"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 15 de enero de 2013

Para los bancos, se desinfla la promesa del mercado chino .

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En junio de 2005, el entonces presidente ejecutivo de Bank of America Corp., Ken Lewis, viajó a Beijing para firmar un acuerdo de US$3.000 millones con el fin de comprar una participación de 9% en uno de los mayores bancos estatales de China. El ejecutivo calificó el negocio como "una inversión de largo plazo".
Según Lewis, el dinero inyectado en China Construction Bank Corp. le hubiera brindado a la entidad estadounidense un trampolín para ingresar a la economía de mayor crecimiento del mundo y una oportunidad para captar a millones de posibles clientes.
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Ken Lewis, de Bank of America, con Guo Shuqing, de China Construction Bank, en 2005.
Lewis formaba parte de un desfile de pesos pesados de la banca internacional que acudieron a China a mediados de la década de 2000 para anunciar inversiones en bancos y aseguradoras locales, alabando las perspectivas de crecimiento y colaboración.
Las instituciones financieras globales invirtieron cerca de US$33.000 millones en los bancos chinos entre 2004 y 2009, según el sitio web de la Comisión de Regulación Bancaria de China.
El pacto con China Construction Bank le generó una jugosa ganancia a Bank of America, pero casi nada más. La institución redujo su participación a cerca de 1% en noviembre de 2011.
Otras entidades se han topado con obstáculos similares en China. Algunos de los mayores nombres de las finanzas globales, desde HSBC Holdings PLC hasta Goldman Sachs Group Inc., se han estado desprendiendo de sus inversiones en medio de nuevas y más estrictas reglas de capital y una sensación generalizada de que las inversiones en China no cumplieron lo que ofrecían: entrar a un mercado lucrativo y prometedor.
"Los bancos quedan atados a inversiones que no son muy útiles desde el punto de vista estratégico", afirmó Derek Ovington, director regional de investigación de bancos de Asia-Pacífico para CLSA.
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Las firmas globales vendieron cerca de US$44.000 millones en acciones de entidades financieras asiáticas a inversionistas institucionales u otros compradores estratégicos, un alza frente a los US$32.700 millones de 2011, según la proveedora de datos Dealogic. El repliegue ha cobrado fuerza a medida que una serie de nuevas regulaciones, incluyendo las normas de capital conocidas como Basilea III, encarecen los costos de tener participaciones minoritarias en instituciones financieras.
El acuerdo de Basilea III sobre estándares internacionales de capital estipula que si la suma de las inversiones minoritarias de un banco en otras entidades financieras excede 10% de su capital básico, entonces el monto que supera ese umbral debe ser restado de su propio capital. Además, si un banco posee más de 10% de otra institución financiera, entonces hasta un total de 100% de esa inversión puede ser restada de su capital básico, según la interpretación de abogados y banqueros.
El acuerdo más reciente en afrontar problemas es también uno de los más grandes y enredados: la participación de 15,57% de HSBC en Ping An Insurance (Group) Co. La participación iba a ser adquirida por el conglomerado tailandés Charoen Pokphand Group por US$9.390 millones. El acuerdo ahora naufraga luego de que los reguladores chinos solicitaran más información por temor a que otros inversionistas también estén ayudando a financiar el negocio, lo que podría violar las leyes chinas de seguros.
El pacto de HSBC ilustra lo que salió mal en las incursiones de las compañías extranjeras en el mercado chino de servicios financieros. El banco británico pretendía explotar la inmensa red de agentes de Ping An para promocionar la venta de sus productos de gestión de patrimonio a los clientes chinos, dicen analistas y fuentes cercanas. Al equipo de gestión de Ping An, sin embargo, no le gustó nada la idea de ser un engranaje pequeño en la red de HSBC y trabajó para ofrecer los mismos productos bajo su marca, explicó una fuente cercana. Durante los 10 años que mantuvo la participación en Ping An, HSBC realizó relativamente pocos proyectos con la aseguradora.
En el lado positivo, el precio de venta de la participación de HSBC en Ping An es seis veces mayor a lo que pagó por ella. HSBC dijo que obtendría una ganancia de unos US$2.600 millones.
Otras transacciones, como las ventas sucesivas de la participación de Goldman Sachs en el Industrial and Commercial Bank of China Ltd., tuvieron efectos parecidos.
Con todo, algunos bancos mantienen sus inversiones en instituciones chinas. La misma HSBC conserva una participación de 19% en Bank of Communications Co., la quinta institución de China por activos. CaixaBank, de España, tiene un 16,1% del Bank of East Asia Ltd., de Hong Kong, mientras que Deutsche Bank AG controla 19,99% de Hua Xia Bank Co., una institución de tamaño mediano.
Muchos bancos europeos resaltan que no tienen ninguna intención de vender debido al crecimiento de China. El banco francés BNP Paribas SA incluso adquirió en diciembre un 2% adicional de Bank of Nanjing Co., que se suma a su participación de 12,7%.
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