"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Desarrollan la Bananina para un consumo saludable

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Dai Liem Lafá Armenteros

PLATANO.jpg (23407 bytes) (AIN) La Bananina, especie de cereal derivado del llamado plátano macho, es un producto con grandes aportes nutricionales que desarrolla el Grupo Empresarial Labiofam para el consumo saludable de la población.

En exclusiva a la AIN, José Antonio Fraga, director de esa institución, explicó que entre otras virtudes aporta 52 por ciento de fibra, es protectora celular, rica en potasio y polifenol, y aglutina casi toda la tabla de Mendeleiev en su composición general.

Destacó que el potasio (en este caso natural) es esencial en los problemas tumorales, y necesario para quienes padecen hipertensión, procesos diarreicos y respiratorios.

La Bananina tiene un efecto profiláctico protector del sistema digestivo y gastrointestinal, de ahí que este centro de investigación científica procura formulaciones para que la ingieran no solo los enfermos, sino también las personas sanas en su desayuno, mezclado con alimentos líquidos, precisó Fraga.

Señaló que también puede ser utilizada en la producción de panes y dulces, o consumirse tal como viene en el envase.

Respecto a la elaboración, el directivo indicó que se parte de plátanos orgánicos producidos en la provincia de Granma, en el municipio de Niquero.

Allí pretendemos montar una fábrica, con la tecnología necesaria, para contar con una industria a partir de enero del año 2014, resaltó.

Para desarrollar la Bananina nos basamos en una investigación que data desde hace más de 20 años, conforme a lo planteado por el insigne investigador cubano Tomás Roig en la toma de evidencias, donde refiere que la savia del llamado “plátano macho” cura la úlcera maligna, la tuberculosis y el asma.

Según estudios realizados, se sabe que la población le sacaba la savia, la mezclaba con miel de abejas y se la daba a los enfermos para su curación, abundó Fraga.

Otras producciones de la fábrica serán los tostones, chicharritas y otros derivados, precocidos y conservados, para que luego se utilicen fácilmente en los hogares a gusto de los consumidores, anunció.

Siria y la crisis de los mercados

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El Economista
El guión estaba escrito para el resto del año. Llegado el otoño, la Reserva Federal empezaría lentamente a retirar la inyección de dinero fresco que ha estado bombeando a los mercados. Los rendimientos de los bonos subirían poco a poco. La economía podría titubear pero demostraría ser lo bastante fuerte como para soportarlo y, gradualmente, la política monetaria volvería a la normalidad.
Las cosas no están funcionando como deberían. La amenaza del final de la financiación en EEUU ya ha generado una crisis en los mercados emergentes. Ahora, la amenaza de una acción militar en Siria no hará más que intensificar la espiral descendente para después propagarse a Europa (ya ha llegado a la costa de los países periféricos). A medida que la perturbación empeore, detendrá el crecimiento global en seco. ¿El resultado neto? La Fed seguirá imprimiendo dinero durante más tiempo de lo que pensaba (no le quedará otro remedio).
Los mercados emergentes ya empezaron a tambalearse la semana pasada. India parecía adentrarse en una crisis financiera pura y dura. La rupia había caído en valor y las acciones se llevaron un buen golpe. En vez de convertirse en una superpotencia económica (como se suponía cuando los BRIC hacían furor), ahora cada vez parece más un caso perdido. El crecimiento se ha ralentizado, la inflación aumenta y el Gobierno se ha enganchado a los déficits masivos. El capital empieza a huir del país.
Brasil no está mucho mejor. La semana pasada, su banco central tuvo que poner 60.000 millones de dólares para apuntalar la moneda después de caer a su mínimo en cinco años contra el dólar. Y la crisis empieza a extenderse por otros grandes mercados. Turquía ya ha pasado por una rebelión política este año y ahora hay agitación económica también. La lira turca está en caída libre y los rendimientos de los bonos a diez años saltaron la última semana por encima del 10%. Las acciones indonesas cayeron un 5% en una sola sesión y se han sumergido a mínimos anuales. Los inversores se han asustado y, después de años apilándose en los mercados emergentes, ahora se dirigen a la puerta de salida.
También está la posibilidad de una intervención militar de EEUU y Gran Bretaña en la guerra civil siria. El uso de armas químicas deja a las grandes potencias con pocas opciones relativamente: si aceptan que un régimen brutal gasee a su propia gente para seguir en el poder, su uso se acabará generalizando. La intervención limitada en Libia servirá de aliento (una breve guerra aérea desbancó al antiguo régimen, con poco coste económico y humano). Y es un mal momento para los mercados. La intervención en Siria amenazará con convulsionar Oriente Medio y mandar el precio del petróleo por las nubes. Los inversores nerviosos se volverán más volubles. Si los rusos insisten en respaldar al régimen de Assad hasta el final, podría convertirse en un conflicto bastante más serio de lo que cualquiera se imagina.
¿Y hasta ahora, qué? Las nuevas economías emergentes siempre han sido volátiles y, después de más una década de estabilidad y crecimiento, se merecen una liquidación. La guerra civil en Siria lleva meses retumbando y el desenlace sólo podía ser incómodo (y siempre ha sido improbable que occidente se quede del todo fuera). Nadie puede decir que le sorprenda que ninguna de las dos cosas estalle. Pero la crisis de los mercados emergentes y el conflicto sirio plantean dos consecuencias importantes para el resto de la economía global.
La primera es que esos países son mucho más importantes que antes. El mundo no ha vivido una crisis verdadera en los mercados emergentes desde el hundimiento financiero de Asia en los noventa y desde entonces han avanzado a un ritmo sostenido hacia el desarrollo. El resultado de más de una década de crecimiento interrumpido es que son mucho más ricos y representan una proporción mucho más alta del comercio global que antes.
Casi el 50% de la economía mundial corresponde ahora a los mercados emergentes. Allá por los años noventa, si el crecimiento en esas economías se hundía, sus efectos podían contenerse fácilmente. Ahora podría sumir al mundo en otra recesión. La segunda es que, a estas alturas, gran parte de la Eurozona se puede considerar un mercado emergente. Los países periféricos de Europa (Grecia, Chipre, Italia, España, Portugal e Irlanda) presentan muchas características similares a las de Tailandia o Malasia en los noventa. Tienen enormes deudas en lo que, en efecto, es una moneda extranjera (el euro, sobre la que no ejercen ningún control). El capital es probable que huya al primer signo de problema grave. Si la crisis de los mercados emergentes se contagia y una intervención militar en Siria empuja el precio del petróleo, la Eurozona caerá también en recesión. Enseguida, el 70% o más de la economía global podría detenerse en seco.
Eso deja a la Fed en una situación complicada. En realidad, EEUU no puede encogerse de hombros ante una crisis de los mercados emergentes o un conflicto en Oriente Medio como si fueran asuntos intranscendentes. Su propio crecimiento depende del comercio con esos países, tanto como la estabilidad de su sistema bancario. Sin expansión en esos mercados, el crecimiento de EEUU se evaporará (y, con él, la justificación de la retirada).
La lección de Japón es que es mucho más fácil iniciar la facilitación cuantitativa que detenerla. La Reserva Federal está a punto de descubrirlo. En las próximas semanas, la retirada de septiembre se aparcará en silencio. Puede que se intente terminar la facilitación cuantitativa en febrero o marzo del año que viene pero, para entonces, podría haber surgido otra nueva crisis que vuelva a desviar el rumbo.
Matthew Lynn, Director ejecutivo de la consultora londinense Strategy Economics.

Muerte y resurrección del desarrollo. El día de la marmota

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 Por Eduardo Gudynas

Las ideas clásicas del desarrollo son cuestionadas una y otra vez, pero vuelven a reaparecer bajo distintos nombres. Parecería que se repiten ciclos en defensa de ciertas ideas, críticas, colapsos, y renacimientos del desarrollo. Por este tipo de fenómenos, para ir más allá de esa permanencia son necesarios cambios culturales.
Al observar el actual debate sobre el desarrollo siempre recuerdo la película “Día de la Marmota”. Es un film notable, estrenado en 1993, donde un periodista, interpretado por Bill Murray, está atrapado en repetir una y otra vez un mismo día. No importa lo que haga o diga, se despierta en la misma fecha, y debe enfrentar los mismos acontecimientos (sobre la película ver…).
Con las ideas sobre el desarrollo está sucediendo algo similar. A lo largo de más de medio siglo se han lanzado duras críticas contra ese cuerpo conceptual, algunas de ellas demoledoras que parecía que enterrarían al desarrollo convencional. Pero al poco tiempo resucitaba, y como en el Día de la Marmota, se reiniciaba la jornada con las creencias en el crecimiento económico o el consumo material. Y de esta manera se repetía un nuevo ciclo de resistencias, críticas y debates.
Las ideas convencionales sobre el desarrollo se consolidaron después de la segunda guerra mundial. Estas se basaban en entenderlo como un crecimiento económico continuado, basado en la apropiación de los recursos naturales, y que se expresaba por fases de creciente complejidad. Las sociedades rurales debeían evolucionar hacia economías industriales, y éstas hacia el consumo y los servicios. De esta manera, el desarrollo era un proceso de progreso económico. A su vez, las naciones industrializadas se convertían en el modelo cultural y política que todos debíamos seguir.
Aquellas primeras ideas fueron duramente cuestionadas en la década de 1960, advirtiéndose que crecimiento ydesarrollo son dos conceptos distintos. Las críticas, que insistían en señalar que el desarrollo involucraba otras dimensiones además del mero crecimiento del PBI, se volvieron muy duras. Parecía que el desarrollo como crecimiento moriría, pero resistió el ataque, y regresó triunfante en los años 70.
Una nueva oleada de cuestionamientos se organizó a partir de 1971, advirtiendo que el anhelado crecimiento económico perpetuo era imposible ya que existían límites ecológicos. Fue un ataque a los cimientos del desarrollo como progreso, pero también contra la ceguera de las ciencias económicas en entender la base ecológica de los procesos productivos. Consecuentemente, las reacciones defensivas fueron enérgicas, tanto por derecha y por izquierda, hasta desechar las advertencias ecológicas.
Las posturas políticas tradicionales solo aceptan discutir cómo administrar el desarrollo, en cuestiones como el papel del Estado o del mercado, pero ninguna aceptaba abandonar mitos como los del crecimiento económico. Es así que, las primeras ideas sobre “desarrollo sostenible”, que expresaban críticas sustantivas, fueron capturadas, cooptadas, y recicladas en nuevas variedades, varias de ellas instrumentales al desarrollo convencional.
Algo similar ocurrió con el desarrollo humano. Inicialmente defendidapor un grupo crítico y rebelde, quería hacer caer el reinado de las metas economicistas, para volver a poner en primer lugar la calidad de vida de las personas o la erradicación de la pobreza. Los cuestionamientos fueron muy duros también en ese terreno. Pero, el desarrollo convencional nuevamente se adaptó, se ajustó, y así como antes generó el “desarrollo sostenible”, logró cooptar la rebeldía para generar una nueva variedad, el “desarrollo humano”, aceptable y funcional al crecimiento económico.
Muerte y resurrección del desarrollo
Este ciclo se ha repetido varias veces en las últimas décadas. Se inicia una fase de crítica al desarrollo convencional, los cuestionamientos se hacen agudos y parecen que arañan el climax de asestar un golpe mortal a sus bases conceptuales. Pero al poco tiempo, ese desarrollo convencional se adapta, cambia en sus atributos secundarios aunque refuerza sus cimientos conceptuales, y reaparece con nuevas versiones.
Así como en la película “Día de la Marmota”, todas las mañanas se inician con la crítica al desarrollo convencional, y al llegar la noche todos suponemos que esa vieja idea, caduca y fuente de mil problemas, será abandonada. Pero al día siguiente, al despertar, nos encontramos al desarrollo una vez más, posiblemente con un nombre distinto, pero con su misma esencia. Esto ha generado una nutrida galería de desarrollos: sustentable o sostenible, endógeno, a escala humana, local, humano, “otro desarrollo”, etc.
Esta dinámica se acaba de repetir frente a la crítica del Vivir Bien, la que sin duda plantea cuestionamientos que atacan conceptos básicos del desarrollo como crecimiento, materialidad o el utilitarismo con la Naturaleza. Frente a esa crítica, una vez más el desarrollo convencional se adaptó, y sus resultados fueron, en Ecuador, reubicar al Buen Vivir como una forma de socialismo (entendido como un crecimiento económico controlado por el Estado), y en Bolivia, concebirlo como la meta de un “desarrollo integral”.
La repetición de estas muertes y resurrecciones muestran que las ideas del desarrollo son muy resistentes. Han calado profundamente en las más diversas culturas. Seguramente su mayor éxito ha sido invadir China, donde se dicen comunistas pero practican el capitalismo, donde alaban a Confucio pero se disputan el consumismo, donde quieren desembarazarse del campesinado para ser industriales, y donde, para conseguir el crecimiento económico a cualquier costo están dispuestos a vivir sumergidos en la contaminación.
Es cierto que actualmente el desarrollo es una categoría plural, y los hay de muy diversos tipos. Un desarrollo de inspiración neoliberal será muy distinto del que actualmente expresa el progresismo sudamericano, y el estilo chino es diferente de la austeridad económica defendida por Alemania. Pero más allá de esas diversidades, es muy impactante que todos sigan descansando en las mismas ideas básicas. Casi todos aspiran a repetir el progreso material occidental o defienden el mito del crecimiento económico perpetuo. Es, al final de cuentas, un “desarrollo marmota” con el cual despertamos todos los días. La cura para salir de esta repetición ya no está ni en la economía ni la política, sino posiblemente en un cambio cultural radical.
Una versión del presente artículo se publicó en el suplemento en política, ensayo y cultura Ideas, del periódico Página Siete (Bolivia). El sitio del periódico es aquí… y desde allí se puede acceder a los suplementos.

Acción y Reacción
http://accionyreaccion.com

Salud pública cubana busca mejorar y pagar sus cuentas


Varios hospitales y policlínicos ya fueron reparados.Varios hospitales y policlínicos ya fueron reparados.Jorge Luis Baños/IPS
Transformaciones palpables en el sistema cubano de salud.

 Uno de los retos de mayor sensibilidad ciudadana asumidos por el gobierno cubano apunta a elevar la eficiencia y sostenibilidad de la salud pública, señalada constitucionalmente como un derecho que el Estado debe garantizar a toda la población.
La calidad de los servicios de salud fue blanco de críticas en los debates populares promovidos por el propio presidente Raúl Castro en 2007 a partir de un discurso que pronunció el 26 de julio de ese año.
También se concentraron diversas propuestas al respecto en las discusiones para diseñar los lineamientos de la política social y económica que encaminan el proceso de actualización del modelo de desarrollo del país.
El deterioro ostensible de los centros hospitalarios, la inadecuada atención profesional y el déficit de personal médico figuran entre las quejas más recurrentes de entonces.
“Desde principios de la década de 2000 había un grupo importante de insatisfacciones en la población”, reconoció en entrevista con IPS el jefe del Departamento de Atención Primaria de la Salud, Emilio Delgado.
El funcionario explicó que por esa época, ante la necesidad de cumplir con “compromisos” médicos internacionales, se hizo una reorganización del sistema sanitario que trajo como consecuencia la disminución de consultorios de médicos de familia, núcleo fundamental de la atención primaria de salud en este país.
Remediar esa situación formó parte del reordenamiento aplicado a partir de 2010 en el sector dentro de los cambios encargados para modernizar el modelo socioeconómico y construir lo que el gobierno define como un “socialismo próspero y sustentable”. El proceso, que aún continúa, incluyó la reducción de la plantilla total del sector de la salud.
En 2009 había 582.538 trabajadores, 69,1 por ciento de los cuales eran mujeres, mientras que en 2012 esa plantilla había bajado a 490.245, de los cuales 70 por ciento eran mujeres, según registros del Ministerio de Salud Pública.
Delgado dijo que la reducción ha continuado y en julio último había 486.000 plazas ocupadas. Según el funcionario, el reajuste incluyó la oferta de otras opciones laborales para el personal “disponible”.
El directivo explicó que, como resultado “muy importante” de las transformaciones, actualmente operan en todo el país 11.550 consultorios de médicos de la familia, “casi el doble” que antes de 2010. Este sistema acerca el galeno a la familia cubana y evita que las personas acudan al hospital innecesariamente, entre otras bondades.
También se aplicaron medidas para el empleo racional de los recursos, algunos de alta tecnología y se continuó adelante con el proceso de inversiones para reconstruir las edificaciones hospitalarias.
“Mi esposo fue operado de urgencia la semana pasada y no tengo quejas. Hasta la comida para los pacientes ha mejorado muchísimo”, dijo a IPS la profesora Consuelo Aguilar.
“Las transformaciones tuvieron tres objetivos principales: ser más eficientes y sostenibles, es decir, prestar igual servicio pero con más calidad y menos gastos, mantener nuestros indicadores de salud y lograr una mayor satisfacción de nuestra población”, indicó Delgado, quien estimó que desde 2010 se ha ahorrado más de dos millones de pesos al presupuesto de salud.
Según otras fuentes oficiales, el  sistema sanitario había crecido en los últimos años tanto en número de trabajadores como en la adquisición de equipamiento más costoso y con una mayor presencia en las unidades de la red, lo cual se tradujo en un aumento de las erogaciones, que pasaron de constituir 5,5 por ciento del producto interno bruto en 2004 a 9,6 en 2009.
Luego de la reorganización del conjunto de instalaciones sanitarias, Cuba cuenta con 152 hospitales para un total de 40.318 camas, un médico por cada 133 habitantes, un estomatólogo por cada 774 y una enfermera por cada 117. La esperanza de vida al nacer es de 77,9 años y la mortalidad infantil de 4,3 por cada 1.000 nacidos vivos.
De forma paralela, las autoridades del sector aspiran a generar sus propios ingresos mediante la comercialización de servicios médicos a extranjeros tanto dentro como fuera de Cuba, incluida la captación de recursos por docencia.
“Hay una gran cantidad de médicos de otros países que quieren y pueden autofinanciar su especialidad aquí”, señaló Delgado.
Junto al reto de la sustentabilidad, el sistema sanitario cubano debe también responder a desafíos que abarcan la baja natalidad, que se ubica hoy en 11,3 por 1.000, el envejecimiento de la población y temas asociados como el cáncer, la primera causa de muerte en este país. “Para todo esto nos estamos preparando y en algunos casos ya hemos tomado previsiones”, agregó.
El directivo de la salud indicó que se estudian medidas para estimular a la mujer a tener más hijos y a realizarse más controles ginecológicos. Asimismo, se impulsa ampliar el tratamiento de la infertilidad femenina y masculina, lo cual abrirá “posibilidades de embarazo en miles de parejas que tenemos con ese problema”.
Por otra parte, el cáncer es una enfermedad que demanda atenciones especializadas y medicamentos e impone otro grupo de retos, para lo cual Cuba se prepara con la introducción de nuevas tecnologías de diagnóstico y tratamiento. “Hay todo un proceso inversionista en este sentido”, aseguró Delgado.
En su opinión, el desafío mayor de los servicios de salud que se prestan sin costo para la ciudadanía cubana está en lograr una mayor satisfacción de la población. “Si la gente está insatisfecha, hay que seguir revisando por qué”, indicó el directivo, quien también señaló la higiene y la epidemiología como aspectos que requieren mayor atención.

Concesiones mineras contribuyen al desarrollo de la economía cubana

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William Fernándezwfk@ain.cu

 La aprobación de concesiones mineras a sociedades mercantiles internacionales contribuye al estudio y extracción de materiales, como la arena, la cual será empleada en la recuperación de playas afectadas por procesos erosivos.

Estos permisos son tramitados por la Oficina Nacional de Recursos Minerales (ONRM), previa consulta con instituciones y organismos de la administración central del Estado.

Wildel Ge Roche, director de la ONRM, comentó a la ACN que personal del Departamento Técnico se encarga de evaluar las solicitudes y controlar el uso racional de los recursos minerales, a través de sus dependencias territoriales.

Explicó que los depositarios de estas autorizaciones tienen la obligación de cumplir lo estipulado en elDecreto 222, del reglamento de la Ley de Minas, del 16 de septiembre de 1977, que establece la entrega de informaciones periódicas sobre el avance de los trabajos y sus resultados.

Recientemente, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó la realización de investigaciones geológicas en el municipio villaclareño de Caibarién, con el objetivo de localizar las cuencas de arenas biogénicas en la plataforma submarina de esa área.

Las investigaciones posibilitarán definir también los polígonos de extracción de arena, en función de los volúmenes existentes, la calidad de los sedimentos y las características del relieve submarino, precisa laresolución 213 de la Gaceta Oficial de la República de Cuba, en su edición ordinaria 42. 
(Agencia Cubana de Noticias)

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