"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

jueves, 26 de mayo de 2011

La deuda pública de Estados Unidos desde 1790 hasta hoy, ¿que hay de nuevo, viejo?

Por Marco Antonio Moreno

En La historia de la deuda pública global publicamos una gráfica de la deuda de Estados Unidos desde 1920 hasta 2008. En la gráfica que encabeza este post retrocedemos hasta 1790, catorce años después de la independencia de Estados Unidos y avanzamos hasta el año 2006. En la gráfica 2 hacemos un acercamiento a la deuda de Estados Unidos desde 1945 hasta hoy, dando cuenta de los períodos en que la deuda bajó o aumentó, de acuerdo al cambio de giro en la política económica que dió curso al proceso de endeudamiento que se mantiene hasta hoy.
La deuda pública de Estados Unidos alcanzó su nivel más elevado en 1945, al finalizar la segunda guerra mundial, cuando llegó al 120% del PIB. Desde ese momento, y a lo largo de 35 años, con las administraciones de Harry Truman, Dwight Eisenhower, John Kennedy, Lyndon Johnson, Richard Nixon, Gerald Ford y Jimmy Carter, la deuda disminuyó progresivamente hasta situarse en el 34% del PIB en 1980. Desde ese momento, la deuda avanzó hasta tocar el actual techo de la deuda, haciendo que Estados Unidos se enfrente peligrosamente al default o impago masivo, como advirtió Timothy Geithner cuando dijo que Estados Unidos está al borde de la quiebra. En la siguiente gráfica damos cuenta de los gobiernos que han sido más derrochadores, así como de aquellos que fueron más “austeros”.

Esta gráfica muestra lo que pasó desde el 1 de octubre de 1981, cuando Ronald Reagan dio curso a su primer presupuesto, en el cual aplicó sendos recortes de impuestos a los más ricos. Reagan fue elegido por decir al país que la deuda estaba fuera de control, cuando en verdad se encontraba en el nivel más bajo en 50 años (ver grafica 1). Desde 1981, bajo el paradigma de que “endeudarse era bueno y ayudaba al crecimiento” (por la vía de la teoría del ingreso permanente), la deuda aumentó en 9,2 billones de dólares. La línea verde de esta gráfica muestra lo que hubiera sucedido si Reagan hubiese tenido un presupuesto acorde con el ingreso público.
¿Qué fue lo que ocurrió en 1981? Simplemente que Reagan adoptó los dogmas de los teóricos de la oferta, que señalaban que era la oferta, y no la demanda, la impulsora del crecimiento. Con este simple gesto derribaron la concepción económica que venía cumpliendo un rol exitoso desde el fin de la guerra. Este fue el momento en que los teóricos de la oferta demolieron las propuestas keynesianas, como explica el catedrático Julian Pavon en El nudo gordiano de la política económica. Todo esto también fue consecuencia de la primera gran crisis de post guerra: la crisis petrolera de 1974-1975, ante la cual la teoría económica convencional no tenía respuestas.
La única respuesta que se abrazó en esos años fue la de los teóricos de la oferta, que afirmaban que los recortes de impuestos a las corporaciones y a los más ricos, permitiría generar más empleo, y pagar más impuestos. Por lo tanto, ante una menor tasa de impuestos pero con mayor producción, el gobierno recaudaría mucho más para pagar la deuda que Reagan consideraba altísima. Por supuesto que esta teoría no funcionó, y los sucesivos recortes de impuestos en los gobiernos de George Bush y George W. Bush, no aumentaron la recaudación tributaria, y la deuda se disparó a las nubes, aumentado en 9,2 billones de dólares. Actualmente, la deuda de Estados Unidos iguala al PIB del país (14,3 billones de dólares), con la diferencia de que los intereses crecen mucho más rápido que la producción y la recaudación tributaria. Por eso esta deuda se encuentra en punto de no retorno, complicando la recuperación de toda la economía mundial.
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