"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 11 de marzo de 2013

Una sociedad más saludable

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Foto de la familia Obama realizada en 2009.
Veo que el economista Nick Eberstadt ha escrito más acerca del hundimiento moral de Estados Unidos en el sitio web del Instituto Estadounidense de Empresa. Eberstadt, como recordarán los lectores, fue el responsable del correveidile "país de interesados" que tanto hizo para asegurarle la victoria a... Barack Obama.
Lo que me parece interesante es que, según este artículo, de las tres terribles tendencias que Eberstadt afirma ver, tiene razón respecto a dos: las familias tradicionales están en efecto disminuyendo; y lo mismo sucede con la religión tradicional organizada (pero el aumento de la dependencia del Gobierno es en su mayor parte un mito).
Partiendo de estos declives, Eberstadt concluye que corremos el peligro de sufrir un hundimiento moral. Pero lo que de algún modo se le escapa es que la idea de que las familias y la religión tradicionales son esenciales para el orden social es una teoría, no un hecho; y es una teoría que ha sido refutada de manera aplastante por la experiencia reciente.
Observo Estados Unidos en el año 2013 de la Era Común —nótese mi guerra contra la cristiandad— y veo la sociedad más saludable, en algunos aspectos clave, que he conocido en mi vida adulta. Fíjense en un par de índices objetivos: los embarazos de adolescentes están disminuyendo, según las estadísticas federales, al igual que los crímenes violentos.
¿No se supone que estamos ahora mismo en el escenario de Rescate en Nueva York? En lugar de eso, Nueva York en particular es un lugar más agradable, limpio y seguro de lo que cualquiera habría imaginado hace un par de décadas.
Y sí, soy consciente de que esto también significa que la desigualdad no puede ser tan corrosiva como algunos liberales, yo entre ellos, a veces imaginamos.
Pero volvamos a Eberstadt: todo su razonamiento se basa en la suposición de que la sociedad está condenada si la estructura tradicional —y, creo que es justo decirlo, patriarcal— no se mantiene tal como era. Si permitimos que las personas cohabiten, quizás incluso que se casen con otras de su mismo sexo, que elijan su fe u opten por no tener ninguna fe, degeneraremos en una pesadilla hobbesiana. Solíamos señalar Escandinavia como contraejemplo, pero la respuesta sería que sus sociedades homogéneas (no realmente, pero esa era la leyenda) no tenían nada que ver con la nuestra. Pero ahora somos también una distopía de cohabitación, amor libre, libertad religiosa... y está bien.
¿Por qué odian Estados Unidos?
Solo una observación rápida: durante los dos últimos años, he estado leyendo en muchos sitios, entre ellos los comentarios sobre mis columnas, la afirmación de que el gasto federal ha aumentado un 37% —concretamente esa cifra— con el presidente Obama.
¿Alguien sabe de dónde sale eso? Porque si observo los datos reales, veo un aumento del gasto federal.
Evidentemente, esto proviene de alguna parte y Rush Limbaugh o quien sea lo está divulgando. Pero sigue resultando un tanto sorprendente que una cifra completamente errónea pueda formar parte de lo que toda la gente de la derecha simplemente sabe que es cierto.
© 2013 The New York Times
Traducción de News Clips.
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