"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 26 de febrero de 2013

Cuba, el trayecto a lo ignoto ( Parte II. 1976-1989, 1990- actual. Salario)

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Por Humberto Herrera Carles

I-   Periodo 1976- 1989
La inserción de nuestro país en la división internacional socialista del trabajo, le trajo con los convenios subscritos, un incremento del poder de compra del 50 %, donde los precios indexados con los soviéticos eran mutuamente ventajosos a ambos países desde el punto de vista de costo de oportunidad y costo relevante. El costo de producir azúcar en la URSS era incomparablemente más alto que el precio que le pagaban a Cuba y a la inversa, el precio que le pagaban a Cuba por el azúcar estuvo muchas veces por encima del mercado mundial. Por lo que al menos, en estos precios indexados no puede considerarse como un subsidio, si bien recibíamos créditos en condiciones ventajosas.
El desarrollo de las industrias del níquel, azúcar, textil, mecánica, alimentaria y de la construcción formaron parte de la especialización de Cuba dentro del CAME. En esta etapa, se puso de manifiesto otro  problema que se había presentado tímidamente en la década del 60: el rendimiento de las inversiones. No basta  con tener altas tasas de inversión y de formación bruta de capital de más del 20 % del PIB, si estas no traen aparejada la introducción de tecnologías de puntas con resultados  cuantificables de eficiencia  económica  comparables con lo mejor a nivel mundial y si además, no producen un efecto multiplicador por el encadenamiento productivo, en la economía nacional, y por tanto, al desarrollo económico del país y su población. Si a lo anterior, le adicionamos relaciones de producción rígidamente organizadas, que impidieron detectar a tiempo las desviaciones que se producen en todo el proceso inversionista, no podíamos aspirar a mejores resultados y a mayores metas.
Entre 1976 - 1989 el ritmo de crecimiento anual del PIB se comportó en el orden del 4.8 % a precios de 1981 y el PIB por habitantes se comportó en el 4.0 %, ambos resultados aceptables y estimulantes. La productividad del trabajo creció un 2.0 % por año, la población se incrementó a un ritmo de 0.8 % anual, y por otra parte empezó acelerarse un descenso en el rendimiento de los fondos básicos de la agricultura, aunque los avances sociales continuaron en ascenso.  Pero en los años de 1985 - 1989 estos indicadores se comportaron con un crecimiento del 0.9 % y -0.02 % respectivamente, así como la productividad decreció en – 1.45 %  haciéndose evidente el estancamiento y retroceso de la economía cubana en ese lustro.
 Si a lo anterior,  le adicionábamos una creciente deuda con los soviéticos por un importe de 15,490 millones de rublos, más una deuda en divisas que  fue creciendo producto del acelerado proceso inversionista y de renegociaciones fallidas, ubicándose finalmente en 1989, en 6,165 millones dólares, es entendible la situación a enfrentar, dos años después[1],  con la desintegración de la URSS y el campo socialista.
El modelo que habíamos aplicado, en esta etapa, era el del cálculo económico soviético, donde muchas cosas buenas se copiaron mal y cosas malas se copiaron peor, de todas formas el sistema como se comprobó en la práctica, estaba condenado al fracaso sino se le realizaba una profunda revisión. Cuba no permaneció indiferente ante esta realidad, el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas que desde 1986 se llevó a cabo, formularía la nueva forma de dirección de la economía discutida y aprobada en el III Congreso del PCC de 1986. Mecanismos económicos más agiles junto a movilizaciones de carácter político de las masas, pretendían encausar la economía cubana en su nueva ruta.
Fue en este periodo que se creó, para enfrentar la crisis económica y supervisar la economía, el Grupo Central, una versión ágil y simplificada de la JUCEPLAN, pero que coexistió[2] con ésta hasta Septiembre de 1988, y quizás en el momento que más iba a resultar necesario, por lo que ya se avecinaba, dejo de existir.
Justo al cumplir 30 años la Revolución  tendría que enfrentarse a lo que ha sido denominado “Periodo Especial”, esta última palabra encierra más en la práctica de lo que etimológicamente puede significar. Había que empezar otra vez, solo que había una gran diferencia, existía una población más culta, más educada técnica y políticamente que en 1959. El reto hoy en día  sigue siendo enorme y ese año 1989 ha quedado, desde entonces, como el referente obligado para declarar superada la crisis.
Veintidós años de duro batallar no han sido suficientes para remontar la caída libre que se inició en 1990, tocando fondo en 1993. En el 2013 este proceso de recuperación económica, continúa.
Una conclusión preliminar es que la trayectoria de la economía en estos 52 años ha demostrado que no basta con aspirar al Socialismo para obtener el desarrollo económico, este tiene sus mecanismos y leyes objetivas, al margen de la buena voluntad de quienes tienen la responsabilidad de gobernar.  Es la praxis económica como Ciencia, lo que determina en última instancia, que se logren las aspiraciones políticas de los dirigentes y dirigidos.
II-                  Periodo Especial 1990- Hasta la fecha.
La economía cubana de 1990 al 2011 ha tenido un crecimiento promedio anual del PIB a precios constantes de 1981 de 1.9 %. Así mismo, si excluimos de esta etapa, los años de 1990- 1993, este mismo indicador tendría un comportamiento del 4.5 %, lo que demuestra que las medidas implementadas para la recuperación económica han tenido un comportamiento positivo en lo fundamental.
Si además observamos que la población total ha crecido en ese mismo período (1990-2011) a un promedio de + 0.3 % anual,  pudiéramos inferir un comportamiento positivo pero modesto del PIB por habitantes (+1.5 % anual); este mismo indicador se incrementaría al +4.3 % sin el periodo de adecuación 1990- 1993.
Pudiéramos agregar que a partir del 2005 se comenzaron a alcanzar los niveles de PIB (a precios constantes de 1981) de 1989, algo destacable, pero como observaremos a continuación, no existe aún una correspondencia con los niveles de vida que disfrutaba la población en ese año referente. Este constituye el problema fundamental que presentamos en la actualidad y que tiene su expresión en el comportamiento del salario real de estos años.
a-      Salario
En el gráfico # 2 se puede observar la gran diferencia entre el salario medio nominal y el salario medio real [3] en estos años, a pesar del crecimiento del PIB. Esto ha ocasionado que la población después de transcurridos 22 años, en el 2011  percibe el salario equivalente a  51 pesos del salario medio nominal en 1989.  Para decirlo en otras palabras, los cálculos que he realizado dan como resultado que al ritmo que llevamos, en la apreciación del poder adquisitivo del peso cubano entre 1990 y 2011, podíamos llegar a equipararnos al año referente mencionado, entre los años 2087 y 2093, es decir tendrían que pasar todavía varias generaciones de cubanos, ¡casi un siglo desde 1989!, algo a todas luces insostenible y sumamente preocupante. Otra forma de expresarlo significa que en el 2011 el salario medio nominal debería ser de 1,684 pesos y no 455 pesos, para poder adquirir la misma cantidad de bienes y servicios que en 1989.
Como se deduce esto impacta directamente en el nivel de vida de la población y afecta a lo más preciado que tiene la revolución y cualquier sociedad, el ser humano.
Gráfico # 2 Elaborado por el autor. Datos ONE, P.Vidal y CEPAL.
Por otra parte, se refleja un problema de incapacidad económico –productivo y no de decisión de un Estado que no quiera emitir un decreto-ley. Hay consenso suficiente que el único camino para solucionarlo es el incremento de la productividad del trabajo, pero esto tampoco es posible a los ritmos que hemos alcanzado hasta la fecha, incluso las metas propuestas  en el último VI Congreso del PCC resultan insuficientes para revertir la situación en los próximos diez a quince años. En realidad el pueblo cubano ha financiado 22 años de período especial.
En el intervalo de años que estamos comentando, hay también otras  variables económicas que importa mostrar su comportamiento porque deciden y reflejan la situación de la economía, igualmente resulta necesario dividir en sub-periodos y constatar la dinámica y el comportamiento de dichos indicadores. En el gráfico  # 3 se reflejan cinco sub-periodos y el comportamiento de seis indicadores (PIB precios corrientes, PIB precios constantes, Productividad, Inversiones, Salario Medio Nominal y Real).
Como podrá observarse de 1990- 2011 todos los indicadores tuvieron un comportamiento positivo excepto el salario medio real dado que el deterioro de este indicador como ya apuntamos, este sólo  se ha recuperado  al 27 % del nivel que tenía en 1989.
En 1994 – 2011 después del deterioro inicial en los tres años anteriores, por las nuevas circunstancias impuestas a la economía cubana, se muestra un ascenso en todos los indicadores, es decir muestra un periodo de adaptación y recuperación modesto pero insuficiente para revertir el deterioro acumulado de la economía.
Entre  1990 – 2000 puede ser catalogada en su conjunto como la década perdida, todo resultó negativo como saldo, si bien en la segunda mitad de estos años empezaba a recuperase la economía.
La siguiente década (2001- 2011) se pueden apreciar mejores resultados en todos los indicadores, aunque entre 2007-2011 se aprecia un agotamiento de ese impulso, precisamente cuando ocurre el relevo en la dirección del gobierno como consecuencia de un período de adaptación y tránsito.


          Gráfico # 3 Elaborado por el autor. Datos ONE y CEPAL.

La vida económica- social  tiene siempre un comportamiento hacia el futuro y por tanto lo que ha ocurrido entre 1990 – 2011 como saldo, es lo relevante para los ciudadanos y para estos no son aún los mejores momentos en cuanto a salario real, es decir nivel de vida.
 Hay dos indicadores que por su relevancia e incidencia en la economía cubana debemos detenernos a comentar brevemente: la productividad del trabajo y las inversiones. (Continuará)



[1] Cuba reclamo por daños una compensación a la URSS por 36,223 millones de dólares en 1998.   (Granma 2001 JLR). En Marzo del 2013, las partes llegaron a un acuerdo para solucionar el diferendo.
[2] Una característica del proceso revolucionario y que de alguna manera refleja lo que es un experimento constante de búsqueda, es la coexistencia en el tiempo de formas de gestión de la economía: financiamiento presupuestario y calculo económico con sus variantes; estructuras: Grupo Central, Grupo de Coordinación y Apoyo y JUCEPLAN, PCC y administración dirigiendo empresas; dinero: eliminación casi de las relaciones monetarias y presencia de dos, tres y cuatro monedas coexistiendo, entre los aspectos más relevantes.
[3]Pavel Vidal. Miradas a la Economía Cubana. El proceso de actualización pág. 102. Actualizado el 2011 por el autor de este trabajo.
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