"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 30 de abril de 2013

La Empresa Abierta. Nuevos modos de gestión

Por Juan Sobejano



Nadie duda de que estemos en un entorno en constante cambio, de que la modernidad dura ya sólo un instante y de que lo único que permanece es la transformación. Aparecen nuevas herramientas, nuevos modos de relación, nuevas formas de negocio, nuevas maneras de acceder al beneficio. Ante eso la empresa se ve en la necesidad de responder adaptándose al medio, a un modo de etología empresarial de la supervivencia, que en cambio genera en muchas ocasiones resultados brillantes y evoluciones realmente fascinantes.
 
Es el caso de la Empresa Abierta (EA) un enfoque de gestión que se reconoce hijo del presente y, por lo tanto, dispuesto a dar contestación a todos los desafíos que nacen de las cambios mencionados y otros sin mencionar. En realidad la EA no es un modelo de gestión, es más bien una filosofía, un prototipo no replicable, sino interpretable, que cada empresa desarrolla a su manera pero siguiendo una serie de principios más o menos válidos y para nada dogmáticos.
Estos principios pueden ser más o menos los siguientes (ya digo que la EA asume como natural el cambio y la evolución, no hay dogmatismos):
-Organización fluida y adaptable. Capaz de responder de manera natural a los cambios que se generan en el entorno.
-Con sistema de gestión transparente. Que permite la participación de más recursos en el diseño y ejecución de proyectos.
-La información fluye multidireccional. Enriqueciendo a toda la organización, que a su vez enriquece ese flujo de información.
-Interesada por las TIC. Como herramientas naturales de gestión y mejora de comunicación.
-Con herramientas de gestión de código abierto. Más adaptables, con mejor capacidad de respuesta a las necesidades de la empresa.
Por supuesto no todos estos puntos tienen la misma importancia. Tampoco tienen el mismo impacto en la organización. No genera el mismo cambio el uso de herramientas de código abierto que la asunción de una gestión transparente.
Si hubiera que buscar una definición para EA ésta podría ser algo como: Corriente de gestión que busca aprovechar las ventajas de los nuevos entornos colaborativos utilizando la información de manera horizontal y centrando el valor en las personas. Sí, lo sé, puede que siga siendo una definición poco precisa, pero tal vez sea esta una de las ventajas de la EA, que acepta muchas visiones bajo su manto. De todos modos vamos a reflexionar un poco sobre la definición.
Corriente de gestión. Como digo, hay muchos caminos para llegar a la EA. No estoy hablando de una metodología cerrada o de un club exclusivo, la EA basa sus principios en la libertad de elección (bajo unos criterios mínimos) lo que permite a cada organización encontrar su camino. No hay un modelo a seguir de modo que pueda haber empresas incapaces de alcanzarlo, la EA es adaptable a cualquier tipo de organizaciones y desde cualquier punto de salida.
Esto hace que en cierto modo sea complicado definir claramente a una empresa como EA. Hoy en día prácticamente todas las empresas tienen elementos de esta corriente. Posiblemente el más habitual sea la búsqueda natural de información fuera de los límites tradicionales de la empresa.
Nuevos entornos colaborativos. Las nuevas tecnologías de la comunicación están permitiendo el desarrollo de nuevas maneras de relación, fundamentalmente a partir de la potenciación de modos distintos de distribuir y usar la información. Estamos cambiando el valor de la información, que ya no es importante en cuanto que se posee, sino en cuanto que se usa. En este sentido las empresas han dejado (o han de dejar) de dar importancia a la protección de determinado tipo de conocimiento e información, y apuestan por ser relevantes en su uso. Las empresas y los proyectos son relevantes por el modo en que son capaces de transformar las ideas en productos o servicios atractivos para el mercado, por el modo de relacionarse con ese entorno. Decía Steve Jobs que “la creatividad simplemente consiste en conectar cosas”. Apple, que no es un ejemplo de EA, sí ha sabido comprender que más que la innovación tecnológica, lo que hace relevante a una empresa es el uso de esa tecnología, es decir, la combinación que se hace de la información que lleva implícita esa tecnología.

El enfoque colaborativo es clave porque implica la necesidad de que las EA no sean tan exigentes a la hora de definir sus límites, las fronteras de lo que son o no son ellas. De hecho muchas empresas que se pueden considerar Abiertas no serían capaces de señalar, desde un punto de vista funcional, cuáles son los integrantes de la organización y cuáles no. Un ejemplo muy claro es el de KaBoom!, empresa norteamericana de creación de parques infantiles que se une a la comunidad local para desarrollar sus acciones y construir los centros de ocio. KaBoom! les ofrece el know-how y si es necesaria la dirección del proyecto, siendo los vecinos de la comunidad los que construyen los parques en una acción comunitaria. Los costes del parque se cubren gracias a las donaciones vecinales y posibles esponsorizaciones, mientras que los ingresos de KaBoom! vienen fundamentalmente a través de fundaciones. Muchos actores y con relaciones no habituales.
Esta indefinición de los límites es importante puesto que condiciona toda la gestión de la empresa. Partners externos participan así de manera natural en la gestión diaria, ya sea en proyectos concretos o en el día a día, pudiendo amplificar otro de los elementos clave y muy interiorizado en este tipo de empresas, la Innovación Abierta. No voy a profundizar aquí en el tema de la Innovación Abierta, pero sin duda se está convirtiendo en un importante recurso para potenciar la capacidad de innovación de las empresas a través de la creación de redes de colaboración más o menos estables.
Los entornos colaborativos dentro de las Empresas Abiertas permiten tener una mayor capacidad de adaptación a los cambios que se generan y requieren de un tipo de organización más fluida y transparente.
Utilizando la información de manera horizontal. Es decir, dándole valor a la información y desarrollando estrategias de comunicación que permitan la difusión del conocimiento por toda la organización. La información pasa en muchos casos a ser la materia prima de este tipo de empresas, que entienden que, como he dicho antes, el valor de dicha información no está en su posesión, sino en su uso. Sir Ken Robinson tiene una frase que siempre que puedo repito: “no permitas que te roben las ideas, regálalas”. Esta capacidad para comprender dónde está la verdadera importancia de la información no abunda tanto como fuera deseable.
El desarrollo de estos modelos de trasmisión de la información se hace de la mano de estructuras en red, no piramidales, de modo que se genera de manera natural una relación P2P entre los distintos miembros de la organización, no importa el rango, y lo que es posiblemente más importante, entre la organización y agentes externos, ya sean estos Partners o incluso competencia (a través de estrategias de coopetición). Ver por su interés El Modo de Producción P2P.
Centrando el valor en las personas. La EA comprende que su principal activo es la persona que trabaja en la organización. Al igual que la información es la materia prima fundamental, las personas son los nodos naturales que hacen posible que esa información tenga valor para la empresa. El diseño, de manera consciente o inconsciente, de una estructura en red no hace sino potenciar la importancia de esas personas, que se convierten en los gestores de la materia prima de la empresa. La organización ha de facilitar, por tanto, canales de comunicación que mejoren el impacto de la información en la organización.
La gestión del error se convierte en un elemento clave. Las personas se equivocan, es un hecho, y la mejor manera de no hacer de ello una debilidad es sacar la mayor información posible de cada error. Equivocarse no está mal si somos capaces de aprender y mejorar. El modelo tradicional de castigo al error no sólo limita la acción (por la parálisis que genera en los trabajadores), sino que también disminuye la capacidad de conocimiento de la organización. La EA asume el error como natural y aprende de él.
Pero las personas no sólo tienen un valor instrumental, sino que también son el fin de este tipo de empresas (personas, no clientes). Sin llegar a ser Empresas B, sí buscan una respuesta a la relación empresa-trabajador que vaya más allá de la mera relación contractual y el intercambio comercial. La EA entiende que ella está formada por personas, pero que también el mercado lo son, al fin y al cabo “los mercados son conversaciones”. De este modo el objetivo inmediato no son los beneficios económicos, sino un beneficio para las personas, que de este modo se convierten en clientes, clientes que están dispuestos a pagar por ese beneficio y generan a su vez beneficios para las empresas. Es decir, el enfoque es intercambiar beneficio, valor, no generar una relación puramente comercial. Al final se consigue romper la sensación de estar en un mercado de suma cero en el que recibes lo que pagas, de modo que la persona que da un valor monetario siempre tiene la sensación de recibir más que el precio que ha debido pagar.
A través del siguiente gráfico, gracias a Julen Iturbe, podemos ver las conexiones que se generan en torno al concepto de Empresa Abierta.
Hay varios puntos que creo que son interesantes en este gráfico. Por un lado la importancia de la web social. Los medios sociales actúan en este modelo de empresa como catalizadores, en muchos casos, del cambio. Como dice el propio Julen, son un Caballo de Troya que generan cambios internos en la forma de acceder y distribuir el conocimiento. Éste se diluye y permeabiliza las fronteras clásicas de la empresa sumando recursos tanto intelectuales como humanos.
En un trabajo del año pasado la Escuela de Organización Industrial (EOI) estudió varios casos de empresas que se podían definir como de filosofía abierta. Como se ve en el estudio no hay un modelo que se mimetice, sino que, como dije al principio, cada empresa busca su camino hacia este modelo. De hecho es muy posible que ninguna de las empresas estudiadas fuera consciente de que su modelo de empresa se podía definir como EA, lo que muestra hasta qué punto la EA es un desarrollo natural y en muchos casos lógico dentro del entorno en el que vivimos.
En definitiva, la EA no hace sino tratar de aprovechar todo el potencial y herramientas que le ofrece la sociedad actual, autodefiniéndose en un contexto menos dogmático y más abierto a cambios en un estado de beta permanente. Son empresas para las que el cambio es un valor a proteger y no un riesgo que hay que evitar.

lunes, 29 de abril de 2013

El heredero de Thatcher en EE UU

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Por: Paul Krugman Premio Nobel de Economia

Como señalaba Bruce Bartlett, un antiguo asesor político del presidente Ronald Reagan, en un comentario en The New York Times en 2011, la Margaret Thatcher que los conservadores estadounidenses admiran se asemeja poco a la difunta primera ministra británica del mismo nombre.
En concreto, Thatcher apenas hizo nada para reducir el estado de bienestar británico (aunque sí que hizo una chapuza con las pensiones de jubilación). Lo que hizo fue redistribuir el peso de los impuestos en sentido descendente y rebajó los tipos impositivo más altos a la vez que aumentó los impuestos al consumo, que representan una carga mayor para quienes tienen rentas bajas. La caída de Thatcher se debió en parte al impuesto de capitación, un impuesto radicalmente retrógrado –la misma cantidad para todos, independientemente de la renta- que fue demasiado incluso para su propio partido.
Bobby Jindal


Y eso significa que su heredero más fiel en Estados Unidos es... Bobby Jindal, el no tan prodigioso gobernador prodigio de Luisiana, quien hace poco ha propuesto abolir el impuesto sobre la renta de su estado y sustituirlo por impuestos sobre las ventas.
A Grover Norquist, el analista conservador, le ha encantado. Según un artículo reciente publicado en Talking Points Memo: “Grover Norquist, el líder intelectual del grupo anti-impuestos de Washington, ha elogiado el plan de Jindal calificándolo de la reforma tributaria estatal más audaz y beneficiosa para el crecimiento de la historia de EE UU. Señalaba que era especialmente importante porque, con Obama dispuesto a vetar cualquier cosa que se parezca al presupuesto de los republicanos de la Cámara durante los próximos años, Louisiana podría ser la mejor oportunidad que tenga el Partido Republicano de exponer sus ideas tributarias a escala estatal”.
“Los medios de comunicación nacionales y la gente del corredor Acela [entre Washington y Boston] siguen centrándose en las disputas internas de Washington, pero pueden aprender lo que es una verdadera reforma tributaria si se fijan en Luisiana’, decía Norquist”.
Pero, curiosamente, no son solo quienes viajan en el expreso Acela los que detestan esta idea; lo mismo pasa con los ciudadanos de Luisiana, que la desaprueban en un 63 %, frente al 27 %. El índice de aprobación del propio Jindal ha bajado, de modo que también está viviendo su momento de la verdad gracias al impuesto de capitación.
En cualquier caso, si los republicanos de manera más general decidiesen emular la verdadera trayectoria de Thatcher, estoy seguro de que los demócratas estarían encantados.
© 2013 The New York Times
Traducción de News Clips.

domingo, 28 de abril de 2013

Prácticas ancestrales de crianza de agua, como una estrategia para adaptarnos al cambio climático

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Por Por Kashyapa A. S. Yapa
¿Por qué hablamos de crianza de agua? No hay vida sin agua. Hemos de poder sobrevivir un tiempo largo sin comida, pero sin agua, no podemos. Este líquido vital constituye más de la mitad del cuerpo humano. Podemos decir, entonces, que la yaku mama (madre agua) nos cría. Si es así, en tiempos de escasez, ¿por qué no intentemos criar el agua?
En este clima cambiante, debemos prepararnos para carencias de agua en muchas regiones del mundo, porque el calentamiento gradual del aire obliga a todos los seres vivos (humanos, animales y plantas) que consuma más agua. También habrá mayor evaporación desde la tierra y el agua. Por el otro lado, la deforestación acelerada en las últimas décadas ha desnudado y compactado el suelo, reduciendo la infiltración de la escorrentía, y por ende, la recarga de los acuíferos. La grave contaminación del agua, por las actividades industriales, mineras, agrícolas y urbanas, empeora la situación y nos queda, cada vez, menos agua para el consumo.
Infiltración es nula en zonas densamente urbanizadas (La Paz, Bolivia)
La escorrentía lleva los desechos mineros a los ríos (Llallagua, Bolivia)
¿Por qué hablamos de crianza de agua? No hay vida sin agua. Hemos de poder sobrevivir un tiempo largo sin comida, pero sin agua, no podemos. Este líquido vital constituye más de la mitad del cuerpo humano. Podemos decir, entonces, que la yaku mama (madre agua) nos cría. Si es así, en tiempos de escasez, ¿por qué no intentemos criar el agua?
Nuestros antepasados respetaban y veneraban la naturaleza, más que nosotros hoy, porque dependían directamente de ella para el suministro de agua. Ellos integraban la crianza de agua a su convivencia comunitaria, sin esperar apoyos externos. Ejecutaban estas actividades empleando los materiales locales, y fuerzas físicas y mentales propias, individuales y colectivas. Así mismo, hoy, nosotros debemos enfrentar esta crisis climática solos, porque todo el mundo estará afectado y no aparecerá ningún rescatista.
Por eso proponemos las prácticas ancestrales de crianza de agua como la mejor herramienta para adaptarnos a las carencias de agua que se avecinan. No podemos decir que cada tecnología ancestral funcionó dondequiera y cuandoquiera: sin embargo, hemos heredado las prácticas más adecuadas para cada región. Estas incluyen técnicas para: pronosticar el clima; procurar agua en sequías; cosechar agua de lluvia; captar agua subterránea; consumir con cuidado el agua captada; y convivir con agua en exceso.
¿Como los campesinos pronostican el clima?
Los científicos enfrentan muchas dificultades en pronosticar el clima para zonas rurales por la falta de datos históricos y continuos. Sin embargo, muchos campesinos mayores logran predecir correctamente cuándo caerá la lluvia en su zona y cuánto. Ellos desarrollaron estas habilidades mediante observaciones minuciosas, en fechas específicas, del mundo a su alrededor: cuerpos celestiales, eventos meteorológicos, animales y plantas. A base de sus experiencias, pesan las indicaciones consistentes contra las ambiguas para formar pronósticos iníciales, y los confirman sólo después de observar eventos similares en otras fechas correspondientes.
El halo solar indicaría noches heladas alrededor del volcán Cotopaxi, Ecuador (Cortesía de: Marco Martinez)
Tales pronósticos, como lo que dicen los colores de rocas en el río Walawe de Sri Lanka (Uragoda 2000), o los eventos meteorológicos en el día de San Juan alrededor de Lago Titicaca-Perú (Chuyma Aru 2007), siempre dependen del clima del pasado, y se pueden equivocar durante un clima cambiante. Por eso, nuestra tarea es aprender cómo y por qué esos indicadores se relacionan con el clima, y desarrollar una nueva base de conocimientos conectando esos indicadores con el clima actual.
¿Cómo conseguimos agua en una sequía?
Nuestros antepasados se comunicaron con la naturaleza mediante rituales: para agradecerle por un bien hecho; solicitarle ayuda; o para reclamarle por no colaborar. En los rituales que solicitan lluvia, utilizan regularmente: la voz alta de los niños (Cachiguango y Pontón 2010) o de los animales (ranas, borregos); objetos simbólicos (plumas a representar el viento, turquesa para el agua, etc.); sacrificios; o pagamentos. Aún hoy, en India, se llaman a la lluvia realizando matrimonios entre ranas, mientras en Indonesia, por el mismo fin, voluntarios soportan dolorosos flagelases de caña rattan. Tales rituales, si se realizan con buena fe buscando armonizar la sociedad con la naturaleza, sí lograrán resultados. Pero si se acuerda de la naturaleza solo cuando necesita un beneficio puntual, no debe sorprenderse por sus oídos sordos.
Los antiguos pobladores andinos de la árida costa Pacífica lograron captar el vapor de agua que trae su densa niebla, mediante cortinas de árboles en las lomas costeras, y algunos de estos sistemas aún funcionan hoy. Donde ya no hay, primero debemos restablecer vegetación, tal vez captando agua mediante mallas artificiales, levantadas contra el viento. También podemos captar agua pura, de una poza contaminada, condensando su vapor en un ambiente cerrado. Usando la energía solar para su evaporación, como en las salineras antiguas, se puede sobrevivir una emergencia con esa poca agua que capta. Antes, la gente manipulaba las nubes para convertir el granizo a lluvia: en Europa se disparaban cañones; en el altiplano andino, hasta ahora, se emplean cadenas de fogatas de humo negro. Ahora, los adinerados tratan forzar a la lluvia colocando químicos sobre las nubes por medio de cohetes o aviones. Su efectividad dudosa, el alto costo y las graves consecuencias socio-ambientales (Morrison 2009) han frenado el avance de esta práctica.
Captar el agua de lluvia y de escorrentía
Captar y almacenar el agua de lluvia no requiere tecnologías sofisticadas, sino una buena planificación. Las ciudades antiguas recogían agua lluvia en casas individuales (Evanari et al. 1982) y en plazas públicas (Matheny 1982) porque evitaban la dependencia en suministros externos de agua, que eran costosos y propensos a ataques enemigos. Los citadinos modernos también pueden usar agua lluvia para reducir el consumo del suministro municipal, por lo menos para lavar y regar los jardines. Algunas ciudades, como Portland-EEUU., ofrecen incentivos a sus clientes por reducir la escorrentía que ingresa a su alcantarillado desde cada predio, porque eso rebaja el costo de tratamiento de aguas negras.
La escorrentía del campo se puede interceptar con canales y almacenar en reservorios. Sin embargo, infiltrarla en el mismo campo de cultivo resulta mejor porque evita la erosión también. Los agricultores Hopi y Zuni de los EEUU lo hacen simplemente con hileras de piedras o ramas colocadas en curvas de nivel. En pendientes fuertes, estas trampas podemos reforzar con terrazas, zanjas o pequeños diques.
Antiguos reservorios pequeños en escalinata, construidos sobre los riachuelos de Mau Ara, Río Walawe, Sri Lanka
Antiguos reservorios pequeños en escalinata, construidos sobre los riachuelos de Mau Ara, Río Walawe, Sri Lanka
Captar la escorrentía de un río y almacenarla detrás de un dique alto sí necesita conocimientos tecnológicos avanzados porque la descarga de esa agua, bajo algunos metros de presión, puede socavar el mismo dique, si no tiene un buen control. Los ingenieros de Sri Lanka, desde hace 2000 años, usaron un pozo robusto (Bisokotuwa)
construido de bloques de piedras (como se observa en el de Bhu Wewa-Polonnaruwa arriba; Izq: vista frontal, Der: plano) para desfogar agua de estos reservorios, y tal vez ocupaban una compuerta de tipo corcho para controlar su caudal.
Sin embargo, en áreas rurales, ellos usaron un mecanismo que los agricultores lograban manejar fácilmente: construyeron muchos pequeños reservorios en escalinata sobre cada quebrada, en vez de instalar uno grande sobre el río principal.
Aguas subterráneas
Los agricultores antiguos de la península de Santa Elena-Ecuador también atraparon la escorrentía en miles de pequeños reservorios (albarradas) en las cabeceras de microcuencas. Sin embargo, su idea no era almacenar superficialmente esa agua en esta zona semiárida; casi todas las albarradas fueron ubicadas sobre una formación de roca porosa, con el fin de recargar los manantiales aguas abajo, para sobrevivir las sequías prolongadas (Marcos 2004).
Un pozo de limpieza en puquio Cantalloc en Nazca, Perú
Donde los manantiales no descargan caudales suficientes, nuestros antepasados agujerearon las montañas bien adentro para captar más agua de los acuíferos, y la traían a la luz bajo gravedad. Estas galerías de filtración se conocen como qanat en el Medio Oriente o puquios en Nazca-Perú. Las famosas ‘Líneas de Nazca’, según una hipótesis, siguen las numerosas fallas geológicas de la zona y así señalan posibles fuentes de agua subterránea en este desierto extremo (Proulx 2008?).
Los ingenieros incaicos de Cuzco-Perú captaron el agua subterránea y la almacenaron allí mismo, mediante muros tipo terrazas de banco, construidos entre dos filos de rocas impermeables que delinean una quebrada intermitente. Así entregaban aguas limpias, con caudales firmes y suficientes, para el consumo humano o para regadío (Fairley 2003). Hoy, una técnica similar se emplea en el semiárido noreste de Brasil, construyendo muros tipo cortinas sumergidas en el lecho de quebradas intermitentes (UNEP 1997). Si incorporamos una galería de filtración aguas arriba de un muro de estos, será fácil extraer esa agua y realizar el mantenimiento.
Huachaque Grande, un campo hundido en Chanchan, Trujillo, Perú
En vez de traer el agua subterránea a la superficie de riego, como lo hacen normalmente, ¡algunos agricultores antiguos decidieron bajar el piso de cultivo! Algunos de estos campos hundidos en la costa peruana fueron cultivados continuamente (Schjellerup 2009) por lo menos desde el reino Chimú (1300 d.C.), cuando estos llegaron a su apogeo, por el riego a propósito de los campos aguas arriba.
Cómo aprovechar mejor el agua captada
Primero, debemos reducir el consumo y eliminar fugas en el sistema de suministro. Para reducir el consumo humano, sin sacrificar las comodidades modernas, podemos usar inodoros de poco volumen, urinarios para hombres o letrinas secas. En el campo, se puede optar por cultivos que consuman poca agua, sin perder la rentabilidad, como demostraron los agricultores de sureste de Turquía, quienes cambiaron el algodón por azafrán (Drynet 2008?). Las fugas de agua en la conducción y en el almacenamiento se pueden reducir usando tubería y/o revestimientos. Pero para eliminar el desperdicio de agua en la distribución, especialmente en el regadío, se requiere un análisis detallado de: tipo de semilla, calendario agrícola, suelo, clima y modo de regadío. También se puede reducir la necesidad de riegos frecuentes minimizando la pérdida de humedad del suelo, mediante el uso de cortinas rompeviento, cubiertas del suelo, abono orgánico, etc.
Segundo, no contaminemos innecesariamente el agua para poder reciclarla. Con el reciclaje de aguas grises en una casa urbana, ganaría el dueño y también el municipio. En zonas urbano-marginales y rurales, será más económico a largo plazo, si logramos reciclar el componente líquido del tanque séptico también. En las fincas, se puede producir biogás con la descarga de los establos (Pedraza et al. 2002), que acelera el proceso de compostaje de los sólidos y también permite reciclar el líquido.
Canals que unen los bajos con el río, depresión Momposina , Colombia (Plazas et al. 1993)
¿Qué hacemos si llueve demás?
Cuando estamos preocupados en captar cada gota de agua para sobrevivir a una sequía, una inundación repentina puede destruir todo. La sumisión de las sociedades modernas al acceso terrestre, aún en zonas anegables, nos hace muy vulnerable. En cambio, en esas zonas, nuestros antepasados desarrollaron ‘civilizaciones acuáticas’. Enormes planicies bajas de Colombia (Depresión Momposina), Ecuador (bajo Guayas) y Bolivia (Mojos), fueron más prosperas y más pobladas siglos atrás que hoy.
Los proyectos modernos de ‘control de inundación’, en cambio, desplazan pueblos enteros, diezman la vida acuática, propagan enfermedades y quitan nutrientes a los campos de cultivo. Lo peor es que, cuando sus estructuras ya no soportan las crecientes, ¡inundan los mismos ‘terrenos protegidos’ más que antes! Estos proyectos fracasan porque para muchos ríos no existen datos confiables sobre las lluvias, caudales ni sedimentos, pero los técnicos inventan valores para justificar las promesas politiqueras. No tener un monitoreo de la cuenca alta y un mantenimiento riguroso de las estructuras de control empeoran esta situación. Así se hace agua la actitud moderna de ‘conquistar la naturaleza’ mediante represas.
Lluvias intensas erosionan el suelo cultivable, pero se la puede frenar con terrazas, zanjas, diques e hileras de árboles. Los deslaves ocurren muchas veces por la acumulación interna de las aguas subterráneas. Se debe preparar pasajes flexibles dentro de la masa móvil para su desfogue (Rivera y Sinisterra 2006). Después, sembrando árboles de rápido crecimiento y de raíces profundas ayuda a estabilizar un deslave. El riesgo a los cultivos por anegamiento siempre requiere mayor atención (remedio: elevar las camas) que por una sequía (remedio: ahondar las camas para captar más humedad), porque las inundaciones ocurren más rápido y causan más daños.
Adaptémonos al clima cambiante
El clima actual nos exige que seamos investigadores de campo: autosuficientes, inquisitivos y prácticos. Los títulos académicos no nos han de servir mucho, pero sí cualquier tipo de capacitación previa en el campo. Convivir con la escasez (o el exceso) de agua es el reto más importante en este escenario. Cuando confrontamos un problema, no debemos descartar cualquier idea loca que nos ocurra (esperemos que este artículo germine más de ellas) hasta que la probamos en el campo. Será la mejor forma de homenajear a esos excelentes ingenieros del campo –nuestros antepasados. EcoPortal.net
(El artículo es un aperitivo sobre este tema. Con el apoyo de PNUD/ SNGR - Ecuador, hemos preparado para la divulgación gratuita el documento completo como UNA GUIA DE CAMPO y un documento complementario MEMORIAS DEL TALLER DEL INTERCAMBIO ENTRE CAMPESINOS. Gracias al apoyo de un querido amigo Colombiano, Germán Bustos, ustedes pueden descargar estos libros desde su sitio web: http://germanbustos.com/Libros-Crianza-del-Agua.)
Bibliografía:
  1. Cachiguango, Luis Enrique “Katsa” y Julián Pontón (2010) “Yaku-Mama: La crianza del agua– la música ritual del Hatun Puncha Inti Raymi en Kotama, Otavalo” Ministerio de Cultura, Ecuador, junio.
  2. CHUYMA ARU (2007) “Señas y secretos de crianza de la vida” Asociación Chuyma de Apoyo Rural, Puno, Perú.
  3. Drynet (2008?) “Flores de azafrán y jardines sumergidos”, http://www.dry-net.org/uploaded_files/109.pdf
  4. Evanari, Michael, Leslie Shanan y Naphtali Tadmor (1982) “The Negev: the challenge of a desert” 2nd ed., Harvard U Press, Cambridge.
  5. Fairley Jr., Jerry P. (2003) “Geologic water storage in pre-Columbian Peru”, Latin American Antiquity 14(2): 193-206.
  6. Marcos, Jorge G. (2004) “Las Albarradas en la Costa del Ecuador: Rescate del conocimiento ancestral del manejo de la biodiversidad”, Coordinador, CEAA/ESPOL, Guayaquil, Ecuador.
  7. Matheny, Raymond T (1982) “Ancient lowland and highland maya water and soil conservation strategies”, en ‘Maya Subsistence’, Ed. Kent V Flannery, Academic Press, NY, pp 157-178.
  8. Morrison, Anthony E. et al (2009) “On the analysis of a cloud seeding dataset over Tasmania”, Journal of Applied Meteorology and Climatology, 48: 1267–1280.
  9. Pedraza, Gloria, Julian Chará, Natalia Conde, Sandra Giraldo y Lina Paola Giraldo (2002) “Evaluación de los biodigestores en geomembrana (PVC) y plástico de invernadero en clima medio para el tratamiento de aguas residuales de origen porcino” Livestock Research for Rural Development: vol 14, #1, Feb. http://www.lrrd.org/lrrd14/1/Pedr141.htm
  10. Plazas, Clemencia, Ana María Falchetti, Juanita Sáenz Samper y Sonia Archila (1993) “La sociedad hidráulica Zenu” Museo del Oro, Banco de la República, Santa Fe de Bogotá, Colombia.
  11. Proulx, Donald A. (2008?) “Nasca Puquios and Aqueducts” http://www-unix.oit.umass.edu/~proulx
  12. Rivera J. H. y Sinisterra J. A. (2006) “Uso Social de la Bioingeniería para el Control de la Erosión Severa”, CIPAV, Cali, Colombia. www.cipav.org.co
  13. Schjellerup, Inge R. (2009) “Sunken fields in the desert of Peru” The Egyptian journal of environmental change, vol 1:1, pp 25-33, Oct.http://www.envegypt.com/EJEC/uploads/30.pdf
  14. Uragoda, C. G. (2000) “Traditions of Sri Lanka”, Vishva Lekha, Ratmalana, Sri Lanka.
UNEP -United Nations Environmental Program (1997) “Source Book of Alternative Technologies for Freshwater Augmentation in Latin America and the Caribbean”, International Environmental Technology Center, Osaka, Japan. http://www.unep.or.jp/ietc/Publications/techpublications/TechPub-8c/
Riobamba, Ecuador .

sábado, 27 de abril de 2013

La Zafra de los diez millones: una mirada retrospectiva

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(Panel efectuado en el Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, el 29 de julio de 2010).

Participantes:
Selma Díaz. Arquitecta.
Julio A. Díaz Vázquez. Profesor consultante. Centro de Investigaciones de la Economía Internacional (CIEI).
Juan Valdés Paz. Sociólogo.

Juan Valdés Paz: El debate de hoy estará dedicado a la Zafra de los diez millones, de 1970. La pregunta con la que quisiéramos iniciar el panel es cuáles fueron las premisas internacionales, económicas y políticas, de la estrategia azucarera de los diez millones, no solo del acontecimiento en sí, sino de aquellos sucesos que cierran un ciclo relevante de la historia de la Revolución.

Selma Díaz: Voy a referir más a la historia porque para los que, en Cuba, trabajábamos en la planificación física, la Zafra de los diez millones empezó en el año 63. En 1960 se creó el Departamento de Planificación Física del Ministerio de Obras Públicas para localizar las obras incluidas en el plan de ese ministerio. A fines de ese año nuestro trabajo se enriqueció porque las Fuerzas Armadas decidieron asumir Cartografía, y Catastro se quedó sin soporte institucional. Planificación Física lo asumió y les orientamos a los investigadores —que estaban distribuidos territorialmente— priorizar el levantamiento de todas las tierras estatales. Cuando tuvimos los primeros planos comprendimos los serios problemas organizativos existentes porque, a partir de su creación, el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) había decidido que con la caña organizaba agrupaciones cañeras; y con las tierras dedicadas a otras producciones se creaban granjas del pueblo. En 1962, Carlos Rafael Rodríguez, asumió la dirección del INRA. Nuestro director se reunió con él y le informó la caótica situación territorial que tenía la organización de las tierras del Estado. Este decidió crear la Comisión para la Reestructuración de las tierras del Estado integrada por el INRA y Planificación Física. Cuando comenzamos esta tarea nos dimos cuenta de que todos los organismos, al asumir las funciones que habían sido actividades privadas, tenían problemas, por lo que cada organismo estatal se estaba organizando en regiones. De hecho había comenzado una división político-administrativa en la que desaparecieron los municipios. Por ejemplo, Oriente era demasiado grande y no había quien dirigiera como una provincia una región que representaba 33% del país.
Al mismo tiempo, cuando el Che Guevara asume el Ministerio de Industrias solicita a la Dirección de Planificación Física un estudio sobre las ciudades que podrían ser depositarias de inversiones industriales y la Dirección de Planes Urbanos escoge veinte que, por ser centros regionales, podrían asumir esta función e inicia sus planes directores.
Desde 1961, yo era la directora de Planes Regionales, y, por lo tanto, me tocaba atender los problemas relacionados con la agricultura.
En 1963, el presidente Osvaldo Dorticós asumió la dirección de la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN). Entonces le solicitó ayuda al Che para trasladar a la Junta a su ayudante chileno, el economista Jaime Barrios, quien pasó a atender el plan azucarero en ese organismo. Le pedimos a Jaime trabajar con la Empresa Consolidada del Azúcar (ECA) porque solo así podíamos compatibilizar las capacidades de cada central con las tierras sembradas de caña disponibles, o posibles, dentro de su determinada área geográfica.
Desde 1960, el Che había invitado como asesor al economista marxista más importante de aquel momento, el francés Charles Bethelheim, quien, en 1961, trabajó en un plan perspectivo (1962-1965), sobre una base elaborada por un economista checo.
Bethelheim visitó Planificación Física en 1962; le mostramos todos los balances territoriales hechos a partir de los inventarios recopilados en el país; él se percató de que teníamos una información única y, por lo tanto, habló muy bien de nuestro trabajo en los informes que emitió a todos los dirigentes del país.
A su vez, Jaime Barrios nos puso en contacto con la ECA. Y así, conjuntamente en cada territorio, empezamos a trabajar en los planes de los ciento cincuenta y cuatro centrales, en función de estudiar cuáles eran las posibilidades, de acuerdo con las capacidades instaladas que teníamos en el país. Casi terminábamos el trabajo cuando se produjo una situación particular. Para ilustrarla mejor leeré un fragmento de una carta que le escribí a Bethelheim en marzo del 64:
Nos hemos reunido varias veces con Jaime Barrios; la última vez vino acompañado de los técnicos de la ECA que lo ayudan en la confección del plan azucarero; después que estuvo terminado vivimos algunos días de júbilo —el plan azucarero, ¿no?—, nunca antes habíamos hecho algo mejor. Fidel estuvo en la URSS y solucionó lo único que faltaba, es decir, la seguridad de venderla a un precio de seis centavos hasta el año 70. ¿Cuál era el próximo paso, en nuestra opinión?: concretar aquellas directivas generales en ciento cincuenta y cuatro planes azucareros, uno por cada central. ¿Qué ha ocurrido? Como siempre, se ha pensado que si éramos capaces de producir nueve millones de toneladas en el 70, por qué no diez en el 68. Y ahora la comisión ensaya rectificar el plan para ajustarlo a las nuevas metas, con la convicción de que no podrán hacerlo. El INRA ensaya cumplir sus planes de siembra también con la convicción que no podrán cumplirlo, y así hasta el infinito. En cuanto a nosotros, ensayamos demostrar que no podemos seguir trabajando de esta manera, intentamos concretar cuáles deben ser nuestras funciones específicas, cuál nuestro plan de trabajo, cuáles los de cada organismo, en el caso de que asumiéramos con respecto a ellos las mismas funciones dentro del plan físico que tiene JUCEPLAN con el plan económico».
En junio del 64 me fui a cumplir mi servicio social y me hice cargo de la provincia de Oriente. Dejo esto como una pequeña introducción para que no se hable del 70 sin empezar a hablar desde el 62.

Julio A. Díaz Vázquez: Para nosotros, desde la academia, la etapa de los diez millones comienza cuando Fidel logra el acuerdo con la URSS de trazarse ese programa, el cual trajo un cambio en la concepción que primaba hasta ese momento sobre la línea de desarrollo que adoptaría el país al abandonar la teoría cepalina, la sustitución de importaciones, etc. En ese contexto la agricultura se planteó como pivote del desarrollo. Se decía que era más fácil movilizar los recursos agrícolas por varias razones: había recursos ociosos, la tierra y fuerza de trabajo de baja calificación; además, la relación producto-capital era más baja en la agricultura que en la industria.
No vamos a hablar solamente de los diez millones, sino también de otra serie de ramas, como el programa cafetalero. Al mismo tiempo se proponía una transformación de la masa ganadera. Algunos recordarán que donde está el Pabellón Cuba, de la calle 23, en el año 65, se hizo una exposición ganadera que promulgaba alcanzar en 1975 una producción de treinta millones de litros de leche diarios. O sea, se trataba de un conjunto de actividades que involucraba a la agricultura, y junto con eso entra también el programa de desarrollo arrocero.
Esto generó un cambio en el factor de acumulación del país. A partir de los años 63, 64, más de 30% del Producto Interno Bruto se dedicaba a la acumulación, y en esto estaba implícito el desarrollo de cultivos como el café —un cultivo permanente—; además, el cítrico se empezó a valorar como un renglón futuro. Este conjunto de tareas introdujo una tensión en el país.

Juan Valdés Paz:¿Cómo se llevó adelante la Zafra de los diez millones y cuáles fueron sus principales logros y fracasos?

Selma Díaz: El primer trabajo investigativo que hicimos arrojó que, resolviendo pequeños cuellos de botella de las capacidades industriales, el país podía llegar a producir cerca de ocho millones cuatrocientas mil toneladas de caña dentro de las tierras aledañas a los centrales azucareros. Llegar a diez millones implicaba un proceso inversionista en los ingenios azucareros: cambiar tandems completos, aumentar calderas, etc., que no podían madurar en el tiempo restante.
Por otra parte, las tierras que esa caña necesitaba ya no existían en las zonas aledañas a los centrales, y se empezó a sembrar donde hubiera espacio disponible aunque no estuviera cerca de las fábricas. Eso implicó, al final, serios problemas con los traslados. Además, muchas de las inversiones se terminaron con la zafra empezada. Al mismo tiempo, hubo problemas de todo tipo; por ejemplo, habíamos trabajado con los técnicos azucareros de los centrales para definir muy bien cuál era el rendimiento existente en azúcar, y había regiones, como Guantánamo, que por los problemas de la sequía natural de esa zona podía tener concentraciones de 13 o 13,5 de volumen de azúcar por volumen de caña molida en un momento determinado; pero había otras, como Bayamo, donde a duras penas se llegaba a 11,5 de rendimiento azucarero. Por lo tanto, eran muchos los factores en contra de alcanzar realmente los diez millones.

Julio A. Díaz Vázquez: Un dirigente dijo que no se podía hacer diez millones. Tenía razón; sin embargo, estaba equivocado, pensaba que no iba a haber caña y lo que no hubo fue centrales. La meta implicaba elevar hasta los sesenta millones de arrobas diarias la capacidad de molida de los centrales, para lo que eran necesarias la reconstrucción y ampliación de muchos de estos. La industria no pudo asimilar el programa de desarrollo, de ajuste industrial. Por otra parte, en dieciocho meses se sembraron cuarenta mil caballerías de caña. Según mi hermano, que era semianalfabeto, pero tenía una gran sabiduría campesina, el ganado se mueve y la caña no, por tanto movieron los animales y esto tuvo implicaciones que aún estamos pagando, pues en el año 67 teníamos siete millones doscientas mil cabezas de ganado, y actualmente no llegan a cuatro millones doscientas mil. Así, a partir de 1967, comenzó un declive en la ganadería en Cuba del que no nos hemos recuperado.
El otro elemento que hay que tener en cuenta es que la agricultura no tuvo una estructura de dirección permanente en la etapa del 64 al 70; ninguna de las que se aplicaron duró más de tres años. Como también Selma apuntaba, la inestabilidad en las líneas de dirección de la administración puso en tensión muchas fuerzas; por tanto, se crearon dos organismos nuevos, el Desarrollo Agropecuario (DAP), y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH). Anteriormente, expresamos que no era solo producir la caña, sino que estábamos inmersos en un programa de desarrollo ganadero, arrocero, de producción de cítrico, de café; para ello hubo que traer a colación nuevos organismos que le hicieran frente a ese cúmulo de actividades. En un momento determinado se dijo que lo grande que estábamos haciendo entonces no era la Zafra de los diez millones, sino la cantidad de tareas simultáneas, y todas iban por buen camino.
Ahora bien, en el frente político esta es la etapa en que se pasó de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) al Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) y de este al Partido Comunista, el 3 de octubre de 1965. Dos años después aparece una nueva concepción muy tropical sobre la construcción paralela del comunismo y el socialismo. En aquella época lo único que se pagaba en el sector de los servicios eran los sellos de correos, puesto que el teléfono llegó a ser gratis. Luego reconocimos que fue una etapa de total idealismo.
Además, otro factor era el desgaste causado por el enfrentamiento de clases y la contrarrevolución armada. Hasta el año 65 duró la lucha contra los alzados en el Escambray. Eso significó una vasta movilización y grandes recursos.
Traigo aquí cifras que evidenciaban ya en el año 67 que era difícil cumplir la meta. En el 66 la zafra fue de 4,5 millones de toneladas; al año siguiente fue de 6,1; o sea, en tres años había que aumentar en casi cuatro millones la producción de azúcar. También hay que aclarar que la Zafra de los diez millones no fue de ocho meses; arrancó en agosto de 1969 y duró hasta junio del 70.
Se aspiraba a rendimientos por caballería de setenta mil arrobas, lo que no hemos conseguido, en su conjunto, nunca; y a la vez se planteaba un aumento de la producción de azúcar por hectárea, cuyos rendimientos tampoco pasaron de cinco toneladas por hectárea.
La programación de los diez millones se informó el 20 de diciembre de 1969, y debía cumplirse de la manera siguiente: el 23 de diciembre se lograría el primer millón; el segundo, el 18 de enero, aproximadamente; el tercero, el 9 de febrero; el cuarto, el 17 de marzo; el quinto, el 3 de abril; el sexto y el séptimo, el 20 de abril; el octavo, el 7 de mayo, y el noveno y el décimo se alcanzarían entre el 7 y el 15 de julio. En eso quedó, en el buen deseo, y no coincidió la programación.
Quiero agregar algo más. Se decía que a partir del 70 la zafra se iba a estabilizar alrededor de los diez millones de toneladas, o sea, se trataba de mantener esa producción. Se planteaba que, si eso sucedía, Cuba se iba a convertir en un factor determinante para el precio del azúcar en el mercado internacional, y eso sería una muestra del poderío que alcanzaba el socialismo.
En 1792, cuando Francisco de Arango y Parreño preparó su famoso discurso «Cómo fomentar la producción de azúcar en La Habana», una de las cosas que le decía al Rey de España era que Cuba lograra sustituir el papel que había tenido Haití hasta aquel momento, que era el responsable de 50% de la producción mundial de azúcar. A finales del siglo XVIII, Haití producía la mitad del azúcar que se comercializaba en el mercado internacional, y el azúcar era el principal renglón del mercado. En el año 70, íbamos a volver a conquistar el papel que otrora tuvimos.

Juan Valdés Paz: Antes de pasar a la tercera pregunta, hay un factor que no quiero dejar de mencionar: la mecanización del corte de la caña. No resolverlo antes del 70 implicó una movilización extraordinaria, como nunca: cerca de cuatrocientos mil o cincuenta mil trabajadores para poder asegurar el corte cañero. Esto introducía una caída de la productividad del trabajo de los cortadores de caña, lo cual hacía virtualmente inviable la meta, aunque todos los demás factores hubieran funcionado.
Ahora bien, ¿cuáles fueron los impactos económicos, políticos y sociales de la Zafra de los diez millones sobre la sociedad cubana?

Julio A. Díaz Vázquez: Intentar cumplir el objetivo de los diez millones dislocó todo el sistema de dirección y administrativo del país, pues poner todos los recursos y el esfuerzo en función de esa meta hizo que años después, en la etapa que vamos a analizar ahora, entre 1971 y 1975, un especialista soviético que visitó la Isla dijera que, en términos teóricos, Cuba había vivido una etapa muy similar al comunismo de guerra de la URSS.
En conclusión, en ese período hay una etapa de transición, que se desarrolló bajo el principio de «convertir el revés en victoria» y al mismo tiempo de abrir una etapa nueva a la cual se le llamó de democratización. Se planteó hacer las asambleas obreras, fortalecer el movimiento obrero; así como atender cuestiones que quedaron descuidadas, como la construcción de viviendas.
En el año 72 el Comandante en Jefe viajó a todos los países socialistas y, a su regreso, Cuba se adscribió al CAME. Posterior a este hecho hay tres momentos que yo destaco. El primero es el discurso del 26 de julio de 1973, en Santiago de Cuba. Allí, Fidel manifestó que los errores cometidos había que afrontarlos con la voluntad de transformar.
Luego, en el año 74, durante el VIII Congreso de la CTC se propone volver al pago de acuerdo con la cantidad y calidad del trabajo; se rescata el papel de los sindicatos, y esto culmina en el 75 con el I Congreso del PCC, del cual quiero destacar, como elemento de gran peso, la aproximación al sistema de dirección y planificación de la economía de los países socialistas; es decir, de manera oficial se reconoció que el sistema para dirigir esa esfera recogía las experiencias de los países socialistas, pero fundamentalmente las de la URSS. Al respecto, podría decirse que, en los cincuenta años de Revolución, el país no ha tenido un sistema integrado de gestión y dirección de la economía; el ejemplo más evidente es la relativa autonomía de las empresas. Por lo tanto, es válido analizar, cuarenta años después, la Zafra de los diez millones.

Selma Díaz: Quiero referirme a las cuestiones prácticas. En el momento concreto de la Zafra yo estaba en Oriente. La cuestión de las batallas simultáneas significaba una enorme cantidad de inversiones. Por ejemplo, en el arroz, que empezaron con desmontes en toda la cuenca del Cauto e inversiones en canales, secadoras, pueblo y, a la vez, una gran movilización de gente hacia esos lugares. Hubo ministros dirigiendo centrales, porque los cuadros más importantes se designaron para garantizar este proceso. En Oriente se cerraron todos los centros nocturnos, no se podía comprar una botella de ron en ninguna parte. Cuando estábamos en plena zafra hubo que pedirle permiso al comandante Guillermo García, que estaba dirigiendo la provincia, para darle algunas botellas de ron a los que estaba cortando caña bajo la lluvia. Al terminar la zafra, en Santiago de Cuba había descontento, y Fidel estuvo varios días allí, recorriendo las calles, hablando con la gente. Hubo unas discusiones gigantescas en la Universidad de Oriente, con muchachos que discrepaban de un sinnúmero de problemas. Además, también influyó que el comandante Guillermo, con lo de las batallas simultáneas, teniendo que dirigir los planes de arroz, el café, los cítricos y la caña, había trasladado la dirección de la provincia hacia Bayamo, lo que Santiago de Cuba jamás le perdonó. Fidel designó al cuadro de dirección que consideró mejor para manejar la situación existente en esa provincia: Juan Almeida. Esas fueron algunas de las consecuencias sociales, que todavía no han sido analizadas por la academia.
La zafra del 70 tuvo muchas secuelas. Yo tenía la convicción, desde mucho antes, de que no se podían hacer los diez millones; había estado llevando todas las inversiones, tanto de los centrales como de la caña. Pasé los últimos meses entre Guillermo García, movilizado en el central Antonio Guiteras, moliendo caña de todos los lugares; Armando Hart, en el Amancio Rodríguez, con caña de Camagüey y Oriente; y Bibinito Betancourt en Banes, moliendo en los centrales de Holguín. Querían que yo estuviera en todos los lugares al mismo tiempo. El nivel de locura, de desesperación era tremendo porque estaba, además, el compromiso de todos, aun de aquellos que no creíamos que esa meta era posible.

Juan Valdés Paz: El panel ha ofrecido una mezcla de testimonios sobre cómo se vivió aquel proceso y de la perspectiva que desde hoy este nos merece. Puede ser esta también una pauta para las intervenciones del público, al cual le doy la palabra.

Yoss: Es significativo que al cabo de cuarenta años estemos tratando de entender qué significó la Zafra de los diez millones. Aquel fue un evento fundamental, donde el concepto de Revolución que existía hasta ese momento, de haber logrado la victoria en todo, chocó con la realidad.
No puede decirse que la Zafra ya fue estudiada, porque si así hubiera sido no se hubieran cometido los mismos errores; por ejemplo, en el Cordón de La Habana, o con la ganadería. Se cometió el error de acallar a los que dijeron: «No es posible». Ciertamente la capacidad de las tierras de Cuba era suficiente para producir diez millones, pero los centrales no podían moler toda la caña que hubo, y quedaron cientos de toneladas de caña cortada durmiendo en el campo. Eso ocurrió porque en un momento determinado había camiones que llevaban caña de una provincia a otra, lo cual es un absurdo económico. Se trató de saltar, y creo que se ha mencionado un elemento clave, del capitalismo al comunismo directamente, sin pasar por el socialismo. No se convierte un país agrario en agroindustrial de un día para otro.
No se habla mucho de las consecuencias sociales que tuvo aquella zafra. Analizar esto implica, sobre todo, la posibilidad de que no se vuelva a cometer el error.

Julio Travieso: La historia está para que la veamos constantemente, porque el juicio que tuvimos ayer no es el de hoy ni será el de mañana. Este período de la Zafra de los diez millones es más que un problema económico, tecnológico y político; es con mucho un problema sociológico importantísimo, y de valores, porque de repente los cubanos de aquella época nos encontramos con un machete en la mano en el proceso de la zafra. Se cerraron centros de diversión, de recreación, en cierta medida se dividió la familia cubana, porque si alguien estaba cortando caña un año no podía atender a su esposa. En algunas oportunidades ese proceso llevó a hechos heroicos, pero también a mucho oportunismo.
Ahora mi pregunta es: ¿por qué diez millones? Si se hubiese dicho: «Vamos a hacer la zafra más grande de nuestra historia», no hubiese habido fracaso político, porque así fue. Entonces, ¿por qué diez, por qué no once, o nueve y medio?, ¿cuál es la explicación y de dónde salió este número que al final llevó al fracaso político?

Ramón García: En aquel año 70 lo que entra en crisis no es una zafra, o un programa, sino toda una concepción de desarrollo que luego jamás se discutió. El rostro de esa concepción que se ha mantenido de zapa ha variado en el tiempo, alguna vez se llamó desarrollismo; otra, industrialismo; y hoy es «eficientismo».

Alexander Correa: El arco temporal del 59 al 60 es diferente al que tiene lugar del año 61 al 63, o del 63 al 65, y del 65 quizás al 70. En términos económicos también hay razones para afirmar que, aun cuando los acuerdos comerciales que se firmaron con la URSS en el año 64 comprometieron el desarrollo cubano, no hay un continuo ni en el proceso político cubano ni en las consecuencias que ese proceso tiene en la sociedad. Curiosamente esta zafra, que empieza en el 65, es la que tiene más proyectos de estímulo a los trabajadores: incluía hasta quinientos viajes, mil motocicletas, dos mil refrigeradores, vacaciones pagadas. Un año antes en Cuba se había zanjado una discusión muy fuerte en torno a dos modelos; lo que se discutía, a la larga, no solo era el modelo político, sino también el de desarrollo cubano. Ello queda resuelto tácitamente con la salida del Che Guevara de Cuba y la de Carlos Rafael Rodríguez del INRA. En este contexto hay un diferendo político-ideológico muy fuerte con la URSS, de lo que prácticamente no se habla, y habría que analizarlo de ese modo.
Julio decía que se quería estabilizar para el año 70 una producción anual de diez millones. Sería provechoso hablar de esto en el contexto de la lucha contra la burocracia, una corriente prosoviética que está trabajando en el interior de las filas del poder revolucionario y que tiene en la práctica un intento de golpe de Estado a finales del 67, principios del 68. Me gustaría que se relacionara el diferendo ideológico y político con el tema de la Zafra de los diez millones.

Ana Vera: Si asumiéramos este debate de hoy como un ejercicio de reflexión para aprender de los errores y los aciertos, replantear procedimientos, entonces sería pertinente que el panel conectara este análisis de los errores del 70 con los problemas azucareros actuales. Seguimos arrastrando problemas azucareros, muy graves, estrechamente relacionados con aquella política económica, que tiene que ver con una insuficiente consideración del papel que la ciencia debe desempeñar en la proyección del desarrollo, por encima de la política.

Gladys Marel García: Los errores de la zafra del 70 los vivimos en la actualidad, porque la voluntad política a veces soslaya la voluntad del saber y del conocimiento. ¿Qué sucedió en aquella zafra? Entonces no se tuvo en cuenta, para el mantenimiento de los centrales y la ampliación de los tandems azucareros, la experiencia de sus trabajadores, ni la de los maestros de azúcar y los técnicos que podían analizar si se podía o no cumplir la meta. Ese desconocimiento es lo que nos lleva a cometer errores.
Por otra parte, aquellas siembras masivas en tierras arroceras que no podían producir una caña con rendimiento azucarero, es otro de los grandes errores cometidos. Por ejemplo, en Las Villas hubo un gran debate, resultado del cual los campesinos debían dedicarse solamente a la zafra. En Yaguajay, los campesinos tenían que sembrar la tierra de noche, con faroles, para satisfacer su alimentación cotidiana.
Y por último, la consecuencia más grave fue el CAME; y, en el 70, cambiar el modelo, lo que trajo graves implicaciones.

Juan Valdés Paz: Devuelvo la palabra al panel.

Selma Díaz: La cifra de diez millones fue una decisión personal del compañero Fidel Castro. Nosotros discutimos con él el trabajo que habíamos concluido en la agricultura, la evaluación de cada uno de los ciento cincuenta y cuatro centrales existentes, y que, según los resultados, podríamos llegar aproximadamente a los ocho millones doscientas mil o trescientas mil toneladas. Le proponíamos ocho millones quinientas mil; en la primera reunión él nos dijo: nueve millones. Eso no era lo que le habíamos planteado, pero era posible si se resolvían algunos problemas. En el 64, sin debate, de nueve se pasó a diez millones, y ya esa meta era imposible.
Se determinó dejar solo sesenta centrales funcionando en la Isla. Como planificadora física, como responsable del desarrollo territorial de este país puedo decir que teníamos en Cuba la enorme ventaja de una industria ubicada en el territorio, donde había ciento cincuenta y cuatro centrales. Estos por lo menos seis meses al año tenían una fuerza calificada de primer nivel que residía allí, y en torno a ese potencial nos fue extremadamente fácil estructurar el desarrollo territorial y la nueva división político-administrativa. En general, nuestra población se distribuye de acuerdo con las capacidades agrícolas y de la industria azucarera. Cuando en los años 90, me enteré de la decisión de desactivar esa cantidad de centrales, para mí fue un día de duelo personal. Existía la posibilidad de tener un centro de promoción de cultura industrial; nuestros ingenieros azucareros eran de lo mejor que existía en el mundo. Utilizando esos centrales para producir sencillamente derivados azucareros hubiéramos podido tener una de las industrias más florecientes de toda América Latina. Hoy, Brasil está produciendo en gran medida alcohol y no azúcar. Las industrias derivadas del azúcar son infinitas, hasta plásticos se puede hacer.

Julio A. Díaz Vázquez: Muy pocos de los especialistas que conozco compartieron la idea del desmantelamiento de la industria azucarera. En este sentido, hay que agregar un elemento: el papel integrador, lo que los economistas llaman «efecto hacia delante» y «efecto hacia atrás», que tiene o tenía la industria azucarera en este país. Eso no lo ha podido resolver el turismo que supuestamente era con el que se iba a sustituir esa industria.
No se puede hacer política social con la economía, y cuando hablamos de eficiencia hay que unirla con el hecho de la democratización. Para ganar en eficiencia hay que institucionalizar el mercado, si no hay mercado jamás habrá eficiencia. Es necesario llegar a un consenso con respecto a qué debemos hacer, cómo enfrentar a realidad teniendo en cuenta experiencias pasadas. Tenemos que pensar cómo actualizar nuestro modelo a partir del reconocimiento de que al modelo soviético la historia ya le pasó la cuenta.

Juan Valdés Paz: En la perspectiva histórica, el socialismo cubano repite una vez más lo que han tenido todas las experiencias socialistas: la intención de dar un gran salto. Este ha sido un fracaso, y de él se ha aprendido y se ha iniciado un nuevo curso de desarrollo, nuevas estrategias. Podemos tomar experiencia histórica de los diez millones como el intento fallido de un gran salto que nos permitió rectificar nuestras estrategias de transición.
Por otra parte, hay que analizar los factores internacionales en el período del que hemos hablado, el de mayor agresividad de la política de los Estados Unidos hacia Cuba; también hay que recordar nuestros numerosos diferendos con la URSS, con China —nuestro segundo partner—, y esta prosapia nuestra tercermundista.
En este período intentamos un socialismo nacional. A estas alturas de la historia, los chinos dicen que el suyo es un «socialismo con características propias», los vietnamitas lo repiten; los venezolanos, que el de ellos también es nacional. Nosotros quisimos en los 60 que fuera cubano y no lo hicimos bien, pero quedó sentada la necesidad de construir mejor un socialismo autóctono.
Aunque hemos abordado algunas dimensiones, faltan otras; por ejemplo, la ideológico-cultural. Aquel fue el período de mayor heterodoxia y sería interesante saber por qué la dirección es heterodoxa en unos aspectos y dogmática en otros.
Este es el período donde llegamos al punto de promover, en el orden de la sociedad y de la gestión, un modelo vertical que iba desde la participación directa de las fuerzas armadas en gestiones económicas hasta disolver los organismos centrales para crear «puestos de mando». La consecuencia de este modelo es una seria restricción de la democracia, pues las decisiones se toman y no hay discusión.
Sufrimos demasiado tratando de conseguir una meta, pero nos la creímos. Aquel fue el momento en que la sociedad cubana ha tenido un mayor nivel de movilización en la lucha por una meta fijada por la dirección de la Revolución. El llamado a cumplir con el honor nacional logró mover, como nunca antes ni después, a la sociedad cubana.
Lo mejor que tuvo esa mala experiencia es que pasamos a una nueva estrategia de transición socialista, que, como ya se mencionó, también tuvo sus limitaciones. Lo que está en pie ahora es preguntarnos cuál es la nueva estrategia de transición socialista en la que estamos o estaremos en los próximos años. Agradezco profundamente una asistencia tan masiva.

viernes, 26 de abril de 2013

Conferencia de Rafael Correa. Leccion para todos.

En 50 paraísos fiscales se oculta el 25% del PIB mundial

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Por Marco Antonio Moreno

Tal como señalé hace casi un año en Los multimillonarios del mundo ocultan más de un tercio del PIB mundial en los paraísos fiscales, ahora, según la OCDE, en sólo 50 paraísos fiscales se resguarda el 25% del PIB mundial: más de 22 billones de dólares. Estos Estados se destacan por aplicar un régimen tributario muy favorable para empresas y ciudadanos de cualquier lugar del mundo, que normalmente suelen poseer grandes sumas de dinero, con una exención total o casi total de los impuestos que se aplican en los Estados con sistemas tributarios comunes.

En la lista de paraísos fiscales de la OECD hay varios Estados dentro de la Unión Europea: Luxemburgo, Chipre y Malta; y países más pequeños como Liechtenstein, Andorra, Mónaco o San Marino. Aunque la lucha contra estos paraísos fiscales no ha logrado grandes éxitos, desde los atentados del 11-S se puso en marcha una persecución más intensa sobre los defraudadores y se iniciaron conversaciones con las autoridades de estos paraísos para que colaboren en las investigaciones que demostraron que se habían usado paraísos fiscales con fines terroristas. El estallido de la crisis en 2008 acentuó estas exigencias y hasta los bancos suizos han comenzado a entregar listas con nombres de los multimillonarios que ocultan su dinero para evadir impuestos.

Las acciones de denunciar a los paraísos fiscales van en la dirección correcta de hacer justicia e impedir el lavado de dinero que se emplea no solo en el terrorismo sino también en el tráfico de drogas y de armas. Por ello que mientras cada día la troika intenta resolver los problemas financieros de Europa con recortes y draconianos planes de austeridad, no queda más que decir que ese es un camino erróneo. Lo correcto sería perseguir a quienes han evadido impuestos durante décadas aprovechando las ventajas de los paraísos fiscales. Hacer hoy el cobro retroactivo por todos los años en que saquearon y engañaron a las finanzas públicas, aprovechándose de la confianza que inspiraban los mercados, sería un acto de gran justicia que ayudaria a detener este gran abuso masivo.


 

jueves, 25 de abril de 2013

Experimento japonés

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He dejado claro que apruebo plenamente la nueva agresividad monetaria de Japón. Pero deduzco que algunos lectores se sienten confusos; ¿no he estado manteniendo que la política monetaria es ineficaz en una trampa de liquidez?
La respuesta breve es que la actual política monetaria es ineficaz, pero que todavía es posible obtener resultados si conseguimos modificar las creencias de los inversores respecto a lo que prevén que será la futura política monetaria (lo cual era la moraleja de un artículo sobre Japón que escribí hace nada menos que 15 años). Pero he pensado que podría valer la pena volver sobre esto de nuevo.
Bolsa de Tokio.

De modo que, en estos momentos, todos, Estados Unidos y Japón (y Europa), están en trampas de liquidez: la demanda privada es tan escasa que, incluso con unos tipos de interés a corto plazo de cero, el gasto se queda muy por debajo de lo que se necesitaría para alcanzar el pleno empleo. Y los tipos de interés no pueden estar por debajo de cero (excepto de manera intranscendente, durante periodos muy cortos), porque los inversores siempre tienen la opción de guardarse el dinero sin más. Por cierto, que esto no es solo hipotético: se ha producido un repentino aumento de la acumulación de divisas, aunque una gran parte sean billetes de 100 dólares guardados en el extranjero.
En estas circunstancias, la política monetaria normal, que adquiere la forma de operaciones en el mercado libre en las que el banco central compra deuda a corto plazo con dinero que fabrica a partir de la nada, no tiene ningún efecto. ¿Por qué? Bueno, la razón por la que las operaciones en el mercado libre suelen funcionar es que la gente busca un equilibrio entre rentabilidad y liquidez (guarda dinero, lo cual no ofrece ningún interés, para tener liquidez, pero limita sus activos porque suponen pérdidas de beneficios).
Así que si el banco central pone más dinero en circulación, la gente acumula más de lo que quiere; cuando intentan colocarlo, impulsan a la baja los tipos de interés en el proceso. Pero si los tipos son de cero, la liquidez no tiene ningún coste y la gente está, en esencia, saturada de ella; se acumula dinero simplemente como una reserva de valor. Y una operación de un banco central que intercambie dinero por deuda no cambia nada en esencia. La política monetaria corriente es ineficaz. La otra cara de esto, por cierto, es que todos esos temores sobre que el “imprimir dinero” durante esta depresión provocaría una inflación descontrolada eran, previsiblemente, infundados.
Si han prestado atención a la historia de Japón desde la década pasada, sabrán que el mero hecho de ampliar los balances generales del banco central sirvió de poco y, desde luego, no hizo que aumentara la inflación. Sin embargo, esta es la cuestión: la economía no siempre estará en una trampa de liquidez, o al menos puede que no siempre sea así.
 
La máquina de imprimir dinero
Y aunque los inversores no deberían preocuparse por lo que haga ahora el banco central, sí debería importarles lo que haga en el futuro. Si los inversores creen que el banco central seguirá imprimiendo dinero a toda máquina cuando la economía empiece a recuperarse, esto se traducirá en una inflación mayor que si sube los tipos al primer indicio de buenas noticias (y que se espere una inflación más alta se traduce en unos tipos de interés real más bajos y, por tanto, una economía más fuerte).
De modo que el banco central todavía puede conseguir resultados si cambia las expectativas sobre la política futura. La dificultad estriba en que los gobernadores de los bancos centrales tienen un problema de credibilidad (uno que es justo lo contrario de la preocupación clásica de que impriman demasiado dinero). En lugar de eso, lo preocupante es que, ante el primer indicio de buenas noticias, vuelvan a las andadas y pongan fin a la fiesta.
El Banco de Japón hizo exactamente eso en la década de 2000. Ahora la esperanza es que las cosas hayan cambiado lo suficiente en el Banco de Japón para que esta vez pueda, como escribí hace tantos años, “prometer de manera creíble que va a ser irresponsable”. Y esa es la razón por la que soy optimista respecto al experimento japonés, aun cuando la actual política monetaria tenga poco efecto.
© 2013 The New York Times
Traducción de News Clips.

miércoles, 24 de abril de 2013

Nacionales de Cuba invaden los hoteles

En los meses de verano, cuando decae la recepción de turistas canadienses y europeos, el incremento tradicional de vacacionistas cubanos ofrece un oportuno alivio a la industria del ocio. Imprimir artículo
IPS
En los meses de verano, cuando decae la recepción de turistas canadienses y europeos, el incremento tradicional de vacacionistas cubanos ofrece un oportuno alivio a la industria del ocio.
Los cubanos y cubanas están ocupando espacios que han dejado vacíos los visitantes extranjeros en hoteles del país. Mientras algunos mercados emisores externos, sobre todo de Europa, se contraen, el número de turistas nacionales muestra tendencia a crecer. La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) reportó recientemente un aumento de 11,9 por ciento en el total de turistas cubanos, hasta casi un millón y medio, en 2012.
De acuerdo con el informe, 1.477.422 habitantes del país se alojaron el año pasado en hoteles, bases de campismo y en otras instalaciones de la industria del ocio en la Mayor de las Antillas. Esa cifra supera en más de 156.000 el registro de un año antes y equivale aproximadamente a la mitad de los turistas extranjeros que visitaron Cuba en el 2012: 2,8 millones.
La cantidad de visitantes foráneos creció un 4,5 por ciento en 2012, pero algunos mercados emisores europeos, como España, mostraron una marcada tendencia al decrecimiento (http://www.ipscuba.net/index.php?option=com_k2&view=item&id=6481:cambian-banderas-en-las-playas-cubanas&Itemid=11). La baja de turistas extranjeros se ha extendido al primer bimestre del año actual, según indican otros reportes de la propia ONEI (http://www.one.cu/mensualllegadavisitantes.htm).
Los ingresos aportados por los huéspedes nativos en 2012 también crecieron pero con moderación: un 2 por ciento de forma general, hasta casi 418 millones de pesos y un 5,5 por ciento para los ingresos en divisas: 124 millones de pesos convertibles o CUC (1 CUC=1 dólar), monto muy inferior al aportado por los visitantes extranjeros (más de mil 800 millones, según la ONEI).
El turismo interno ha mostrado una expansión saludable y oportuna desde que el gobierno suprimió en 2008 la prohibición para que los residentes en la Isla se alojaran en hoteles. Esa medida fue adoptada en los momentos más crudos de la crisis económica de los años 90, conocida como Período Especial, y tenía como objetivo reservar para los visitantes extranjeros la limitada capacidad hotelera del país de entonces, cuando la industria turística era, además, el principal y casi único soporte de la economía cubana.El turismo ecológico, como el de playa, se encuentra entre las opciones más demandadas por los vacacionistas cubanos.El turismo ecológico, como el de playa, se encuentra entre las opciones más demandadas por los vacacionistas cubanos.
De acuerdo con los datos de la ONEI, entre las alternativas más demandadas hoy por los cubanos se encuentran el turismo ecológico (incluye el campismo, más barato) y el de playa, aunque la hotelería de ciudad es la que mayores ingresos aporta.
La tradición insular de ir a las playas en los meses de verano (boreal) le viene de perillas a la industria del ocio. Los vacacionistas del patio cubren la baja habitual de visitantes de Canadá (primer mercado emisor hacia Cuba) y de los europeos, que sobreviene después de la Semana Santa y se acentúa en los meses más tórridos, julio y agosto.
El subdelegado del Ministerio de Turismo en la provincia de Matanzas, donde se encuentra la playa más famosa de Cuba, Varadero -con 1,3 millones de visitantes por año-, informó en 2012 que Canadá es el principal mercado de ese polo, con un 45 por ciento de los turistas, en tanto nacionales de Cuba ocupan el segundo lugar, con el 12 por ciento (http://www.cubahora.cu/economia/varadero-sigue-siendo-varadero#.UWhBuXog7IV).
Entre los territorios turísticos que marchan a la cabeza por los montos en CUC a cuenta de los vacacionistas insulares se encuentran, por orden, según la ONEI, Varadero, la ciudad de Santiago de Cuba, Playas del Este (complejo hotelero al oriente de La Habana), la ciudad de Camagüey, la playa de Santa Lucía (Camagüey), Guardalavaca (Holguín), Viñales y la cayería norte de Pinar del Río y la playa de Baconao (Santiago de Cuba).

martes, 23 de abril de 2013

MUTANTES CUBANOS: DIALÉCTICA DE LAS ALTERNATIVAS

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Por Jorge Sariol
Fotos: Archivo
La radiomutagénesis ayuda a cambiar el repertorio genético propio de la planta, porque no se introducen genes foráneos; es decir se potencia el vegetal a partir de sus propios mecanismos fisiológicos.
El mundo padece. Acaecen pandemias, guerras, hambrunas, unipolaridad… La supervivencia se debate entre la escasez de alimentos, agua o energía. Las soluciones, como nunca antes, parecieran estar, no en las singularidades sino en la pluralidad. Pero esta también se desborda. Para algunos el problema alimentario se resolvería con la equidad en la distribución de las riquezas. Sin embargo, el concepto de riqueza es también diverso, como las nociones de alimentación ecológica o naturista. ¿La solución será mediante la revolución verde, la agroecología, la biotecnología o los transgénicos? Por ahora, el debate Desarrollismo vs. Ecologismo se resume a una batalla en blanco y negro, más que en la búsqueda de opciones.
De entre las posibles alternativas emergió, hace más de tres décadas, una experiencia1 que despierta tantas interrogantes como suspicacia, por su propósito —ex profeso— de suscitar mutaciones en ejemplares del mundo vegetal, para mejorar características o incluso generar nuevas especies. Todo mediante radiaciones ionizantes.
En el mundo, con cierta regularidad, se producen mutaciones. Son cambios permanentes en la secuencia del ADN y han sido fuentes primarias de la diversidad genética de la vida en la Tierra. Pueden ser espontáneas o inducidas. Las espontáneas ocurren en todos los organismos vivos. Como evento unicelular, su ocurrencia es «al azar», no pocas son deletéreas —mortíferas— y se producen en grandes poblaciones.
Las inducidas, en cambio, son empleadas en programas controlados para el mejoramiento genético de especies vegetales. En su proceder concurren diversos agentes, entre los cuales están los físicos: rayos Gamma, rayos X, neutrones rápidos y luz Ultra Violeta. Agrupados del lado de los químicos aparecen, entre otros compuestos, los ethyl methane y ethyl nitroso.
El uso de radiaciones ionizantes permite modificar uno o varios caracteres de una variedad a la vez, sin cambiar significativamente su fondo genético. A esto se le ha denominado radiomutagénesis.
¿Mejoras conseguidas por radiomutagénesis?
La respuesta la ofrece la M.Sc. Alba Álvarez González, del Departamento de Radiobiología del Centro de Aplicaciones Tecnológicas y Desarrollo Nuclear (CEADEN): «Puede lograrse optimización en la precocidad, un rendimiento superior, resistencia a enfermedades, mayor adaptabilidad y tolerancia a la salinidad, la sequía, al calor o al frío. Se aprecia mejor calidad de grano, más cantidad de brotes, más altura…».
¿Diferencias con otros procedimientos de modificación genética?
La joven experta del CEADEN explica: «La radiomutagénesis ayuda a cambiar el repertorio genético propio de la planta, porque no se introducen genes foráneos; es decir se potencia el vegetal a partir de sus propios mecanismos fisiológicos. Propicia una modificación de su arquitectura, por ejemplo, con raíces más largas y con ello mejor posibilidad de tomar la humedad del suelo. O plantas cuyos estomas —parte de la hoja por donde transpiran— sean menos por área y así conserven mejor la humedad».
Para proceder a la aplicación de radiomutagénesis, es preciso antes hacer una rigurosa selección de los mutantes, y comprobar estabilidad y determinación de la radiosensibilidad del material, en partes de las plantas, ya sean In Vivo o In Vitro.
In Vivo se realizan en semillas, esquejes, hojas y polen; In Vitro se realizan también en los ejemplos anteriores y además en ápices, brotes axilares, pecíolo o raíz.
ALTERNATIVA POSIBLE, SOLUCIONES PROBABLES
En Cuba se realizan investigaciones para conseguir diversidad genética, también para la utilización comercial en variedades de plantas de alto impacto en la dieta de los cubanos. Existen varios proyectos territoriales de innovación tecnológica, entre los cuales están la interrupción de la latencia en semillas y disminución de los períodos germinativos, a través de técnicas nucleares, además del mejoramiento genético, por radiomutagénesis gamma, de yemas de caña de azúcar, para obtener resistencia a la Escaldadura Foliar.
Debido a la erosión que afecta el 46 por ciento del valle del río Cauto, una de las más importantes zonas arroceras del país2, y también a sus niveles de salinidad y/o sodicidad, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias Jorge Dimitrov, de la provincia Granma, se dedicó —mediante radiomutagénesis— a la obtención de dos variedades resistentes de arroz.
Con la misma intención, un grupo de investigadores cubanos3 se propuso estudiar la radiosensibilidad a los rayos gamma del tomate —Lycopersicon esculentum, Mill., en su variedad Amalia—, para encontrar soluciones a su bajo rendimiento, consecuencia de las altas temperaturas, inestabilidad de lluvias, elevada humedad relativa y el efecto pernicioso de plagas y enfermedades.
Igualmente se realizan estudios en el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) proyecto ARCAL, para la aplicación a mayor escala de nuevas variedades de arroz, tomate, soya y frijol. Se trabaja en el Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT), en plátano vianda y fruta; y con el césped, en la Estación Experimental en Pastos y Forrajes Indio Hatuey.
CEADEN colabora en las investigaciones sobre radiomutagénesis con el arroz y en la aplicación de recursos genéticos y mejoramiento del cultivo de aguacate y tolerancia a sequía en frutales (cítricos y aguacateros).
El mundo padece. Se suceden pandemias, guerras, hambrunas, unipolaridad… La vida está llena de riesgos y amenazas. Y también de búsquedas. El dilema de la responsabilidad de científicos y tecnólogos en su relación con la sociedad es parte importante del transcurso. En medio de todo, los humanos evolucionamos como entes diversos en la unidad y únicos en la diversidad. La radiomutagénesis es una alternativa.
En Cuba se realizan investigaciones para conseguir diversidad genética, también para la utilización comercial en variedades de plantas de alto impacto en la dieta de los cubanos.
Notas:
  1. La historia tal vez comenzó en 1901 cuando Hugo Marie de Vries, botánico holandés y uno de los primeros «genetistas», propuso conseguir mutaciones mediante la radiactividad.
  2. Unas 954 mil hectáreas, pertenecientes a las provincias de Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas y Granma.
  3. Marta Álvarez, J. Rodríguez, Dagmara Plana y Nancy Santana/www.inca.edu.cu/otras_web/revista
    /1999_no4.htm
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