"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 21 de agosto de 2013

Capital-Trabajo, el origen de la crisis actual

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Vicenç Navarro 

 En la extensísima literatura escrita sobre las causas de la crisis actual, pocos autores se han centrado en el conflicto capital-trabajo (lo que solía llamarse “lucha de clases”). Una posible causa de ello es la atención que ha tenido la crisis financiera como supuesta causa única de la recesión. Eso ha desviado a los analistas del contexto económico y político que determinó y configuró la crisis financiera así como la económica, la social y la política. En realidad no se puede analizar cada una de ellas y la manera como están relacionadas sin referirse a tal conflicto capital/trabajo. Como bien dijo Marx: "La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”. Y las crisis actuales son un claro ejemplo de ello.
Como bien dijo Marx: "La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”. Y las crisis actuales son un claro ejemplo de ello
Durante el periodo que siguió a la Segunda Guerra Mundial, el conflicto renta del capital versus renta del trabajo se apaciguó gracias a un pacto entre los dos adversarios. Este pacto determinó que los salarios, incluyendo el salario social (con aumento de la protección social basada en el desarrollo de los servicios públicos del Estado del Bienestar) evolucionaran con el aumento de la productividad. Consecuencia de ello: las rentas del trabajo subieron considerablemente, alcanzando su máximo (a los dos lados del Atlántico Norte) en la década de 1970 (la participación de los salarios, en términos de compensación por empleado, en EEUU fue del 70% del PIB; en los países que serían más tarde la UE-15, este porcentaje era el 72,9%; en Alemania un 70,4%; en Francia un 74,3%; en Italia un 72,2%; en el Reino Unido un 74,3% y en España un 72,4%) (1).
A finales de la década de 1970 y principios de los años 1980, este pacto social se rompió como consecuencia de la rebelión del capital ante los avances del mundo del trabajo. La respuesta del capital fue el desarrollo de una cultura económica nueva basada en el liberalismo, pero con una mayor agresividad. Es lo que llamamos el neoliberalismo, cuyo objetivo es recuperar el terreno perdido mediante el debilitamiento del mundo del trabajo (2). A partir de entonces, el crecimiento de la productividad no se tradujo tanto en el incremento de las rentas del trabajo, sino en el aumento de las rentas del capital. Y esta respuesta, mediante el desarrollo de las políticas neoliberales (que constituían un ataque frontal a la población trabajadora), fue muy exitosa: las rentas del trabajo descendieron en la gran mayoría de países citados anteriormente. En EEUU pasaron a representar en 2012 el 63,6% del PIB; en los países de la UE-15 el 66,5%; en Alemania el 65,2%; en Francia el 68,2%; en Italia el 64,4%; en el Reino Unido el 72,7%; y en España el 58,4%. El descenso de las rentas del trabajo durante el periodo 1981-2012 fue de un 5,5% en EEUU, un 6,9% en la UE-15, un 5,4% en Alemania, un 8,5% en Francia, un 7,1% en Italia, un 1,9% en el Reino Unido y un 14,6% en España, siendo este último país donde tal descenso fue mayor (3).
Tales políticas fueron iniciadas en 1979 en el Reino Unido la Primera Ministra Margaret Thatcher y en 1980en Estados Unidos por el presidente Ronald Reagan. También fueron aceptadas como “inevitables y necesarias” por el gobierno socialista de François Mitterrand en Francia en 1983, al sostener que su programa de clara orientación  keynesiana (con el cual había sido elegido en 1980) no podía aplicarse debido a la europeización y globalización de la economía, postura sostenida por la corriente dominante dentro de la socialdemocracia europea conocida  como Tercera Vía (en España, a partir de 1982, por los gobiernos socialistas de Felipe González).
La aplicación de estas políticas neoliberales, definidas como “socio-liberales” caracterizaron las políticas de los gobiernos socialdemócratas en la UE. Todas ellas tenían como objetivo facilitar la integración de las economías de los países de la UE en el mundo globalizado, aumentando su competitividad a base de estimular las exportaciones a costa de la reducción de la demanda doméstica, reduciendo los salarios. Una consecuencia de estas políticas fue que el aumento de la productividad no repercutió en el aumento salarial, sino en el aumento de las rentas del capital.
Para alcanzar este objetivo, el desempleo fue un componente clave para disciplinar al mundo del trabajo. En todos estos países, el desempleo aumentó enormemente. Pasó de ser un 4,8% en EEUU en 1970 a un 9,6% en 2010. En los países de la UE-15 pasó de un 2,2% a un 9,6%; en Alemania de un 0,6% a un 7,1%; en Francia de un 1,8% a un 9,8%; en Italia de un 4,9% a un 8,4%; en el Reino Unido de un 1,7% a un 7,8% y en España de un 2,4% a un 20,1%, siendo este crecimiento mayor en este último país (4).
Esta polarización de las rentas, con gran crecimiento de las rentas de capital a costa de las rentas del trabajo, es el origen de las crisis económicas y financieras. La disminución de las rentas del trabajo creó un gran problema de escasez de demanda privada. Pero esta pasó desapercibida como consecuencia de varios hechos. Uno de ellos fue la reunificación alemana en 1990 y el enorme gasto público que la acompañó (a fin de incorporar el Este de Alemania al Oeste y facilitar la expansión de la Alemania Occidental en la Oriental), que se financió principalmente a base de aumentar el déficit público de Alemania, pasando de estar en superávit en 1989 (0,1% del PIB) a tener déficit cada año desde entonces y alcanzando un 3,4% de déficit en 1996. Alemania siguió, pues, una política de estímulo a través del gasto público, que (como resultado de su tamaño y centralidad) benefició a toda la economía europea (5).
El segundo hecho fue el enorme endeudamiento de la población. Los créditos baratos concedidos por el sistema bancario retrasaron el impacto que el descenso de las rentas del trabajo tuvo en la reducción de la demanda. Este endeudamiento fue facilitado en Europa por la creación del euro, que tuvo como consecuencia la tendencia a hacer confluir los intereses de los países de la Eurozona con los de Alemania. La sustitución del marco alemán y la de todas las monedas de la Eurozona por el euro, tuvo como consecuencia la “alemanización” de los intereses monetarios. España es un claro ejemplo. El precio del crédito nunca había sido tan bajo, facilitando el enorme endeudamiento de las familias (y empresas) españolas, pasando así desapercibida la enorme pérdida de capacidad adquisitiva de la población trabajadora.
Por otra parte, la gran acumulación de capital (resultado de que la mayor parte del aumento de riqueza de los países, causado por el aumento de la productividad, sirviera predominantemente a aumentar las rentas del capital en lugar de las rentas del trabajo) explica el aumento de las actividades especulativas, incluyendo la aparición de las burbujas, de las cuales las inmobiliarias fueron las más comunes, aunque no las únicas. La rentabilidad era mucho más elevada en el sector especulativo que en el productivo, el cual estaba algo estancado, como resultado de la disminución de la demanda. El crecimiento del capital financiero fue la característica de este periodo a los dos lados del Atlántico Norte, crecimiento resultante del endeudamiento y de las actividades especulativas. Este crecimiento se basaba, en parte, en la necesidad de endeudarse, debido al continuo descenso del crecimiento anual de los salarios en todos estos países, una situación especialmente acentuada en los países de la UE-15 (los más ricos). Así, tal crecimiento anual medio en los países de la Eurozona descendió de un 3,5% en el periodo 1991-2000 a un 2,4% en el periodo 2001-2010; en Alemania de un 3,2% a un 1,1% y en España de un 4,9% a un 3,6% (6).
Los establishments financieros y políticos de la Unión Europea creyeron que la crisis financiera estaba creada y originada por el colapso del banco estadounidense Lehman Brothers y se limitaría al sector bancario de EEUU. Thomas Palley, una de las mentes económicas más claras de EEUU y más desconocidas en Europa, cita al que era Ministro de Finanzas alemán, el socialista Peer Steinbrück (candidato del SPD a la cancillería en las elecciones del próximo 22 de septiembre) que profetizó que aquello –resultado de las debilidades del sistema financiero estadounidense- significaría el fin del estatus de EEUU como gran poder financiero. Este colapso del dólar, según él, beneficiaría al euro.
La gran ironía de estas predicciones es que quien al final salvó a la banca alemana fue el Federal Reserve Board (FRB), el Banco Central de EEUU. El modelo alemán basado en la exportación hizo a la banca alemana enormemente vulnerable a ser contaminada. Los bancos alemanes estaban masivamente intoxicados con los productos especulativos (subprimes) de la banca estadounidense. Grandes bancos (como el Sachsen LB, el IKB Deutsche Industriebank, el Deutsche Bank, el Commerzbank, el Dresdner Bank o el Hypo Real Estate) así como las Cajas (como BayernLB, WestLB y DZ Bank) entraron en el periodo 2007-2009 en una enorme crisis de solvencia, teniendo que ser todos rescatados, muchos de ellos, por cierto, con la ayuda del Reserva Federal de EEUU.
La orientación económica, basada en la exportación (algo típico del modelo liberal),había contagiado profundamente al capital financiero alemán, como resultado de sus inversiones financieras tanto en la banca estadounidense (llena de productos tóxicos) como en los países periféricos llamados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) y más tarde GIPSI (con la incorporación de Italia), llenas de actividades especulativas de tipo inmobiliario. En realidad la crisis financiera alemana y europea era incluso peor que la estadounidense y, cuando la enorme burbuja especulativa explotó (al paralizarse la banca alemana), apareció con toda crudeza el enorme problema del endeudamiento causado por la reducción de la demanda, ella misma provocada por la bajada de la renta del trabajo.
Una de las causas de ello es la arquitectura del sistema de gobierno del euro, resultado del dominio del capital financiero en  su gobernanza. Tal sistema de gobierno es producto de un diseño neoliberal que se basa, en parte, en la diferencia de comportamientos entre el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal y, en parte, en el distinto tipo de modelo exportador de EEUU y la Eurozona (multipolar en EEUU y centrado en la propia Eurozona en el caso europeo).
El BCE no es un banco central. La Reserva Federal sí lo es. El BCE no presta dinero a los Estados y no los protege frente a la especulación de los mercados financieros. De ahí que los Estados periféricos estén tan desprotegidos, pagando unos intereses claramente abusivos que han dado pie a la enorme burbuja de la deuda pública de estos países. Esto no ocurre en EEUU. La Reserva Federal protege al Estado norteamericano. California tiene una deuda pública tan preocupante como lo es la griega, pero esto no es una situación asfixiante para su economía. Sí lo es en Grecia.
A la luz de estos datos es absurdo que se acuse a los países periféricos de haber causado la crisis debido a su falta de disciplina fiscal. España e Irlanda estaban en superávit en sus cuentas del Estado durante todo el periodo 2005-2007. Eran los discípulos predilectos de la escuela neoliberal, dirigida por la Comisión Europea, siendo el Ministro Pedro Solbes, que había sido Comisario de Asuntos Económicos de la UE, el arquitecto de tal ortodoxia. En realidad, Alemania, durante el periodo 2002-2007, tuvo déficits públicos mayores que la supuestamente indisciplinada España.
No fue su inexistente falta de disciplina, sino la falta de un Banco Central que apoyara su deuda pública lo que causó el crecimiento de los intereses de la deuda pública, provista por los bancos alemanes entre otros, que se beneficiaron de la elevada prima de riesgo. El fin primordial de las medidas de recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social, es pagar los intereses a la banca alemana, entre otros. El enorme sacrificio de los países GIPSI no tiene nada que ver con la explicación que se da en los medios y otros fórums de difusión del pensamiento neoliberal que atribuyen los recortes a la necesidad de corregir sus excesos, sino a pagar a una banca que controla el BCE que, en lugar de proteger a los Estados, los debilita para que tengan que pagar mayores cantidades a la banca. La evidencia de ello es abrumadora. El famoso rescate a la banca española es, en realidad, el rescate a la banca europea, incluyendo la alemana, la cual tiene invertidos más de 200.000 millones de euros en activos financieros españoles.
Una variación de esta explicación es el argumento de que el problema de la Eurozona es el grado del diferencial de competitividad, con alta competitividad en el centro –Alemania y Países Bajos- y reducida competitividad en el sur –GIPSI-. Este diferencial explica que los primeros tengan balanzas de comercio exterior positivas (exportan más que importan), mientras que los segundos las tengan negativas (es decir, importan más de lo que exportan). De ahí que la solución pase por un mayor crecimiento de la competitividad de los segundos. Y la mejor manera es bajar los salarios (lo que se llama devaluación doméstica).
Pero tal explicación tiene serios problemas. En primer lugar, ni Irlanda ni Italia tenían balanzas comerciales negativas cuando la crisis se inició. Es más, el crecimiento del componente negativo de la balanza de pagos en los países GIPSI se debió predominantemente al aumento de las importaciones, resultado del endeudamiento, no del descenso de la productividad o competitividad. Y ahora la mejora de su balanza comercial se debe a su escasa demanda. En ambos casos, poco que ver con cambios en la competitividad. En realidad, la productividad laboral estandarizada por actividad económica no es sustancialmente diferente en España que en Alemania. El problema, pues, no puede explicarse por un diferencial de competitividad, sino por un diferencial de demanda, acentuado a nivel europeo por un problema estructural, resultado del descenso de las rentas del trabajo. El motor de la economía de la eurozona se basa en el modelo exportador alemán, cuyo éxito se basa en la moderación salarial alemana (con salarios muy por debajo del nivel que les corresponde por el nivel de productividad), en la imposibilidad de los países periféricos de poder reducir el precio de su moneda (beneficiando a Alemania con ello), en la enorme concentración de euros, la movilidad de capitales de la periferia al centro y el dominio de las estructuras financieras, a través de la enorme influencia sobre el BCE que no actúa como un Banco Central. Ver la balanza de pagos como resultado de una diferencia de productividad es profundamente erróneo.
En realidad, Alemania debería actuar como motor estimulante de la economía, no mediante el aumento de sus exportaciones (basadas en bajos salarios), sino en un crecimiento de su demanda doméstica, incrementando sus salarios y su escasa protección social. El trabajador alemán tiene más en común con los trabajadores de los países GIPSI que con su establishment financiero y exportador. Y en los países periféricos deberían seguirse también políticas de estímulo, revirtiendo las políticas de austeridad que están contribuyendo a la recesión, además del malestar de las clases populares; políticas a las que se opondrán los agentes del capital, pues éstos verán reducidos sus ingresos. Así de claro. Marx, después de todo, llevaba razón.
Publicado en Le Monde Diplomatique

Crecimiento de México a la baja, ¿cerca de la recesión?

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La Secretaría de Hacienda y Crédito Público recortó su previsión sobre el crecimiento de México de 3.1% a 1.8% para el cierre de 2013, en su segunda revisión en lo que va del año. ¿Por qué? Por el menor dinamismo que registró la actividad productiva en los primeros meses del año.
Las perspectivas de este anuncio son malas y la esperanza de que la situación mejore para lo que resta del año, depende de las expectativas de las reformas estructurales que tampoco se van a ver reflejadas en 2014 si no hasta el 2016 en adelante; y del mercado exportador que depende en buena medida de Estados Unidos.
“El escenario actual es que hay muy bajas expectativas de conseguir un empleo formal, de que su poder adquisitivo mejore, de adquirir un crédito para artículos patrimoniales y la precariedad de los salarios va a seguir presente, por lo menos para lo que resta del año”, dijo en entrevista con AltoNivel.com.mx el Dr. Raymundo Tenorio  Aguilar, Director de las carreras de Economía de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe.
El ajuste de actualización que hizo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) está en la misma dirección de lo que las distintas áreas de análisis del sector privado habían hecho en los últimos dos meses.
Esto se debió, más que a la dinámica de debilidad en el último mes del trimestre que era el dato que faltaba ´por conocer, al cambio de base en cuanto a cuestiones metodológicas, cambios de ponderadores, revisiones en algunos sectores, lo que lleva a un sesgo negativo en las expectativas, explicó Eduardo González, coordinador de estudios económicos del grupo financiero Banamex.
Agregó que las afectaciones a la población en general son en varios canales:
1.- Menor generación de empleos: En la medida que se decrece también disminuye la posibilidad de generación de empleos lo que podría generar una desaceleración mayor a la que hemos visto en la primera mitad del año.
2.- Menor crecimiento económico: En la medida que se genera menor riqueza para el país, (el crecimiento económico es lo que te permite incrementar la riqueza), implica que el incremento de ingreso en los hogares será menor.
3.- Menores presiones inflacionarias: en contraposición un factor que puede jugar a favor es que menor actividad económica también genera menores presiones inflacionarias lo que puede hacer que el ingreso real de las familias les alcance para más, “aunque obviamente lo deseable es no mantener una economía estancada o incluso en contracción sino tratar de buscar reanimar a la economía”, dijo González.

¿La visión de Hacienda fue demasiado optimista?

La previsión de Hacienda era de 3.1% para el cierre del año, misma que tuvo un cambio drástico al bajarla hasta 1.8%, dijo González. Esto se debió a que había varias señales que indicaban que la economía había iniciado una fase de desaceleración en la segunda mitad del año pasado, pero las que se observaban hasta el inicio de ésta administración, no implicaban una desaceleración tan fuerte como la que hemos observado.
“De hecho, en distintas encuestas de principio de la administración, los consensos rondaban entre 3.2 y 3.5% entonces en ese momento creo que la expectativa del gobierno estaba muy en línea con lo que estábamos anticipado las distintas corredurías. En ese sentido no pecaron de optimistas, en ese caso todo mundo estábamos pecando tal vez de optimistas”, dijo.
Aclaró que hay algunos sectores que ya llevan más de 6 meses de contracción como el de la construcción, donde lo más importante es vivienda, y esto se debió a que cambiaron las reglas del juego desde finales del sexenio del año pasado y a inicios de este volvieron a cambiar y en lo que se dan reacomodos pues está deprimido.
“Pero si vemos de manera más general el dato que se dio de una contracción del PIB en términos trimestrales y lo juntamos con el hecho de que la economía durante el primer trimestre del año prácticamente no creció, al ser de 0.3% trimestral, estaría apuntando prácticamente a unarecesión en términos técnicos, aunque seguimos pensando que la mayor probabilidad hasta ahora es que exista un repunte de la actividad económica en el tercer trimestre del año”, dijo.
Sin embargo, el Dr. Tenorio Aguilar, no solo coincidió con el escenario de la recesión sin que aseguró que este trimestre que corre, de julio a septiembre, “no vamos a crecer, estamos a nada de caer en recesión, lo que significaría más caída de inversión, caída de carácter tributario, etc”

Ya está el problema, ¿y ahora?

Uno de los aspectos que regularmente se manejan para este tipo de situaciones es establecer una política pública anticíclica, esto obviamente supone que habría que incrementar el gasto público, sin embargo hay que tener en cuenta varios factores, como presupuesto que se elaboró con un programa de gasto que implicaba una contracción de entrada, “sí nos apegamos a este calendario de gasto pareciera ser que en el segundo trimestre del año no habría posibilidades de incrementar si no se ajustan al presupuesto programado”, dijo González.
La otra solución sería tratar de incrementar el gasto programable de tal manera que tal vez tendría que recurrir al endeudamiento, que es algo que no se ha querido hacer desde hace mucho tiempo de tratar de mantener las finanzas públicas en equilibrio y evitar que se dispare la deuda.
El analista financiero de Banamex dijo que la política de déficit cero hasta el momento no ha sido inadecuada, aunque sí es una de las opciones que se tendrían para incrementar el gasto vía endeudamiento. “No es que sea incorrecto si no que la política gubernamental en sexenios anteriores, no solamente en los panistas, sino desde los últimos priistas, optaron por buscar finanzas públicas en equilibrio y parece ser que esa es la tendencia a la que estaba apostando el nuevo gobierno”.
En este sentido, Aguilar Tenorio fue tajante al señalar que seguir apostando a la política de déficit cero no es la mejor opción, “podemos tener finanzas públicas sanas con un déficit público hasta del 1.5% del PIB, no pasa nada, porque México tiene capacidad de deuda, tiene credibilidad en los mercados, no tiene problemas de tasas de interés. La solución es tener déficit de ser sí el gobierno mandaría excelentes señales de que hay consumo interno”, afirmó.
Agregó que el gobierno atribuye esto a factores externos como un bajo ritmo de la actividad económica mundial, un tipo de cambio real apreciado de primer semestre, una baja en las exportaciones, “lo que sucede es que ya se nos acabó el modelo macroestabilizador y globalizador”.
Finalmente, ambos coincidieron en que nuestra economía pende de dos hilos:
Mejora en el mercado externo, que como ya decíamos, se trata de la recuperación y mejora en la percepción de consumo de Estados Unidos
Las reformas estructurales; la fiscal, financiera y energética que tienen como propósito generar condiciones para que la economía y los agentes económicos (es decir las empresas y los trabajadores), se vuelvan más competitivos y por tanto generar un mayor crecimiento, pero hay que tener presente que los resultados se verán a mediano y largo plazo hacia 2016

Facebook anuncia un proyecto para proveer acceso a Internet al mundo en desarrollo

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Por EVELYN M. RUSLI y DON CLARK


El presidente ejecutivo de Facebook, FB -0.27% Mark Zuckerberg, dijo que la compañía se reunirá con otras seis empresas para ayudar a llevar acceso a Internet a más de 4.000 millones de personas que aún no lo tienen.

El grupo, llamado Internet.org, intentará ayudar a las economías emergentes al hacer más accesible el acceso a la web.

El presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, durante un evento en la sede de la compañía el 20 de junio de 2013.
"Existen enormes barreras en los países en desarrollo para conectarse y unirse a la economía del conocimiento", señaló Zuckerberg. "Internet.org reúne a una asociación global que trabajará para superar estos desafíos, incluido el hacer accesible Internet para aquellos que no pueden pagarla actualmente".
Facebook indicó que ya ha gastado cerca de US$1.000 millones en infraestructura para el objetivo de un acceso más amplio a Internet en el mundo en desarrollo.
Otros miembros fundadores del grupo son importantes actores del mercado móvil y otros sectores de tecnología: Samsung Electronics,  Qualcomm, QCOM  Ericsson, Nokia, NOK1V. MediaTek y Opera Software OPERA.OS .
Zuckerberg estimó que sólo 2.700 millones de personas -poco más de un tercio de la población mundial- cuenta actualmente con acceso a Internet, y que la adopción crece en menos de 9% cada año.
El grupo planea abordar la situación de diversas maneras e incorporar a nuevos socios como parte de la iniciativa, dijo.

Zuckerberg señaló que el consorcio trabajará en conjunto en proyectos para expandir la conectividad, apoyándose en sus relaciones con operadores móviles, gobiernos, académicos y otras organizaciones no gubernamentales. 
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