defiende el derecho al trabajo igualitario, a la educación de las mujeres y a su participación en la vida pública.





Siglo XIX

El siglo XIX se caracteriza por la existencia de profundas transformaciones, en los ámbitos ideológico, económico y social, que inciden de manera esencial en las mujeres.

La aparición en Inglaterra del proceso de industrialización lanzó a las mujeres a las fábricas, sobre todo textiles, que junto con el servicio doméstico eran las ocupaciones mayoritarias de las más pobres. Se explotaba a los trabajadores con jornadas agotadoras de 16 horas, trabajo infantil, despido libre, falta de asistencia sanitaria, hacinamiento o ausencia de seguridad laboral. En el sector de la confección las mujeres se esforzaban hasta el anochecer dirigidas por oficialas y patronas que regentaban los talleres.

Las mujeres de clase alta utilizaban a numerosas criadas como signo de distinción y éstas trabajaban con total dependencia de los señores prácticamente las 24 horas por salarios de miseria. Como consecuencia de los agotadores y mal retribuidos salarios aumento la prostitución en las grandes ciudades ejercida por jóvenes que trataban de sobrevivir. En Inglaterra, a mediados del siglo XIX, el 40% de las mujeres que trabajan lo hacen en el servicio doméstico. En las jóvenes de clase media se hizo frecuente emplearse como institutrices y damas de compañía y es a mitad de este siglo cuando nació el oficio de enfermera.




En Finlandia, en 1878, la ley reconoció a las mujeres rurales el derecho a la mitad de la propiedad y de la herencia en el matrimonio y en 1889, las mujeres casadas pusieron disponer libremente de sus salarios. O leyes aún más tempranas en Noruega en los años 40 y 50 permitieron la igualdad hereditaria (1845). En cambio el Código Napoleón (1803) de Francia y en el Código Civil español de 1889 disponían que la mujer casada carecía de autonomía personal y tanto sus bienes como sus ingresos eran administrados por el marido. Solo en el siglo XX se conseguirá en Francia y España romper la legislación discriminatoria.

Los movimientos feministas del siglo XIX se concentraron en conseguir el sufragio para las mujeres. El camino hacia el voto no fue fácil y estuvo lleno de escollos. En 1848 se reunió en Nueva York la primera convención sobre los derechos de la mujer, pero no fue hasta 1920 cuando se consiguió el derecho al voto en Estados Unidos. La lucha en Europa fue dirigida por las mujeres inglesas, que crearon una organización propia dentro del partido socialista. En ocasiones la lucha de las mujeres no estuvo exenta de enfrentamientos violentos con la Policía y la obtención del voto femenino fue posible tras una lucha de un siglo. Las leyes electorales que consagraron el derecho de sufragio femenino en general en Nueva Zelanda (1893) y en Australia, progresivamente otros países se fueron sumando, Imperio ruso (1906), Noruega (1913), Dinamarca (1915), Alemania (1918), Estados Unidos (1920), Suecia (1921), Gran Bretaña (1928), España (1931), Francia e Italia (1945).




La mujer en el Siglo XX

El siglo XX se caracteriza por la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral. Las dos guerras mundiales fueron un factor desencadenante: al marchar los hombres al combate (65 millones de soldados entre todos los contendientes) las mujeres tuvieron que hacerse cargo del trabajo, hubo que recurrir a la mujer para mantener la producción, 430.000 mujeres francesas y 800.000 británicas pasaron de ser doncellas y amas de casa a obreras asalariadas. Las estructuras sociales comenzaron a cambiar. Las modas impusieron faldas y cabellos más cortos, aparecieron las guarderías para los hijos de las trabajadoras y la participación femenina en los sindicatos obreros. Tras la Segunda Guerra Mundial en los países capitalistas la mano de obra femenina representaba un tercio de los trabajadores, mientras que en el mundo socialista era de un 50 por ciento, ya que la Revolución Rusa de 1917 fue la primera en legislar que el salario femenino debía ser igual al masculino: a igual trabajo, igual salario. Las mujeres de la Unión Soviética se instalaron en todos los sectores de la producción. La Europa de la posguerra vio cómo las mujeres se resistían a abandonar sus trabajos para volver a encerrarse en el hogar o trabajar en el servicio doméstico.

En general, hasta la víspera de la Segunda Guerra Mundial (y hasta 1965 en Francia y años más tarde en España) la mujer debe solicitar el permiso del marido para ejercer una profesión. La esposa no puede presentarse a un examen, matricularse en una universidad, abrir una cuenta bancaria, solicitar un pasaporte o un permiso de conducir. Tampoco puede actuar ante la justicia. Para iniciar una acción procesal ha de solicitar una autorización especial, excepto en el caso de que ejerza un comercio separado y autorizado.

Los nuevos tiempos suponen un cambio significativo en la concepción del trabajo femenino: se empieza a considerar que es necesario y que, además, dignifica a la mujer. Las mujeres de clase media, acceden cada vez más a un trabajo más cualificado y mejor retribuido. El aumento fue tan importante que, a finales de los años sesenta, había en Europa occidental, más mujeres oficinistas que hombres. También fue mayoritaria la participación de la mujer en trabajos como el de enfermera, telefonista, comercio, limpieza, peluquerías, etcétera. Actualmente las mujeres copan las universidades y son fuertemente competitivas en todo tipo de trabajos, incluidos los técnicos. Pese a todo en el tercer Mundo continúan marginadas y esclavizadas.





¿La discriminación femenina ha sido una constante en todas las civilizaciones?

Han existido a lo largo de la Historia, pueblos que se condujeron por caminos diferentes al resto. Algunos son muy llamativos y rompen con el molde típico que expresa que la mujer jamás tuvo libertad ni poder, sino que por el contrario, tuvieron mucho más que el mismo hombre.

Puede parecer sorprendente, pero no lo es. Las sociedades que giran en torno a la naturaleza y viven en contacto directo con ella actúan de manera más igualitaria. Y no hace falta remontarse en el tiempo para comprobarlo. Las comunidades amazónicas que subsisten aún, inmersas en la naturaleza, atestiguan estas pautas de comportamiento.

Tenemos otro ejemplo en la historia, el pueblo celta, en el que antes y en los comienzos de la era cristiana, la mujer no conoció de feminismo, ni machismo, ni matriarcado/patriarcado, y por supuesto, menos de tener la necesidad de luchar por sus derechos, sus espacios.

Comenzaron a habitar en el centro y el norte de Europa 2.000 años antes de Cristo. Extendiéndose entre el 1.500 y el 900 a.C. por las Islas Británicas, norte de Francia, y llegando al norte de España en el 800 a.C. Desde el nacimiento ambos sexos eran criados juntos, recibiendo la misma educación, así como el aprendizaje de oficios. Tenían el derecho a elegir a su pareja y nadie podía imponerle un casamiento. Las leyes celtas incluían renovación del contrato matrimonial, al año de haberse casado, igualmente existía el “divorcio” con repartición de bienes equitativos. Manteniendo cada uno sus bienes propios y repartiendo los que hubiesen incrementado durante el matrimonio.

Luego del matrimonio ella no era propiedad de su marido, eran compañeros en una aventura matrimonial. La esposa permanecía como dueña exclusiva de sus propiedades, tampoco las propiedades habidas juntamente o poseídas por ambos podían ser vendidas o cedidas por el marido, sus derechos sobre los bienes comunes eran iguales y para disponer de ellos era necesario el voluntario consentimiento de ambos.

La mujer en la vieja Irlanda- único lugar del mundo celta que nunca fue visitado por las legiones romanas, mantiene su independencia hasta el siglo XII, y a los fines prácticos unos tres siglos más- estaba casi en un plano de igualdad con el hombre. En particular las mujeres importantes que no sólo imponían esta igualdad, sino también en algunos casos su superioridad. La mujer permaneció emancipada y fue a menudo elegida por su profesión, rango y fama.



Un ejemplo más cercano lo tenemos en España: los astures, quienes se asentaron aproximadamente en el siglo VI a.C. en el noroeste de la Península Ibérica y siguieron ese patrón social de igualdad entre géneros.

De igual forma en medio de una época medieval en la que la mujer europea no era tenida en cuenta e incluso se la llegaba a considerar como inferior, los vikingos fueron la excepción a la regla. Ellos tenían mujeres líderes, gobernantes, guerreras. Tenían un estado igualitario en la cultura vikinga, tanto legal como social. La mujer vikinga era la jefa en el interior de la casa y a menudo se hacía cargo de la marcha de la granja cuando su marido y sus hijos estaban ausentes por motivos guerreros o comerciales. Se casaban entre los 12 y los 16 años, normalmente por matrimonios acordados, aunque se conocen historias de amores turbulentos consumados al margen de los acuerdos familiares. Si quería divorciarse en caso de que el marido fuera perezoso, insultase a la familia o la maltratara, lo único que tenía que hacer ella era llamar a algunos testigos, y anunciar que se divorciaba. Las mujeres vikingas tenían un estatus que ninguna otra mujer de la época tenía, y que sólo lograron en períodos más recientes. Curiosamente y siglos después hoy en día las mujeres escandinavas siguen siendo el mejor ejemplo de equidad conocido entre hombre y mujer.

Un juicio justo para la deuda soberana

Joseph E. Stiglitz, a Nobel laureate in economics and University Professor at Columbia University, was Chairman of President Bill Clinton’s Council of Economic Advisers and served as Senior Vice President and Chief Economist of the World Bank.

NUEVA YORK – En julio pasado, cuando el juez federal de Estados Unidos Thomas Griesa dictaminó que Argentina tenía que pagar el total, sin ningún descuento, a los llamados fondos buitres, que habían comprado su deuda soberana a precios extremadamente bajos, el país se vio obligado a suspender sus pagos, es decir a entrar en una “moratoria a la Griesa”. La decisión tuvo repercusiones a lo largo y ancho, afectando a los bonos emitidos en distintas jurisdicciones, lo que sugiere que los tribunales estadounidenses tuviesen dominio sobre contratos celebrados en otros países.

Desde aquel momento, abogados y economistas han tratado de desentrañar las desconcertantes implicaciones de la decisión de Griesa. ¿Se extiende realmente la autoridad de los tribunales de Estados Unidos más allá de las fronteras estadounidenses?

Ahora, un tribunal del Reino Unido por fin ha arrojado algo de luz sobre este problema, dicho tribunal dictaminó que los pagos de intereses que debe realizar la Argentina sobre los bonos emitidos de conformidad con la legislación del Reino Unido se encuentran bajo la autoridad de la legislación británica, y no bajo la autoridad de las resoluciones judiciales estadounidenses. La decisión – un bienvenido descanso de una serie de decisiones de jueces estadounidenses que no parecen entender las complejidades de los mercados financieros mundiales – transmite algunos mensajes importantes.

En primer lugar, el hecho de que las negociaciones de la deuda argentina fueron tramitadas bajo la supremacía de un tribunal estadounidense – que luego fue contradicha por un tribunal británico – es un claro recordatorio de que las soluciones a las crisis de la deuda soberana que se fundamentan en el mercado tienen una alta probabilidad de causar caos. Antes de que sobrevenga la moratoria a la Griesa, con frecuencia se asumía erróneamente que las soluciones a los problemas de repago de las deudas soberanas podrían alcanzarse a través de negociaciones descentralizadas, sin tener un marco legal sólido. Incluso después de la mencionada moratoria, la comunidad financiera y el Fondo Monetario Internacional esperaban establecer un poco de orden en los mercados de bonos soberanos simplemente al hacer ajustes en los contratos de deuda, en particular en los términos de las llamadas cláusulas de acción colectiva (que hacen que una propuesta de reestructuración aprobada por un súper mayoría sea vinculante para todos los acreedores).

Sin embargo, modificaciones simples como ser enmiendas contractuales no lograrán que se superen las deficiencias del sistema. Debido a que existen múltiples deudas en distintas jurisdicciones, mismas que están sujetas a un raudal de leyes, que en ocasiones son contradictorias entre sí, tener una fórmula básica para la adición de los votos de los acreedores – que es el abordaje promovido por los partidarios de un enfoque basado en el mercado – haría poco por resolver problemas de negociación complicados. Dicha fórmula básica tampoco establecería los tipos de cambio a utilizarse para valorar la deuda emitida en distintas monedas. Si se dejan estos problemas para que sean los mercados los que los aborden, será el poder de negociación puro, y no los criterios de eficiencia o equidad, el que determinará las soluciones.

Las consecuencias de estas deficiencias no son meros inconvenientes. Los retrasos en la conclusión de las reestructuraciones de las deudas pueden hacer que las recesiones económicas sean más profundas y persistentes, tal como el caso de Grecia ilustra.

Esto nos lleva a la segunda lección de la sentencia británica. Ya que lo que está en juego es de tan alto valor y el sistema es tan deficiente, los mercados de deuda tienen pocas razones para permanecer en EE.UU. Este país siempre se ha enorgullecido de la fortaleza de su “estado de derecho”, una ventaja que ha hecho que Wall Street sea la sede del mercado de deuda soberana más grande del mundo. Pero la sentencia dictada por Griesa, que se fundamenta en una interpretación peculiar – y en nuestra opinión, insostenible – de ciertos términos en el contrato de Argentina, mostró que los intereses comerciales estadounidenses pueden dominar las decisiones de sus tribunales.

El alardeado estado de derecho estadounidense ya no luce tan robusto. Contra toda lógica, protege a los fuertes en contra de los débiles. La moratoria a la Griesa es sólo la última de muchas decisiones y cambios legales que han revelado lo que uno podría denominar como un síntoma de “la corrupción al estilo estadounidense”, en la que el cabildeo y las contribuciones a las campañas electorales comprometen a todo el sistema, incluso cuando ningún funcionario de manera individual acepta algún tipo de soborno. Estados Unidos actuaría de manera prudente si reaccionaría antes de que el mercado de deuda soberana migre de Nueva York.

China debe estar preparada para hacerse cargo y relevar a EE.UU. Los ahorros de China superan con creces los de EE.UU., y China se esfuerzan por convertir a Shanghai en un centro financiero mundial. Esa ambición se ha vuelto más asequible si se consideran los daños causados a la credibilidad del sistema estadounidense a raíz de la crisis financiera del año 2008. No obstante, si Shanghai va a surgir como líder en los mercados de la deuda soberana, China debe estar consciente de las deficiencias de los marcos legales en otros lugares, y debe diseñar una alternativa más eficiente y equitativa.

El mensaje final y principal de la decisión del tribunal británico es uno que todos los países deberían tener en cuenta. Hay una necesidad urgente de renovar los esfuerzos de las Naciones Unidas dirigidos a crear un marco legal multinacional para la reestructuración de la deuda soberana. A pesar de que Estados Unidos está tratando de socavar dichos esfuerzos, la sentencia británica nos recuerda que los jueces de Estados Unidos no son los jueces del mundo.

Puede que esta última revelación no cause felicidad en Wall Street; sin embargo, para los muchos países alrededor de todo el mundo que dependen de la deuda soberana, es en verdad una muy buena noticia.

Traducido del inglés por Rocío L. Barrientos.
Read more at http://www.project-syndicate.org/commentary/argentina-repay-vulture-fund-by-joseph-e--stiglitz-and-martin-guzman-2015-03/spanish#rFciDh2DAEqRGxbj.99

Sistema de Naciones Unidas en Cuba rinde homenaje al valioso quehacer de las mujeres

La exposición fotográfica “Una mirada a la mujer rural cubana” recorre en imágenes fragmentos de la vida laboral de algunas de las más de 200 000 féminas vinculadas al sector agropecuario, quienes con su empeño contribuyen a la producción alimentaria y, en particular, a los servicios técnicos en apoyo a los distintos procesos que acompañan las duras labores en los campos de esta isla caribeña

La exposición fotográfica “Una mirada a la mujer rural cubana”, recorre en imágenes fragmentos de la vida laboral de algunas de las más de 200 000 féminas vinculadas al sector agropecuario, quienes con su empeño contribuyen en la producción de alimentos y, en especial, a los servicios técnicos de apoyo en los distintos procesos productivos que acompañan las duras labores en los campos de esta isla antillana.

La muestra incluye imágenes de la exposición “Manos laboriosas”, una iniciativa del proyecto Manejo Sostenible de Tierra, del programa conjunto Lucha contra la Desertificación y la Sequía, implementado por PNUD y la Agencia de Medio Ambiente (AMA), en alianza con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), financiado por GEF.

También participaron en la exhibición, Pro Naturaleza, Naturarte, CIGEA, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana e IMAGO.

A ese esfuerzo se han sumado fotos que son parte de otra exposición más reciente que con el título “Juntos por el desarrollo”, hacen un fresco sobre las diferentes aristas de la cooperación de las agencias que conforman el Sistema de Naciones Unidas en Cuba.

El Sistema de Naciones Unidas en Cuba junto a la Asociación Cubana de Naciones Unidas, realizarán su actividad central por el Día Internacional de la Mujer el lunes 9 de marzo, en la sede de la ACNU, en el capitalino municipio del Vedado, donde sesionará un panel dedicado a la mujer rural cubana.

Según informó Mario Jorge Muñoz, asesor de Comunicación de la Oficina de la Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, es esta también una manera de homenajear a las cerca de 17 000 mujeres que se han acogido al Decreto 259, que otorga tierras en usufructo a quienes estén en disposición de hacerlas producir y sacarle buenos frutos.

“Todas, desde sus diferentes roles, constituyen ejemplos del cambio a favor de la igualdad de género. Ese cambio necesario que el mundo examina hoy en ocasión de celebrar los 20 años de la Conferencia de la Mujer de Beijing y en el camino hacia la construcción de una nueva agenda para el desarrollo post 2015”, señaló el especialista, en una nota circulada en La Habana.

De acuerdo con el programa de la actividad, se prevé efectuar una muestra y distribución de plegables y otros materiales sobre la temática de género y la mujer rural, para luego escuchar a los panelistas luego del saludo de Soraya Alvarez, Directora General de la ACNU y de Ana Lucia D´Emilio, Representante de la UNICEF en Cuba.

Al encuentro acudirán Julia Muriel, Directora de Cuadros del Ministerio de la Agricultura de Cuba y Responsable de la Estrategia de Género, quien presentará el trabajo que realiza ese organismo para lograr el incremento del empoderamiento de las mujeres, sobre todo rurales.

También intervendrá Dilcia García, Responsable del Programa de Género de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), quien disertará sobre el proceso de introducción del enfoque de género en esa organización; mientras que Tamara Columbié, en representación de la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), hará la presentación de la Red de Organismos de Instituciones de Apoyo a la Mujer Rural.

Otra asistente al evento, Ivette Suárez, asistente principal del Programa y Promotora de Género del Programa Mundial de Alimentos (PMA-Cuba) se referirá a la labor de ese organismo en el fortalecimiento de vínculos entre las cadenas de producción agrícola y las redes de protección social, que enfoca el apoyo ofrecido para la incorporación y reconocimiento de la mujer en el sector.

Felicitación a las mujeres del mundo

En su mensaje en ocasión del Día Internacional de la Mujer, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, apuntó que si bien tenemos un largo camino que recorrer para lograr la plena igualdad —donde el fin de la violencia por razón de género es un objetivo central— los progresos realizados en los últimos veinte años demuestran que la Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995 sigue teniendo valor.

Expresó que desde la aprobación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, más niñas que nunca han logrado un mayor acceso a mayores niveles de educación; el número de mujeres que mueren al dar a luz se ha reducido prácticamente a la mitad y más mujeres están al mando de empresas, gobiernos y organizaciones mundiales.

Tras celebrar esos avances, explicó que, no obstante, en este Día Internacional de la Mujer, debemos reconocer que los logros han sido demasiado lentos y dispares, y hay que hacer mucho más por acelerar los progresos en todas las zonas del orbe.

“El mundo debe unir sus fuerzas para responder a los ataques contra mujeres y niñas por parte de los extremistas violentos. Desde Nigeria y Somalia hasta Siria y el Iraq, el cuerpo de la mujer se ha transformado en un campo de batalla donde los guerreros llevan a cabo estrategias específicas y sistemáticas, a menudo basándose en el origen étnico o la religión”, aseveró.

Insistió en que las mujeres han sido atacadas por intentar ejercer su derecho a la educación y a los servicios básicos; han sido violadas y convertidas en esclavas sexuales; han sido dadas como trofeo a los combatientes, o intercambiadas como mercancía entre grupos extremistas en redes de trata.

“Médicas, enfermeras y otras mujeres han sido asesinadas por intentar ejercer su profesión. Los defensores de los derechos humanos de las mujeres que tienen valor para oponerse a esas atrocidades ponen en peligro su vida —y a veces la pierden— en su lucha por la causa, explicó Ban Ki-Moon.

Llamó a adoptar una postura internacional clara contra este asalto total a los derechos humanos de la mujer por lo cual la comunidad internacional debe traducir su indignación en medidas concretas, como asistencia humanitaria, servicios psicosociales, apoyo a los medios de vida, y esfuerzos por llevar a los autores de estas atrocidades ante la justicia.

“Las mujeres y las niñas son a menudo los primeros blancos de ataque, por lo que sus derechos deben ocupar un lugar central en nuestra estrategia para hacer frente a este imponente y creciente desafío. Unas mujeres y unas niñas empoderadas son la mejor esperanza para el desarrollo sostenible después de los conflictos. Son los mejores motores del crecimiento, la mejor esperanza para la reconciliación, y la mejor protección frente a la radicalización de los jóvenes y la reproducción de los ciclos de violencia”, argumentó.

“Incluso en las sociedades que viven en paz, son demasiadas las niñas y las mujeres que siguen sufriendo malos tratos en el hogar, mutilación genital y otras formas de violencia que las traumatizan como individuos y dañan a sociedades enteras. La discriminación sigue siendo una espesa barrera que se ha de romper. Debemos ampliar las oportunidades en la política, la empresa y en otros ámbitos. Debemos cambiar las mentalidades, especialmente entre los hombres, inspirándolos a que se conviertan ellos mismos en agentes activos del cambio”, abundó el funcionario.

“Debemos respaldar nuestra determinación con recursos basándonos en el entendimiento seguro de que las inversiones en igualdad entre los géneros generan progreso económico, inclusión política y social y otros beneficios que, a su vez, fomentan la estabilidad y promueven la dignidad humana”, señaló.

El secretario general de la ONU remarcó que este es un año vital para el avance de la causa de los derechos humanos de las mujeres. “La comunidad internacional está trabajando duro para establecer una nueva agenda para el desarrollo sostenible que se basará en lo logrado con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y conformará las políticas y las inversiones sociales para la próxima generación”.

“Para que sea realmente transformadora, la agenda para el desarrollo después de 2015 debe dar prioridad a la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres. El mundo no alcanzará nunca el 100 % de sus objetivos si el 50% de la población no puede realizar su pleno potencial. Dando rienda suelta al poder de las mujeres podemos asegurar el futuro para todos”, concluyó.

“Un Washington enloquecido conduce al mundo a una guerra final”

Por: Paul Craig Roberts

Washington, junto con sus vasallos de la OTAN, ha creado mediante la propaganda total una realidad artificial en la que ha sumido a todo el mundo occidental y a aquellos que aspiran a formar parte de él.

Las mentiras de Occidente llevan hacia la guerra con Rusia y China, escribe el economista, escritor y periodista conservador estadounidense Paul Craig Roberts.

Según el artículo de titulado ‘Un Washington enloquecido conduce al mundo a una guerra final’ y publicado por Press TV, los occidentales viven dentro de una especie de ‘Matrix’ y los medios ‘mercenarios’ se encargan de que permanezcan ahí”. “‘The New York Times’, ‘Wall Street Journal’, NPR y los canales de televisión actúan como los agentes de la película, suprimiendo activamente cualquier atisbo de realidad fáctica”, compara el columnista.

“Crecí con una dieta cinematográfica basada en la gloria norteamericana, casi todo era una distorsión. No tenía ni idea de qué era el Ejército Rojo, que había destruido la mayor parte de la maquinaria de guerra nazi”, cita el politólogo al periodista australiano-británico, John Pilger, a quien describe como uno de los pocos especialistas contundentes y bien informados de los medios de comunicación occidentales. “Dudo que incluso los más decididos de nosotros se libren completamente de la desinformación en la que estamos adoctrinados”, dice Craig Roberts.

“La gente de Occidente no comprende las verdaderas razones detrás de las asesinas intervenciones de Washington en Yugoslavia, Oriente Medio, Afganistán, Libia, Ucrania, Indonesia o América Latina”, añade. Las mentiras con las que Occidente alimenta a sus ciudadanos, los regímenes de Clinton, George W. Bush y Obama “se han cobrado un gran número de muertos y heridos; y los belicistas enloquecidos de Washington conducen el mundo directamente hacia la guerra con Rusia y China”, asevera el politólogo.

“Probablemente es demasiado tarde para detener esta guerra. La guerra es inevitable, porque la doctrina de Washington de la hegemonía mundial no permite la existencia de otros países fuertes con políticas exteriores independientes”, concluye Craig Roberts.

(Tomado de RT)
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