"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 27 de noviembre de 2012

Más allá del precipicio fiscal

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Por:
Alan Krueger, presidente dle Consejo de Asesores Económicos de Obama.

Parece que Brian Beutler, de Talking Points Memo, ha sido el primero en usar la frase “bomba de la austeridad” para describir lo que está previsto que ocurra en Estados Unidos a finales de este año. Es una expresión mucho mejor que “precipicio fiscal”. Lo de precipicio hace que la gente imagine que es un problema de déficits excesivos cuando, realmente, se trata del riesgo de que el déficit sea demasiado pequeño; asimismo, y en relación con lo anterior, lo de precipicio fiscal induce a una confusión en la que la gente dice, “Entonces, ¡esto significa que tenemos que promulgar la ley Bowles-Simpson y aumentar la edad de jubilación!”, y ninguna de las dos cosas tiene nada que ver con ello.
Y no podemos insistir lo suficiente en que todos los que claman contra los peligros de la bomba de la austeridad están reconociendo, de hecho, que los economistas keynesianos tenían razón todo el tiempo, que el recorte del gasto y el aumento de los impuestos a los trabajadores normales y corrientes resultan destructivos en una economía deprimida, y que en realidad deberíamos estar haciendo lo contrario. Mientras tanto, Europa, que ha tenido mucha más austeridad de la que tenemos nosotros en conjunto, está presentando unas nuevas cifras de producción industrial desalentadoras, y su crisis del desempleo está empeorando.
Por cierto, algunos lectores me han preguntado qué le está sucediendo a Irlanda, que ha experimentado una caída especialmente drástica de la producción industrial. Parece que la respuesta es, en parte, el Lipitor. Es decir, la caducidad de las patentes sobre algunos medicamentos importantes ha creado un precipicio para las exportaciones farmacéuticas irlandesas. No quiero exagerar sus repercusiones reales para los ciudadanos irlandeses: la industria farmacéutica influye de forma importante en el producto interior bruto, pero no tanto en el desempleo porque requiere mucho capital, y gran parte del valor añadido corresponde a multinacionales extranjeras. Sin embargo, no es lo que Irlanda necesitaba.
La divergencia transatlántica
Siguiendo con el tema de que los resultados de EE UU son los menos malos de todas las economías importantes, aquí tienen un gráfico que encuentro esclarecedor.
En las primeras fases de la crisis, el desempleo aumentó con más rapidez en EE UU que en Europa. Esto puso de manifiesto principalmente las diferencias en las instituciones: es mucho más fácil despedir a gente en EE UU.
Sin embargo, a partir de algún momento de 2010, la situación en EE UU fue mejorando paulatinamente; al principio, parte de la caída del desempleo se debía básicamente a la gente que abandonaba la mano de obra, pero, más recientemente, se han producido incrementos consistentes, aunque moderados, de la relación entre el empleo y la población relevante (tienen que ajustarlo según el envejecimiento). Mientras tanto, Europa, que ahora se encuentra oficialmente en recesión, ha empeorado mucho, pero la verdad es que ha ido cuesta abajo todo el tiempo.
¿Por qué esa divergencia?
La respuesta evidente es que lo de la austeridad apareció en 2010, y sus partidarios se adueñaron de la política de forma mucho más completa en Europa que en EE UU. 
© 2012 New York Times.
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