"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 4 de marzo de 2013

Señales gratificantes de desesperación

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Por Paul Krugman Premio Nobel de Economía

En ambos lados del Atlántico, los partidarios de la austeridad parecen estar perdiendo los papeles. Y eso tiene que ser una buena noticia, una señal de que, hasta cierto punto, están cayendo en la cuenta de que están perdiendo el debate.
Lo primero de todo, la triste historia del presentador de televisión Joe Scarborough, cuya respuesta a mi aparición en su programa, cuando me mostré contrario a la austeridad, ha sido una extraña campaña para convencer al mundo de que no hay nadie importante que comparta mis puntos de vista.
¿Por qué es esto extraño? Porque aunque podría estar equivocado respecto a los aspectos macroeconómicos (que no lo estoy), sencillamente no es cierto, probablemente no sea cierto, que soy el único que dice que el déficit en la actualidad y en el futuro inmediato no es un problema.
Por eso, en la última vuelta de tuerca, Scarborough cita ahora un artículo que escribió en enero mi compañero de Princeton Alan Blinder, quien, según dice, se opone totalmente a mi postura. Mmm... El artículo que cita, en The Atlantic, lleva el siguiente titular: "Cómo preocuparse sobre el déficit: (1) no lo hagan; (2) esperen unos años; (3) después preocúpense de los costes de la sanidad".
No es tan diferente de lo que yo digo.
Olli Rehn (EFE)

Por otro lado, Olli Rehn, vicepresidente de la Comisión Europea y firme defensor de la austeridad, ha respondido, en una carta dirigida a los ministros de Economía, a las desastrosas noticias económicas en Europa, las cuales han confirmado las advertencias de los que critican la austeridad y llevado a un replanteamiento de los multiplicadores fiscales; parece que están muy metidos en una trampa de liquidez, que es justamente lo que algunos de nosotros predijimos. ¿La respuesta de Rehn? Tenemos que parar de publicar estos estudios económicos, porque están debilitando la confianza en la austeridad.
Como decía, estos signos de desesperación resultan gratificantes. Por desgracia, esta gente ya ha hecho un daño inmenso, y sigue teniendo poder para hacer mucho más.
© 2013 New York Times.

Traducción de News Clips.
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