"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 13 de agosto de 2013

¿Por qué los cuentapropistas no acuden al crédito bancario?

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Por Lissett Izquierdo, estudiante de Periodismo

AIN FOTO/Miguel RUBIERA JUSTIZ
No obstante los esfuerzos realizados por el país para flexibilizar las normativas de la nueva política bancaria, aún es insuficiente la concurrencia de trabajadores por cuenta propia a las oficinas comerciales.


Según informó en la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y vicepresidente del Consejo de Ministros, hasta el primer semestre del 2013 se habían otorgado más de 146 mil créditos, la mayoría para acciones constructivas en las viviendas.

En febrero de este año se diversificaron las posibilidades de asegurar el pago al banco, al incluir como garantías otros bienes no tradicionales. Por ejemplo, las prendas o hipotecas voluntarias, figuran dentro de las alternativas permisibles.

Sin embargo, Vivian Sorolla Fernández, directora de Banca Empresa del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC), reconoce que desde entonces “no hemos recibido una demanda mayor de la nueva forma de gestión como hubiéramos deseado”.

Así, es necesario cuestionarse, como también lo hizo Murillo Jorge frente a los diputados: ¿por qué la población usa menos las garantías que hoy por ley en Cuba se pueden dar?
Al indagar sobre las causas que propician sea mínimo el número de clientes dentro del sector no estatal, varios directivos del ramo ofrecieron a la AIN sus consideraciones.

José Alari Martínez, presidente del Banco Popular de Ahorro (BPA), comenta: “Es una experiencia en nuestra Cuba revolucionaria totalmente novedosa. No existe momento anterior de la posibilidad de que estas fuerzas productivas dispusieran de la participación del producto bancario para emprender o desarrollar su negocio”.
“Ante lo nuevo siempre está la duda, la resistencia. Sienten temor de enfrentarse a una oficina bancaria y enseñar papeles, declarar cuánto ingresan, sentirse sometido a una visita por esta entidad”, dice Martha Gómez Suárez, directora de Banca Empresa del BPA.
Asimismo, Sorolla Fernández explica que no hay una cultura financiera. “La nueva forma de gestión no ve que el crédito puede significar una vía de mejorar su negocio, de perfeccionarlo”, acota.

La situación de los cubanos que por esfuerzo propio pretenden reparar sus viviendas ha sido distinta. La posibilidad de un crédito era muy deseado por estas personas.
Pero, en el caso de los trabajadores por cuenta propia, no es común ir al banco a pedir que se financie su negocio.

En entrevistas con algunos cuentapropistas de la capital se pudo detectar la existencia de diversas fuentes de financiamiento, al margen de las oficinas comerciales.

Muchos declaran que iniciaron su actividad con dinero reunido por esfuerzo propio. Otros alegan haber concertado un préstamo con sus familiares o amigos, residentes o no en el país.
Lidia Ester Hernández Estévez hace dos años labora de forma no estatal y hasta ahora no ha tenido vínculo con el banco. “Me da temor solicitar un crédito y no tener posibilidad de devolverlo. Todavía no he podido pagar el dinero que le pedí prestado a mi papá, pero no es lo mismo”, opina.

Carlos Hidalgo, tapicero-carpintero, señala: “si voy al banco a solicitar un crédito, después tengo que darle un por ciento. Si puedo ahorrar ese dinero, pues lo hago con mis propios esfuerzos”.

No obstante, Hidalgo considera los nuevos servicios bancarios, al igual que Raúl González Rodríguez, una buena opción para los que no tienen posibilidad de financiar su negocio. Ambos dicen estar de acuerdo en ser clientes de esta entidad en caso de necesitarlo.
Otras de las razones expuestas por los trabajadores por cuenta propia es que los bancos exigen mucha información. Aunque la mayoría de los entrevistados desconocen las nuevas facilidades para la solicitud de un crédito.

En relación con ello, Alari Martínez apunta: “la primera meta es evitar que el desconocimiento sea la causa de que estas fuerzas productivas no acudan a los bancos”.

De igual manera, es del criterio de Martha Gómez Suárez, que la labor de divulgación y de comprensión de la tarea, es tan importante como cualquier medida que se tome.

Con tal objetivo, tanto el BANDEC como el BPA han elaborado acciones de intercambios con el sector no estatal. Un ejemplo son las encuestas realizadas en las sucursales del país para conocer sus inquietudes.

El hecho radica en que de la misma forma es un sistema totalmente nuevo para los clientes y los propios bancarios.

Sorolla Fernández comenta que no tenían antecedentes históricos del comportamiento de riesgo de este segmento. “Las garantías eran muy limitadas al inicio”, asegura.

“Hemos diseñado servicios que pensamos pudieran ser más atractivos. Además, se han tomado una serie de medidas que flexibilizan las exigencias iniciales”, subraya, y aclara:
“Si bien existen más garantías, no podemos decir que todas las situaciones están resueltas”.
Por ejemplo, para otorgar una joya como garantía del crédito, la prenda tiene que ser tasada por Coral Negro y su presencia es exclusiva en La Habana. “Esto no es un servicio cómodo en el caso de las personas que vivan fuera de la capital”, acota la entrevistada.

Pero según ella cuando se inició el servicio, Coral Negro estuvo dispuesto a realizar los trámites para abrir otras sucursales en el país.

En el caso de los vehículos, tienen que estar asegurados. Para ello deben ser posteriores al año 1974, de lo contrario, no sirven de garantía. Sorolla Fernández reconoce que esto es otra limitación, sobre todo en las zonas rurales, donde existe un gran número de autos anteriores a la fecha señalada.

Si bien quedan acciones por emprender en relación con la política crediticia, los bancos comerciales demuestran estar inmersos en un proceso de cambio, de actualización y de aprendizaje constante.

Sin dudas, “la apertura del sector no estatal implica un cambio radical en la forma de pensar y trabajar”, plantea la funcionaria.


Por tanto, fomentar una cultura financiera en la población cubana resulta un imperativo para directivos y trabajadores de las oficinas bancarias. Es fundamental que el sector no estatal conozca los beneficios de utilizar los nuevos servicios.

Historia de un Canal

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Panama canal
El próximo 15 de agosto se cumplirán 99 años de la inauguración del Canal de Panamá, considerado por muchos una de las obras ingeniera más trascendente del siglo XX, cuyos más remotos antecedentes están en la colonización española del istmo.
Antes de la llegada de los españoles a Panamá, medio centenar de etnias aborígenes, pero principalmente los indígenas NgÃñbe Buglé con más de 12 mil años de presencia en el territorio, dominaban el mar del sur, y era una ruta obligada y muy frecuentada en sus viajes a Perú y Ecuador.
La lejana Europa ni siquiera soñaba en esa época la existencia de lo que posteriormente se denominó océano Pacífico, pero en su avistamiento por Vasco Núñez de Balboa el 25 de septiembre de 1513 estaba ya el embrión de lo que sería el Canal de Panamá.
La primera unión de ambos océanos fue pocos años después por carretera con el sendero a Portobelo y luego el camino de Las Cruces, y posteriormente el ferrocarril, todavía en uso, una alternativa más barata y rápida.
Hasta la apertura del Canal de Panamá en 1914, el ferrocarril transportó el mayor volumen de carga por unidad de longitud en el mundo y fue clave en la selección del país como el sitio para construir la vía interoceánica pues también se disputaba ese privilegio Nicaragua, todos entusiasmados por el científico alemán Alexander von Humboldt, quien reactivó el interés en el paso marítimo.
También contribuyó decididamente el impacto que causó el éxito de la finalización del Canal de Suez en 1869, lo cual sirvió para que los franceses se inspiraran y reactivaran un proyecto aparentemente similar a fin de conectar los océanos Atlántico y Pacífico a través de Panamá.
En 1876 la Société Internationale du Canal Interocéanique fue creada para realizar el trabajo, pero enfrentaron graves e insuperables problemas de todo tipo, desde técnicos y científicos por falta de conocimientos, hasta limitaciones de salud por las enfermedades tropicales que provocaron miles y miles de muertos.
Con toda esa incertidumbre, la construcción del canal francés se inició el 1 de enero de 1882 y las excavaciones en el Corte Culebra 21 días después.
canal de panamá
En 1888 se contrató una enorme fuerza laboral de 20 mil personas, pero la abrumadora cantidad de muertes por enfermedades dificultó la retención laboral y se regresaban después de un corto tiempo de servicio o morían.
Se estimó que la cantidad total de muertes entre 1881 y 1889 fue mayor a 22 mil trabajadores.
Pero el proyecto estaba en serios problemas financieros y sociales por los montones de muertos y las frecuentes inundaciones y deslizamiento de lodo. La obra fue finalmente suspendida el 15 de mayo de 1889, después de ocho años de trabajo, dos quintas partes completada, y cerca 235 millones de dólares gastados.
Era doloroso abandonar el intento, y se concluyó que la única forma de salvar algo era continuar con el proyecto, detrás del cual ya se movía la especulación de los Estados Unidos de construir un canal por Nicaragua.
El presidente Theodore Roosevelt realmente no negoció directamente con los franceses, sino que lo hizo con el gobierno de Colombia al cual todavía pertenecía Panamá.
Así que Roosevelt inició las negociaciones con la República de Colombia para obtener los derechos necesarios de construcción en el Canal de Panamá a cambio de entregar 40 millones de dólares a los franceses en compensación.
Lo cierto es que después de la independencia de Colombia, el gobierno de Roosevelt logró el control de la Zona del Canal de Panamá el 23 de febrero de 1904, por la suma de 10 millones de dólares como se estipuló en el Tratado Hay-Bunau-Varilla, firmado el 18 de noviembre de 1903.
Eso permitió que a finales de 1905 Roosevelt enviara un equipo de ingenieros a Panamá para investigar los méritos relativos a los dos proyectos del Canal, el paso a nivel y el de esclusas, y aunque los ingenieros inicialmente se fueron por el primero, a la postre triunfó el que todos conocen.
Entre la nueva y la vieja compañías francesas excavaron en total 59 millones 747 mil 638 metros cúbicos de material, de los cuales 14 millones 255 mil 890 metros cúbicos fueron sacados del Corte Culebra.
La primera compañía gala excavó desde Panamá Bay hasta el puerto Balboa, así como el del Atlántico, conocido aún en la actualidad como canal francés.
Contraproducentemente, Estados Unidos excavó menos de la mitad al totalizar 22 millones 713 mil 396 metros cúbicos, valorado en 25 millones 389 mil 240 dólares.
En 1977 el gobierno del general Omar Torrijos logró firmar con el presidente James Carter un Tratado por el cual Estados Unidos devolvía a la soberanía panameña tanto el Canal como su zona militariza, conocida ahora como zona revertida.
Pero tuvieron que pasar 22 años para que el Tratado Torrijos-Carter se concretara, incluida en ese tiempo una feroz invasión militar el 19 de diciembre de 1989 que aunque el gobierno de George Bush padre proclamó era para capturar al exgeneral Manuel Antonio Noriega, hoy encarcelado en Panamá, se sabe que estaba relacionada con el pase del Canal a administración panameña.
En 1999 el Canal pasó a ser verdaderamente propiedad de Panamá como quería todo el pueblo, un hecho tan trascendente que algunos historiadores lo equiparan a una tercera independencia.
A partir de entonces, la famosa e importante vía interoceánica pasó a ser enteramente administrada y operada por sus legítimos dueños que ahora están abocados a un proceso de ampliación con un tercer juego de esclusas para permitir el paso de buques de gran envergadura.
Sus casi 10 mil trabajadores entregaron el año pasado al Tesoro Público un aporte récord de mil 43 millones de dólares, con lo cual los ingresos directos del Canal bajo la administración nacional sumaron seis mil 611 millones de dólares en 12 años.
Cuando la tercera esclusa esté en operaciones, lo que debe suceder en el primer trimestre de 2015, el Canal puede llegar a aportar hasta cuatro mil millones de dólares cada año al tesoro público.
En los 85 años que la vía interoceánica estuvo bajo el dominio de Estados Unidos, Panamá recibió solamente mil 900 millones de dólares en total, es decir, 22 millones 352 mil cada año. No hacen falta más comentarios.
(Con información de PL)

Fidel, 87 Primaveras (5 vídeos y una foto)

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