"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 29 de marzo de 2013

¿Mercado o Estado? Lecciones para Cuba

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Por Angeles Garcia Portela

Ir a clase de Jesús Huerta de Soto o tomar un hongo alucinógeno

Navegando por la red, en lugar de visitar los enlaces habituales y recorrer los caminos trillados, me aventuré por una senda  desconocida y me encontré con un mundo que reconozco que ni me imaginaba que existiese. Las cosas que dicen las mesnadas neoliberales en las tribunas y tertulias, explicadas en un aula de una Universidad Pública: la Carlos III de Madrid. El profesor Jesús Huerta de Soto arremetiendo desde lo público contra lo público. alegando que el funcionario no tiene incentivos. Me pregunto que incentivos tiene él para dar las clases "al estilo del club de los poetas muertos", más bien como telepredicador del  neoliberalismo. Recomiendo ver las tres clases colgadas en you tube y enlazadas en este post, de veras que son un una "experiencia religiosa". Eso sí, con un Ibuprofeno o un Almax en la mano, según somatice el lector. Debo confesar que me pareció tan increíble que creí que era una sátira. Pues no, iba en serio.
La primera "lección"
Trata de "la escuela de la elección pública" (Public Choice School), su nombre original que le da un aire más científico. Alega que en el sector público hay más fallos que en el sector privado. Las causas: Los votantes son idiotas, y saben que el voto de una persona es irrelevante.
Cita a los grupos de interés, que consiguen ayudas del gobierno como agricultores, mineros, feministas, maltratadas. No computa entre esos grupos de presión ni a la  banca ni a las grandes corporaciones. Dice que el político puede hacer lo que le da la gana, lo que no dice es que hace lo que le dice el poder económico. Para apoyar su tesis manifiesta que un funcionario no se juega su dinero, (un médico también es un funcionario y prefiero que no se juegue su dinero). Los de Unión Carbide en Bophal no eran funcionarios, ni los de Tepco en Fukushima. Los funcionarios siempre quieren más dinero y poder afirma, contradiciendo lo que se dice de ellos en épocas de bonanza, que no tienen grandes aspiraciones y que sacrifican dinero por seguridad económica.
En fin, afirma que el sistema democrático es altamente ineficiente e imperfecto, que produce caos en la sociedades y en cuanto se retira un privilegio, todo el mundo a la calle a protestar, dice.
Para concluir la "lección magistral" denomina privilegios a los derechos. Lo más triste es que reconoce que trabajó con los partidos políticos. Así nos va.



La segunda clase se titula:
ayudas que matan y en ella comienza diciendo: La pobreza es el resultado del socialismo.
Aduce que si hay ayudas a la pobreza, la gente desea ser pobre.

Y en la  tercera 
bajo el título: por qué los intelectuales odian al capitalismo,  citando  a  Jouvenel (por cierto era aristócrata, barón por más señas) Los motivos que aduce  para el odio son : 
1º Desconocimiento de como funciona el mercado, que según hayek es el más complejo del universo
2ª La soberbia, se cree el más listo y detrás de cada intelectual hay un dictador en potencia.
3º El resentimento y la envidia.


De profesor a profesor me quedo con el que tuve de Historia Moderna que decía: "ser liberal en economía  y reclamar libertad económica lo hacen los fuertes, los débiles reclaman protección. En los siglos XVIII y XIX quien reclamaba la libertad de los mares era Inglaterra, puesto que tenía la mejor flota", extrapolado al mundo actual quienes reclaman seguros sanitarios privados y cargarse la seguridad social son los pobres engañados y los que pueden irse a Houston.
El profesor Huerta aprovecha medias verdades para arrimar el ascua a su sardina, a su caviar, mejor dicho.
No es solamente profesor de una universidad pública, es también:
  • Jesús Huerta de Soto BallesterDoctor en DerechoActuario de Seguros Presidente y Director General de España, S.A., Compañía General de Seguros
Es consejero del Consorcio de Compensación de Seguros, una entidad pública, de nuevo otra contradicción  para alguien que critica tanto lo público. El neoliberalismo incrustado en el Estado.
Este discurso es lógico que lo acepten las élites y sus lugartenientes, pero no cuajan en el pueblo y menos en un momento que ve como pierde derechos de todo tipo así que la polarización está servida, ante el radicalismo de tal doctrina.
 Una curiosidad. Está en posesión del premio Adam Smith.

Para el que todavía le queden fuerzas, le recomiendo el vídeo: El profesor Huerta de Soto rompe un billete de diez euros.:
http://www.youtube.com/watch?v=Vva63llOi2Q
No solo está "colocando ideas" en los jóvenes "suficientemente preparados" de este país, sino también a la élites en América latina. En Perú forma parte del Instituto de Libre Empresa, siempre los think thanks.
http://www.ileperu.org/

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Dar crédito a personas equivocadas

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Por: Premio Nobel  Economia

A Dean Baker, codirector del Centro de Investigación Económica y Política, se le ha indigestado -y no es la primera vez- un artículo de Washington Post publicado hace unos días que indica que el crecimiento lento es la nueva norma en Estados Unidos. En un reciente artículo en internet, Baker se preguntaba por qué tenemos que escuchar a personas que hasta ahora se han equivocado en todo. Pero en realidad es peor de lo que él decía.
Barack Obama

En el artículo de The Washington Post, el argumento del crecimiento lento perpetuo se defiende principalmente citando a Kevin Warsh, un exgobernador de la Reserva Federal.
Y Warsh es de hecho una persona que se ha equivocado en todo; alguien que negaba la burbuja y hablaba de la fortaleza del mercado de capitales antes del crac, un halcón que lleva tres años advirtiendo sobre el riesgo de inflación, alguien que invoca a los invisibles vigilantes de los bonos y que, de algún modo, se las ha arreglado para describir la supuesta amenaza de esos vigilantes como algo cierto e incognoscible al mismo tiempo.
Si hay algo que distinga especialmente los discursos y artículos de Warsh que he leído, es esto: tiene la costumbre de decir y escribir cosas que supuestamente son profundas, pero que no significan nada en absoluto.
Pero esperen: ¿quién es Kevin Warsh, a fin de cuentas? Bueno, es un abogado convertido en banquero de inversión, convertido en gobernador de la Reserva nombrado por George W. Bush y convertido en miembro de la Institución Hoover (no un economista).
Ahora bien, yo detesto la obsesión por las credenciales: hay montones de idiotas con doctorados, algunos con premios prestigiosos y un buen número de pensadores económicos de primera línea sin cualificaciones oficiales.
Aun así, si alguien va a hacer dictámenes sobre cómo ha cambiado la naturaleza del ciclo empresarial, a uno le gustaría ver algún indicio de que en algún momento de su vida esa persona ha reflexionado con detenimiento sobre, bueno, sobre algo.
Entonces, ¿por qué prestar ninguna atención a este individuo en relación con esos asuntos?
Supongo que se trata de una clase de obsesión por las credenciales diferente: la idea de que, por el hecho de que alguien fuera nombrado una vez para ocupar un cargo político, debe de ser un experto. Pero, por supuesto, eso es ridículo (y la gente de The Washington Post, que se entrevista continuamente con exfuncionarios, sin duda debería saberlo).

Cosas simplemente demasiado perfectas

Jonathan Chait, un analista de New York Magazine, comprobaba hace poco cómo James K. Glassman, coautor de Dow 36.000 –un libro de 1999 que sostenía, basándose en cosas como la contabilidad doble creativa y otras innovaciones, que 36.000 era el verdadero valor del Dow Jones en aquella época-, afirmaba que el reciente récord del Dow confirma sus ideas. Pero no era eso lo que es tan perfecto.
No, lo que me llamó la atención es adónde ha llegado Glassman con la fuerza de su audaz predicción. Y la respuesta es que es el director ejecutivo fundador del Instituto George W. Bush.
Todo va bien en el mundo.

© 2013 New York Times
Traducción de News Clips
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