"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 18 de enero de 2013

Lo que la película "Lincoln" no dice sobre Lincoln

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La película Lincoln, producida y dirigida por uno de los directores más conocidos de EEUU, Steven Spielberg, ha reavivado un gran interés por la figura del presidente Lincoln, uno de los presidentes que, como el presidente Franklin D. Roosevelt, ha intervenido siempre en el ideario estadounidense con gran recuerdo popular. Se destaca tal figura política como la garante de la unidad de EEUU, tras derrotar a los confederados que aspiraban a la secesión de los Estados del Sur de aquel Estado federal. Es también una figura que resalta en la historia de EEUU por haber abolido la esclavitud, y haber dado la libertad y la ciudadanía a los descendientes de las poblaciones inmigrantes de origen africano, es decir, a la población negra, que en EEUU se conoce como la población afroamericana.
Lincoln fue también uno de los fundadores del Partido Republicano que en sus orígenes fue directamente opuesto al Partido Republicano actual, que está hoy altamente influenciado por un movimiento –el Tea Party- chauvinista, racista y sumamente reaccionario detrás del cual hay intereses económicos y financieros que quieren eliminar la influencia del gobierno federal en las vidas económicas, sociales y políticas del país. El Partido Republicano fundado por el presidente Lincoln era, por el contrario, un partido federalista, que consideró al gobierno federal como garante de los Derechos Humanos. Y entre ellos, la emancipación de los esclavos, tema central de la película Lincoln, fue al que Lincoln dio mayor hincapié. Terminar con la esclavitud significaba que el esclavo pasaba a ser trabajador, dueño de su propio trabajo.
Ahora bien, Lincoln, incluso antes de ser presidente, consideró otras conquistas sociales como parte también de los Derechos Humanos, y entre ellas, el derecho del mundo del trabajo a controlar, no sólo su trabajo, sino también el producto de su trabajo. El derecho de emancipación de los esclavos transformaba al esclavo en una persona libre asalariada, unida –según él- en lazos fraternales con los otros miembros de la clase trabajadora, independientemente del color de su piel. Sus demandas de que el esclavo dejara de serlo y de que el trabajador –tanto blanco como negro- fuera el dueño, no sólo de su trabajo, sino también del producto de su trabajo, eran igualmente revolucionarias. La emancipación de la esclavitud requería que la persona fuera la dueña de su trabajo. La emancipación de la clase trabajadora significaba que la clase trabajadora fuera la dueña del producto de su trabajo. Y Lincoln demandó los dos tipos de emancipación. El segundo tipo de emancipación, sin embargo, ni siquiera se cita en la película Lincoln. En realidad, la ignora. Y utilizo la expresión “ignora” en lugar de “oculta”, porque es del todo posible que los autores de la película o del libro sobre el que se basa ni siquiera conozcan la historia real de Lincoln. La Guerra Fría en el mundo cultural e incluso académico de EEUU (que continúa existiendo) y el enorme dominio de lo que en allí se llama la Corporate Class (la clase de los propietarios y gestores del gran capital) sobre la vida, no sólo económica, sino también cívica y cultural, explica que la historia formal de EEUU que se enseña en las escuelas y en las universidades sea muy sesgada, purificada de cualquier contaminación ideológica procedente del movimiento obrero, sea socialismo, comunismo o anarquismo. La gran mayoría de estudiantes estadounidenses, incluso de las universidades más prestigiosas y conocidas, no saben que la fiesta del 1º de Mayo, celebrada mundialmente como el Día Internacional del Trabajo, es una fiesta en homenaje a los sindicalistas estadounidenses que murieron en defensa de trabajar ocho horas al día (en lugar de doce), victoria que inició tal reivindicación exitosa en la mayoría de países del mundo. En EEUU, tal día, el 1º de Mayo, además de no ser festivo, es el día de la Ley y el Orden -Law and Order Day- (ver el libro People’s History of the U.S., de Howard Zinn). La historia real de EEUU es muy distinta a la historia formal promovida por las estructuras de poder estadounidenses.
Las ignoradas y/o ocultadas simpatías de Lincoln
Lincoln, ya cuando era miembro de la Cámara Legislativa de su Estado de Illinois, simpatizó claramente con las demandas socialistas del movimiento obrero, no sólo de EEUU, sino también mundial. En realidad, Lincoln, tal como indiqué al principio del artículo, consideraba como un Derecho Humano, el derecho del mundo del trabajo a controlar el producto de su trabajo, postura claramente revolucionaria en aquel periodo (y que continúa siéndolo hoy), y que ni la película ni la cultura dominante en EEUU recuerda o conoce, convenientemente olvidada en los aparatos ideológicos del establishment estadounidense controlados por la Corporate Class. En realidad, Lincoln consideró que la esclavitud era el dominio máximo del capital sobre el mundo del trabajo y su oposición a las estructuras de poder de los Estados sureños se debía precisamente a que percibía estas estructuras como sustentadoras de un régimen económico basado en la explotación absoluta del mundo del trabajo. De ahí que viera la abolición de la esclavitud como la liberación no sólo de la población negra sino de todo el mundo del trabajo, beneficiando también a la clase trabajadora blanca, cuyo racismo él veía que iba en contra de sus propios intereses. Lincoln también indicó que “el mundo del trabajo antecede al capital. El capital es el fruto del trabajo, y no hubiera existido sin el mundo del trabajo, que lo creó. El mundo del trabajo es superior al mundo del capital y merece la mayor consideración (…) En la situación actual el capital tiene todo el poder y hay que revertir este desequilibrio”. Lectores de los escritos de Karl Marx, contemporáneo de Abraham Lincoln, recordarán que algunas de estas frases eran muy semejantes a las utilizadas por tal analista del capitalismo en su análisis de la relación capital/trabajo bajo tal sistema económico.
Le sorprenderá a gran número de lectores saber que los escritos de Karl Marx influenciaron a Abraham Lincoln, tal como documenta en gran detalle John Nichols en su excelente artículo  “Reading Karl Marx with Abraham Lincoln Utopian socialists, German communists and other republicans” publicado en Political Affairs(27/11/12), y del cual extraigo las citas así como la mayoría de datos publicados en este artículo. Los escritos de Karl Marx eran conocidos entre los grupos de intelectuales que estaban profundamente insatisfechos con la situación política y económica de EEUU, como era el caso de Lincoln. Karl Marx escribía regularmente en The New York Tribune, el rotativo intelectual más influente en Estados Unidos en aquel periodo. Su director Horace Greeley se consideraba un socialista y un gran admirador de Karl Marx, al cual invitó a ser columnista de tal diario. En las columnas de su diario incluyó gran número de activistas alemanes que habían huido de las persecuciones ocurridas en la Alemania de aquel tiempo, una Alemania altamente agitada, con un naciente movimiento obrero que cuestionaba el orden económico existente. Algunos de estos inmigrantes alemanes (conocidos en el EEUU de aquel momento como los “Republicanos Rojos”) lucharon más tarde con las tropas federales en la Guerra Civil, dirigidos por el presidente Lincoln.
Greeley y Lincoln eran amigos. En realidad Greeley y su diario apoyaron desde el principio la carrera política de Lincoln, siendo Greeley el que le aconsejó a que se presentara a la presidencia del país. Y toda la evidencia apunta que Lincoln era un ferviente lector del The New York Tribune. En su campaña electoral para la presidencia de EEUU invitó a varios “republicanos rojos” a integrarse en su equipo. En realidad, ya antes, como congresista, representante de la ciudadanía de Springfield en el Estado de Illinois, apoyó frecuentemente los movimientos revolucionarios que estaban ocurriendo en Europa, y muy en especial en Hungría, firmando documentos en apoyo de tales movimientos.
Lincoln, gran amigo del mundo del trabajo estadounidense e internacional.
Su conocimiento de las tradiciones revolucionarias existentes en aquel periodo no era casual sino que era fruto de sus simpatías con el movimiento obrero internacional y sus instituciones. Animó a los trabajadores de EEUU a organizar y establecer sindicatos y continuó haciéndolo cuando fue presidente. Y varios sindicatos le nombraron miembro honorario. En su respuesta a los sindicatos de Nueva York subrayó “vosotros habéis entendido mejor que nadie que la lucha para terminar con la esclavitud es la lucha para liberar al mundo del trabajo, es decir, a liberar a todos los trabajadores. La liberación de los esclavos en el Sur es parte de la misma lucha por la liberación de los trabajadores en el Norte”. Y durante la campaña electoral, el presidente Lincoln promovió la postura en contra de la esclavitud indicando explícitamente que la liberación de los esclavos les permitiría a los trabajadores exigir los salarios que les permitirían vivir decentemente y con dignidad, ayudando con ello a aumentar los salarios de todos los trabajadores, tanto negros como blancos.
Marx, y también Engels, escribieron con entusiasmo sobre la campaña electoral de Lincoln, en un momento en que ambos estaban preparando la Primera Internacional del Movimiento Obrero. En un momento de las sesiones, Marx y Engels propusieron a la Internacional que enviara una carta al presidente Lincoln felicitándolo por su actitud y postura. En su carta, la Primera Internacional felicitaba al pueblo de EEUU y a su presidente por, al terminar con la esclavitud, haber favorecido la liberación de toda la clase trabajadora, no solo estadounidense, sino también la mundial.
El presidente Lincoln respondió, agradeciendo la nota y respondiendo que valoraba el apoyo de los trabajadores del mundo a sus políticas, en un tono cordial, que, por cierto, creó gran alarma entre los establishments económicos, financieros y políticos a ambos lados del Atlántico. Estaba claro, a nivel internacional que, como señaló más tarde el dirigente socialista estadounidense Eugene Victor Debs, en su propia campaña electoral, “Lincoln había sido un revolucionario y que por paradójico que pudiera parecer, el Partido Republicando había tenido en su orígenes una tonalidad roja”.
La revolución democrática que Lincoln inició y que nunca se desarrolló.
Ni que decir tiene que ninguno de estos datos aparece en la película Lincoln, ni son ampliamente conocidos en EEUU. Pero, como bien señalan John Nichols y Robin Blackburn (otro autor que ha escrito extensamente sobre Lincoln y Marx), para entender Lincoln hay que entender el periodo y el contexto en los que él vivió. Lincoln no era un marxista (término sobreutilizado en la literatura historiográfica y que el propio Marx denunció) y no era su intento eliminar el capitalismo, sino corregir el enorme desequilibrio existente en él, entre el capital y el trabajo. Pero, no hay duda de que fue altamente influenciado por Marx y otros pensadores socialistas, con los cuales compartió sus deseos inmediatos, claramente simpatizando con ellos, llevando su postura a altos niveles de radicalismo en su compromiso democrático. Es una tergiversación histórica ignorar tales hechos, como hace la película Lincoln.
No hay duda de que Lincoln fue una personalidad compleja con muchos claroscuros. Pero las simpatías están escritas y bien definidas en sus discursos. Es más, los intensos debates que ocurrían en las izquierdas europeas se reproducían también en los círculos progresistas de EEUU. En realidad, la mayor influencia sobre Lincoln fue la de los socialistas utópicos alemanes, muchos de los cuales se refugiaron en Illinois huyendo de la represión europea.
El comunalismo que caracterizó a tales socialistas influenció la concepción democrática de Lincoln, interpretando democracia como la gobernanza de las instituciones políticas por parte del pueblo, en el cual las clases populares eran la mayoría. Su famoso dicho (que se ha convertido en el espléndido eslogan democrático más conocido en el mundo –Democracy for the people, of the people and by the people- claramente señala la imposibilidad de tener una democracia del pueblo y para el pueblo sin que sea realizada y llevada a cabo por el mismo pueblo. De ahí que viera la liberación de los esclavos y del mundo del trabajo como elementos esenciales de tal democratización. Su concepto de igualdad llevaba inevitablemente un conflicto con el dominio de tales instituciones políticas por el capital. Y la realidad existente hoy en EEUU y que detallo en mi artículo “Lo que no se ha dicho en los medios sobre las elecciones en EEUU” (Público, 13.11.12)es una prueba de ello. Hoy la Corporate Class controla las instituciones políticas de aquel país.
Últimas observaciones y un ruego
Repito que ninguna de estas realidades aparece en la película. Spielberg no es, después de todo, Pontecorvo, y el clima intelectual estadounidense todavía está estancado en la Guerra Fría que le empobrece intelectualmente. “Socialismo” continúa siendo una palabra mal vista en los círculos del establishment cultural de aquel país. Y en la tierra de Lincoln, aquel proyecto democrático que él soñó nunca se realizó debido a la enorme influencia del poder del capital sobre las instituciones democráticas, influencia que ha disminuido enormemente la expresión democrática en aquel país. Y la paradoja hiriente de la historia es que el Partido Republicano se haya convertido en el instrumento político más agresivo hoy existente al servicio del capital.
Por cierto, agradecería que todas las personas que encuentren este artículo interesante lo distribuyan ampliamente, incluyendo en su distribución a los críticos de cine, que en su promoción de la película, seguro que no dirán nada del otro Lincoln desconocido en su propio país (y en muchos otros, incluyendo España). A uno de los fundadores del movimiento revolucionario democrático ni siquiera se le reconoce como tal. Su emancipación de los esclavos es una gran victoria que hay que celebrar. Pero Lincoln fue incluso  más allá. Y de esto ni se habla.

Economía cubana 2012: paso a paso

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Redacción IPS Cuba
    El gobierno aceleró en el segundo semestre de 2012 medidas para ampliar y fortalecer el sector no estatal de la economía
El gobierno aceleró en el segundo semestre de 2012 medidas para ampliar y fortalecer el sector no estatal de la economía Jorge Luis Baños - IPS
La economía mantiene una gradual aceleración, con avance moderado de 3,1 por ciento en 2012.
Con imperturbable constancia, el gobierno cubano ha respetado una cadencia y orden, con sello del Presidente Raúl Castro, en las transformaciones emprendidas bajo el cintillo de “actualización del modelo económico”. Sin perder la compostura por críticas de lentitud o exceso de cautela, ni ante la ansiedad de la población por ver resueltos conflictos domésticos con dos décadas de antigüedad, cumple paso a paso el programa concebido a partir de los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados, un año y medio atrás, en el VI Congreso del Partido Comunista. Sin prisa pero sin pausa, como ha reiterado el mandatario.
Fiel al ritmo y cronograma trazados, la marcha de los cambios cobró una gradual y comedida aceleración en 2012, con reflejo coincidente en la velocidad de crecimiento de la economía.
Sobre todo en la segunda mitad del año, salieron a la luz una serie de medidas que profundizan las transformaciones en las formas de propiedad y gestión económica, en las reglas de la administración fiscal y en otras actividades. Pero la mayoría entrará en vigor o mostrará su alcance verdadero a partir de 2013.

Medidas de mayor hondura

Cuando terminó el año 2011 dejó el escenario caldeado, por la adopción en los meses finales de decisiones de mucha conmoción social y poco impacto económico real: la liberalización de la compra-venta de autos y de viviendas. En cambio, 2012 comenzó con medidas que generaron menor revuelo social, pero prometen más profundo alcance.
En enero, las autoridades modificaron por primera vez la manera de subsidiar. En lugar de subvencionar productos, fórmula común de sostener el consumo en Cuba casi desde que triunfó la Revolución, el gobierno puso en vigor el subsidio a personas “con falta de solvencia económica”. El primer movimiento en ese sentido lo dirigió a apoyar la compra de materiales de construcción y el pago de mano de obra en la reparación y edificación de viviendas.
La Ley del Presupuesto Nacional, aprobada por los diputados en diciembre, destinó 800 millones de pesos con ese objetivo.
Esta nueva alternativa tomó vuelo de manera paralela a un cambio importante en la política crediticia del país. El sistema bancario inauguró el 20 de diciembre de 2011 el crédito a personas naturales, con un objetivo similar: auxiliar la adquisición de recursos constructivos por la población.
La banca también ofreció esa alternativa financiera a la economía no estatal en desarrollo, pero los trabajadores por cuenta propia la han dejado correr sin mucho entusiasmo. La gran mayoría de los préstamos bancarios ha tenido como destino la reparación y construcción de viviendas y no la inversión en negocios privados.
Aunque el gobierno prevé extender el uso de créditos y subsidios a personas hacia otros renglones del consumo, aún no lo ha hecho. Pero ya comenzaron a marcar distancia de la extendida y vencida subvención de productos, práctica que alentó uno de los vicios más cuestionados por la población: el igualitarismo, que propicia una política de consumo inequitativa, al no considerar los ingresos reales de cada persona.

Expansión de gestión no estatal

Desde temprano, y a lo largo del año, entraron en vigor varias medidas más para flexibilizar y alentar la expansión del autoempleo y, de facto, de la microempresa privada. Particular impulso recibió, por ejemplo, el arrendamiento de locales del Estado a trabajadores por cuenta propia.
Después de ensayar con barberías, peluquerías y taxis a partir de 2009, el alquiler de instalaciones que permanecían cerradas o semicerradas se extendió este año a otras 51 actividades, como carpinteros, reparadores de equipos electrodomésticos y fotógrafos, entre otros.
La última noticia en esa dirección vino con el anuncio, en noviembre, de cafeterías, restaurantes y otros locales gastronómicos de propiedad estatal que también pasarán a similar sistema de arriendo. Sus trabajadores, asalariados hasta ahora, se convertirán en trabajadores por cuenta propia, si lo aceptan. Esta es una de las medidas que debe tomar vuelo a partir de 2013. El paso se dio a fines de año y comenzó solo por tres provincias: Artemisa, Villa Clara y Ciego de Ávila. El resto se sumará después.
Esta alternativa pudiera dar nuevos aires al trabajo por cuenta propia, que ha mostrado tendencia al estancamiento en el segundo semestre de 2012.
Después de cerrar mayo con poco más de 387.200 personas en esa modalidad de empleo, el registro solo avanzó a 398.447 al cierre de noviembre de 2012, de acuerdo con reportes recientes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). Esa cifra supera en apenas unos 35.500 los que existían a fines del año anterior, o sea, menos del 10 por ciento, incremento menguado si se compara con la duplicación experimentada a lo largo de 2011 tras el relanzamiento del trabajo por cuenta propia en octubre de 2010.
Como evidencia de dicha desaceleración, el gobierno prevé que en 2013 aumente 10,3 por ciento el número de ocupados en el sector no estatal, después de crecer 23,7 por ciento a lo largo del año anterior. En contraste, la cantidad de trabajadores en el área estatal de la economía decreció 5,7 por ciento el pasado año.
Las formas de gestión no estatal cobran relevancia social como alternativa de empleo, ante el avance del reordenamiento laboral, política mediante la cual se han cerrado alrededor de 350.000 puestos de trabajo en el sector estatal en los dos últimos años. Los nuevos rumbos que sigue la economía llevaron la tasa de desempleo a 3,8 por ciento en 2012, desde 3,2 un año atrás.
A fin de año, el vicepresidente del Consejo de Ministros y Jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo, informó a la Asamblea Nacional del Poder Popular próximas medidas para flexibilizar la relación entre empresas y trabajadores por cuenta propia. También recibirán luz verde actividades del trabajo privado que permanecían suspendidas temporalmente.
Las formas de gestión no estatal pueden recibir un nuevo impulso en 2013 por la apertura de otra alternativa, también muy esperada.

Apuesta a las cooperativas

Las cooperativas, existentes en Cuba solo en la actividad agropecuaria, se extenderán a la economía no agraria bajo la sombrilla del Decreto ley 305, promulgado a mediados del mes de diciembre.
Funcionarios de la Comisión de Implementación de los Lineamientos anunciaron la formación, experimentalmente, de 230 cooperativas, en un total de 47 actividades, incluidas la gastronomía y el transporte, así como variantes profesionales entre las que se encuentran la informática, las traducciones y la contabilidad.
El gobierno ha dispuesto una serie de facilidades, en materia de ventas mayoristas y bonificaciones impositivas, entre otras, a fin de animar al desarrollo de estas nuevas células de la producción y los servicios no agrarios.
Previa y razonablemente, las autoridades pusieron en práctica, desde septiembre, un paquete de 17 medidas, a fin de fortalecer unidades de ese tipo donde existían ya, desde hace décadas: las cooperativas de producción agropecuarias (CPA), las cooperativas de créditos y servicios (CCS) y, sobre todo, las unidades básicas de producción cooperativas (UBPC).
Creadas sin mucho éxito como salvavidas agropecuario desde la pasada década del noventa, las UBPC intentarán recuperar principios incumplidos. El nuevo Reglamento General aprobado por el Consejo de Ministros para esas agrupaciones manifiesta el propósito de “legitimar una autonomía que en su concepción fundacional tuvieron esas unidades ‘en papeles’, pero pocas veces lograron en la práctica”, como reconoció Granma, el periódico oficial del Partido Comunista de Cuba.
Desde ese punto de vista, es uno de los pasos de rectificación más importantes emprendidos, en el segundo semestre del año, para renovar o actualizar el modelo económico cubano. Pero es también un movimiento más en la política prioritaria de ampliar la producción nacional de alimentos, explícitamente destacada por el gobierno desde hace un lustro y que todavía no consigue los incrementos productivos esperados por la población.
En 2012 esta estrategia también encontró apoyo en nuevas legislaciones. El Decreto ley 300, presentado en octubre, amplió el área de tierras ociosas entregadas en usufructo a productores agropecuarios, personas naturales o jurídicas. La nueva legislación eleva de 40,24 hectáreas a 67,10 la extensión de dicha área y soluciona otras debilidades vinculadas con el derecho de asentar vivienda en el área de producción, el factor hereditario y las relaciones con Acopio y otras empresas estatales.

Reestructuración de gobierno y empresas

Aunque aguardan áreas fundamentales para actuar, como las políticas de precios y monetaria, la voluntad de cambios ha asomado con persistencia en casi todos los ámbitos de la economía. El gobierno ha empezado por sí mismo, con una reestructuración de organismos de la administración central del Estado.
Todos los ministerios han iniciado modificaciones y reordenamientos que han conducido a la desaparición de unos, a la reducción de otros o a la fusión de terceros.
En 2012 echaron a andar los ministerios de Energía y Minas y el de Industria, el primero derivado del poderoso Ministerio de Industria Básica, y el segundo por la integración de los ministerios de la Industria Sideromecánica, de la Industria Ligera y del sector de la Química, antes perteneciente al Ministerio de la Industria Básica.
Los cambios estructurales, que insisten en el objetivo de “separar las funciones estatales de las empresariales”, incluyeron la formación del ya poderoso Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéuticas, BioCubaFarma. Este último dará continuidad en 2013 a las transformaciones empresariales, con un experimento en el cual participan también, de manera integral, al grupo AzCuba –heredero del desaparecido Ministerio del Azúcar- y la Empresa de Cultivo del Camarón, así como parcialmente producciones de otras entidades.
Dicho proyecto, anunciado a fines de 2012, aspira a dar respuesta a vacíos y debilidades en materia de planificación, política de precios y autonomía empresarial, entre otros.

Nuevos impuestos y leyes

La actividad legislativa tuvo dos hitos importantes en Cuba en 2012, con las nuevas leyes de migración y tributaria, sucesivamente. La segunda la aprobaron los diputados en la sesión de julio, pero salió a la luz pública a fines de año, para poner en vigor a partir de enero de 2013 un cuerpo de 19 impuestos --ocho más que en el anterior sistema--, tres tasas y tres contribuciones –dos más.
Con el nuevo sistema tributario, el gobierno confía en disponer de una herramienta de administración pública, que confiere un tratamiento diferente al trabajo por cuenta propia, a la actividad agropecuaria y al desarrollo local.
El dictamen sobre el proyecto de Ley presentado en julio por las comisiones parlamentarias de Asuntos Constitucionales y Jurídicos y de Asuntos Económicos define como principio esencial de la política tributaria “permitir un modo de funcionamiento de la economía más apoyado en principios generales de derechos y de regulación económica que en disposiciones administrativas”.
Esas declaraciones revelan el horizonte hacia donde mira la cúpula cubana cuando se lanza a transformar, más que el modelo económico, el modelo de socialismo cubano.

Aceleración moderada del PIB

Después de unos años de paz climática, el huracán Sandy zarandeó en octubre a la mayor de las Antillas. El ciclón se ensañó, en particular, con Santiago de Cuba y otras provincias orientales, con daños estimados preliminarmente en 2.121 millones de dólares (tasa de cambio oficial: 1 CUP = 1 USD) y unas 130.000 viviendas destruidas total o parcialmente en tierra santiaguera.
Sin embargo, el gobierno no achacó al desastre el incumplimiento del plan de la economía. Entre los factores externos, el Ministro de Economía, Adel Yzquierdo, mencionó la crisis financiera de la zona euro, importante socio externo de la isla, y el bloqueo económico de Estados Unidos, que en 2012 registró nuevas sanciones contra bancos de terceros países que operan cuentas financieras de empresas cubanas.
El producto interno bruto (PIB) creció 3,1 por ciento en 2012, ligeramente por debajo del 3,4 por ciento previsto por el gobierno. En cambio, superó también, discretamente, el 2,7 por ciento registrado un año antes.
La actividad productiva creció con mayor fuerza –4,5 por ciento-- que los servicios sociales, en línea con la actual estrategia cubana de reforzar las inversiones en sectores que sirvan de puntal al resto de la economía. Pero algunos como la construcción y la agricultura, a pesar de los avances sobre el año precedente, tropezaron en el 2012.
Al Ministerio de la Agricultura le señalaron en la reunión parlamentaria de fin de año un alto número de incumplimientos en producciones importantes, pero la actividad inversionista recibió las críticas más duras.
El proceso inversionista “no obstante sobrepasar en 15 por ciento al 2011, se incumple en 19 por ciento”, declaró Raúl. Lo achacó a “deficiente preparación previa, atrasos en los suministros, baja productividad y déficit de fuerza de trabajo, con el consiguiente incumplimiento de los cronogramas pactados y la posposición de la puesta en explotación de importantes objetivos productivos, lo cual compromete los ingresos y ahorros previstos en la proyección de la economía, mientras se inmovilizan recursos deficitarios para otros destinos”.

Turismo

La industria cubana del ocio cerró 2012 con un récord de 2.850.000 visitantes, una cifra superior en 4,9 por ciento a los recibidos un año atrás. Los ingresos del sector, entretanto, se incrementaron en 7,1 por ciento.
Sin embargo, los principales indicadores quedaron por debajo de las aspiraciones de crecimiento planteadas por el Ministerio de Turismo, por ser uno de los sectores en que se hizo más evidente la secuela de la crisis económica en la zona euro.
Desde España, Inglaterra e Italia cayó con fuerza el envío de turistas, tendencia compensada por la ampliación de visitantes desde las economías emergentes, como Brasil, China, Argentina y Rusia, y la ampliación de clientes del propio mercado nacional.

Agroindustria azucarera

En una confirmación de la senda de recuperación, el sector azucarero emprendió en noviembre la tercera zafra prevista con crecimiento. En la actual cosecha, AzCuba prevé incrementar la producción azucarera en 20 por ciento, después de crecer cerca de 17 por ciento en la precedente.
El presidente de ese Grupo Empresarial, Orlando Celso García, declaró que esta zafra promete ser superior en términos técnicos y la mayor de los últimos nueve años. En las dos anteriores, se sumaron 11 centrales que estaban cerrados y en la actual se han agregado otros cuatro, para llegar a 50 ingenios moliendo caña.
El sector también se abrió este año por primera vez a las inversiones extranjeras, con sendos contratos con firmas de Brasil y Reino Unido.

Sector agropecuario

La producción de alimentos despega en Cuba lentamente, en unos rubros con mejor paso que en otros. En el año creció la agricultura un dos por ciento de manera general, pero los indicadores preliminares no andan bien.
Hasta septiembre, la cosecha de viandas creció 5,2 por ciento, en particular a costa del plátano, que avanzó 18 por ciento. Otros renglones, como la papa y la yuca, tuvieron fuertes bajas de 21,9 por ciento y 4,8 por ciento hasta ese mes, según reportes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Después de un año poco estable, la producción de hortalizas cerró, finalmente, con aumento de 4,6 por ciento sobre 2011, pero incumplió el plan en 12 por ciento, sobre todo por una pésima cosecha de tomate. Con mejor desempeño, el arroz, el maíz y los frijoles ampliaron la recuperación iniciada en años anteriores, por el programa de expansión de los alimentos, aunque tampoco alcanzaron las metas anuales propuestas por el gobierno.
Las producciones de leche, huevos, café, cítricos, pienso y tabaco también incumplieron los planes, según la información ofrecida en la Asamblea Nacional.

Industria y energía

La industria manufacturera tuvo un crecimiento de 4,4 por ciento en 2012, con estancamiento en niveles similares a los del año precedente en renglones clave como el petróleo, el gas y el níquel.
Mejor evolución mostró la generación eléctrica, que experimentó un alza del cinco por ciento en relación con 2011, en frecuencia con el despegue moderado de la economía y del gasto en los hogares. El consumo de electricidad aumentó 3,7 por ciento, sobre todo a cuenta del sector residencial y por la expansión de las nuevas formas de gestión en la economía. A pesar de este comportamiento, el índice de intensidad energética mejoró en uno por ciento el año pasado en relación con el registro en 2011. Esto significa la disminución de una tonelada de combustible por cada millón de pesos del PIB.
Una de las noticias más seguidas por la prensa en el año fue la exploración de nuevos yacimientos de petróleo en aguas profundas, realizadas por la plataforma semisumergible Scarabeo 9. Después de trabajar en varios pozos, alquilada por diversas compañías extranjeras sucesivamente, la plataforma se retiró sin reporte exitoso.
Para dar continuidad a la exploración petrolera, arribó en diciembre a los mares del norte cubano otra plataforma, Songa Mercur, contratada por la compañía rusa Zarubezhneft, en un proyecto de pozo de 6.500 metros, el más profundo perforado en Cuba.

Construcciones

Las construcciones continúan ancladas en viejos problemas de eficiencia. A pesar de conseguir un fuerte incremento de 12,4 por ciento, este sector incumple el plan en 13 por ciento, lo que equivale a 434 millones de pesos dejados de producir, informó el Ministro de Economía en la pasada sesión del parlamento. Tales fallas son la razón, en buena medida, de que las inversiones quedasen 19 por ciento por debajo del plan y constituyeran eje de las críticas del gobierno en el balance del año.
“Evidentemente, hay una mala planificación y un mal control en la ejecución de las inversiones”, manifestó el ministro de Economía. Al juzgar ese sector ante los diputados, Adel Yzquierdo anunció que el gobierno central haría una revisión exigente de cada proyecto de inversión para sacar del plan aquel que no cuente con la preparación adecuada.
En 2012 se adoptaron un conjunto de medidas para apoyar la compra de materiales de construcción por la población, a fin de conferir impulso a la reparación y construcción de viviendas, con mayores bonificaciones a los habitantes de Santiago de Cuba y otros territorios dañados por el huracán Sandy.
Aunque en expansión, la producción de materiales de construcción mostró desequilibrios a lo largo del año y el plan de construcción de viviendas reiteró los incumplimientos de años anteriores.

Comercio externo

Cuba ingresó menos dólares que los previstos en 2012 por incumplimientos de las exportaciones planificadas de níquel y azúcar, entre otros sectores. En el caso del mineral, la producción se contrajo tres por ciento en comparación con 2011 y eso provocó una pérdida cercana a 200 millones de dólares en el plan de ventas al exterior.
Pese al descenso, el níquel debe mantener el primer lugar de la cartera de bienes cubanos de exportación y el tercer lugar general, este último por detrás de los servicios profesionales y del turismo, que desde hace más de un lustro lideran, en ese orden, las exportaciones de la mayor de las Antillas.
El azúcar, por el contrario, consiguió un fuerte incremento de la producción –16,6 por ciento-, pero a menor nivel que el previsto cuando comenzó la pasada zafra.
Aún así, el balance comercial externo parece haber mejorado el año pasado porque las importaciones disminuyeron con más fuerza respecto al plan (-2,7 %) que las exportaciones (-2,2 %), en línea con la voluntad manifiesta del gobierno de respetar los equilibrios financieros internos y externos.
A cuenta de mejores precios negociados para algunas compras de alimentos, Cuba redujo en 83 millones de dólares los gastos planificados en el exterior, aunque ese beneficio se diluyó por mayores adquisiciones físicas que se vio obligado a realizar el país para compensar bajas de la producción agropecuaria nacional, según informó el Ministerio de Economía.
El país, que desembolsó el año pasado más de 1.630 millones de dólares para la adquisición de alimentos, prevé elevar la factura a casi 2.000 millones en 2013, fundamentalmente como consecuencia de la tendencia alcista de los precios de esos rubros en el mercado mundial.

Población y viviendas

El año recién concluido aportó datos de valor para conducir la economía y la sociedad cubanas. El Censo de Población y Vivienda, realizado en septiembre, confirmó tendencias demográficas en una sociedad marcada por el envejecimiento, asunto objeto de máxima atención por expertos y funcionarios del más alto nivel.
De acuerdo con el informe preliminar del censo, presentado en diciembre, viven en Cuba 11 millones 163.934 habitantes. El 18,3 por ciento tenía 60 años o más y 18,4 por ciento estaba entre 0 y 15 años.
En el informe presentado a los diputados a fin de año, el Jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos evaluó como muy complejas las dinámicas demográficas del país y anunció la creación de una comisión integrada por ministros para estudiar estrategias. “Cuba es un país envejecido. Ya eso no tiene solución”, afirmó.
Como tres causas del envejecimiento, Murillo citó una reducción de los nacimientos, un aumento de la esperanza de vida –en Cuba ese indicador ascendió a 79,3 años-, y las migraciones. “Nosotros por el saldo neto migratorio, perdemos población”, reconoció.
Las cifras preliminares de la investigación también aportaron datos de interés para un asunto ubicado entre los conflictos materiales más sensibles en Cuba: la disponibilidad de viviendas. El Censo fichó tres millones 931.643 unidades de alojamiento.

Perspectivas del 2013

En línea con la discreta aceleración de la economía a lo largo de los últimos tres años, Cuba se propone un avance ligeramente mayor del PIB en 2013: 3,7 por ciento. También prevé un crecimiento más fuerte de la economía material (5,4 %), frente a la contención del gasto en los servicios sociales básicos (educación, salud pública, asistencia social, cultura y deporte), en niveles similares a los dos años previos.
Comportamientos de interés despiertan las tendencias de algunos sectores económicos. El turismo, por ejemplo, parece empeñado en alcanzar el récord de tres millones de visitantes que no consiguió en 2012. Sumada la industria del ocio a los acuerdos que el sector médico cubano estudia ampliar este año en otros países, profundizarían la transformación del país en una economía de servicios.
En el lado productivo, uno de los casos más pujantes trae el sello farmacéutico y biotecnológico, de más fresca presencia en la cartera de exportaciones de Cuba, mientras una veterana que parecía a punto de desaparecer, la agroindustria azucarera, intenta recuperar el valor estratégico que tuvo en el pasado. En cambio, se han reducido ligeramente las exportaciones de níquel por tropiezos propios.
Pero las noticias de mayor expectación tienen que ver con la anunciada ampliación del proceso de transformaciones en el modelo económico cubano. En 2013 se aceleran medidas que apuntan a concepciones básicas de la administración pública en Cuba. Acorde con los nuevos aires, el presidente Raúl Castro ratificó en diciembre la ambición de pasar “a formas económico-financieras en la conducción de la economía, prescindiendo de los actuales métodos eminentemente administrativos”.
La nueva Ley Tributaria, que entró en vigor en enero, respalda la presencia creciente de actores económicos no estatales y bendice las relaciones entre estos y las entidades del Estado.
A la par de otras medidas de carácter macroeconómico o en el plano comercial, asoman en escena novedades y experimentos que tienen la mirilla sobre uno de los fundamentos esenciales en cualquier modelo y sistema económico: la propiedad. Esos rumbos forzarán más temprano que tarde a una reforma constitucional, expresión del alcance de los cambios.
Las cooperativas dan el primer paso para expandirse hacia la economía no agraria, en otro despliegue de las formas de gestión no estatal, pero más profundo que la expansión de que gozó previamente el trabajo por cuenta propia. Por implicar una propiedad colectiva, las cooperativas plantean retos más altos a la reforma económica y al país.
En el primer trimestre empieza también una transformación experimental ambiciosa, que revisa la manera de entender y organizar la empresa cubana.
A juzgar por las explicaciones que dio Marino Murillo a los diputados en diciembre, las empresas estatales podrían comenzar a tocar un viejo sueño: manejar con independencia sus planes y finanzas, para determinar precios, multiplicar utilidades y emplearlas lo mismo en inversiones productivas que en incrementos del salario de los trabajadores, sin sujeción burocrática a los organismos gubernamentales rectores.
La autonomía en la política salarial sería un paso concreto hacia la solución de uno de los conflictos más lacerantes hoy para quienes trabajan y para una economía que aspira a elevar índices de productividad: el bajo nivel de los ingresos personales provenientes del trabajo en empresas estatales.
Uno de los objetivos del experimento –que comienza en dos fuertes grupos, Azcuba y BioCubafarma, y en la Empresa de Cultivo del Camarón-- es que “las empresas tengan posibilidades de recapitalizarse por sí solas”, sin conducciones superiores ni soportes del Presupuesto del Estado, a fin de cerrar gradualmente las que sean incapaces de salir de un estado de pérdidas.
El ensayo busca, además, una vinculación más orgánica o racional entre las tendencias del mercado mundial y la evolución de las empresas en el escenario económico cubano.
Unido a signos de mayor flexibilidad –como la apertura del sector azucarero a las inversiones extranjeras--, la actualización del modelo económico no promete villas y castillas, pero evidencia un impulso mayor, a pesar de un telón de fondo difícil por la crisis financiera en polos del comercio y la economía mundial importantes para Cuba.
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